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La Escritura, la lectura y el teatro: Una puerta abierta en la obra de Rubén Darío Zuluaga

Por: Javier Humberto Arias Ospina*

Fecha de publicación: 15/09/2023

Tengo hoy la feliz oportunidad de presentar a ustedes el nuevo libro de Rubén Darío Zuluaga Gómez titulado LO DIJO CASANDRA. Rubén Darío, el amigo y expedicionario de muchas jornadas existenciales, estéticas y de creación alrededor del Teatro y la Literatura.

Refiero en el título de estas notas, la expresión Puerta Abierta, para destacar unas reflexiones acerca de la actuación y el teatro escritas por del Director Teatral y de Cine Peter Brook, en donde podemos encontrar similitudes con algunos aspectos de esta obra de Rubén Darío, la cual traza pinceladas en prosa poética que evidencian cuidado, elaboración y originalidad, permitiendo al lector a través de cada uno de los relatos crear un gran teatro de la vida sin tregua al aburrimiento.

Cada línea o párrafo en LO DIJO CASANDRA, parece ser narrado en tono autobiográfico; en cada uno de sus relatos hacen presencia las juveniles y muy apasionadas lecturas del autor, las huellas de una infancia y vida familiar con vestigios de las tradiciones orales recogidas con delicadeza y ternura en los recuerdos de sus padres, hasta las incursiones dramatúrgicas de Monólogos, faceta del hombre maduro y de formación académica en tiempos de la reciente Pandemia del covid-19.  Como él mismo lo confiesa, las acciones cotidianas le han impuesto durante toda su existencia, los actos de leer y escribir como obligación y vocación sin pretender llegar a considerarse algún día un escritor. Conjuntamente ha sido un hombre a quien El Teatro como la vida misma ha obligado a la permanente lucha ante sí mismo, con el otro y con el público.

Rubén Darío en los relatos que componen esta obra literaria, además, va reafirmándonos que la vida es un laboratorio  de experimentos, expresión suya con la cual nos invita en LO DIJO CASANDRA al  primigenio mundo  de la alquimia y la transmutación permanente, esa bella metáfora de la conversión de los metales ordinarios en metales preciosos de plata y oro, la elocuente imagen de ese Ars Regio, que en el artista  constituye su permanente proceso interno de maduración espiritual o la fluida transformación o renacimiento en una búsqueda incesante que atraviesa las pasiones humanas, el  objeto perdido, en el cual  la lúdica y la creación son esas anclas para sostenerse a veces en los acantilados de confusiones y confesiones telúricas en donde como seres humanos nos podemos llegar a refugiar ante la fragilidad  y milagro de lo efímero.

Por ejemplo, desde el numeral 1, LO DIJO CASANDRA, en el relato denominado “Quién del otro lado”, Rubén Darío, a la manera profética del personaje mítico Casandra, nos advierte la sentencia humana expresada como Horror al cambio. De modo determinante lo enuncia en primera persona: “Me miré al espejo y vi a otro, le reclamé y se fracturó en mil pedazos”.  Esta es su forma poética de poner en escena la dialéctica de todo ser humano, sus luchas silenciosas por descifrar los enigmas existenciales que llevamos en una memoria colectiva inconsciente. Como compensación metafísica cuando el alma se mira en ese espejo, puede descubrir la vergüenza que ella encierra y entonces  la arroja de sí, pues tan pronto se pone frente al espejo, se olvida de su propia imagen. Pero para no caer en los solipsismos del individualismo, en la obra va descorriendo el sentido humano del lenguaje y su simbolismo como construcción histórica y social o en un estilo muy singular, se permite visualizar muchos de los artefactos que conforman la cultura hasta nuestros días.

LO DIJO CASANDRA, desde esa perspectiva narrativa, da una muestra muy representativa del entorno del hombre que se dedica como artista a la literatura y al Teatro, las tramas y sub-tramas del vivir humano, en la lucha existencial por un añorado equilibrio, así como la del actor y su vida interior, el actor y sus compañeros o la tensión entre el actor y su público. En síntesis, la obligación existencial de estar en dos mundos a la vez: El mundo interior y el mundo exterior, un camino simple para la referencia al YO, al Tú y al Nosotros.

Recurro ahora a la particular importancia entre el mundo del relato, el Arte Teatral y el mundo de la Pedagogía y la Enseñanza a partir de algunas Claves desde Paulo Freire como la Emancipación, el Pensamiento Crítico y los asombros.

Desde el Título “Lo dijo Casandra”, Rubén Darío pone al lector frente al privilegio de la palabra y su poder profético, pero siempre en riesgo de ser escupida y apartada de ese poder mágico consistente en ser creíble. En otras palabras, la eterna lucha entre la verdad y la mentira. Y aquí la primera clave que inspira esta obra de relatos en prosa poética, es la de poner en juego la libertad de los seres humanos con su  natural capacidad creadora, facultad eminentemente aprehendida a través del lenguaje y los asombros del entorno en una dialéctica entre los mundos existenciales de las interioridades y las exterioridades, que definen el modus  de todo accionar, el permanente discernimiento, la decisión y elección,  basamentos políticos de todo ser humano; y esta es una de las Claves de lectura desde Paulo Freire: Casandra la pitonisa, es capaz de enfrentarse al poder otorgado por otro poder sublime y así es como el valor de su palabra profética se banaliza. Hoy podríamos decir que ante las arrogancias del Fatalismo, las palabras pierden el valor de la verdad y son vehículo de falsas noticias del mundo del Statu Quo, la resistencia al cambio, que desde las redes sociales y medios masivos de comunicación, construyen terrorismos simbólicos para movilizar todo tipo de emociones degradantes.

Ningún ser humano es neutro, todos estamos existencialmente como seres de lenguaje en diálogo para el discernimiento, el cruce de caminos entre los sueños creadores o las pesadillas devastadoras, flujo de contradicciones que van y vuelven, en el enorme caudal del eterno retorno, figura que nos llega desde el filósofo Federico Nietzsche a través de Rubén Darío en LO DJJO CASANDRA.

En cada apartado de esta obra el autor cautiva a través de los recursos y estilos literarios y fortalece la condición humana de ser lectores del mundo y de la palabra. Deja claro en la Introducción que su escritura es diaria por obligación y vocación. Y esto se puede constatar, ya que desde muy joven Rubén Darío ha sabido compartirnos con lujo de detalles en tertulias inolvidables que llegaban hasta la mirada fija, sus inquietudes y posturas alrededor de escritores variopintos tanto en sus obras como en sus contextos, formas y contenidos. Y como buen hombre de teatro que sabe las reglas de la recepción de la puesta en escena, sorprende al final del libro con el anuncio aleccionador que hace a sus descendientes: “La herencia más importante que dejaré a mis nietos incluidos Isaac y Thiago, será mi gran biblioteca…”.

Quisiera finalmente que estas líneas se las llevara Rubén Darío y cualquier otra persona que por feliz hallazgo alguna vez las lea, como una pequeña carta surgida del afecto y la lectura atenta del libro que hoy tienen ya en sus manos.

Las líneas que a continuación me permito dedicar, son de nuestro Maestro y gran referente artístico común, Enrique Buenaventura y titulado Carta a Theo surgida quizás de la hermosa comunicación epistolar que el artista Vincent Van Gogh sostenía con su hermano Theo en el siglo XIX y que estoy seguro, también constituyen parte sustancial de esta cofradía existencial, estética y artística, que bien puede resumir el valor poético y creativo del nuevo libro LO DIJO CASANDRA :

“Pero luz, lucidez, cálculo
Pasión, amor, entrega, no
Son la locura Theo.
La locura son solo las carencias”

El camino de soledad casi siempre incomprendido, pareciera advertirnos, de manera inútil y poco creíble como en el caso de Casandra, esta sentencia paradojal : “La perfección nunca es bastante perfecta” y por tanto para hacer escuchar esa especie de voz interior y conectarla con el oído de un mundo incrédulo, como lo escribe Rubén Darío Zuluaga en la introducción de LO DIJO CASANDRA, ”hoy tampoco se escuchan las voces de alerta ante las catástrofes ambientales o ante dilemas del espíritu que no tienen resolución y solo pueden expresarse en la locura o la alucinación”. El momento paradojal consiste entonces en que esa soledad deberá expresar toda su fuerza en la voz estruendosa de ese otro u otra afuera, en las circunstancias de un lector del mundo y de la palabra como en este caso.

Y esa podría ser, una clave emancipadora desde Paulo Freire, lo que hace fascinante la incompletud o inacabamiento de toda obra y de todo ser humano.

Con todo mi afecto y reconocimiento.

Presentación del libro “Lo dijo Casandra” el 14 de septiembre de 2023 en Macondo Manizales.

*Director y actor de teatro.