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Biblioteca de Escritoras Colombianas

Por: Quehacer Cultural

Fecha de publicación: 27/04/2022

“El nombre de antes” es el título de la antología poética de Maruja Vieira, publicada en la colección Biblioteca de Escritoras Colombianas del Ministerio de Cultura de reciente edición. “Maruja Vieira considera que su obra es poesía periodística y que sus poemas son crónicas: relatos de su vida, sus afectos, sus duelos y sus lugares queridos, así como postales sobre el conflicto armado y la violencia política, tan cercana a su vida. Su poesía, de la que este volumen recoge una muestra, ofrece una mirada íntima alrededor de la voz y la palabra, la infancia y la familia, el amor perdido, la maternidad, la memoria y el olvido, la guerra, el paso del tiempo, los amigos y la muerte, que se vence con la escritura”, relata en el prólogo del libro la escritora y periodista Adriana Villegas Botero.

La Biblioteca de Escritoras Colombianas es un proyecto del Ministerio de Cultura que busca promover el trabajo de las escritoras colombianas. Se trata, en esta primera etapa, de la edición y publicación de dieciocho títulos de algunas de las escritoras más relevantes del país desde la Colonia hasta las nacidas en la primera mitad del siglo XX. El objetivo principal es rescatar las obras de autoras sobresalientes que están descatalogadas o que no han tenido el reconocimiento que merecen, y ofrecer a los lectores unas ediciones pulcras y modernas, que estarán a su alcance, de manera gratuita, en las bibliotecas públicas. Gracias a una alianza con editoriales independientes, once de ellas circularán en el mercado y podrán adquirirse en librerías. Cada título cuenta con un prólogo escrito por una especialista que da contexto a la obra y a su autora dentro de nuestra tradición literaria.

Es una biblioteca diversa que incluye autoras de todo el país: Bogotá y la región andina, la Sierra Nevada del Cocuy, la costa Caribe, San Andrés Islas, el nororiente, el suroccidente, el eje cafetero y Medellín. Hay escritoras mestizas, negras, raizales e indígenas. Son de variados perfiles. Mujeres privilegiadas y mujeres excluidas, religiosas y laicas, amas de casa y profesionales, y en condición de discapacidad. Los géneros literarios están bien representados con novelas, libros de cuento, poesía, crónica, textos periodísticos y una obra de teatro.

El equipo de trabajo está conformado por Pilar Quintana, en la coordinación editorial, María Antonia León, Natalia Mejía E. y Camila Charry, como asistentes de edición, además de un transcriptor, dos correctores de estilo, tres traductores y dos compiladoras. El diseño, la diagramación y la impresión están a cargo de Tragaluz Editores y Laguna Libros.

Estos son los títulos de la Biblioteca de Escritoras Colombianas:

 Su vida

Francisca Josefa de Castillo

Francisca Josefa de Castillo fue «rara» desde niña. Sus padres, notables de la ciudad de Tunja, una de las principales del Nuevo Reino de Granada, no consiguieron disuadirla de que se fuera de monja. Empezó a escribir en el convento, por orden de su confesor.

Esta es su autobiografía, la primera publicación firmada por una mujer en Colombia. Le tomó once años escribirla y fue publicada como Su vida, en 1817, setenta y cinco años después de su muerte.

«Mas eran tantas a veces las lágrimas que lloraba que necesitaba poner un paño sobre los libros para poder escribir».

En Su vida, la madre Francisca Josefa de Castillo exhibe su dolor con orgullo, los males físicos y espirituales que padecía, los espantosos sueños y visiones, los maltratos y las intrigas de las que era víctima en el convento. Es un inventario de sus sufrimientos y, a la vez, una muestra de la vida de las monjas y del pensamiento de las mujeres durante la Colonia.

Francisca Josefa de Castillo (Tunja, 1671-1742) ingresó al Real Convento de Santa Clara de Tunja a los dieciocho años y profesó como monja en 1694. Durante ese tiempo ejerció todo tipo labores dentro del claustro: sacristana, portera, enfermera, maestra de novicias, escucha, secretaria, gradera e intérprete de órgano; además, ocupó el cargo de abadesa tres veces. Escribió, por orden de sus confesores, Su vida, autobiografía publicada en Filadelfia, Estados Unidos, en 1817; Afectos espirituales, conjunto de reflexiones místicas cuya primera parte se publicó en Bogotá, en 1843, y los poemas reunidos en el Cuaderno de Enciso, libro de cuentas del gobernador José Enciso, su cuñado, publicados en las Obras completas, en Bogotá, en 1968. Al exhumarla, un año después de su muerte, el padre Diego de Moya, uno de sus confesores, certificó haber hallado su cuerpo incorrupto y flexible.

Una holandesa en América

Soledad Acosta de Samper

Soledad Acosta de Samper es la principal escritora colombiana del siglo XIX y Una holandesa en América es su obra más importante: una novela revolucionaria, escrita desde el margen ─por una mujer─, para ser leída por mujeres, y con personajes femeninos que desafían el ideal de su tiempo. Se trata de jóvenes educadas, que cuestionan su mundo, que no se conforman con las imposiciones sociales ni hacen lo que se espera de ellas, dueñas de su voluntad y destino.

Cuando su familia emigra a América, la pequeña Lucía se queda en Holanda al cuidado de una tía. Ya es una joven para el momento en que su madre muere y su padre la reclama en su hacienda de la Nueva Granada, ofreciéndole una vida de lujos junto a sus hermanos. Lucía está despechada por un amor no correspondido y se embarca en el viaje con la ilusión de la aventura, el reencuentro con su familia y un nuevo comienzo en una tierra que imagina paradisiaca. Pronto se desengaña: a al llegar encuentra un país conmocionado por las guerras civiles, y su familia y la hacienda están muy lejos de lo que su padre le había prometido.

Soledad Acosta de Samper (Bogotá, 1833-1913) es autora de una prolífica obra que comprende más de veinte novelas, además de numerosos cuentos, tratados de historia, estudios sociales y literarios e, incluso, obras de teatro. Su vida transcurrió entre los viajes, las salas de redacción y su taller de escritura, donde solía trabajar con recortes y tijeras. Fundó cinco periódicos y realizó varias traducciones, ya que además del español hablaba inglés y francés. Algunas de sus novelas más representativas son Una holandesa en América, El corazón de la mujer, Dolores, Novelas y cuadros de la vida suramericana y Los piratas en Cartagena. Al final de su vida fue nombrada miembro honorífico de la Academia Colombiana de Historia.

Ninguna voz repetirá la mía

Meira Delmar

«Ninguna voz repetirá la mía», dice el verso de Meira Delmar que da título a esta antología, compilada por Camila Charry Noriega para la Biblioteca de Escritoras Colombianas, pues nadie puede definir las cualidades de su poesía mejor que la autora misma: «de nostálgico ardor y fiel asombro».

Son cuarenta y cinco poemas escritos con ese ardor y ese asombro que la acompañaron durante su carrera de más de medio siglo y que dan cuenta de lo que vieron sus ojos de niña, la casa de los padres y la lejana tierra de los ancestros, el amor, la pérdida, el olvido, su relación con las palabras y, por supuesto, el mar, que es su gran tema. Pero vale más que lo diga ella a su manera: «La voz estremecida con que nombro/el mar, la rosa, la melancolía».

Meira Delmar, seudónimo de Olga Isabel Chams Eljach (Barranquilla, 1922-2009), es una poeta​ colombiana de ascendencia libanesa. Estudió en la Escuela de Bellas Artes del Centro de Estudios Dante Alighieri en Roma, Italia, y en el Conservatorio Pedro Biava, en Barranquilla. Desde 1937 empezó a publicar poemas en la revista Vanidades de La Habana.  Fue miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, del Centro Artístico de Barranquilla, de la Comisión Interamericana de Mujeres, del Club Zonta Internacional de Mujeres Profesionales y Ejecutivas y de la Sociedad de Mejoras Públicas. Recibió múltiples reconocimientos por su labor poética, como el doctorado honoris causa en Letras de la Universidad del Atlántico, y el Premio Nacional de Poesía por Reconocimiento de la Universidad de Antioquia, entre muchos otros.

El nombre de antes

Maruja Vieira

El nombre de antes es la nueva antología poética de Maruja Vieira, una de las poetas más destacadas y prolíficas de Colombia. Fue compilada por Camila Charry Noriega para la Biblioteca de Escritoras Colombianas y se trata de una selección exquisita: cincuenta y tres poemas, entre ellos los más celebrados, así como también unos menos conocidos, excepcionales, que solo aparecieron alguna vez en un libro.

«Está mi voz creciendo, buscando algo bajo la tierra».

La voz de la autora, siempre sutil y franca, sin dobleces ni ruido, nos conduce por la historia de su poesía y por los temas que la ocuparon desde sus primeros trabajos, escritos antes de que cumpliera veinticinco años, hasta los más recientes, que datan de cuando tenía más de noventa: la ausencia y la muerte, la violencia, el amor, la amistad, las artes y la poesía misma.

Maruja Viera (Manizales, Caldas, 1922) es poeta, ensayista y periodista. Trabajó como catedrática y relacionista pública; fue miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua e hizo parte del movimiento literario Los Cuadernícolas. Fue una de las primeras mujeres colombianas en ocupar cargos ejecutivos y ha sido fuerte defensora de los derechos de las mujeres. Su trayectoria ha sido reconocida con la Gran Orden de la Cultura del Ministerio de Cultura de Colombia, la Medalla Simón Bolívar del Ministerio de Educación Nacional y, en dos ocasiones, con la Medalla Honor al Mérito Artístico del Distrito Capital, entre otras distinciones. Ha ganado diversos premios de poesía y periodismo. Su obra reúne más de quince libros publicados entre 1947 y 2019.

Sail ahoy!!! (¡Vela a la vista)

Hazel Robinson Abrahams

«El viento, aunque leve, le quitó en un soplo el paño de la cabeza y se lo entregó al mar».

La hermana María José es una monja manizaleña, de familia adinerada, que se embarca por órdenes de sus superiores con destino al archipiélago de San Andrés, en el Caribe colombiano. El tocado de monja no es lo único que pierde en la travesía. A bordo de la goleta va Henley Alva Brittany, un hábil y seductor marinero de la pequeña isla de Providencia. Tras conocerlo, la hermana María José se queda sin tranquilidad ni certezas.

Sail Ahoy!!! —en español ¡Vela a la vista!—, de la escritora raizal Hazel Robinson Abrahams, originaria de la isla de San Andrés, es la historia de un amor impetuoso entre una monja de espíritu libre y un isleño de espíritu rebelde. Transcurre a finales de los años treinta y tiene por fondo el mar Caribe, la belleza de sus islas, pero también sus rígidas tradiciones, heredadas de los puritanos fundadores, sus peligrosas tormentas y la amenaza de una guerra, que conspiran contra los amantes.

Hazel Robinson Abrahams (San Andrés, 1935), nacida de padres isleños, estudió los primeros años en San Andrés, a los quince fue internada en un colegio adventista de Medellín y, luego, terminó el bachillerato en el Instituto Técnico Comercial de Barranquilla. En 1959, mientras trabajaba en la Caja Agraria de San Andrés, comenzó a publicar crónicas sobre el archipiélago en El Espectador. La serie se tituló Meridiano 82 y de allí surgió su primera novela No Give Up, Maan! (No te rindas), publicada por la Editorial Universidad Nacional de Colombia en 2002, en la que rescata la historia de sus antepasados. En 2004 publicó su segunda novela Sail Ahoy!!! (¡Vela a la vista!), con la misma editorial.

Tengo los pies en la cabeza

Berichá (Esperanza Aguablanca)

Según la tradición del pueblo u’wa, asentado en las estribaciones de la Sierra Nevada del Cocuy, la vida de un niño empieza a los quince días de nacido, en la ceremonia de imposición de su nombre. A los que tenían defectos físicos que les impedirían llevar una vida productiva los abandonaban en el bosque o los degollaban.

Berichá nació sin piernas. Sus padres, que eran de la estirpe de los sabios, decidieron conservarla. El padre murió y la niña creció con su madre, aprendiendo sobre la naturaleza y las tradiciones. Luego se educó con unos misioneros, que la bautizaron y le dieron por nombre Esperanza Aguablanca. Se convirtió en profesora y escritora, alzó la voz contra las injusticias padecidas por cuenta de los hombres blancos y luchó por la dignidad de su pueblo.

Tengo los pies en la cabeza es el testimonio de una mujer extraordinaria, que se sobrepuso a las exclusiones ─por su género, por ser indígena y por su discapacidad─ y al mismo tiempo es la crónica de resistencia de los u’wa y un documento que registra una manera de estar en el mundo que hoy se encuentra en peligro de extinción.

Berichá, llamada también Esperanza Aguablanca (Cubará, Boyacá 1945-2011), nació en la antigua Barrosa Baja, localizada en el municipio de Cubará, en Boyacá. Estudió en un internado en Santa Librada, Norte de Santander. Años más tarde se convirtió en maestra de escuela. Fue licenciada en Filología e Idiomas de la Universidad Libre de Cúcuta y magíster en Etnolingüística de Lenguas Aborígenes de la Universidad de los Andes. Además, recibió el Premio Cafam a la Mujer en 1993, así como otros reconocimientos por parte de la Alcaldía Mayor de Santafé de Bogotá y la Gobernación de Norte de Santander.

Mido mi cuarta y me paro en ella

Amalialú Posso Figueroa

«Yo nací y me crie en el Chocó, oliendo el marañón, comiendo bocachico y empapándome con el aguacero».

Mido mi cuarta y me paro en ella es una antología de textos de Amalialú Posso Figueroa, compilada por la autora para la Biblioteca de Escritoras Colombianas. Contiene poemas que primero fueron cuentos, crónicas que parecen ficciones, ficciones salidas de la vida real e historias de la vida real con cadencia de poemas. Son trece escritos selváticos, en el erotismo desbordado, la apuesta del lenguaje sin domesticar y el ritmo de la oralidad. Más que leerlos, se oyen; vibran en la cabeza del lector. Lo llevan a un territorio fabuloso, de naturaleza salvaje, empapado de lluvia, música y humores corporales, con personajes gozones, situaciones estrambóticas y palabras inventadas.

«Quiero que todos los que se adentren en mis cuentos se dejen ir y disfruten siguiendo el relato sin la preocupación de descifrar significados, que apropien el dom, doróm, dom, dom, siguiendo al tambor, compitiéndole a la palpitación».

Amalialú Posso Figueroa (Quibdó, Chocó, 1947) es escritora, poeta y narradora oral. Estudió Psicología en la Universidad Nacional y es coordinadora de excelencia académica en esa misma universidad; docente de la Universidad de Los Andes y de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, de Bogotá, y de la Pontificia Bolivariana, de Medellín. Su obra tiene numerosas ediciones en Colombia y en España, ha sido traducida al gallego y parcialmente al hebreo, portugués, francés e inglés, y ha aparecido en antologías, revistas y colecciones. Con sus historias, que rescatan la memoria y musicalidad del Pacífico colombiano, se ha presentado en escenarios de Colombia, España, Francia, China, México, Costa Rica, Cuba, Jamaica, Ecuador, Brasil, Argentina, Estados Unidos de América y Venezuela.