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Clonación, espejismo, alucinación o…

Por: Germán Sarasty Moncada*

Fecha de publicación: 04/10/2022

Fue necesario que confluyeran circunstancias, hechos, personas, situaciones y el talento de un gran narrador como Hervé Le Tellier, para lograr un relato tan creíble y a la vez inverosímil, como su nombre, y así constituirse en algo excepcional. Por eso, abrir un libro, sin ninguna referencia, pero con mucha expectativa y empezar a conocer personajes, sitios, relaciones y todo un entramado que se va armando alrededor, nos va envolviendo en una fascinante historia, de la cual no nos queremos desprender, ni siquiera al terminarla, pues allí sí que nos surgen interrogantes, no por falta de información, sino mas bien por las inesperadas relaciones creadas y las posibilidades establecidas.

Hervé Le Tellier (Paris, 21 de abril de 1957) matemático, escritor y periodista francés, crítico literario y colaborador de numerosos medios, tanto en prensa escrita (Le Monde), como radio (France Culture), editor de reconocidos autores como Raymond Queneau o Georges Perec. Además presidente de Oulipo, grupo de experimentación narrativa de vanguardia, (‘Ouvroir de littérature potentiel’) Taller de literatura potencial. Sus textos conocidos en Francia, alcanzaban tirajes de diez mil ejemplares, hasta que su libro La anomalía,  escrito en 2019, publicado en el 2020, en el que narra hechos a suceder en el 2021, lo lanzara al estrellato.

Uno de los más prestigiosos premios literarios de Francia, establecido desde 1903, es el otorgado cada año por los diez miembros de la Academia Goncourt, quienes recompensan el mejor volumen de imaginación en prosa entre las novelas publicadas en el año en curso. Aunque su reconocimiento económico es simbólico, el Goncourt garantiza al seleccionado un éxito en ventas, no solo en Francia sino en el mundo. Ha sido otorgado a escritores como: Proust, Malraux, Simone de Beauvoir, Marguerite Duras y Michel Houellebecq. En el 2020 le fue otorgado a Le Tellier, y rápidamente alcanzó la venta de un millón de ejemplares y la traducción a decenas de idiomas. Sobre la novela el escritor español Javier Cercas, miembro del jurado, afirmó: Es muy inteligente, muy fresca, extraordinariamente divertida, está muy bien armada, dotada de una virtud que solo está al alcance de las grandes novelas. Es fácil de leer y difícil de entender.

La narración comienza con la presentación de diversos personajes, pues se trata de caracterizar con rigor los diversas tipos de seres humanos y sus respectivas manifestaciones, al igual que sus más recónditos secretos, desde lo más detestable, pasando por lo corriente, hasta llegar a lo admirable, que muestra el sacrificio por el otro en detrimento de la propia felicidad, también existen. En esta pluralidad trata de representar diferentes edades, géneros, aspectos culturales, profesionales y en general sociales. Para esas descripciones utiliza diversos géneros literarios, desde novela negra, teatro, comedia, romance, y todo un collage de tipos narrativos, según el personaje o las situaciones.

Blake es un sofisticado sicario que se da el lujo de escoger sus trabajos, pues ha hecho de la muerte de los demás su vida. Pero para protegerse y no estropear su trabajo, lleva una doble vida, como Jo, con Flora su esposa y sus hijos Quentin y Mathilde. Posa como empresario y es muy exitoso. Al referirse a uno de sus trabajos manifestó:

Era algo tan atroz que estuvo a punto de no aceptar el encargo. Rodillas reventadas, codos fracturados, dedos cortados, lengua y sexo cercenados, tímpanos agujereados, y, lo mejor para   el final, acido en las pupilas. Para cobrar la segunda mitad de los setenta mil euros, el hombre   tenía que sobrevivir.

Victor Miesel, pareciera un alter ego de Le Tellier pues es un escritor con dos novelas poco apreciadas por la crítica, descreído de los premios literarios y quien se sostiene con las traducciones y otras actividades culturales. Lucie Bogaert, trabaja en montajes cinematográficos y su labor es muy apreciada por los más famosos directores, tiene un hijo, Louis, y se halla en una tormentosa relación que casi la asfixia. Andre Vannier, prestigioso arquitecto, ya un poco mayor, es la persona que la ha estado asediando, pues cree que es la última oportunidad que tiene de estar con alguien a quien quiere y desea demasiado.

Sophia Kleffman, pequeña de seis años que se divierte y aprende mucho de su mascota, la rana Betty, su madre April vive muy decepcionada de su marido, el teniente Clark Kleffman, quien la conquistó con engaños y ahora ejerce violencia familiar en su hogar, a mas de otras perversiones.

En cuanto a David, este es un enfermo terminal y será su hermano médico quien le revelará esa dura y cruel realidad: –Es lo que me temía. El tumor que tienes en la cola del páncreas, al otro lado del intestino delgado, justo aquí, es un tumor maligno. Canceroso.

Respecto de Joanna Wasserman, se trata de una brillante abogada que trabaja para un prestigioso bufete de abogados, fue contratada por Sean Prior, director ejecutivo de la farmacéutica Valdeo y quien directamente la entrevistó:

 –Dígame, señora letrada, ¿sabe usted por qué la elegí entre todas esas cabezas de chorlito de Denton & Lovell?

 –Déjeme adivinarlo, señor Prior. Porque fui la primera de mi promoción en Stanford, tal vez, porque soy una mujer joven, sin duda, y porque soy negra, probablemente. Y también porque gano todos los casos contra esos viejos blancos que estudiaron en Harvard con usted.

La relación de personajes la completa Slimboy, el pop star nigeriano quien tiene que encubrir su sexualidad, pues: Si África entera es un infierno para los homosexuales, Nigeria representa el noveno círculo. Está la ley, que los amenaza con catorce años de cárcel; está la policía, que los persigue y extorsiona

Todos ellos tienen en común el viaje que realizaron doscientos cuarenta y tres pasajeros, el 10 de marzo del 2021 en un Boeing 787 del Air France 006 Paris-Nueva York, el cual, minutos antes de aterrizar, tuvo que sortear un impresionante fenómeno atmosférico, por decirlo de alguna manera:

El avión continua en caída libre durante diez interminables segundos, antes de penetrar en el cumulonimbo por el peor sitio… Acto seguido el Boeing se ve arrastrado por las   corrientes turbulentas de la nube, al tiempo que se encienden las luces de la cabina de mando, como si fuese de noche, una oscuridad de seda y un estruendo espantoso lo envuelven todo: centenares de piedras de granizo ametrallan los cristales, dejando un sinfín de marcas en el vidrio blindado.

Los pasajeros, después del tremendo impacto de la inminente catástrofe, continuaron su vida normal aunque algunos no duraron mucho, como el caso del escritor Miesel, quien: Cuando llega a Paris, se pone a escribir como al dictado, y la mecánica incontrolable de su propia escritura lo sumerge en un abismo de ansiedad. El libro acabará titulándose La Anomalía y será el séptimo en la carrera del escritor, luego se suicidará.

Tres meses después, en junio, el mismo avión, con los mismos pasajeros, la misma tripulación e igual identificación, tratará de aterrizar en Nueva York, pero será desviado del aeropuerto Kennedy, y obligado por las autoridades del Pentágono a hacerlo secretamente en la base militar Fort MacGuire. El desconcierto entre científicos, servicios secretos, fuerzas armadas, autoridades de todo tipo, y mandatarios internacionales, es asombroso. Las discusiones científicas, filosóficas, religiosas, políticas y de toda índole aparecen sustentadas para especular sobre infinitas posibilidades. De todas formas, lo digital y sus infinitas aplicaciones, desde la inteligencia artificial, el internet de las cosas, la simulación y la realidad virtual, son explorados intensamente, en la búsqueda de explicaciones.

Las relaciones del ser humano consigo mismo y con los demás, están mediadas por dos dimensiones, el espacio y el tiempo y es aquí donde comienzan a aparecer disrupciones, en la medida en que avanzan los interrogatorios a los pasajeros del segundo vuelo, el de junio. Al preguntarle al escritor Miesel sobre su labor actual, responde que está trabajando sobre una novela fantástica de un escritor norteamericano. Al indagarle sobre si está trabajando en un libro más personal, titulado La anomalía, se muestra asombrado. Hay que recordar que, después del primer vuelo, lo escribió frenéticamente y luego se suicidó. Estamos en junio, pero temporalmente, este es el Miesel de marzo. Igual ocurre con Sophia al preguntarle su edad: tengo seis años, cumpliré siete dentro de dos meses. Al tratar de precisarla se le pregunta, ¿qué día cumples, exactamente? El 13 de mayo. ¿Y el 13 de mayo es dentro de dos meses? y responde, Si. Lo cual confirma su desfase temporal, pues están en junio.

Luego vendrá el reencuentro con los pasajeros del vuelo de marzo, por lo cual nuestro escritor escogió entre ellos y la tripulación, ocho personajes para tratar de establecer patrones de comportamiento en un universo tan disímil y mas hoy en día, con tantos condicionantes tanto internos, como externos. Esto para trata de explicar lo intrincado y complejo de las relaciones humanas, pues si con los otros es complicado, cómo será con uno mismo y no como en un soliloquio, o en un dialogo interno, sino frente a frente, ambos son la misma persona, que obviamente es otro físicamente, pero de quien conocemos todo, o mejor casi todo.

Resulta muy interesante la forma como cada dupla supo afrontar la anomalía, aceptarla y optar por lo más adecuado para cada uno, sin lesionarse mutuamente y buscando, con el apoyo de los gobiernos, a veces nuevas identificaciones, reubicaciones o acomodaciones que convinieran en cada situación. Supieron adaptarse creativamente. Por ahora queda armado el rompecabezas.

*Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas.