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Aldous Huxley, análisis, interpretación y proyección

Por: Germán Sarasty Moncada *

Fecha de publicación: 01/09/2021

El exrector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria, ingeniero civil, economista e investigador social, ha abordado la obra del gran escritor y filósofo británico Aldous Huxley (Godalming26 de julio de 1894Los Ángeles22 de noviembre de 1963), de una manera tan interesante, que le permite valiosos planteamientos para este momento tan incierto.

Sus reflexiones nos las presenta en Otro fin del mundo es posible (Cómo Aldous Huxley puede salvarnos), para lo cual recurre a varios de sus libros: La isla, Las puertas de la percepción, Conocimiento y entendimiento, Literatura y ciencia, además de otros escritores de su época, con quienes discutió académicamente.

A pesar del tiempo transcurrido desde su muerte, sus ideas continúan vigentes y en algunos planteamientos de su época propone normas éticas para la sana convivencia, que hoy en día cobran tal relevancia que parecen actuales. Gaviria organiza sus ideas bajo los epígrafes de: salud pública, sustancias psicoactivas, crisis ambiental, educación, y progreso; dedica a cada una un capitulo para su desarrollo.

Este gran pensador dedicó su vida como filósofo a las ideas, a establecer conexiones entre la ciencia y el arte y, a analizar la conducta humana en sus aciertos y vicisitudes, todo lo cual plasmó en sus escritos: ensayos, novelas, investigaciones sociales, etc. Por ello Alejandro Gaviria anticipa sobre el libro que nos ofrece:

 …este libro promueve una visión del mundo, una forma de entendimiento de la realidad   que es escéptica y esclarecida al mismo tiempo. Esta visión enfatiza, entre otras cosas, la necesidad ética de la compasión, el asombro como imperativo vital, el escepticismo sobre las ideologías y las simplificaciones del mundo, la conexión de todas las formas de vida y la búsqueda permanente de sentido y autotrascendencia.

Ante todos los problemas que nos agobian, algunos de los cuales no habíamos sentido antes tan cerca, es pertinente un análisis sereno, pero profundo sobre las implicaciones de todo lo que está sucediendo y nos afecta: el acecho cercano de la muerte, la limitada respuesta de la medicina moderna, los intereses supranacionales y los nacionales también, la crisis del medio ambiente que antes tratábamos de desconocer y hoy la avizoramos mas cerca, el poder destructivo de las ideologías y los extremismos, las amenazas de la manipulación de la tecnología, etc.; de todas maneras como afirmaba Huxley A pesar de todo, a pesar de las penas inherentes a la condición humana, la vida es un privilegio que debemos celebrar.

Hoy más que nunca estamos ante una presencia permanente de la muerte, una conciencia de nuestra precariedad y un temor constante de la fragilidad de la vida y son justamente los filósofos quienes nos lo hacen comprender, por doloroso que sea; a propósito Heidegger afirmó que el ser humano no es alguien que muera, sino que en sí mismo es un ser-para-la-muerte. Con este concepto quiso transmitir que la muerte, más que una situación que encontraremos al final de nuestra vida, es una meta a la que estamos abocados; por su parte Wittgenstein sostuvo que La muerte no forma parte de nuestra vida. No podemos vivir la propia muerte. Y Huxley acota que somos organismos: …sometidos a la necesidad de continuar marchando a través del tiempo irreversible, a través de un mundo absolutamente indiferente a nuestro bienestar, hacia la decrepitud y la certidumbre de la muerte.

En la búsqueda incesante de sentido a la vida ya sea a través del arte, la ciencia, la religión y otros medios, su humanismo lo centró en dos ideas fundamentales: la atención y la compasión. Con la atención se refería a la importancia de aprender a percibir, que es la forma como podemos desarrollar conocimiento, y en cuanto a la compasión como valor ético, es la solidaridad que debemos tener con los demás, tratando de superar el hecho de que aunque los queramos, nos queremos más a nosotros mismos, lo cual nos conduce al egoísmo, olvidando la compasión. Aquí también se refería al amor como consuelo y forma de resistencia ante la muerte, pero que a veces puede resultar frustrante, pues Las presencias más entrañables, serán siempre las ausencias más dolorosas.

Con relación al tema de salud pública afirmó: La ciencia médica ha progresado tanto que ya casi no quedan seres humanos sanos. Y hoy vemos excesos en las aplicaciones de los avances de la ciencia en la medicina, en cuanto a solicitudes de diagnósticos y tratamientos; desdibujando de esa manera la labor humanitaria de estas profesiones. Pero, es que el tema es más complejo de lo que parece, el doctor en Medicina y filósofo colombiano Alejandro Jadad, en 2008 redefinió el concepto de salud acuñado por la OMS en 1948, que la consideraba como “el estado de completo bienestar físico, mental y social y no sólo la ausencia de enfermedad”, por lo que “nadie podía ser saludable” y la definió como “la capacidad de las personas o de las comunidades de adaptarse, o para gestionar los desafíos físicos, mentales o sociales que se les presenten en la vida”.

En cuanto a la educación como herramienta para el conocimiento, consideró que todas las maneras posibles de llegar a él eran válidas y constituían el paso del mito al logos de los griegos, de la especulación a la racionalización, de la imaginación a la realidad, de la teoría a la práctica, o como estableció Platón, de la doxa como creencia, opinión o noción, a la episteme como conocimiento científico. Todos estos caminos deben abordarse, como acota Gaviria:

 Aldous Huxley creía que los seres humanos somos anfibios, esto es, que tenemos la capacidad de vivir en varios mundos distintos de manera simultánea: el del lenguaje simbólico y el de la receptividad sensorial, el de las ideas abstractas y el del conocimiento práctico, el de las ciencias y el de las artes.

Ante la dicotomía que planteó en su tiempo el físico y novelista inglés Charles Percy Snow en su texto Las dos culturas, en donde establece una clara diferenciación entre los intelectuales, literatos y humanistas, con sus novelas, ensayos, poesías, teatro y otras manifestaciones culturales, y los hombres de ciencia con su espíritu matemático, pensamiento analítico y su rigor empírico; sostuvo con relación al conocimiento que la ciencia y la literatura eran manifestaciones complementarias del espíritu humano y añadió: Espero la llegada de un gran artista que logre hacer la tarea de incorporar las hipótesis de la ciencia dentro de los armoniosos y emocionantes trabajos artísticos.   

Fue un crítico acérrimo del consumismo, aunque no estaba tan marcado en su época como hoy en día, pero le parecía aberrante esa necesidad compulsiva del ser humano en tratar de poseer todo lo que le ofrecían, consideró la publicidad nociva por el condicionamiento al que induce a los seres humanos, quienes se sienten frustrados por las carencias, al no lograr poseer, y tristes por la saciedad, pues la gratificación inmediata nunca será suficiente. Agregó que no solo sucumbimos al engaño y la manipulación de la publicidad, sino que estamos condicionados por el autoengaño, pues muchas veces creemos o aceptamos aquello que sabemos nos perjudica, pero, esa es la naturaleza humana.

*Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas