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Para lo que puede servir la economía naranja

Por: Rubén Darío Zuluaga Gómez*

Fecha de publicación: 28/09/2021

Obra: HISTORIA DE UNA OVEJA. Grupo: TEATRO COLÓN DE BOGOTÁ-PETRA

Fabio Rubiano encontró la fórmula del éxito, actor, director, dramaturgo, y su compañera Marcela Valencia, no el mejor actor y actriz, pero si los más conocidos y celebrados por la farándula y el teatro capitalino. Es mejor dramaturgo que director y a leguas mejor director que intérprete, pero todo se le perdona, porque el ingrediente de ser famoso en la pantalla es el condimento ideal para nuestros parroquianos espectadores que ya lo idealizaron. Fabio y Marcela han tenido un afortunado paso por los novelones de la noche y sin duda, se ganaron un reconocimiento merecido.

Petra es un grupo identificado con una estética propia, original, puño y letra de Rubiano, un poco efectista, light si se quiere, pero con toques de humor, tragedia y crítica, que pueden ser los ingredientes de un éxito creciente, parecido a lo que suscitaba el Teatro Nacional y la finadita Fanny Mikey.  Tal vez el único grupo en Colombia que se da el caché de vender toda la boletería para una temporada y ser invitado de honor en algunos festivales, por lo menos en Latinoamérica; seguramente tienen esos toques necesarios: fama, humor, dramaticidad, éxito garantizado. Los hombres  y grupos de éxito son perseguidos por el gran público, que parece desarrollar un olfato especial y obsesivo para ello.

“Historia de una oveja”, según el programa editado por el Festival Internacional de Teatro de Manizales, narra la historia del desplazamiento forzado que deben vivir los habitantes de la vereda de Santo José, tragedia narrada fundamentalmente desde la oveja, que permite distanciar tanto el conflicto de la obra, que demasiado lejos no se reconoce nuestro entorno local, pareciera no suceder en Colombia o no tener relación con nosotros. No hay realismo, si un buen nivel de metáfora que confunde un poco el tema: no se compromete con nada ni con nadie; hay cierta universalidad en la mirada, la problemática colombiana se aborda como un tema internacional. El humor no tiene ironía política y más bien se trata de malentendidos, problemas de términos, doble sentido o chistes, casi siempre flojos, que en el argot popular se denomina “malos”. Además, no es nada verosímil la aparición de un egipcio, transita (peruana o boliviana) y una oveja de paseo, desplazadas por el sistema (???) y un jefe paramilitar enamorado de la paisana, cristiano y muy decente.

Rubiano hace muchos personajes, cambios muy fáciles, rápidos y poco profesionales, se ve un poco perdido, pero eso no le importa. Pareciera un poco ligero el paseo de la oveja, intentando tal vez reproducir un formato de éxito, donde se le quiere dar gusto a todos, a los críticos del sistema y a los patrocinadores, pues son montajes millonarios, como debería ser. Ojalá la economía naranja de nuestro Duque, de la que disfruta Rubiano, llegara a todos los artistas desplazados del país.

El tema de la obra si puede llegar a ser muy escabroso, a veces tiene un poco de humor negro, por ciertos relatos de masacres, desparecidos, desalojados, pero todo eso carece de contexto, podría ser en cualquier lugar del mundo y más con el personaje del egipcio; buena temática para circular por festivales y agotar boletería. Además la oveja parlanchina  se encarga de desviar cualquier posible referencia a la institucionalidad colombiana, que enhorabuena financia la puesta en escena. Obvio, con el patrocinio del teatro Colon de Bogotá, la posición tiene que ser más “neutra”; y no podemos exigirle a un artista y a un grupo que renuncie a beneficios económicos por posiciones políticas, eso lo saben muy bien en Bogotá algunos grupos.

“Historia de una oveja” pareciera una segunda versión de “Labio de Liebre”, sin embargo, esta obra es plana y mucho más aburrida; al final la ovación, como un comité de aplausos concertado, más pareciera un homenaje a la fama adquirida y difundida por todos los medios, que un reconocimiento a la oveja paseadora.

*Docente Universidad de Caldas.

Fotos Festival Internacional de Teatro.