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La Septuagenaria Galería de Manizales 1951-2021

Por: Gonzalo Duque-Escobar*

Fecha de publicación: 19/05/2021

Los 70 años de la Plaza de Mercado de Manizales, lugar donde la administración avanza con un plan parcial como parte del macroproyecto de Renovación Urbana de San José, que hace uso de un instrumento del Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad, ameritan una mirada al significado de dicho lugar en la perspectiva del pasado, también a examinar la naturaleza y enfoque de los procesos del presente, y por último a encontrar en el contexto el significado de los cambios urbanísticos para su futuro, por tratarse de uno de los sectores más representativos y al tiempo más olvidados y deteriorados de la ciudad, a pesar de que, desde antaño como en cualquier lugar, la plaza de mercado ha sido el destino primordial de los caminos rurales que alimentan la ciudad de productos frescos del campo, cuya oferta al lado de bienes artesanales, saberes y haberes culturales que alternan con ventas de baratijas y segundas, convocan y confunden en medio del bullicio, los regateos y los olores, a campesinos y habitantes urbanos de diferentes clases sociales.

Por lo tanto, la Plaza de Mercado de Manizales, conocida como la “Galería” es el fragmento de un territorio urbano en una ciudad intermedia que, tras siete décadas expresando las contradicciones de la vida citadina, exige repensarse e intervenirse para acceder a la modernidad: ya no puede seguir siendo el centro de abastecimiento para esa sociedad industrial de ayer, pues debe prepararse para sobrevivir manteniendo dicha función en medio de una sociedad cada vez más exigente y competitiva, donde el Estado solidario le ha cedido responsabilidades al mercado, y la economía se ha globalizado y deshumanizado. Mientras las grandes superficies de mercado son a la galería lo que la industria y agroindustria es ahora a los productores rurales y artesanales, también los escenarios urbanos con sus propias dinámicas van redefiniendo sus funciones para las actividades comerciales, de servicios, residenciales e industriales, y cambiando conforme evoluciona la propia sociedad.

 De toldos y tenderetes a barracas y a pabellones

Como referente urbano, la Galería, por cumplir un uso fundamental del suelo como plaza de mercado a lo largo de la historia, presenta las características relevantes y diferenciales propias de un activo del patrimonio cultural de la ciudad que se inserta en el escenario con funciones comerciales vitales para su desarrollo, acompañando sus dinámicas y mutando con sus cambios en todos los tiempos: en los de Manizales cuando era la aldea de caminos de arriería, su lugar natural fue la plaza principal que funcionaba en días festivos; y creado el Departamento (1905) cuando Manizales contaba con unos 30 mil habitantes, tras el crecimiento del comercio, consecuencia de la explosión de la economía cafetera, hacia 1910 ese escenario separa funciones quedando las del comercio para la Plaza Alfonso López, donde toldos y tenderetes se van transformando en barracas, y estas en pabellones tras secar la cañada del lugar y adecuar el terreno, para mutar hasta conformar unas galerías propias de una plaza de mercado al llegar a contar con siete pabellones en dos manzanas, entre el Colegio de la Presentación (1905) y los Agustinos (capilla en 1903 y templo en 1923). Pero pasada la mitad del siglo XX, cuando la ciudad superaba los 125 mil habitantes, se diseña y construye la actual Plaza de Mercado, por José María Gómez M., Alfonso Carvajal E. y Jorge Arango U., dotada de un magnífico edificio emplazado en un novedoso trazo acorde con la época.

En cuanto al proceso, cualquier transformación urbana de carácter fundamental, como el de la comuna San José en atención a su carácter de proyecto de interés social, no sólo debe estar mediada por mecanismos de planeación participativa y concertación ciudadana, sino que también debe mostrar una acción profunda de recuperación del tejido social y coherencia entre los problemas y soluciones que plantea, tal cual se propuso en la formulación que hiciera la Universidad Nacional para el proyecto primigenio (2008). De lo contrario el esfuerzo fiscal y económico con las enormes posibilidades del proyecto, puede subyacer frente al natural costo social y ambiental, consecuencia del traumatismo de las obras. Esto para prevenir la exacerbación de un potencial conflicto en caso de darse la frustración de las visiones, expectativas y sueños colectivos, por ser asuntos susceptibles de enmendarse, a pesar de las falencias estructurales de la gestión que parecen advertirse de los esfuerzos por socializar el proyecto con quienes debieron ser actores responsables de su construcción.

 Manizales: sus zonas y funciones urbanas

Para empezar, no podemos desconocer que cuando Manizales se funda el 12 de octubre de 1849, lo que mueve a cerca de 400 familias de colonos que ya habitaban el territorio, es la necesidad de una plaza de mercado que les permita comercializar productos producidos en sus parcelas y requeridos para su subsistencia. Desde entonces dicho escenario ha venido evolucionado, tal cual lo advertimos en Manizales, al observar el histórico lugar cuyo singular trazo delata la construcción urbanística de mediados del siglo XX, pero que ahora para adecuarse a los cambios y desafíos del siglo XXI, requiere de un diálogo con los actores sociales de la galería, donde gravitan pequeños comerciantes, artesanos y productores rurales, centrado bajo el concepto de que el territorio es una construcción social y por lo tanto que la galería como tal debe ser la consecuencia de un proceso de ordenamiento incluyente, participativo y concertado, que parta del presupuesto de que dicho escenario además de ser el principal referente de la Comuna San José, ha servido a lo largo del tiempo como articuladora del conjunto de zonas y funciones de los medios rurales y urbanos de Manizales.

En efecto, dichas funciones en Manizales se reparten así: primero, entre una zona industrial que, además de estar mal ubicada en relación con los medios del transporte regional ubicados al poniente, debe entrar al tema de la producción limpia; segundo, la zona residencial cuya fracción más costosa se ha ubicado sobre el paisaje de chimeneas del oriente de la ciudad, cuando los cánones urbanísticos obligan a valorar su función por el carácter paisajístico; tercero, la zona de servicios cuyo centro de gravedad es Palogrande, lugar que debe velar por mejorar su nivel de equipamiento y prevenir su “artrosis” funcional; y finalmente, la zona comercial donde entra la galería como parte del centro histórico, y que es hoy un lugar amenazado por procesos de lumpenización, lo que exige una acción socioambiental profunda, dado que en ella se materializa el sentido y valor cultural e histórico de nuestra ciudad.

 Un nicho para el productor rural y el artesano

En virtud de lo anterior, es evidente que la galería hace parte de los viejos inmuebles donde algunos moradores vigilan el lugar y cuidan su territorio: es que las zonas comerciales de los medios urbanos ya no son sitio para los grandes almacenes y centros mayoristas de antaño, sino que deben ocuparse de servicios culturales y nutrirse de espacios agradables, donde el productor rural y el artesano realicen su trabajo, que no es justamente el resultado de la actividad industrial. En efecto, mientras la industria se ocupa de bienes generados con economías de escala y producción en serie cuyo destino es la gran superficie comercial, la producción artesanal y rural de mayor impacto por su extensión social, tiene como destino otros lugares como la galería y las tiendas de barrio, pues en ellas prima el soporte de las cadenas productivas ligadas a organizaciones de pequeños productores que hacen la oferta de bienes y servicios con soporte cultural, y de haberes y saberes ancestrales, sin la intromisión perjudicial de intermediarios.

Todo esto supone avanzar en la defensa de la galería procurando la intervención del Estado, para mejorar la calidad del hábitat, la organización de los pequeños productores y comerciantes, implementar el banco de oportunidades para empresas sociales, y sobre todo para la valoración, protección y recomposición del tejido social, so pena de dejar en manos del mercado a los pequeños productores rurales y artesanales, y a los pequeños negocios en que rematan sus cadenas productivas, y con ellos a las comunidades más vulnerables. Es que el futuro de la galería también depende de una economía rural cada vez más deprimida, donde urge una reconversión agropecuaria orientada hacia la producción limpia con el apoyo del Estado centrado en políticas de ciencia y tecnología, para que el usuario de la ciudad encuentre diferencias estructurales entre esta oferta, y la proveniente de empresas industriales y agroindustriales intensivas en agroquímicos, pesticidas, fungicidas y abonos de base química.

¿Soluciones creativas o sin contexto?

En 2017 tras la instalación de 180 módulos de acero para reorganizar vendedores informales, que han ocupado el perímetro de los pabellones con casetas de zinc, surge una acción popular bajo el argumento de que además de desconocer derechos colectivos fundamentales del comercio establecido en los pabellones, se estaría legitimando la ilegalidad y casi escriturando el espacio público a los invasores.

Cabe anotar que El Centro Galerías Plaza de Mercado que tiene en concesión las instalaciones desde 1995 hasta 2025, ha entregado en 20 años a Infimanizales $2.270 millones por utilidades y regalías. Igualmente, sobre la problemática de la invasión del espacio público de la ciudad, Manizales tiene unos 2 mil vendedores informales establecidos en diferentes puntos críticos, entre ellos la Plaza de Mercado donde la Secretaría de Medio Ambiente con la intervención que está realizando busca una transformación completa e integral del sector.

Si bien tras siete décadas que imponen nuevos desafíos, la solución además de inconsulta, no resuelve el problema de fondo, queda entonces en el aire la idea de que se trataría de una remodelación que se emprende para saldar pasivos ambientales del medio urbano sin contemplar integralmente el valor patrimonial del bien histórico afectado, ni la necesaria separación de funciones mayoristas con una central de abastos, minoristas con la galería, en un escenario carente de un verdadero plan parcial a pesar de existir el macroproyecto de Renovación Urbana de San José.

 

A descongestionar y modernizar la Plaza de Mercado

Finalmente, con relación al contexto en que debe darse la transformación del epicentro del sector constituido por la Plaza de Mercado, no solo se debe reconocer el valor urbanístico y funcional del lugar y potenciar la organización social, para proyectarlo adecuadamente al futuro como principal referente de la comuna, sino y sobre todo para que al lado de las tiendas de barrio y abundancias de la ciudad, continúe siendo el eje articulador entre una función de abastecimiento vital para el medio urbano y la función productiva más primordial del medio rural de Manizales, sino también para que separe y especialice sus funciones diferenciándolas de la otra oferta de bienes industriales adecuada para las grandes superficies de mercado.

Además, admitiendo que Manizales debe implementar su central de abastos en otro lugar para descongestionar la plaza de mercado, y proceder a la necesaria modernización del lugar, lo que exige dotarlo de equipamientos y espacios públicos adecuados para mejorar las nuevas funciones misionales, adecuando su rol histórico como elemento constitutivo del centro urbano, habrá que cuidar con la renovación urbana la naturaleza y funciones complejas de las viviendas, para no desnaturalizar las actividades vitales de los moradores del lugar, privilegiando artesanos, pequeños comerciantes y oferentes de oficios menores especializados, como actores esenciales de la economía urbana que se complementa con la del campo en el citado lugar.

Fuentes Bibliográficas

Centro Histórico de Manizales: Lineamientos Conceptuales de cara al POT.

El desarrollo urbano y económico de Manizales. 

La renovación en la comuna San José: un paso atrás en el desarrollo urbano de Manizales.

Plan Parcial Galería.

Planificación urbana de infraestructuras de mercado en Manizales.

Plaza de Mercado y Paisaje Cultural Cafetero

* Profesor de la Universidad Nacional de Colombia y Miembro de la SMP de Manizales.