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Mujeres de teatro en Manizales. VIVIANA HOYOS

Por: Quehacer Cultural

Fecha de publicación: 12/02/2021

“En esta nueva realidad, que a mi sentir está sucediendo, el papel de la mujer artista no es distante al papel que tenemos las mujeres en la vida y en la sociedad, entendiéndonos como una manifestación viva de la armonía, organización y creatividad, tan necesarias para el crecimiento artístico, capaz de transformar y transcender las barreras del género sin buscar competir con lo masculino, tratando de acercarse a ese equilibrio canalizador de grandes proyectos artísticos”.

Viviana Hoyos combina juventud, talento y talante, condiciones que reflejan este testimonio y que le confieren la gracia para acercarse con seguridad a los desafíos del siglo XXI, siglo que nos ha sorprendido con cambios tan inéditos como los que vivimos en los actuales tiempos.

Pertenece a una nueva generación de profesionales del teatro que sigue los pasos a consagrados actores, directores y dramaturgos de la escena manizaleña. Es cofundadora de la Corporación Los Chicos del Jardín, agrupación con 11 años de existencia, donde cultiva su vocación artística.

Viviana es Licenciada en Artes Escénicas con énfasis en Teatro de la Universidad de Caldas. Tiene una competencia laboral en interpretación en danza por el Sena regional Caldas y experiencia en docencia en danza y teatro en diferentes instituciones públicas y privadas. También es artífice de la Fundación Artística y Cultural Danzeatro del municipio de Chinchiná, espacio para niños, niñas y jóvenes.

Durante varios años usted fue la única mujer integrante de Los Chicos del Jardín, hoy en día se le han unido otras dos “jardineras”. ¿A lo largo de su carrera ha sentido o sufrido discriminación por circunstancias de género?

En algunas ocasiones, sobre todo en los viajes artísticos, quienes nos reciben prefieren tratar los temas concernientes a nuestras presentaciones con los hombres del grupo, y no conmigo, En un viaje a otro país éramos 5, yo la única mujer y en entrevistas ese era el tema central ¿cómo una mujer hacia teatro y viajaba sola con 4 hombres? Comentarios por los que no me he sentido discriminada. Entiendo que las realidades de estas personas son diferentes a las mías y lo he tomado como oportunidad de poder compartir mi trabajo teatral frente a quienes se cuestionan por lo que ven. Luego en el escenario, y cuando comprenden un poco la dinámica del grupo, se dan cuenta de que es un engranaje donde cada pieza masculina y cada pieza femenina importan no solo para el desarrollo de la obra, sino también para nuestro propio crecimiento.

¿Cuál cree usted será la dinámica del ecosistema cultural, y específicamente del teatro, a mediano y largo plazo, teniendo en cuenta el impacto de la pandemia sobre este importante sector de la vida ciudadana?

El teatro es como un espejo de colores donde todos podemos vernos reflejados. Y precisamente es el momento donde la cultura se puede convertir en un verdadero ecosistema, pues el impacto que ha tenido la pandemia, aparentemente tan negativo para el sector teatral, permite también nuevas exploraciones en otros conceptos, de donde se toma lo que sea funcional para resolver la necesidad y el deseo de seguir haciendo teatro, y aun así, resistiendo con nuevas formas como puede ser la virtualidad, por ejemplo; se expanden las posibilidades de catapultar el arte teatral a una necesidad colectiva para la vida ciudadana. El teatro nunca ha dejado de existir, aunque lleva toda la vida muriendo, la palabra reinvención no se acomoda a una nueva realidad teatral, es en ese estado en el que nos hemos mantenido siempre que concurra la necesidad de contar, representar y poetizar el contexto, y así será a mediano y largo plazo, una dinámica incluyente y diversa donde caben todas las posibilidades en las que pueda verse el mundo.

¿Qué ha significado para usted ser artista en Manizales?

Para mi ser artista en Manizales ha sido un verdadero lujo, sin desconocer los atributos económicos que pueden tener otras ciudades u otras profesiones, tengo la fortuna de hacer y ser teatro, de poder levantarme todos los días a entrenar mi cuerpo y voz para poner en escena lo que me inquieta y me moviliza. Tengo la posibilidad además de hacerlo aquí, en la ciudad donde recibí mi formación universitaria, con mis compañeros maravillosos con quienes me construyo día a día, y en el lugar que me ha permitido vivir experiencias afortunadas y desafortunadas que me llevan al sentir. Y es que precisamente para mí el poder sentir es uno de los más grandes privilegios del ser humano, solo que, en el teatro, aquí, siendo artista, puedo hacerlo sin miedo y sin pena.