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Despojamiento

Por: Germán Sarasty Moncada *

Fecha de publicación: 27/10/2023

No es solo la reciente historia de Colombia la que muestra tanta tragedia, tanta violencia, tanto desplazamiento, tanta violación pero, es imposible determinar con precisión cuándo comenzó esa barbarie, pues cada vez que se asume una fecha alguien involucrado por acción, omisión o sumisión, o algún sobreviviente de un lugar apartado y normalmente  de área rural, podrá refutarla. Pero lo que sí es muy claro ha sido la labor de la JEP, Justicia especial para la Paz, cuyos resultados comprobables han sido recopilados y publicados, por lo menos como testimonio de esa crueldad en la cual han aparecido tantos participantes que medraban al amparo del silencio y la impunidad. En el CATALOGO del Festival Internacional de Teatro de Manizales, en su versión número 55, se lee:

            La Justicia Especial para la Paz en Colombia (JEP) publicó en el 2022 un informe sobre los hombres violados en la guerra de poder territorial de los últimos 30 años,             consignando en la memoria diferentes testimonios que lo verifican. Es innegable que las        mujeres fueron las principales víctimas de la violencia sexual en el marco del conflicto colombiano, sin embargo, según el Registro Único de Víctimas (RUV) señala que los hombres también fueron objeto de violencia sexual. El 5,81% de los registrados son             varones, esto equivale a 2.140 personas.

Con este lacerante insumo, Jorge Hugo Marín, actor, director, dramaturgo y profesor universitario, quien con otros artistas en el año 2009 fundó La Maldita Vanidad Compañía Teatral, con la que nos presentaron la creación artística del año anterior Esta cabeza mía que no se puede callar. Ella inicia con la celebración por parte de Victoria, su madre, del cumpleaños de Saúl para la cual están invitados presenciales, su maestra, su mejor amigo, don Luis el vecino carpintero, su papá será el otro invitado, ausente (para Saúl asesinado y para los demás, solamente muerto). Para él seguirá siendo su mentor, protector y un recuerdo irreemplazable.

La fiesta debe ser discreta y terminar pronto pues en el pueblo por la inseguridad, rige el toque de queda y con esa restricción nadie puede estar fuera de casa. De todas maneras y sin mayores explicaciones cada día aparecen nuevos muertos, es como una limpieza social pero ensañada en los homosexuales o en las personas diferentes.

Por esa inseguridad, al llegar a sus dieciocho que considera la edad de poder tomar sus propias decisiones, ha determinado dejar el maldito pueblo e irse a la capital. La celebración cuenta con regalos, música, torta y enchiladas mejicanas. Pero Saúl no se siente a gusto y lo que piensa, al igual que lo de las demás personas se escucha, es un artificio pero permite saber o corroborar lo que piensa cada uno y las contradicciones que genera tanta zalamería y supuesta cortesía, constituye lo que se ha denominado políticamente correcto, no decir sino lo permitido o lo que el otro quiere escuchar; en el fondo todos somos hipócritas.

La obsesión por su padre le trae conflictos no solo con su mamá, (a quien se refiere con indiferencia, como doña Victoria), sino con su vecino don Luís quien coquetea indiferentemente con la profesora, o su madre, aunque trata de tocarle la cara a él también. Es separado y no tiene idea ni le interesa saber en donde andará su familia, su soledad la soporta con un perro que es su adoración pero que mantiene amarrado para que se vuelva bravo, dice que la ventaja es que no jode tanto como las personas. Luis demuestra manifiesta simpatía por los grupos que han librado de tanto indeseable a los pueblos, como en el cercano a ellos y admira la violencia de sus ejecuciones, las cuales atemorizan a sus habitantes para poder ejercer control sobre ellos.

Cuando aparece para la celebración su amigo, (quien tiene problemas de dicción, expresión y coordinación), le vuelve el alma al cuerpo, pues su sola presencia es motivo de fiesta, ya que los demás le estorban: su mamá y sus interminables series en televisión, o sus programas en busca de talentos musicales, los cuales invariablemente acompaña con uno que otro trago, los reproches y regaños sin ninguna autoridad de don Luis y las zalamerías y coqueteos de su profesora, está mamado.

A pesar de la hora se despiden y salen a su propia celebración, con regalos y sorpresas preparadas por su amigo, van a un parque solitario a esa hora para tener más intimidad, en la cual de la manera más pura expresan su sentimiento de amistad. Al acecho están las fuerzas oscuras las cuales han sido motivo de querer abandonar el pueblo. Los abordan, los interrogan, y finalmente tras separarlos, uno de ellos viola brutalmente a Saúl.

La tensión, el terror, la angustia y la zozobra sufrida por años en los pueblos y en algunas ciudades por las fuerzas del mal fueron a las que sometieron a ese pobre muchacho quien no tuvo otra alternativa, so pena de perder la vida, como su padre, que abandonar solo el pueblo ya que su amigo le manifestó la imposibilidad de acompañarlo por la necesidad de cuidar su madrecita tan enferma, pero lo consoló entregándole y poniéndole una manilla que le dijo lo representaba a él y que era para que sintiera su permanente presencia. Ha decidido que no es hora de callar, que eso no se puede quedar así, decide denunciarlo, describirlo y publicarlo.

El arte hace posible como en esta creación, que sintamos en carne propia, así sea figurativamente, esas fuerzas del mal y que seamos solidarios con los que las han sufrido y propendamos con nuestro comportamiento alejar esas oscuros designios. Debemos seguir alertas.

* Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas.

Fotos Lina Castaño.