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Desprendimientos Líquidos: Acerca de la difícil tarea de formar vínculos

Por: Tomás Marín Puerta

Fecha de publicación: 14/08/2020

Confieso que durante la cuarentena he pensado mucho en el amor. He descargado dos veces Tinder y las dos veces terminé borrando mi cuenta. Ahora escucho casi todos los días a La Oreja de Van Gogh, a Shakira o a Julieta Venegas. Mi actividad favorita de los viernes y los sábados, buscar entre la gente de la calle al amor de mi vida mientras voy sentado al lado de la ventana de la buseta, ya no tiene gracia. Y no he podido resistir la tentación de revisar los perfiles de amores del pasado.

Cuando vi el post de Edward Muñoz en mi feed de Instagram me conmovió: eran unas imágenes súper cursis y románticas compuestas de dos colores, verde desaturado y un marrón tirando a negro, con textos como: cuando muera te voy a dejar mis pestañas para que pidas 246 deseos y 123 lunares para que hagas tu propia constelación. Naturalmente le dejé un comentario con el emoji de fuego para hacerle saber que me había gustado. Luego leí la descripción de la publicación. En ella Edward contaba que las imágenes eran un fragmento de su comic Desprendimientos que, con motivo de la cuarentena, se encontraba gratis en la web. Me dispuse a revisarlo.

Yo dividiría Desprendimientos en dos partes. En la primera Edward presenta a sus personajes Edd y , un chico y una chica que son amantes y que, aunque están muy enamorados, deciden ir en contra de sus sentimientos y seguir su vida con sus respectivas parejas. En la segunda parte Edward utiliza los mismos personajes como base para crear una especie de collage de situaciones que giran en torno al amor.

Con la intención de escribir sobre Desprendimientos me di a la tarea de leer el libro Amor Líquido: Acerca de la Fragilidad de los Vínculos Humanos (2005) del sociólogo Zygmunt Bauman, un texto con una mirada muy tradicional sobre las relaciones entre las personas, pero con unas consideraciones que siguen siendo relevantes.

Bauman (2005) reflexiona sobre la relación entre el amor y la muerte:

Ivan Klima dice: casi nada se parece tanto a la muerte como el amor realizado. Cada aparición de cualquiera de los dos es única pero definitiva, irrepetible, inapelable e impostergable. Cada aparición debe sostenerse «por sí sola», y lo hace. Toda vez que aparecen nacen por primera vez, o renacen, saliendo de la nada, de la oscuridad del no-ser, sin pasado ni futuro. Cada una, cada vez, empieza desde el principio, dejando al desnudo lo superfluo de las tramas del pasado y la vanidad de cualquier trama del porvenir. (p.17).

En la primera parte de Desprendimientos nos situamos en Armenia. Edd se encuentra con en un bar, hablan de cuánto se aman pero ambos coinciden en que no puede haber nada entre ellos.  Luego se revela que Edd tiene la capacidad de viajar en el tiempo y da una idea de cuáles son sus intenciones: repetir la última tarde que tuvo con con la esperanza de que algo cambie. Pero, al final del día, todo sigue igual: se dan un abrazo de despedida, ella se marcha en un taxi y Edd se queda solamente con las memorias que escribe en su cuaderno. Edward habla en su obra sobre la naturaleza de nuestras decisiones y de sus consecuencias a futuro, y se pregunta si la tecnología podrá ir en contra de las leyes que Bauman sugiere que rodean la aparición del amor: definitiva, irrepetible, inapelable e impostergable.

En la segunda parte de Desprendimientos Edward propone varias situaciones en las que el miedo al compromiso cobra protagonismo. Sobre este tema Bauman (2005) menciona:

Convertir a otro en un alguien definido significa convertir en indefinido al futuro. Significa estar de acuerdo con la indefinición del futuro. Aceptar vivir una vida, desde la concepción hasta la muerte, en el único sitio asignado a los humanos: el vacío que se extiende entre la finitud de sus acciones y la infinitud de sus propósitos y consecuencias. (p.38).

Hay un relato del día de Halloween en el que Edd ve a , bailan y luego se van juntos a dormir; al día siguiente Edd prepara un desayuno para de quién sólo alcanza a ver su sombra en el asiento de atrás de un taxi mientras sale de su casa. En otra historia se muestra una llamada telefónica entre Edd y , ella va a tomar un vuelo y quiere que se encuentren para decir adiós; no hay encuentro y en la página siguiente vemos un accidente de avión. Esa idea de un futuro indefinido hace que se vaya corriendo a la mañana siguiente de la casa de Edd, también hace que Edd contenga las ganas de decirle por teléfono a que no se suba a ese avión, que mejor se quede con él, que aunque el amor implica caminar sobre el vacío, él estaría dispuesto a hacerlo por ella.

En la parte final del primer capítulo de su libro Bauman (2005) compara una serie de televisión británica, EastEnders (en la que hay constantes rompimientos entre parejas) con la vida real:

Los episodios de EastEnders son tres repeticiones semanales de sabiduría de vida cotidiana. Funcionan como regulares y confiables confirmaciones para los inseguros: sí, esta es tu vida, y la verdad sobre la vida de otros como tú. No sientas pánico, tómala como viene, y no te olvides por un momento de que así será, seguro que así será. Nadie dice que convertir a alguien en tu compañero de destino sea fácil, pero no hay otra alternativa que intentarlo, e intentarlo y volver a intentarlo. (p.43)

Yo me considero una persona insegura. Recuerdo el día que vi a , fue en un bar, o no sé si ese lugar se podría considerar como un bar. Le vi y ya no pude dejar de verle. Incluso me emocioné porque pensaba que también me veía. Luego me di cuenta que tenía pareja. Nunca le dije nada, pero a veces reviso su perfil de Facebook para saber cómo le va. El cómic de Edward, lleno de arrepentimientos e indecisiones, me representa más que una telenovela británica con peleas constantes y relaciones que terminan en un par de capítulos con la intención de que sus espectadores no se aburran. Bauman generaliza, Edward cuenta su historia personal sin muchas pretensiones y, al final, termina dibujando una mirada más acertada sobre el amor que el libro del sociólogo.

Sucedió algo cuando estaba escribiendo este texto. Cuando iba a leer Desprendimientos por tercera vez el link en donde se encontraba alojado no servía. Supuse que la editorial que publicó el cómic le había dado de baja al link porque ya había pasado el tiempo pertinente. Busqué en internet formas de volver a ver una página borrada de la Web y me topé con WayBack Machine, un sitio dedicado a la preservación del contenido que se elimina del Internet, una máquina del tiempo real.

Encontré que tenían guardado una versión del sitio. Desafortunadamente era de principios de año, justo antes de la cuarentena. Al final fui a Instagram. Me emocioné porque el perfil de la editorial tenía varios post de la publicación, como el que me llevó a conocerla. Lastimosamente sólo eran unos pequeños fragmentos. Lo único que me quedaban eran recuerdos: un avión en llamas, el fin del mundo, un desayuno que se quedó en su empaque y unas frases cursis con las que empecé mi relato. No podía dejar que se perdieran, entonces, escribí este texto lo más rápido que pude mientras todavía los tenía presentes. Supongo que, como dicen, la vida imita al arte.

REFERENCIAS:

Bauman, Z (2005). Amor Líquido: Acerca de la Fragilidad de los Vínculos Humanos. Buenos Aires, Argentina. Fondo de Cultura Económica de Argentina.

http://@eddspecialagent