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Ligero declive de lo cotidiano

Por: Víctor Jurado Loaiza*

Fecha de publicación: 17/01/2023

2022 fue un año en el que históricamente los índices y las cifras de la economía nacional incrementaron más de lo esperado. Según el Departamento Nacional Administrativo de Estadística (DANE), el costo de vida en Colombia, es decir, el IPC aumentó de 5,62 % al cierre de diciembre de 2021 a 13,12 % para el cierre de 2022. (Departamento Nacional de Estadística, 2022).

El diario La República en un artículo publicado el 30 de diciembre de 2022 indica que “El aumento del IPC afectó la capacidad de consumo de los hogares. Hoy un mercado de alimentos cuesta 27 % más que en noviembre de 2021”. (Velásquez, 2022), cifras que afectan a la mayoría de los hogares colombianos que, ante el incremento de los precios de los alimentos básicos de la canasta familiar, se ven en serios aprietos a la hora de suplir las necesidades de nutrición de sus familias.

Y es que según el DANE, “el sector de los alimentos y las bebidas ha sido el más golpeado por la mayor inflación registrada en el país en los últimos 5 años.”; si en enero de 2022 un kilo de cebolla cabezona blanca valía, en promedio, $ 2.400, para el cierre del año quedó en $ 4.400, una importante variación registrada por Corabastos, la central de abastos de alimentos más importante de Bogotá (Corabastos, 2022).

Ante este panorama, el acceso a una buena alimentación se convierte en un privilegio del que pocos pueden disfrutar; por lo que es necesario generar espacios, procesos o acciones que inviten a la reflexión y la conversación alrededor de temáticas cotidianas que, como ésta, afectan nuestro diario vivir.

Una de las oportunidades para poner en contexto situaciones determinantes de nuestra existencia ha sido y es el arte, como lenguaje que expresa emociones, ideas y sentimientos, y a la vez, que denuncia hechos o situaciones a las que como individuos y sociedad nos vemos expuestos.

“La creación artística posee una fuerza interior que le confiere una lógica interna y, en tanto, atiende al mundo interior del hombre, a sentimientos y pensamientos que aluden al problema vital de la existencia, a las grandes preguntas, genera una conciencia social.” (Vygotsky, 2006).

Es así como “Ligero declive de lo cotidiano”, la obra de la artista Angie Paola Montenegro Velasco[1] exhibida por estos días en Manizales, en la exposición Imagen Regional 9, territorios guardianes[2], del Banco de la República, nos invita a generar conciencia social, mientras nos lleva a reflexionar alrededor de la canasta familiar, su valor simbólico y económico, y la forma como estas variables determinadas por diversos fenómenos afectan la calidad de vida de los hogares colombianos.

Ligero declive de lo cotidiano” es una instalación, a partir de estantería de metal, en la que se observan 50 esculturas de cemento blanco que representan alimentos básicos de la canasta familiar como sal, arroz, azúcar, enlatados, embutidos y harinas.  La estantería, típica de tienda de barrio, juega de manera simbólica con sus contenidos al presentar una leve inclinación que genera la percepción de que esta va a caer al piso.

La obra fue creada en 2018 y parafraseando a la artista, es una obra que se realiza a partir de motivaciones personales con relación al papel de tendera que ejerció su abuela materna en un barrio de Florida, Valle; experiencia que la lleva a preguntarse sobre el desarrollo y el sostenimiento de la clase popular. Angie Paola utiliza técnicas tradicionales como la pintura y la escultura para señalar la manera en que se ve afectada la clase popular con el alza en los precios de la canasta familiar básica.

Al observar la obra, en una primera impresión, nos remitimos de manera casi que inmediata a esos recuerdos de barrio, a la tienda como eje fundamental de la cuadra, no solo para la alimentación, sino también para el encuentro social, a la esquina, al tendero, a la disposición de los alimentos, a las “devueltas”, al fiado y a toda una dinámica social de muchos de los barrios de nuestro país.

Al detallar la obra nos encontramos con una estantería verde, pelada y un poco corroída e inclinada que tiene la apariencia de haber sido usada durante mucho tiempo.  Da la sensación de estar a punto de caerse al piso, está al límite mientras preserva su equilibrio; como muchos hogares que se sostienen en vilo, en la incertidumbre de un futuro incierto donde el desayuno no está asegurado. Está a punto de caer, pero se mantiene y sobrevive.

Sobre cuatro mostradores se encuentran distribuidos diferentes alimentos básicos. En el primero y el segundo, de arriba hacia abajo, encontramos harina de trigo, sal y leche en polvo, entre otros. En los dos últimos nos encontramos con una serie de embutidos y latas que parecen contener diferentes clases de alimentos. Causa curiosidad el hecho de que algunos empaques de los productos aparezcan con marcas y otros en blanco, denotando diferencias en la relación precio – calidad.

Ante esto, la autora nos comparte: “Si me coloco en el papel del comprador diría que tengo preferencia por algunas marcas que se vuelven populares y apetecibles, además de ajustarse a mi sueldo o a lo que gano a diario. Por otro lado, están los productos que generan desconfianza y sabemos que no alimentan como los embutidos y los enlatados, pero se adquieren por gusto, costumbre o desvare, como se dice coloquialmente”.

Angie Paola se remite a sus memorias de infancia en la casa de su abuela y a la representación simbólica para invitarnos a pensar en la manera cómo las dinámicas económicas impactan la calidad de vida de los hogares. Nos lleva a pensar en la riqueza alimenticia que pueden proporcionar los suelos de nuestro campo, pero que tristemente solo unos pocos pueden disfrutar en su máximo esplendor.

Nos conduce hacia una reflexión social del alimento como testimonio de la desigualdad en el acceso a los recursos básicos, una realidad que afronta la mayoría de los hogares colombianos pues según el DANE  (Departamento Nacional de Estadística, 2022), en 2021 el total nacional de la pobreza monetaria fue 39,3 % y la pobreza monetaria extrema fue 12,2 %; es decir, que por lo menos el 51,5 % de los colombianos se ven en serias dificultades para acceder a recursos básicos en los que se incluye la alimentación. Muchos hogares sobreviven con una comida diaria.

Esta es una triste y desesperanzadora realidad de la que el arte no se aparta, por el contrario, y como lo vemos en la obra de Angie Paola, es una posibilidad de denuncia, de llevarnos a la generación de una conciencia crítica frente a las realidades de nuestros territorios, de exponer esa crudeza que se hace paisaje.

Es una invitación a construir relatos de país con énfasis y prioridades distintas que busquen un bienestar común, a partir de una conciencia colectiva de acción conjunta, pues el arte, como lo menciona Vygotsky, “completa la vida y amplía sus posibilidades, revela las contradicciones, surge de la insatisfacción en el vislumbre de otras alternativas y ayuda a la toma de conciencia de lo realmente sustantivo de la vida”. (Vygotsky, 2006).

[1] Angie Paola Montenegro Velasco. Maestra en Artes plásticas. Hizo parte de la convocatoria Imagen Regional 9, del Banco de la República. Sus exploraciones giran en torno a la estética de los productos que componen la canasta familiar de la clase popular.

[2] La exposición puede ser visitada en el Centro Cultural del Banco de la República en la ciudad de Manizales hasta el próximo 4 de febrero. Información en: https://www.banrepcultural.org/manizales/actividad/imagen-regional-9-territorios-guardianes

Bibliografía

Corabastos. (30 de Diciembre de 2022). Corabastos. Obtenido de Corabastos: http://boletin.precioscorabastos.com.co/

Departamento Nacional de Estadística. (Diciembre de 2022). DANE. Obtenido de DANE: https://www.dane.gov.co/

Velásquez, J. T. (30 de Diciembre de 2022). La inflación llega a 12,53%, el desempleo a 9,5% y el PIB avanza hasta 7,1%. Diario La República.

Vygotsky, L. (2006). Psicología del arte. Barcelona: Grupo Planeta (GBS).

* Profesional en Gestión Cultural y Comunicativa de la Universidad Nacional. Especialista en Gerencia de proyectos.