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“Sin querer queriendo…” de la música clásica

Por: Luis Felipe Tabares T.

Fecha de publicación: 01/04/2019

Existe un fenómeno en la difusión de la música clásica que ha llevado a los aficionados a tener una visión de cierta forma limitada e incluso errónea sobre ésta. En dicho evento se puede decir que la falla viene desde sus mismos difusores, entre ellos programadores y presentadores de radio, colecciones musicales que se han vendido a través de periódicos, revistas, profesores, y hasta los programadores de los conciertos, y que la mayoría se han dedicado a divulgar sólo una parte de los grandes maestros, así como una parte de sus composiciones, privando de esta manera a un gran público de tener acceso a compositores y obras que de poco o casi nada se sabe y que vale la pena conocer, pues el mundo de la llamada música clásica, culta, académica o universal lo merece. En dicha falencia tienen que ver también la mayoría de los almacenes de discos, que casi siempre ofrecen colecciones con los mismos compositores y el mismo repertorio de obras musicales.

No ocurre así con muchos de los libros que tratan de esta música, pues en muchos de ellos se encuentran biografías de compositores y listas de obras que aún no se tienen el gusto y el privilegio de conocer y disfrutar.

Hablemos de los períodos musicales. Por ejemplo en el período Barroco: casi siempre se habla de maestros como Antonio Vivaldi, Georg Friedrich Händel, Johann Sebastian Bach, y de pronto de Georg Philipp Telemann. Pero ¿dónde quedan nombres como Jan Dismas Zelenka, Jean-Philipe Rameau, Johann Friedrich Fasch, Nicola Porpora, Marin Marais, Dietrich Buxtehude, Marc Antoine Charpentier, entre muchos otros? Si al hablar del período del Clasicismo, aparte de Franz Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y la primera etapa de Ludwig Van Beethoven, se hablara de maestros como Johann Michael Haydn, François Devienne, Joseph Martin Kraus, Johann W. Stamitz, Karl Stamitz, Giovanni Battista Viotti, Giovanni Paisiello, ¿cuánto talento y maravillas musicales se descubrirían?
Del Romanticismo, el Nacionalismo y el Impresionismo, la mayoría sólo conoce nombres de compositores como Gioacchino Rossini, Félix Mendelssohn, Johann Strauss, padre e hijo, Franz Schubert, Frederik Chopin, Franz Liszt, Robert Schumann, Giuseppe Verdi, Richard Wagner, Johannes Brahms, Piotr Ilich Tchaikovsky, Gustav Mahler, Sergei Rachmaninov, Maurice Ravel, Manuel de Falla, Sergei Prokofiev, George Gershwin, Enrique Granados o Joaquin Rodrigo. Desconociendo otros como John Field (quien fuera el creador de los Nocturnos), Franz Berwald, Carel-Anton Fodor, Johann N. Hummel, Ludwig Spohr, Joseph Joachim Raff, Cesar Franck, Carl Reinecke, Max Reger, Sergey Ivanovih Taneyev (o Taneiev), Ralph Vaughan Williams, Lodewijk Mortelmans, Sir Arnold Bax, Luis de Freitas Branco o Hilding Rosenberg, entre otros.

Además, se debería echar una mirada a países como República Checa, Israel, Suráfrica, Bélgica, Serbia, Países Bajos, Estonia, Letonia, Grecia, y muchos otros, y no sólo a los de siempre como Alemania, Italia, Francia, Inglaterra, Rusia, Noruega, España, que si bien son los tradicionales y de mayor auge y desarrollo, también están otros, que aunque no tan renombrados, también cuentan en su lista con una buena historia musical con compositores que merecen tener su espacio en la historia de la música por parte de expertos, conocedores y el gran público aficionado.
Pero el tema no es meramente de nombres, sino también de obras, pues casi siempre, aparte de escuchar los mismos nombres de genios de la música, se escuchan las mismas obras musicales como si éstos no hubieran compuesto otra cosa. Por ejemplo, al hablar de Vivaldi la mayoría sólo se acuerda de sus Cuatro Estaciones, un concierto para mandolina, uno para trompeta y si acaso el Gloria en Re Mayor, sin tener en cuenta que el gran maestro italiano compuso más de 480 conciertos para diversos instrumentos y obras religiosas de gran belleza. Si se menciona a Mozart de inmediato la mayoría del público piensa sólo en la Sinfonía 40, la Pequeña Serenata Nocturna, la llamada Broma Musical o la Marcha Turca que es apenas el tercer movimiento de su Sonata para Piano K.311, y óperas como Las Bodas de Fígaro, La Flauta Mágica o Don Giovanni; pero no se olviden que el genio de Salzburgo tiene un catálogo con aproximadamente 654 obras.

De Franz Schubert se habla de su Ave María, sin tener en cuenta que ésta hace parte de una obra mayor como es el drama «La dama del lago», y como si fuera poco le colocaron la letra del Ave María tradicional, dejando de lado la letra con su verdadero contenido. Se menciona la famosa Serenata de Schubert como obra aislada; pero en realidad es sólo una parte de un ciclo de lieder titulado «El canto del cisne». De sus sinfonías apenas se escuchan la No. 8 llamada Inconclusa y la No. 9, pero no se escuchan sus otras sinfonías o su música de cámara salvo el Cuarteto Rosamunda.

Johannes Brahms es mucho más que el Réquiem Germano, las Danzas Húngaras Nos. 1 y 5 o el Allegretto de su Sinfonía No. 3; también compuso magníficas obras como sus dos Serenatas para orquesta, y música de cámara o para piano de gran factura. Tchaikovsky no sólo son los ballets Cascanueces, El Lago de los Cisnes o La Bella Durmiente, ni el Concierto para Piano No. 1 o el Concierto para Violín. Este compositor ruso también es autor de obras de cámara de gran talento como su Cuarteto de Cuerdas No.1, o de otras obras como la Fantasía para piano y orquesta o sus cuatro Suites para orquesta, entre otras.

Joaquín Rodrigo no sólo es el Concierto de Aranjuez o la Fantasía para un Gentilhombre. Compuso además, entre otras obras, un Concierto «Heroico» para piano y prquesta, un llamado Concierto de Estío para Violín y orquesta y un Concierto para una Fiesta para guitarra y orquesta.

Lo anterior es apenas un pequeño panorama que nos muestra y enseña que la música clásica es un mundo gigante y maravilloso que no debe ser visto en forma tan reducida, sino que debe ser destacado y disfrutado por todos, ya que la infinidad de lugares y compositores que existen merecen ser conocidos y valorados en su justa medida.

felipe-tabares@hotmail.com