Volver

La cultura resiste

Por: Quehacer Cultural

Fecha de publicación: 14/07/2021

El 11 de julio pasado culminó Festival de Arte Urbano Manizales Biocultural realizado durante 8 días bajo el lema La cultura resiste, con participación de artistas de Singapur, Argentina, Bogotá), Bogotá, Manizales y Chinchiná.

El proyecto llegó a la octava edición en su búsqueda por formar, crear y divulgar las artes como una herramienta poderosa que fomente procesos de reflexión y establezca bases de una cultura ciudadana incluyente, tolerante y propositiva. Para acercarse a su propósito integró actividades como intervención sobre murales y asfalto, mesa gráfica, talleres, cartelismo, bazar, batalla de tags, lanzamiento revista La Ración.

Laura Hernández, Antropóloga, Magister en Educación y Desarrollo Humano, quien fue Productora del Festival Biocultural, expresa sus apreciaciones sobre un proceso que ha tomado fuerza en la ciudad, gracias a sus intervenciones de creación colectiva en espacios públicos para beneficio de toda la población.

“Nuestro slogan este año fue La cultura es resistencia porque creemos que el arte es una forma de resistir ante este contexto histórico que estamos viviendo. Para mí el arte urbano es una forma de denuncia, es una forma de transformación social pero también de transformación desde lo ambiental. Es una forma de tomar conciencia de todas las problemáticas que nos aquejan”.

“Uno de los principales retos del muralismo es la aceptación en la sociedad, la aceptación por parte de la comunidad porque es muy difícil tener a la gente contenta. Representar una voz colectiva a través de una imagen, es el gran reto que tienen los artistas del arte urbano para expresarse, liberarse, denunciar, responder a un mundo de apuestas. El arte en sí es un reto para transformar la sociedad”.

“A través del Festival Biocultural en sus 8 años de existencia, le hemos demostrado a la ciudad que esta actividad también es una expresión de arte, de resistencia, de ir superando tantas problemáticas, algunas que parecieran ser pequeñas pero que en últimas es una cuestión de impacto local, pero también regional y nacional. Siento como al ofrecer nuestros procesos, nos volvemos más familiares con la comunidad, la gente nos pide más intervenciones porque el arte no es solo cuestión de embellecimiento, no es solo poner colores y tapar lo feo, creemos que a través de estas expresiones se pueden resignificar un montón de problemáticas y transformarlas”.

“Nosotros consideramos que el arte tiene que ser muy poético, que el mensaje plasmado en un muro debe llevarnos a la reflexión. A veces los mensajes tienden a ser muy agresivos y no nos permiten llegar a lo metafórico y para nosotros es muy importante conservar la esencia del arte. Hemos apostado a seducir esas nuevas formas de expresar nuestros mensajes porque creemos que la violencia no se soluciona con la violencia, creemos que la violencia se soluciona desde la poética, desde la metáfora, desde el color, desde otro tipo de emocionalidades que se pueden despertar”.

“El Festival se realizó con recursos del Ministerio de Cultura, el Instituto de Cultura y Turismo y otro tipo de apoyos desde el sector privado. Las instituciones colaboran, pero los recursos de la cultura son muy escasos, una problemática que nos cobija a todos los que nos movemos en el mundo del arte y ese siempre va a ser nuestro talón de Aquiles, otro reto al que nos tenemos que enfrentar”.