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Manizales hervidero cultural corre el riesgo de volverse hervidero de frustraciones

Por: Quehacer Cultural

Fecha de publicación: 06/02/2023

Los artista, gestores, emprendedores y entidades culturales de Manizales se enfrentan este 2023 a nuevas realidades que afectarán en mayor o menor medida la dinámica de sus proyectos y procesos. Esas circunstancias, entre otras, son los anuncios de cambio del Ministerio de Cultura, la potencial creación de la Secretaría de Cultura del municipio, una propuesta de política pública cultural para la ciudad, la aplicación de la estampilla pro cultura.

Se configura así un ambiente de incertidumbres y desafíos que pone en juego la estabilidad de un inmenso tejido patrimonial de valores humanos, sociales y económicos que se mueven alrededor del sector cultural de una ciudad que se perfila como universitaria.

Esta situación acrecienta la necesidad latente de medir en términos cuantitativos el impacto que la cultura, como eje transversal del desarrollo, tiene sobre la calidad de vida de este territorio, ejercicio que nunca se ha hecho y que con el avance de los medios de información y demás categorías de análisis facilitará el debate público alrededor de un tema tan sensible y vigente en la vida de los manizaleños.

Para Uriel Giraldo Álvarez poeta, profesor universitario y director de la Sala de Teatro El Escondite, Manizales es un hervidero cultural, un hervidero de iniciativas inclusive empresariales desde el punto de vista artístico, “pero corre el riesgo de que se vuelva también un hervidero de frustraciones porque tenemos programas en todas las artes, inclusive uno académico de gestión cultural, y eso hace que surjan muchos emprendimientos culturales pero la ciudad no los apoya debidamente”.

Al referirse a las expectativas que han surgido este año, anota que no sabemos bien que implicaciones tiene el paso del Instituto de Cultura y Turismo a Secretaría de Cultura, “un año de acomodación del nuevo formato tanto para la institución como para quienes tenemos tratos con ella y eso, coincidiendo con un año electoral, es más difícil para nosotros porque viene la ley de garantías y no sabemos hasta donde llegue alguna injerencia y direccionamiento político de recursos. Además, no tenemos idea de cómo van a implementarse las políticas nacionales de llevar el arte y la cultura a los colegios, eso que siempre hemos anhelado, siempre hemos extrañado la separación de los ministerios de educación y cultura. Sabemos que es una propuesta de la presidencia de la república, pero no sabemos todavía cuáles son los planes concretos”.

A él le parece que el perfil de Manizales como ciudad universitaria ha hecho cambiar la cultura, incluso la idiosincrasia de la ciudad. “Tiene sus cosas muy buenas, pero parece que no se ha preparado porque el hecho de ser ciudad universitaria implica muchas cosas, incluso infraestructura para los estudiantes, pero especialmente de la oferta cultural que requiere esa población. El destino educativo de gente de todo el país en sí ya es una riqueza cultural muy interesante que la ciudad no ha sabido valorar y las mismas universidades creo que tampoco”.

Llama la atención Giraldo Álvarez sobre la oferta cultural que requiere esta población y que la ciudad no apoya ni ofrece debidamente “porque da la sensación que las universidades creen que sus programas en este sentido son suficientes y resulta que no. Hay otras posibilidades artísticas en la ciudad que hay que respaldar porque si no terminan los estudiantes simplemente nutriéndose de una manera endogámica de lo que la misma institución donde estudian produce y entonces es posible que muchos egresados regresen a sus sitios de origen casi que sin romperse ni mancharse porque no se dejaron permear por otras expresiones culturales que se mueven en la ciudad”.