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La intérprete musical que salva la obra

Por: Rubén Darío Zuluaga Gómez*

Fecha de publicación: 29/09/2021

Obra: PECADOS CAPITALISTAS. Grupo: SALA VERDI

Lo que pudo observarse en el Teatro Los Fundadores el día martes 28 de septiembre a las 7:00 p.m., fue un espectáculo nada convencional, pues el escenario aparece desnudo con unas sillas donde se sientan un político regional conocido, una periodista del Eje Cafetero, un guitarrista y una cantante, representantes del grupo de Uruguay. Y lo que vemos es una entrevista, tal y como la muestra cualquier medio nacional o local, con una diferencia que acompaña la conversación: con cierta periodicidad y con acentuada intencionalidad, la cantante interpreta canciones con ironía, que se las dedica al político, y en ciertos momentos, incluso, con tono burlesco y crítico.

El acto escénico-político se abre con el tango Cambalache, una clara alusión a la caótica y desvergonzada realidad que vive el mundo, entre otras cosas, por responsabilidad de los políticos. Entre los pecados capitalistas: la soberbia, la lujuria, la avaricia, la ira, la gula, la envidia y la pereza, se selecciona para la conversación la ira. En previas averiguaciones se reconoció que el personaje en mención era tildado por sus conocidos como “cascarrabias”, y él aceptó que, en virtud de sus convicciones, cuando estas iban en contra de sus principios, le producía rabia.

La entrevista es puesta sobre el escenario, y aunque periodista y político se asumen en sus verdaderos y reales roles, los espectadores extrañan la situación, pues además de la cantante que con cada tema arroja indirectas melódicas, la conversación adquiere cierto carácter de representación, pues los políticos siempre están actuando una verdad, independientemente de que correspondan con la realidad o no, y la periodista prepara sus preguntas con una intencionalidad y sabe que lo hace para un público: utiliza un tono, un lenguaje y pretende sacar un provecho informativo. Cuando la entrevista se hace sobre un escenario como Los Fundadores, y en el contexto del Festival Internacional de Teatro, nunca se pierde el carácter de espectador pues el espacio, el momento y la música le dan un carácter performativo al evento y permite resignificar el dialogo, hasta cierto punto…

Sin embargo, creo que es sobrevalorada la directora Marianella Morena, y, a pesar de los 50 premios que ha ganado en el mundo entero, el marketing que la antecede y los circuitos que la contratan, por lo menos en esta función, es muy limitado lo que se alcanza. El político logra imponer su retórica como si estuviera en RCN o Caracol, el tema de la ira es apenas mencionado y desaparece su “Pecado capitalista”; lo que si permanece es la intérprete musical que salva  la obra; de resto, la “Coalición de la esperanza” salió muy bien librada. Un político tan experimentado como Guido Echeverry no se va a exponer en un escenario como Los Fundadores sin obtener réditos políticos.

Sin temor a exagerar, creo que como siempre los políticos se benefician y sacan partido del arte y la cultura, pueden exponer sus tesis sin que ninguna performance afecte su discurso. Tal vez si quién entrevista es un actor o actriz que puedan enredar alguna lógica discursiva, haya alguna posibilidad. Este experimento me parece interesante pero poco trascendente, pues lo que quedó para el público fueron los argumentos ideológicos, las canciones llenas de ironía y el asombro de los espectadores de que esto se pueda considerar un espectáculo teatral y no sea una estrategia “facilista” más de lo que se da en llamar arte posmoderno.

*Docente Universidad de Caldas.

Fotos Festival Internacional de Teatro.