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25 Cosas

Por: Rubén Darío Zuluaga Gómez*

Fecha de publicación: 10/10/2022

Crítica Teatral

Grupo: Teatro Petra

¡El 70 % del teatro que vemos es aburrido según Peter Brook! ¡Vamos al teatro a divertirnos! ¡El teatro no debe ser moralizante! ¡El teatro pesado echa al público de las salas! Son muchas las expresiones que circulan en los bajos fondos que parecen darle una tarea al teatro, pero también hay otras funciones que le dan los jóvenes idealistas o los maestros comprometidos con el arte, con la sociedad y consigo mismos (Léase Barba, Grotowski, Brecht…). El teatro puede ser un comodín social que no incomoda, que olvida o niega los conflictos y los convierte en divertimentos. Y es muy posible que existan dramaturgos de esos que pueden jugar en todos los campos, es decir que pueden hacer divertimentos, juegos de malentendidos para pasar el rato, de donde se expulsa la ironía, la sátira y se busca una risa “fácil” (Sábados Felices, The Suso’s Show…), lugares comunes, como el pastel en la cara de los gringos. Pero hay otro tipo de humor “inteligente” que pone en cuestión los valores, que ridiculiza lo anómalo, la injusticia o los vicios de la sociedad (¿Por qué mataron a Jaime Garzón si era tan buen muchacho?). La comedia clásica nació de frente a los conflictos sociales; el entretenimiento se volvió arte en el norte.

Fabio Rubiano se identifica más con la comedia, es el género que más le gusta según sus propias palabras, y de verdad es lo que mejor hace y su estrategia dramatúrgica: el parafraseo, el ritmo de los parlamentos, el stop repentino, el suspenso, el enredo de la trama, los efectos sorpresivos, de verdad son los aspectos que más encantan a los espectadores, todos vamos a sus obras a esperar eso, ya sabemos lo que va a pasar, pero lo esperamos como si no lo supiéramos. Definitivamente el fuerte de Rubiano son las comedias, las tragedias sobre la violencia en Colombia le quedan un poco forzadas, pero, sin embargo, es bueno intercalar comedia-tragedia-comedia, así es la vida, entre tumbos y éxitos rotundos.

25 Cosas es una comedia muy original, eso de dejar las cosas para la memoria entre el público es genial, de entrada, ya provoca risa, sin empezar la obra los admiradores de Rubiano no pueden parar de reír y luego aparece Marcela con ese histrionismo característico, con esa capacidad explosiva y de contención que posibilita el desarrollo de escenas disparatadas. Además. el apoyo de otros actores famosos, no más el hecho de ver a Julián Román ahí frente a uno parece imposible (los actores de T.V. son de carne y hueso. Increíble), todos sentían maripositas en el estómago, parecía mentiras, la farándula en pleno furor. Sala llena, eso sí es teatro ¡Dios mío! aplauso cerrado. Lo que pasa es que todos son muy buenos, en la capital si saben hacer las cosas: el centralismo, “La economía naranja”, las co-producciones con teatros Afortunados; el artista es artista así sea en la miseria (atentamente Julio Mario Santo domingo). Tema para una comedia: Los marginados del teatro en Colombia.

Tal vez hacer comedia en Colombia en épocas tan convulsas, en momentos de búsqueda de la “Paz total” sea especialmente difícil, ¿De qué deberíamos reírnos ahora dónde el dolor se cierne sobre el país? Y tal vez hay un exceso de quejas en el teatro colombiano, todos lloran sobre el escenario, los muertos y la “comisión de la verdad” no es un chiste malo, es una realidad dolorosa, sin embargo, hay que reír para sanar el alma, se requiere la fiesta para que resucite el ánimo y para que el mito macondiano además de “pintoresquismo para el exterior” adquiera sentido para nuestra memoria e identidad.

*Docente Universidad de Caldas