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Zonas de dependencia: Interespecies

Por: Andrea Ospina Santamaría*

Fecha de publicación: 25/05/2021

Cuando empezó la pandemia de covid 19 todos descubrimos la cantidad de vacíos y analfabetismos que cargamos en torno a la ciencia, la biología y la salud. Estuve rodeada de muchas personas que no comprendían la relación entre lavarse las manos, usar tapabocas y no tocarse la cara. Si el virus está en la saliva de otro, ¿por qué me tengo que lavar las manos? Si tengo tapada mi boca y mi nariz, ¿por qué no me puedo tocar mi cara? Otros asustados me contaron que la vacuna la estaban haciendo con el mismo virus, ¿por qué querría que me metieran eso adentro?

Esos días entendí que en nuestra sociedad es un privilegio inmenso, para una poca cantidad de personas, el comprender (así sea muy superficialmente) la fluidez entre dos organismos y sus canales de conversación. Que pueden comprender algunos aspectos del cuerpo y situarlo frágil ante otros seres, aquellos que lo habitan constantemente, que le sobreviven y que generan un equilibrio (o desequilibrio) en su funcionamiento.

Inicio esta nota con este comentario porque, a nivel personal, es una de las tantas cosas que le dan sentido a hablar hoy de interespecies, el nombre del Festival de la Imagen 2021, sin olvidar que los temas de lo ecosistémico, lo ecológico, el antiespecismo, entre tantos otros, estén muy presentes y debatidos en diversas esferas. Estamos hablando de un asunto que sin duda es urgente y tiene relaciones con todas las capas de nuestra existencia: lo político, lo cultural, lo social, lo económico, y así sucesivamente hasta lo más íntimo, literalmente, hasta las entrañas.

Coroline A. Jones, historiadora, escritora, curadora y crítica de arte estadounidense, mencionaba la mañana del 24 de mayo, en el foro académico internacional, que toda nuestra vida se basa en la simbiosis. Una suerte de co-dependencia que se contrasta con el aislamiento a partir del cual hemos clasificado el entorno y nuestra interacción en él. Así mismo, entre obras de bioarte contemporáneo y teorías científicas, daba a entender que el universo está saturado de otras especies con vida biológica, de las que poco sabemos y que claramente no se ajustan a nuestras taxonomías racionales y cerradas.

Fotograma extraído de la conferencia Symbiosis “with-living” and interspecies entanglement de Caroline A. Jones, Seminario Internacional Festival de la Imagen 2021.

La vida es solo un conjunto de maneras interconectadas por diferentes vías. Las demás criaturas con quienes compartimos este planeta construyen y conocen también sus propios mundos, como el pulpo cuyo sistema cognitivo y sensible, más allá de un órgano, está desplegado en cada uno de sus tentáculos. Hablamos entonces que salir del antropocentrismo en que hemos vivido, implica hacernos preguntas ontológicas y epistemológicas de diferente índole, en donde el saber se relaciona directamente con el sentir y donde algunas artistas están mapeando esta filosofía que replantea al individuo occidental.

Las palabras claves de todo esto son sin duda la empatía y la consciencia interespecie. Las obras de bioarte presentadas plantean sistemas que se acercan al funcionamiento de la vida y de la tecnologización que hoy vive la biología, una bio ficción para Jones.  Procuran hacerlo sin caer en el control de lo natural y expanden esa pregunta a la posibilidad de otras formas de sentir, pensar y existir en el mundo.

Ser humano, después de un día de este Festival, es sólo un imaginario que deja abiertas mil puertas a preguntarnos realmente por su significado. Las teorías científicas que Jones recorrió en su charla nos recuerdan que si no fuera por todos esos seres microscópicos que definieron crear un cuerpo bípedo como refugio para pervivir en el ambiente, no estaríamos aquí.

Todo esto nos lleva a pensar la dicotomía que hemos creado entre naturaleza y cultura, y la posibilidad de lo que Jones llamó una “conversación intercultural” entre diferentes especies en donde en lugar del miedo (a ese otro ser) se consolide la empatía.

Y esto sin duda se relaciona profundamente con el acto performático (complejo de clasificar en nuestras usuales descripciones de paisaje sonoro u obra de teatro) de Rocio Berenguer, artista española quien también menciona que somos cuerpo y medio de otros seres a la vez. Este se sitúa en un mundo después de la sexta era de la extinción masiva en donde los cinco reinos, que incluyen las máquinas, humanos, minerales, vegetales y animales, escriben una declaración de derechos interespecie sobre la igualdad ante la ley. Una ficción jurídica que permite al humano comprender culturalmente la existencia de otros. Entre juegos de luces, una coreografía con elementos vivos y cierto aire doméstico, inicia toda una disertación sensible sobre los límites del cuerpo, la experiencia, la relatividad de las nociones que han sido base de las teorías científicas y la experiencia genérica en donde solemos encasillar la vida.

Fotogramas extraídos de G5 de Rosario Berenguer, Festival Internacional de la Imagen, 2021

Es en esta sensación interna que logramos realmente vivir con el otro y modificar las escalas de valor. Comprender el proceso colaborativo y no lineal que ha implicado la evolución, y que la consciencia es una concertación entre respuestas microscópicas de diferentes especies, entre ciclos funcionales. Como menciona Jones, pasar del homo sapiens al homo simbiótico es una involución necesaria.

Así, entonces, tenemos una misma teoría presentada en dos medios (una conferencia y una puesta en escena) diferentes pero complementarios. Situarnos en el concepto de zona planteado por Berenguer, como un espacio limítrofe que cambia las condiciones pero que continúa sin ser frontera, es comprender que podemos y somos continuidad con otros seres sin necesidad de establecer relaciones basadas en poseer, exotizar, o utilizar. Un intercambio que explica la interdependencia más allá de la taxonomía, una construcción empática.

Ahora bien, muchas de estas palabras y análisis me hacían pensar en cómo somos nosotros, occidentales y dominantes, quienes al fin parecemos acercarnos aún dentro de los límites de nuestro lenguaje y epistemología, a conceptos como la crianza mutua o el buen vivir, así como los ciclos y las escalas de valor de comunidades originarias latinoamericanas, pero esto será material para otra nota.

*Artista Visual y Gestora Cultural y Comunicativa.