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Paisajes Sonoros- Live en el Centro Cultural y de Convenciones Teatro los Fundadores (feat. Lluvia y Truenos)

Por: Tomás Marín Puerta*

Fecha de publicación: 20/10/2022

Durante la lluviosa noche del 19 de octubre se presentaron cuatro paisajes sonoros en el Centro Cultural y de Convenciones Teatro los Fundadores en el marco del XXI Festival Internacional de la Imagen. La encargada de dar inicio a la gala fue: “Puente” de Adeline Charneau y Pablo Andrés Cardona Correa. El aspecto visual del paisaje, creado por Adeline, ofrecía, a través de un video en formato 1:1 en escala de grises, una serie de animaciones con variados protagonistas (ojos, planetas, armónicos, esqueletos, nebulosas, etc.) que aumentaban y reducían su tamaño, yendo de lo general a lo particular y viceversa y provocando reflexiones en torno a conceptos como los fractales, mandalas y rizomas. La banda sonora de la pieza, obra de Pablo, se caracterizaba por sus múltiples bajos y un ritmo que, en otro espacio y lugar, bien podía poner a bailar a los asistentes de una fiesta.

La inexplicable presencia de un piano en medio de la tarima del teatro, que limitaba la visual de las proyecciones, cobró razón de ser al empezar “Endless/Xenosinte” de Gisela Frick Hassenberg. En cuanto a lo sonoro, el paisaje se hallaba formado por un conjunto de cantos de aves nativas de Chile a los que se sumaba el acompañamiento de un piano tocado en vivo y cuya melodía, a pesar de estar vagamente guiada por una partitura, era producto principalmente de la aleatoriedad. A nivel visual la pieza proyectaba una serie de fotografías de montañas, bosques, plantas y ríos que reafirmaban el interés de la artista por hablar de la naturaleza, todo ello contribuyendo a la creación de una hermosa y relajante atmósfera.

La noche continuaba con la presentación de “Laser Drawing” de Alberto Novello, quién se instaló, junto con una serie de dispositivos, en una mesa en medio de la silletería del auditorio para dar rienda a su propuesta. Controladores y un láser que despedía haces de luz color rojo, amarillo, blanco, verde, azul, magenta, violeta y naranja, formaban figuras geométricas y abstractas por la pantalla y pared de la sala: un espectáculo sin mayores pretensiones en la que el deslumbre de lo técnico resultaba siendo lo más importante. Y, similar a lo sucedido con “Puente”, el aspecto sonoro de la pieza no solo marcaba el ritmo de las luces, sus formas y colores, sino que bien podía servir como repertorio para una fiesta de música electrónica.

El cierre de la noche vino de cuenta de Belén Álvarez Doreste, de nombre artístico Lajalada, que hizo un pequeño concierto en el que tocó la música de su álbum “DMÑNNS” (acrónimo que hace referencia a uno de sus singles: “demañanose”). Su melodiosa voz, a la que añadía un efecto de eco que intentaba simular la experiencia propuesta en el disco, y la música electrónica eran acompañadas por un amplio rango de visuales que iban desde imágenes de Digimon hasta las líricas de sus canciones.

Mención especial a los truenos que, pese a lo aislado de la sala, hicieron lo posible por participar en cada una de las presentaciones. Sus intervenciones, más que molestarles, seguramente terminaron alegrando a los artistas.

*Estudiante Artes Plásticas. Universidad de Caldas.