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Una invitación a la denuncia para renacer desde zonas dolorosas

Por: Rubén Darío Zuluaga Gómez*

Fecha de publicación: 02/10/2021

Grupo: COLECTIVO ARTÍSTICO EL GIRO – UNIVERSIDAD DE CALDAS. Obra: EL CLAN DE LA CICATRIZ

La puesta en escena es una iniciativa de docentes de la Universidad de Caldas con amplia trayectoria en el campo de la creación artística, Liliana Hurtado como creadora escénica con especialización en dramaturgia y Claudia Leguizamón formada en la danza como directora y coreógrafa. En el campo académico las docentes han tenido preocupación por la temática del acoso sexual a la mujer en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana e institucional. Sin embargo, hasta este momento reúnen sus intereses y preocupaciones y realizan una experiencia estética que es bienvenida y necesaria los diferentes espacios de la vida social.

“El clan de la cicatriz” es una propuesta de presentación porque sobre el escenario están Claudia y Liliana, se encuentran en una especie de “Spa” o lugar de autocuidado y relajación donde prometen hablarnos íntimamente, desde la-auto referencia y el testimonio directo hacen sus confesiones personales. Digamos que, a pesar de que están allí las actrices, lo que vemos es teatro, pues los espectadores estamos frente a una composición estética, una dramaturgia y el lugar del acontecimiento es un escenario. El objetivo de la obra, también es necesario decirlo, alude directamente a los secretos vergonzosos a los que se somete la mujer desde su propia psique y desde su accionar en medio de una sociedad patriarcal.

La propuesta dramatúrgica es muy fresca y sencilla, es una conversación muy agradable, con visos cómicos, aunque en la realidad es una tragedia. Y aquí aparece un elemento de gran importancia: la necesidad de hablar y ser escuchado; a partir de esta técnica milenaria, los secretos y las intimidades salen a flote y se alivia el alma; es un acto performativo que pretende sanar, que invita a la denuncia para renacer desde aquellas zonas dolorosas, salir fortalecidas y con un nuevo halito vital. Y a pesar de que hay ciertos señalamientos, particularmente a los hombres, la confrontación es tímida, no cae en extremos y esto es importante para los espectadores.

La obra es hecha desde la perspectiva femenina, es la voz de las mujeres, y desde conversaciones muy propias se crea un espacio poético, metafórico para expresar un conflicto crudo y agresivo de gran trascendencia en la vida de las mujeres, hoy y siempre. Sin embargo, lo que nos proponen de entrada estas dos artistas se queda a mitad de camino, puede ser por estrategia dramatúrgica, y como sucede en la realidad, ellas tampoco van hasta el fondo de sus secretos, no llegan hasta los límites de la intimidad; tal vez por la imposibilidad del lenguaje no acceden hasta ciertas zonas vedadas, se quedan en la apariencia, en el símbolo, pues la realidad ataca de manera virulenta. La posibilidad del arte está en la sanación, la catarsis y la denuncia como arma política, usada por los grandes maestros del teatro y del arte en general.

Fotos Festival Internacional de Teatro.

*Docente Universidad de Caldas.