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Ideas para promover y mantener el buen hábito de la lectura

Por: Jorge Mario Henao*

Fecha de publicación: 18/04/2022

“El acto de leer implica tres elementos ineludibles y constitutivos que dan forma y sentido a la acción del sujeto sobre el objeto o código representacional, estos son: percepción crítica, interpretación y reescritura”. (FREIRE, 1989).

El 23 de abril es el día la lengua española, fecha en la cual los amantes de la lectura celebran el gusto por esta actividad y nos invitan a disfrutar de todos sus ya reconocidos beneficios. Esta una oportunidad para pensar en la lectura como hábito.

Hablemos de biblioterapia

Es sorprendente la manera como se van presentando formas innovadoras para que los demandantes se acerquen a la lectura. La idea es no permitir que esta se extravié como fuente básica de acceso al conocimiento y al saber, sino que se mantenga su vigor y su vigencia. Ideas no faltan. Una muy innovadora, y que además conecta con mi formación como psicólogo y psicoterapeuta, está inspirada en la consulta médica y psicológica. Es un servicio que incluye desde una cita con el interesado para explorar su perfil y preferencias de lectura, hasta la prescripción de las obras más primordiales para él y sus necesidades de entendimiento, identidad y ocio.

Estoy hablando de un portal en internet, el School of life, donde se puede leer la oferta: “Nuestros biblioterapeutas se especializan en obras de ficción, pero además recetan obras selectas de filosofía, poesía y otros trabajos de no ficción”, y continúan diciendo, “…organización que pretende convertir la lectura en un medio de bienestar y salud mental”. Más adelante y con justa razón comentan “…La vida es demasiado corta, para libros malos, pero con un nuevo libro publicado cada 30 segundos, puede ser difícil saber por dónde empezar”. Sabemos que ya en su momento lo hizo la música, con la así llamada musicoterapia; la danza con la danzoterapia y así con las artes en general. Hoy es el día, entonces, para promover la –biblioterapia- y sus beneficios sanadores. Una idea que podría inspirar a muchos colegas.

Hacia la multialfabetización

La lectura nos plantea grandes retos intelectuales, no solamente por su complejidad intrínseca y por el gran volumen de textos en soporte digital y físico que hoy circulan, sino por la proliferación de objetos, medios e imágenes que también se consideran propensos de leerse.

En este momento existe una diversificación tan monumental del tipo de materiales de lectura -la variedad de soportes y apoyos-, las aplicaciones virtuales han extendido tanto el rango de posibilidades, que los especialistas en el asunto por el momento no solo hablan de alfabetización, sino que usan el término más largo como es el de multialfabetización para comprender las novedosas necesidades.

Los retos frente al fortalecimiento de la lectura como hábito son cada día más exigentes y requieren más conocimiento, más dedicación, y agudeza en identificar los recursos que nos permitan mantenerla y promoverla en todas sus proporciones.

Se requiere, entonces, un sujeto más abierto, más flexible, con otra mirada frente a un deseo cada vez menos inspirado en un País de Cucaña, y si, un sujeto más luchador, más incrédulo en promesas falsas. Lo fácil nos termina costando muchos ojos de la cara. Necesitamos jóvenes que vean el futuro sin perder de vista el presente como resonancia del pasado que aún no muere; porque en este país siguen vigentes, en su versión más descarnada, sujetos con mayor voluntad y con un pensamiento menos perezoso. Demandamos maestros más inspiradores que explicadores. Estudiantes y maestros más amigos, pero que lo sean desde la diferencia y no solo desde la semejanza. Lo barato siempre saldrá caro, decía mi madre. Desear un pensamiento que nos cueste. Pensar cuesta y exige esfuerzo. La lectura nos enseña a disfrutarlo.

En el caso de los textos digitales, Elsa Margarita Ramírez Leyva, investigadora y docente de UNAM, nos comenta que la lectura ya no se hace de manera lineal, de inicio a fin. Este soporte ha variado la manera de leer, como regularmente pasa con los libros tradicionales. Estos nos trazan la ruta -aunque hay casos excepcionales, como la novela Rayuela de Julio Cortázar que se puede leer en desorden-. Ya en 1988 Umberto Eco lo advirtió de otra manera, la lectura de la misma forma desde que la concebíamos a partir de la construcción de la imprenta, comenzaba a demandar un cambio de visión. La mente perezosa no le es útil al lector, mucho menos hoy. Lo que si le es útil y le permite continuar su avance, es el pensamiento crítico.

Los recursos y las ventajas del pensamiento crítico

El pensar de manera crítica nos ayuda a discernir entre argumentos brillantes y mediocres, a superar prejuicios, a hallar conclusiones bien fundamentadas, a generar alternativas, a mejorar la comunicación, a reconocer entre la información falsa y la verdadera; sobre todo las fake news en las redes, surgidas al albor de las nuevas tecnologías. Las consecuencias de estas falacias no son menores. En resumen, a ser dueños de nuestro pensamiento, a estructurar criterio y actuar en consecuencia. El pensamiento crítico es aplicable a cualquier aspecto de nuestro día a día, incluida la resolución de dificultades y problemas o la toma de decisiones. El acceso a la información a través de la lectura, en su espectro más amplio, para este propósito se requiere y hace indispensable un pensamiento de calidad crítica.

¿Se puede desarrollar el raciocinio crítico? Muchos especialistas en el tema piensan que sí, sobre todo si se empieza en la etapa temprana de la formación académica. En la adultez se hace más difícil, sin embargo con empeño y autoconocimiento, ejercicios de autobservación y metacognitivos, si es posible hacerlo. Se recomienda examinar la información en pequeñas dosis -la trascendencia de los detalles y la averiguación de los matices-, practicar la curiosidad y el escepticismo -hacerse preguntas y contrastar por medio de otras fuentes- y cuestionar todo lo que nos dicen -sobre todo, si va en dirección a nuestras creencias-. Sin pensamiento crítico, el pensamiento estúpido se seguirá imponiendo, no solo en las redes y las artes, sino en todos los ámbitos de nuestra vida social.

*Psicólogo – Mg. en Educación desde la Diversidad. Docente Universidad de Manizales.