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Tambor Hembra: Mujeres al “toque” de tambores

Por: Quehacer Cultural

Fecha de publicación: 16/09/2022

Cuando se le pregunta a Juan Manuel Ocampo, qué es Tambor Hembra en septiembre de 2022, contesta con orgullo: “Una familia musical que trabaja por el rescate de las músicas tradicionales de Colombia, desde un poder que son los tambores tocados por mujeres”.

Esta familia tiene un proyecto artístico con varias acciones paralelas de grandes alcances culturales en los campos de la educación, la investigación, el espectáculo y la gestión. El artífice de esta escuela fue el Maestro en Música de la Universidad de Caldas, Juan Manuel Ocampo, en el año 2016 con 10 personas. Hoy hacen parte de ese proceso aproximadamente 100 mujeres entre los 7 y los 69 años, entre ellas 9 integrantes del grupo base responsables de los conciertos: Juliana Zuluaga, Alejandra Ocampo, Alejandra Castrillón, Alejandra Zuluaga, Yesica Paola Quintero, Lina Torres, María José Gallego, Lorena Uzuriaga. El director Juan Manuel Ocampo y un equipo de trabajo conformado por ingeniero de sonido, fotógrafo, realizador visual, secretaria y contador.

“Todo empezó, cuenta Juan Manuel, por la necesidad de un trabajo académico de investigación y experimentación para rescatar las músicas tradicionales de Colombia y en uno de mis viajes de inmersión conocí la red de tamboreras de Barranquilla. Me causó inquietud mujeres tocando tambores y me las imaginé también en la región andina”.

Lorena Uzuriaga, hace parte de Tambor Hembra desde 2020. “Veía el proceso desde lejos y siempre lo admiraba. Me acuerdo que hablábamos con Juan Manuel que en la ciudad no había un proyecto de chicas tamboreras, algo novedoso para Manizales”.

Para Juan Manuel trabajar este género con mujeres ha implicado muchos retos. “A pesar de que hoy se ve bien, la mujer antes no podía tocar el tambor, era tradición, hoy en día es más común, hace parte de ese proceso de rescate y experimentación. Nos ha ido muy bien en todo este tiempo, las mujeres son muy comprometidas y eso nos ha permitido crecer con toda la calma”.

Lorena reafirma: “Estamos desmitificando mitos que se han tejido alrededor de las mujeres. Entre nosotras las relaciones ha sido muy armónicas, trabajamos muy bien todo el tiempo superando múltiples circunstancias”.

Lo demuestran en todos los escenarios que han pisado, no solo en Colombia sino en otros países, con su ritmo, alegría, colorido, y la cadencia de sus cuerpos, talentos con que interpretan cumbias, bullerengues, mapalés, afros, porros, pasillos, bambucos, currulaos, agua-bajos, aires colombianos que resuenan al son de sus instrumentos: tambor alegre o tambor hembra, el más grande y de donde viene el nombre del grupo, el que repica; tambor macho o llamador, el más pequeño; tamboras, maracones, gaitas, voces.

El fuerte de sus repertorios son los ritmos tradicionales percutidos de Colombia, principalmente del Caribe, pero también han hecho inmersiones en el Pacífico, la región andina y un poco de los llanos. “Consideramos a Colombia como una unidad, sentimos que esta música también es de nosotros, está en nuestra sangre, nacimos con eso a pesar de que no tenemos la raíz en la cuna”. Explica el director. Lorena agrega, “igual hace parte del proceso de mestizaje, estamos en todos lados y traerlos al frío es muy chévere porque incita a bailar, a estar alegres”.

Esta experiencia feliz de “resonar” tiene un valor agregado esencial para los integrantes de Tambor Hembra: el rastreo, en cada una de las localidades que visitan, de las músicas ancestrales que han configurado nuestro folclor. Con la escuela como soporte, hacen un ejercicio de rescate y empoderamiento de esas expresiones tradicionales. “No conocemos todavía la riqueza de nuestra música, la cantidad de ritmos, cómo funcionan, qué pasa en una rueda de tambores, qué pasa con los bailes cantados, con la música de gaitas, con la historia, entender por qué sucede de una manera o de otra, por qué la debemos respetar, el comportamiento de los cuerpos”, agrega Ocampo.

Para no morir en el intento, Tambor Hembra asume la tarea de la gestión con evidente compromiso y efectividad: quienes hacen parte del grupo base son profesoras en algunos procesos; tiene un ensamble de percusión que hace montajes diferentes, en ocasiones con 60 70, 80 personas; ha realizado giras, además de Colombia, por México y Ecuador; participado en festivales y en los mercados culturales más importantes del país, inclusive en Mapas de Tenerife España; ha ganado dos veces la Beca de Circulación Nacional del Ministerio de Cultura, entre otras iniciativas. “La escuela le aporta al grupo y el grupo a la escuela porque somos una misma familia”.

De otro lado, las mujeres integrantes del grupo base tienen sus empleos independientes, así mismo Juan Manuel, razón por la cual las salidas deben hacerlas, casi siempre, los fines de semana. La mayoría de las veces viajan en bus, con el mismo conductor elegido, por razones de costos y porque los tambores requieren cuidados muy especiales.

Estas artistas, rebosantes de creatividad, sueñan que Tambor Hembra sea muy grande y así poder dedicarse exclusivamente a la música. Consideran van en una senda de crecimiento progresivo, porque, como anotan, “toca moverse mucho ya que en esta sociedad aun la música no es asumida como una profesión, la gente todavía no se cree eso, a nosotros no nos va a tocar, pero debemos ayudar para que lo logren otras generaciones”.

Fotos Facebook Tambor Hembra.