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Mujeres de teatro en Manizales. YOLANDA ARIAS

Por: Quehacer Cultural

Fecha de publicación: 04/03/2021

A la artista Yolanda Arias Gómez no se le queda espacio de su vida sin llenar: bailarina, coreógrafa, actriz, directora, gestora cultural. Levantó, literalmente, con su esposo el poeta Uriel Giraldo la Sala de Teatro El Escondite en un rincón del pintoresco barrio Chipre Viejo de Manizales.

En El Escondite, un escenario para el arte y la cultura que se ha vuelto icónico en Manizales, Yolanda, acompañada de un diligente equipo de trabajo, mueve los hilos con su destreza de mujer comprometida, para que las herramientas tecnológicas, logísticas y administrativas den forma a los procesos creativos que desde allí se gestan, desde el teatro, pasando por la danza, la literatura, la música…

Yolanda es Trabajadora Social, “lo que me ha permitido una mirada social del trabajo artístico y cultural”. Estudiante especial del Programa de Artes Escénicas de la Universidad de Caldas, profundización en actuación y dirección. En su papel de actriz y bailarina se ha destacado en los montajes: Juego de manos; El triciclo, Fusión, Entre perro y lobo, Soliloquio del individuo, Aquel amor ya nostalgia, Matachín matachinero, Sueño y memoria, El laberinto.

Sus emprendimientos la han llevado a crear y dirigir proyectos tan importantes tanto para el desarrollo cultural de la ciudad como para su carrera artística: Grupo A Cántaros Danza, Sala de Teatro El Escondite, Festival Internacional de Danza “Dos Caminos Un Encuentro” y laboratorios teatrales en construcción de tejido social del Ministerio de Cultura.

Con toda la autoridad que le da esta invaluable trayectoria asegura que ser artista mujer no es nada distinto a ser una ciudadana con derechos y deberes. “Día a día hay que levantarse a cumplir la jornada, luchar con ahínco por lo que se quiere, saludar al vecino y recibir el aire fresco que viene del nevado. Como dice Fernando Linero: ‘Lo mío es tan importante como lo del panadero, tan nutricio, tan real’”.

Dice que ha vivido discriminación más que por la condición de mujer, por el oficio del teatro. “La exclusión, a veces de forma sutil otras más evidentes, se vive en organismos oficiales que por estar politizados descartan y subvaloran a los trabajadores del arte y la cultura que no somos de sus corrientes políticas coyunturales. El arte, por esencia, desobedece, crea sus propias búsquedas e incomoda. Por eso mismo, se discrimina”.

Cuando hablamos de la pandemia que ha afectado de manera tan abrupta y tan grave los procesos del sector cultural, considera que la coyuntura ha generado nuevas dinámicas que aún no terminan de consolidarse, con la consecuencia que se tardará un tiempo en recomponer sistemas de creación y circulación, en un medio socio-cultural que rompió las rutinas de las personas y las deja en la incertidumbre de su futuro inmediato.

Para esta artista el cierre prolongado de los teatros y ahora el reinicio de actividades presenciales con un aforo del 30%, es un golpe muy fuerte. “Sólo el compromiso con el oficio, una disciplina férrea y una inyección presupuestal del Estado, harán que el teatro continúe su camino”, afirma.

Y como pasa con la esencia del arte, Yolanda Arias también perseverará en su papel de siempre, cual es, lo asevera: “crear, trazar caminos, cultivar el noble oficio de la persistencia, y cual Penélope, tejer y destejer historias, avizorando otros mundos. La mujer da al teatro el contraste entre lo denso de la piedra a esculpir y la levedad de la ensoñación”.