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Un legado bienintencionado de la exministra Patricia Ariza

Por: Javier Humberto Arias Ospina*

Fecha de publicación: 02/03/2023

“Es preciso andar mucho para alcanzar lo que está cerca”
José Saramago.

Las líneas del plan de gobierno en la campaña de Gustavo Petro Presidente, respecto al tema cultural, resultaron muy pertinentes y audaces, por lo que poco a poco y superando los acostumbrados prejuicios vergonzantes, muchos artistas en el país fueron llegando a la campaña, sumándose a las masivas manifestaciones públicas que expresaban abiertamente el apoyo popular a Petro Presidente y Francia Márquez Vicepresidenta.

De otro lado, estaba aún el ambiente de efervescencia del “Estallido Social” ocurrido en el Gran Paro Nacional del año 2021, fenómeno social y político que prácticamente tuvo una convocatoria masiva a nivel nacional, impulsada fundamentalmente por la población joven y en la que, según expertos observadores del tema, sin haber una coordinación previa pero mucho de espontaneidad, se logró expresar de manera contundente el malestar por la realidad de vivir en nuestro país en medio de grandes brechas sociales, económicas y políticas en los territorios, ocasionadas por los últimos gobiernos, y las frustraciones de un proceso de paz obstaculizado por el gobierno del Presidente Iván Duque (2018-2022). Y, claro, están los fenómenos mundiales como el confinamiento de la pandemia del Covid 19 y sus repercusiones económicas y sociales, la guerra por la invasión de Rusia a Ucrania, las migraciones de venezolanos a Colombia por la ruptura de relaciones diplomáticas con ese país, las repercusiones del cambio climático a nivel global, lo que en conjunto puso en jaque la institucionalidad. La reacción violenta a las manifestaciones sociales en las calles por parte de las fuerzas policiales y de su grupo el ESMAD, dio como resultado la muerte de jóvenes y atropellos a la población civil en zonas urbanas y rurales a lo largo y ancho del país, como puede constatarse en el último informe de Human Rights Watch y su papel de defensa y protección de los derechos humanos, donde se relata fehacientemente la grave situación de violación de Derechos Humanos por parte de las fuerzas policiales del Estado colombiano  con motivo del Estallido Social.

Consecuentemente, comenzó a expresarse un gran movimiento de colombianos residentes en el exterior, especialmente en países como Reino Unido, Francia, Alemania, España, Estados Unidos, México y Suiza, entre otros. Estas expresiones pretendieron hacer visible en todo el mundo a Colombia como un país de violencias que a la vez trabaja por la Paz y por la Vida, de tal manera que se exaltaban sus talentos en diversos encuentros y jornadas Artísticas y Culturales. Y esto obviamente cuando la Campaña Petro Presidente era ya un fenómeno social y político que no tenía marcha atrás y, por el contrario, resistía todos los embates y agresiones mediáticas de fuerzas ultra reaccionarias al cambio.

Uno de los primeros mensajes de cambio de Gustavo Petro como Presidente de Colombia, fue la designación de la reconocida artista teatral y lideresa cultural señora Patricia Ariza, como Ministra de Cultura, mujer de amplia trayectoria no solo en las lides culturales, sino en las luchas sociales y políticas por la democracia y la paz.

Una de las primeras acciones de la Ministra fue convocar a los artistas y actores culturales, y a todos los movimientos sociales, a un “Estallido Cultural por la Paz y por la Vida”, acuñando así, el término “Estallido” con el que se identificó al Gran Paro Nacional del año 2021. Anunció la Ministra que en el nuevo gobierno la cartera a su cargo se denominaría Ministerio de las artes, las culturas y los saberes, para lo cual presentaría ante el congreso el proyecto respectivo. Anunció también que las metas propuestas en este Estallido Cultural, serían la realización de por lo menos 900 eventos en 31 departamentos del país, para lo cual se destinarían diez mil millones de pesos. Con este Estallido Cultural se comenzaría a dignificar el trabajo de artistas, del cual ella como reconocida actriz, dramaturga y directora, ha sido lideresa desde hace más de cuarenta años, como integrante del emblemático grupo Teatro La Candelaria de Bogotá, un referente mundial del hacer escénico por la Dramaturgia Nacional y la Creación Colectiva, movimiento artístico del cual también ha sido gran inspiradora junto al Maestro Santiago García, recientemente fallecido.

Siendo coherentes con la historia, la designación de la reconocida artista Patricia Ariza fue recibida con mucha esperanza y buena energía por amplios sectores del acontecer cultural, artístico e intelectual del país, pues en ella se hacía manifiesto el reconocimiento a un innegable legado de lucha y liderazgo social, cultural y político en el país.

Ya posesionada como Ministra, explicó que ese Estallido Cultural sería el primer paso hacia la reivindicación de los actores culturales y artísticos que en el país han vivido en la marginalidad y exclusión, y sería un hecho hacia la consolidación en Colombia de un programa público de empleo para las artes, las culturas y los saberes, lo mismo que la implementación de la renta básica para artistas en todo el territorio nacional.

La Ministra hizo público que El Estallido Cultural en todo el país se haría en un período de sesenta días que se contarían desde el mes de agosto hasta la navidad de 2022. Se apoyaría, como efectivamente ocurrió, en el Programa de Salas Concertadas, para que estas comunidades teatrales lo realizaran en cada una de las regiones. El requisito fundamental para recibir el apoyo económico, que osciló entre cinco y diez millones de pesos para cada organización cultural, era el de tener personería jurídica y registro de cámara de comercio. Así las cosas, desde el mes de septiembre se efectuaron programaciones focalizadas del Estallido Cultural. Con el concepto fundamental de que “el cambio social es un cambio cultural”, tales actividades se programaron para alimentar las líneas y enfoques y así posicionar la Paz como una necesidad y un sentido colectivo.

Nadie duda de la intención de cambio de los anuncios hechos por la señora ministra. Pero precisamente por sabiduría popular recuerdo que “Del dicho al hecho hay mucho trecho” y por lo ocurrido Estallido Cultural, al parecer se logró un impacto social mínimo, y casi desapercibido por el grueso de las comunidades, dando la sensación de un asistencialismo cultural. Si el objetivo inicial era propiciar un estallido de opinión ciudadana alrededor del valor de las expresiones culturales y artísticas como fundamentos esenciales del sentido de las transformaciones sociales, la pregunta es: ¿El Estallido Cultural logró convocar a un movimiento nacional para su transformación cultural o a su fragmentación? Y en cuanto al pasar de la singularidad de la unidad compleja llamada Cultura, a unas pluralidades específicas, ya contenidas en la totalidad, la pregunta es: ¿Cambiar el nombre de Ministerio de Cultura por Ministerio de las Artes, las Culturas y los Saberes es otro paso hacia la fragmentación excluyente que justifica aún más lo indefinido?  Aquí es donde al parecer la propuesta tomó los rasgos de otro activismo que no satisface las exigencias de una Política Cultural en términos de ser intervenciones de manera planeada, organizada, con horizonte en sus intenciones de desarrollo simbólico, obviamente aplicado a necesidades culturales de la población y que incidan en transformaciones sociales con la consolidación de ciudadanías deliberantes, participativas y generadoras de goces estéticos como fuentes de una convivencia expresiva con identidad y memoria.

Pero para no ser irresponsable, creo que ha sido apresurada e incomprensible la decisión de retirar de su cargo a Patricia Ariza por parte del Presidente Petro. Los cambios culturales se dan en el tiempo, sin afanes. Es posible que, si bien el Estallido Cultural no generó inicialmente los logros esperados, si es necesario reconocer que es una apuesta en proceso de sistematización para el diálogo que requiere el país como política cultural: El diálogo nacional de las artes y la cultura, partiendo desde los territorios en los que se articulen el sistema educativo, los saberes, las prácticas y expresiones culturales, el deporte y las cotidianidades de las comunidades.

Así como lo inspira la cita del escritor José Saramago, falta recorrer más para alcanzar lo que nos parece más cerca, además vivir la coherencia del cambio: El cambio genera crisis, las crisis son oportunidades de transformación y creación y no obstáculos ni discusiones áridas; la invitación a las juntanzas exige cambios de prácticas y concepciones para concretar acciones transformadoras. No se trata entonces de “barnizar un barco que se hunde”, se trata, a la manera de la “Tempestad” de Shakespeare, de resistir a las tormentas sin perder la levedad y creación del espíritu que se renueva en medio de la dificultad, y nuestra gran dificultad como país es una herencia de fatalismo y mentalidad colonial que da sombra a lo que somos y nos mantiene atados mirando por la ventana sin conocer la casa.

Finalmente, y para abrir una sana conversación, considero que los tiempos de cambio que requiere el país según las realidades del Siglo XXI, también requieren el espacio para generar acuerdos entre las partes antagónicas y esta es la vivencia de una democracia moderna en donde el Arte y la Cultura son la alegría y la conversación de lo bello y ético, tanto en lo personal como en lo colectivo, de una nación con identidad y con memoria.

Fotografía tomada de Internet. La Silla Vacía.

*Director, escritor, actor. Teatro Portátil.