Volver

De lo abominable y su reparación

Por: Germán Sarasty Moncada*

Fecha de publicación: 04/07/2022

El 18 de mayo del 2022, la REDACCIÓN de El TIEMPO presentó el documental gráfico que tituló Madres de Soacha: una batalla de amor por la verdad y la reparación, en él no solo describe lo horrendo de las ejecuciones extrajudiciales, en la mayoría de los cuales participó el Ejercito Nacional, sino que presenta desgarradoras narraciones de esas madres. Ellas, además de haber tenido que soportar esa ignominia y sufrir luego adversidades, confrontaciones, desplantes y desprecios tienen la certeza de que esos diecinueve jóvenes de Soacha y Bogotá fueron víctimas de esos miserables casos mal llamados falsos positivos, aun esperan se devele la verdad. En el documental se describe:

“No les creyeron, pero sus hijos habían desaparecido. Fueron necesarias 1.042 entrevistas a víctimas, 178 a comparecientes y 402 a expertos y otros actores para que la Comisión de la Verdad avalara los relatos de las Madres de los Falsos Positivos de Soacha (Mafapo), quienes habían denunciado desde el 2008 que sus muchachos no eran ni guerrilleros ni delincuentes, que solo habían ido a buscar trabajo, que se habían ido tras un sueño.”

Se ha logrado determinar que el nivel de preparación de esas abominables acciones implicaba varias tareas, desde los reclutadores de las víctimas, hasta los planeadores de las escenas y los participantes tanto directos como indirectos en esos crímenes. En estos casos la población más vulnerable fue la escogida para dar de baja: desempleados, marginados, drogadictos, aun personas con trastornos mentales. Ante tal grado de salvajismo, el padre Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Verdad afirmó:

Hemos llorado los secuestrados. Hemos llorado los muchachos asesinados por la guerrilla. Hemos llorado los desaparecidos y desaparecidas, pero nada hubo más grave, más terrible, más devastador, que los hombres del Ejército asesinando a 6.402 muchachos.

Nuestro escritor Octavio Escobar Giraldo (Manizales, 1962), versátil narrador con varios premios de escritura, tanto nacionales como internacionales, de quien ya se han traducido algunas de sus obras, no deja de sorprendernos con cada nueva novela, en muchas de las cuales se traslucen sus gustos musicales, fílmicos y televisivos, ahora nos presenta en el marco de los falsos positivos una historia llena de incertidumbre, desencantos, deseos de venganza, miseria humana y desarraigo, Cada oscura tumba.

Aparecen personajes disimiles en papeles que giran sobre estas tristes realidades, los abogados defensores de derechos humanos, los familiares de las víctimas y su tristes historias, los victimarios y sus motivaciones, los auxiliadores de ambas posiciones, los sin escrúpulos para cerrar círculos de odio y venganza, los amigos en infortunios y enemigos en abandonos, etc., todo un caleidoscopio de la naturaleza humana, con lo mas loable y lo más miserable.

A una de esas familias pertenece Melva Lucy, quien con su papá, conductor de bus en Bogotá y músico en sus ratos libres, su mamá un poco enferma y su adorado hermano Ánderson, con limitaciones mentales, ahora trabaja en una cafetería, después de dejar un amor en Buenaventura adonde se había ido buscando un mejor vivir. Su hermano, víctima de engaños fue asesinado y luego de mucho buscar, lo encontraron:

Lo seguimos buscando, cada vez más desesperados, y tres días después oímos en las noticias que habían matado al jefe de finanzas de un frente de las Farc en Santander y la locutora leyó el nombre de mi hermano… Le habían puesto un uniforme nuevecito. Las botas también eran nuevas. Muy pequeñas, ni le debían servir.

Lo de su amiga Ivonne y su hijo Duván fue más cruel, pues cinco semanas después, sabiendo lo de Ánderson, se dejó convencer, seguramente en una de sus acostumbradas trabas, pues le gustaba el consumo de drogas, por reclutadores del ejército. A ella le tocó buscar sus restos en una fosa común y luchar con ahínco por limpiar su nombre, el cual habían incriminado como ideólogo de una célula del ELN, Ejercito de Liberación Nacional

Los abogados encargados de defender los derechos humanos de estas víctimas, también han sido coaccionados, amenazados y desplazados por tratar de hacer cumplir las normas, acá aparecen, Gabriel Álvarez Cuadrado, Rosales su amigo, un erudito pero ahogado en la ginebra, además de Consuelo antigua pareja de Gabriel, quien desertó de su arriesgado trabajo en Bogotá y regresó a su natal Barranquilla, abandonándolo todo por miedo después de varias amenazas. Gabriel estaba esperanzado en formalizar su relación con ella a pesar de su ausencia, razón por la cual no frecuentaba otras amistades, pero ella había tomado otra decisión, razón por la cual, muy a su pesar, inició con Paula Cristina un nuevo romance, asumido muy en serio pues temía a la soledad, a tal punto que lo confrontó:

–Eres un hombre honrado, y eso me motiva mucho. Pero no soy joven y no quiero perder mi tiempo. No me inquieta el reloj biológico, tranquilo. Ya no pienso en ser mamá, no sería prudente, pero si me preocupa el reloj, el de todos, el definitivo. Y la soledad. La   soledad real, esa que significa que no puedes contar con nadie, que nadie te va ayudar cuando estés enfermo o impedido.

En todas las audiencias, interrogatorios y demás diligencias surtidas en juzgados, anfiteatros, fosas comunes, etc. los deudos van escuchando y confirmando las dolorosas realidades, sus motivaciones y a veces justificaciones, de lo injustificable, a la vez que los nombres de los perpetradores, por lo cual Melva Lucy supo de Triple Jota y siempre recordaba la altanería del oficial en los juzgados, su gesto de burla cuando se interrumpía el proceso o el juez lo dejaba libre por cualquier tecnicismo, y se olvidaba del perdón.

Fue en la cafetería en donde trabajaba que el azar la puso en contacto con personas extrañas con  quienes se relacionó y luego les confió su desgracia y la imposibilidad de encontrar el castigo merecido, así conoció a don Ignacio El suave, quien sería el responsable de saldar esa deuda para quedar en paz con su zozobra. La relación se fue afianzando y luego terminaron compartiendo lecho en el apartamento de él, no con mucha pasión, pero si con mucha delicadeza, lo cual la satisfizo:

Aceptó hasta con alivio una sexualidad que excluía las proezas de otras épocas. Mientras él desnudaba sus carnes marchitas, añoró los cuerpos jóvenes que había disfrutado en el pasado, pero tenía que reconocer en sí misma las señas inequívocas del paso del tiempo y complacerse en la tranquilidad que daba compararse con alguien  que estaba en sus mismas condiciones. Era liberador.

Ante una perentoria disyuntiva de resolver el conflicto recurriendo a la justicia por mano propia, ante las demoras, trabas y obstáculos en la solución del conflicto judicialmente, del caso de su adorado hermano, los temores se exacerbaron, las dudas afloraron confundiéndola de tal forma que su estabilidad emocional tambaleaba.

En un momento feroz pensó que por fin su hermano seria vengado. En otro se preguntó aterrorizada que tantos muertos había en el pasado de ese hombre que la esperaba al otro lado de la puerta.

Tuvo tiempo suficiente para dilucidar esta decisión, pero lastimosamente no tenía con quien compartir la angustia que le causaba tener que tomar ahora sí, su vida y la de otros en sus manos. Había aprendido que las oportunidades se toman o no, pero siempre sería uno el responsable de sus actos u omisiones, Quería memorizar su expresión de derrota, de miedo. No había odiado nunca a nadie como lo odiaba a él. Lo odiaba tanto como tenia presente a Ánderson. Más confusión:

Había insistido en que quería ver morir a Triple Jota, pero ahora volvía a dudar de su empeño. Ya ni siquiera estaba segura de quererlo muerto. Temía además que don Ignacio cometiera algún error. La posibilidad de perderlo se había aposentado en su mente durante los últimos minutos. Le gustaba tenerlo, sentirse deseada y protegida, contar con alguien en el mundo, aunque fuera él, un asesino.

Solo nos resta confiar en que algún día, no muy lejano, estas bestialidades sean esclarecidas, las victimas reparadas y que jamás se repitan, así resplandecerá para todos un nuevo amanecer.

*Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas.