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Fábula y arte, didáctica y lúdica

Por: Rubén Darío Zuluaga Gómez*

Fecha de publicación: 27/09/2021

Obra: PINOCHO. Grupo: TROPA TEATRO

El grupo Tropa Teatro es uno de los más sobresalientes del occidente colombiano. Todos los integrantes son músicos y tienen mucha versatilidad en el manejo de diversos lenguajes, habilidades que demuestran poniendo en escena una versión del clásico infantil, en la que hacen gala de un estilo muy particular: vestuario, escenografía, elementos plásticos coloridos y vistosos, manejo de muñecos y una adaptación dramatúrgica muy fluida, concisa y de alta lúdica poética. Esta tropa tiene la mejor influencia de los grandes maestros del teatro contemporáneo, no solo colombianos sino latinoamericanos.

Pinocho es la más bella metáfora escrita sobre el desarrollo humano. Su autor es Carlo Collodi, quien la publica en 1882, inicialmente en un periódico italiano. Traducida a innumerables idiomas y dialectos, se han hecho múltiples versiones, películas entre muchos otros formatos educativos y artísticos. Es la historia de un títere cuya madre es el bosque y el padre un carpintero llamado Yepeto, un viejo solitario que anhela intensamente un hijo. El títere es de madera y su conciencia es Pepito Grillo, su voz interior que le ayudará a superar las peripecias de la vida. Pinocho tendrá que aprender de sus errores y mentiras para que el Hada madrina lo pueda convertir en un niño de verdad; logrará su cometido si puede superar todas las pruebas, además de no olvidar el afecto por su padre.

Pinocho es una obra al desnudo, no tiene trasescena, no esconde el entramado. Cuando entran los espectadores todo el vestuario de la compañía está visible y mientras se acomodan, los intérpretes calientan la voz, estiran músculos, se concentran y toda la preparatoria resulta una verdadera experiencia para los niños asistentes, pues de esta manera entran a la intimidad de los camerinos y saben qué es lo que pasa antes de que los personajes salgan a escena. Así como Pinocho es un personaje inocente que nos muestra toda su vulnerabilidad, así los artistas también muestran toda su verdad; las máscaras están al descubierto, así también la manipulación de los muñecos y las escenas minimalistas que reducen de tamaño su expresión poética.

Es una bella experiencia estética poder disfrutar de una joya literaria convertida en teatro y acompañada de muchos niños que quieren advertir a Pinocho de lo que no debe hacer. Pero, irremediablemente, el personaje tiene que aprender por sí mismo y sentir en su propia nariz cada que niega la evidencia de un acto. Los niños gritan y se emocionan cuando la lúdica de un muñeco-actor les enseña algo que ya saben y con lo cual tendrán que lidiar toda su vida: aprender del error, de la frustración y de la experiencia. Tal vez Pinocho entre todas las obras literarias universales tiene la simbiosis de dos grandes componentes: fabula y arte, didáctica y lúdica; los niños y los adultos gozamos y aprendemos del misterio implícito en la herencia del arte universal.

Fotos Festival Internacional de Teatro de Manizales.

*Docente Universidad de Caldas