Volver

Blanca Isaza y la Revista Manizales

Por: Albeiro Valencia Llano*

Fecha de publicación: 21/12/2022

In memoriam Aída Jaramillo Isaza

El pasado 8 de diciembre murió en Manizales Aída Jaramillo Isaza quien durante muchos años cumplió la tarea para que la obra y la memoria de Blanca Isaza no quedara en el olvido.

La escritora Blanca Isaza nació en Abejorral pero su familia la trajo a Manizales cuando tenía cinco años; desde muy joven se familiarizó con la literatura y en un recital conoció al escritor de Jericó Juan Bautista Jaramillo Meza, con quien se casó en 1916. Blanca se orientó por la poesía y en 1917 escribió Selva Florida; pero el mayor reconocimiento lo alcanzó por la revista Manizales.

Era una misión imposible para una mujer, en 1940, crear una revista literaria porque se creía que solo los escritores hombres lo podían hacer. Pero esta inteligente y encantadora mujer logró el patrocinio para una revista de distribución gratuita; se imprimía en la Tipografía Beyco y tenía un promedio de 44 páginas, de las cuales seis al principio y seis al final eran de propaganda.

En septiembre de 1945, la revista llegó al número 60; completó cinco años de labores y doña Blanca Isaza presentó el siguiente balance:

Con este número cumple “Manizales” su primer lustro de existencia; es ya un cumpleaños de importancia para una revista estrictamente literaria, orientada hacia ideales de depuración cultural, sostenida por encima de todos los inconvenientes, de las sonrisas incrédulas, de las pequeñas emulaciones lugareñas y hasta de la mínima conspiración del silencio que muchas veces se ha hecho en torno a sus recias y altas campañas de constructivo regionalismo […] Al hacer el balance hallo un saldo a favor de la ciudad y del comercio que ha hecho posible la supervivencia de estas páginas; muchos, en épocas difíciles, me han dado el aviso únicamente para que no suspenda la publicación, sin importarles la efectividad de la propaganda comercial por un alto espíritu de compañerismo que los enaltece […] Lo que sí es extraño es el desvío  de los escritores propios que fueron llamados los primeros a estas páginas cordiales; yo quise hacer de ellas un alto mirador de la intelectualidad manizaleña, que nuestros escritores y poetas fueran colaboradores constantes de “Manizales” y que su palabra generosa estimulara la empresa que estaba destinada a triunfar; aunque sea doloroso el decirlo, no hallé en muchos de ellos la total comprensión que yo anhelaba y que tenía derecho a esperar por simples y triviales razones de camaradería espiritual […] Por último, es grato para mi espíritu comprobar cómo se afianza y se sostiene una revista dirigida por una mujer, sin necesidad de dedicar un solo espacio a las recetas de cocina, ni a los chistes, ni a las fórmulas de tocador, ni a los crucigramas, ni a los pasatiempos gráficos o literarios.

La revista siguió su marcha y después del fallecimiento de Blanca, la continuó su esposo Juan Bautista y luego tomó la antorcha su hija Aída. De este modo la revista Manizales se convirtió en una de las publicaciones con mayor permanencia en la región.

Blanca Isaza ganó muchos concursos y recibió muchos honores, pero seguramente el homenaje que más la conmovió fue el acto de coronación el 19 de diciembre de 1951, en las fiestas del Centenario de Manizales. Ese día a las 9 de la noche una delegación de intelectuales antioqueños coronó a los poetas Blanca Isaza y a su esposo Juan Bautista Jaramillo Meza. La ceremonia fue en el Teatro Olympia. Sobre este tema hay una anécdota que contó el escritor Adel López Gómez:

Blanca se preparó para la ocasión con un hermoso poema, pero como su esposo sabía lo distraída que era, guardó una copia en su bolsillo; cuando Blanca se disponía a leer el texto descubrió con horror que lo había dejado sobre una mesa en la casa: Juan Bautista le entregó la copia con verdadera satisfacción.

Dos días después llegó a su casa una delegación de cinco personas de Abejorral, para entregarle a su coterránea un decreto de honores del municipio, querían verla con su áurea corona de laurel y oír de sus propios labios la lectura del poema; así lo narró Adel López Gómez:

Fue preciso llamar a Blanca. Ella se encontraba muy ocupada en su cocina, preparando algo para otros de sus visitantes que habían llegado a felicitarla por su noche de triunfo. Abandonó, pues sus mezclas y confituras y apresuradamente fue en busca de su poema y su corona. Se ciñó ésta con mucha solemnidad, tomó el texto, aclaró la voz, e inició la lectura de los versos ilustres. Los próceres abejorraleños escuchaban de pie […] Pero la solemnidad del momento fue rota por la estruendosa carcajada de una de las hijas de Blanca, que justamente en ese momento se hizo presente. Pues, aunque muy solemne y coronada su gloriosa mamá se había olvidado de quitarse su delantal de cocinera. Y cerca de la frente ungida tenía también una roja manchita de mermelada.

A pesar de los oficios de ama de casa tenía tiempo para dedicarse a la poesía, publicar sus libros, atender la revista Manizales y participar en las tertulias literarias, tan frecuentes en la ciudad durante los años 1920-1950. Los escritores apreciaban a Blanca y a su esposo, porque las puertas de su casa permanecían abiertas para la visita fraternal, para el diálogo académico y para consultar obras de su biblioteca. Los más asiduos visitantes eran Bernardo Arias Trujillo, Silvio y Aquilino Villegas y los escritores del Grupo Atalaya que dirigía Gilberto Agudelo. En este hogar se hospedó, durante dos meses, el escritor Porfirio Barba Jacob, y desde esta sede se orientaba el destino de la literatura en el departamento.

Blanca publicó 16 libros, pero los más reconocidos fueron: Cuentos de la Montaña (1926), La Antigua Canción (1935), Claridad (1945), Del Lejano Ayer (Prosas) (1951), Preludio de invierno (Poesías) (1954), Alma (Poesías) (1961), Itinerarios de Emoción (Prosas) (1962).

 Murió en Manizales el 13 de septiembre de 1967, cuando la poesía estaba pasando de moda; sin embargo, era considerada una de las grandes poetisas de Colombia; su producción literaria fue conocida en América y en España, pero la revista Manizales es la más valiosa de sus obras y, sobre todo, dirigida por una mujer.

Después de la muerte de Blanca, su esposo Juan Bautista continuó editando la revista “Manizales” hasta su muerte en 1978. Afortunadamente su hija Aída dirigió la tercera generación de la revista, hasta su cierre definitivo, en diciembre de 2004.

Por último, en 2018 se publicó el libro Blanca. Antología de la obra literaria de Blanca Isaza de Jaramillo Meza. Un merecido homenaje a su hija Aída quien tuvo la paciencia y dedicación para prolongar la vida de la revista Manizales y conservó el archivo literario de la familia.

*Historiador. Escritor.

https://www.quehacer.co/un-poema-para-aida-jaramillo/