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Ecos de la edición 55 del FITM 2023

Por: Germán Sarasty Moncada*

Fecha de publicación: 09/01/2024

Una de las grandes satisfacciones que nos dejó el año, fue el haber podido disfrutar de nuestro Festival de Internacional de Teatro que ya va en su edición 55. Todo esto con el esfuerzo conjunto de Octavio Arbeláez Tobón y su grupo técnico, logístico y administrativo, que nos permitió disfrutar de los grupos internacionales, nacionales y locales, quienes con sus representaciones de calle y de sala, nos mostraron lo mejor de sus creaciones.

La participación de los grupos de la ciudad, que ya tienen su reconocida trayectoria, nos han dejado muy satisfechos y auguran no solo su permanecía, sino su trascendencia, como ya lo vislumbramos. De dos de ellos he querido ocuparme en esta ocasión para cerrar con broche de oro su presentación en nuestro evento. Veamos.

El director y actor de teatro Leonardo Arias, uno de los fundadores del grupo Actores en escena, de nuestra ciudad, manifestó sobre su trabajo A lo largo de casi 30 años hemos logrado crear nuestro propio público a través de programas permanentes de funciones teatrales. Contamos actualmente con un significativo número de personas que siguen nuestra labor, la apoyan con su presencia, aunque aún falta mucho público por conquistar, se requiere que haya políticas públicas más definidas para que cada vez más se fortalezca el teatro de la ciudad.

Agrega que: el principal logro y a su vez el principal desafío es habernos sostenido en el tiempo con producción constante y presencia en la ciudad. Nuestras producciones en términos generales son obras de autor, nuestra línea de trabajo es el teatro naturalista, no obstante, hemos venido incursionando en propuestas de dramaturgia propia, producto de la investigación interna de nosotros como colectivo artístico.

Para este Festival Internacional de Teatro de Manizales en su versión 55, crearon una sinergia con el grupo TEATRO OFICINA CENTRAL DE LOS SUEÑOS- MEDELLÍN 25 AÑOS, el que completó veintinueve años de labores escénicas, y nos presentaron un monólogo interpretado por el propio Leonardo Arias, adaptado de la obra de Samuel Beckett, Krapp, la última cinta, escrita en 1958.

La fuerza actoral del protagonista, la ambientación del escenario, un estudio con un escritorio lleno de cintas grabadas y cajas de ellas sin abrir, con carretes de cintas sueltas en el suelo, una grabadora sobre el escritorio y nuestro personaje presto a su actuación.

El protagonista Krapp, que arriba a sus sesenta y nueve años, previendo los problemas que conlleva la vejez, entre ellos, uno de los más crueles como es el de la pérdida de la memoria, considera haber sido precavido al grabar constantemente sus más preciados recuerdos, utilizando una grabadora de cintas de audio. Las cataloga debidamente para poder localizar con precisión lo que desee escuchar. En esta ocasión ubica la grabación de treinta años atrás, y los recuerdos van aflorando, pero al escuchar su voz de hace tanto tiempo, primero no reconoce ese tono vital y menos esa forma de expresarse, se burla de él, le parece ridículo y trata de desconocer el personaje que fue. Esa pena al comprobar la dura realidad actual, el desgaste por el alcohol, el pasado con anhelos, el presente sin ilusiones y el futuro tan incierto, sabe que no puede tolerarlo sin un trago, y se lo sirve paladeándolo lentamente, mientras va rumiando sus recuerdos.

En la medida que avanza la cinta y escucha la narración de aquellos momentos memorables, al escuchar su descripción, la nostalgia lo va invadiendo, la soledad se acentúa y la tristeza aflora, es que fue mucho el tiempo que desperdició en tabernas oscuras y con mujeres de la calle que no le dejaron sino mal sabor y ahora, repugnancia. Los pocos instantes que supo disfrutar y logró plasmar, los escucha con fruición, y lo hacen avanzar rápido la cinta para no atormentarse con su recuerdo, pero luego retrocede para volver a deleitarse así sea ahora, solo con su propia narración.

Decide grabar las sensaciones actuales y alista la grabadora, comienza con firmeza, pero poco a poco se torna dubitativo, pues no encuentra nada importante que decir para luego recordar, solo banalidades, ya no es tiempo de hacer, sino de rememorar, el tiempo lo dejó pasar inexorablemente y no queda más que saborear el recuerdo, así sea con tristeza. Quita la cinta, retoma el carretel que escogió inicialmente y lo pone a rodar. Es que de todos los años vividos tal vez lo único rescatable está en esa cinta que con tanta decisión escogió desde el comienzo. Son ecos nostálgicos que lo conmueven en semejante soledad.

Definitivamente la vida es muy cruel, siempre pensamos que el goce vendrá, que el momento no es propicio para él, que mejor será en otra ocasión, y así vamos dejando correr el tiempo, sin atrevernos a gozar y cuando ya nos decidimos, se nos ha pasado la oportunidad o las personas ya no están, o de verdad las circunstancias no son propicias, así, solo nos queda el recuerdo de lo que pudo haber sido y no fuimos capaces de concretar. Nos quedarán solo algunos pasajes dignos de rescatar, que además si fueron tan vívidos, no hubiéramos necesitado registrarlos y menos revivirlos. Terrible nostalgia.

Ahora, veamos sobre el otro grupo y la insensibilidad.

En una época de incertidumbre como la que estamos viviendo, en donde los desarrollos tecnológicos nos asombran y a la vez nos atemorizan, pues vemos desplazadas muchas de las tareas que, aunque rutinarias y repetitivas requieren del soporte humano, así sea para corroborar su correcta ejecución, o para resolver los imprevistos no contemplados, en donde lo solo imaginado se va concretando, donde los saberes ya los alcanzamos con tanta facilidad, sin las bibliotecas, los textos especializados, los doctos en ciencias, etc., que consideramos casi como obsoletos, pues con el celular suplimos tantas inquietudes con rápidas búsquedas en enciclopedias virtuales, o medios de comunicación objetivos, en donde, la posibilidad de comunicarnos a distancia con los demás, ha cambiado la privacidad por la colectividad, las relaciones personales por las amistades virtuales, los deseos, por necesidades, las apariencias, por realidades, y un largo etc.

Es con esta óptica que el grupo X2–TEATRO, con su director Giovanny Largo, nos presenta su obra Los ojos del amor envueltos en un pañuelo, en la cual, con una buena ambientación y adecuados recursos, nos ubica en una época remota donde los sentimientos, el pesimismo, los recuerdos y otros valores humanos han sido o proscritos o erradicados. Una mirada futurista. Tanta insensibilidad presenta en sus personajes, que aunque están en el último día de la creación, este sea una celebración, aparentemente solo los inquieta el saber si hoy es martes o jueves.

Su director, Giovanny Largo, ha manifestado sobre el trabajo grupal: Contamos con la aceptación de nuestras propuestas por parte del público manizaleño, del público nacional e internacional, porque hemos definido nuestro trabajo desde la exploración escénica de diferentes lenguajes y temáticas alrededor del universo cognitivo. Interpretamos nuestro teatro como el desarrollo de los sentidos a través de las artes escénicas. En esta etapa del trabajo de X2- TEATRO, estamos muy interesados en el desarrollo de nuestra dramaturgia en tres posiciones, en tres esquemas de trabajo, uno es el teatro callejero, teatro en espacios no convencionales y el teatro de sala,  Con relación a ese propósito, hemos desarrollado nuestras habilidades narrativas.

Los personajes, dos hombres y dos mujeres, se rigen por los reglamentos y las normas codificadas y accesibles al instante por medio de pantallas táctiles, por eso la memoria y los recuerdos no hacen falta, el criterio ya no prima, todas las posibilidades han sido consideradas y los patrones a seguir son rigurosos. La comunicación es permanente, las cámaras de vigilancia ubicuas, para anticipar comportamientos indebidos o posiciones amenazantes, para que la tranquilidad y seguridad alcanzadas no sufran disturbios. De esa manera prima lo colectivo sobre lo individual y las personas no cuentan salvo cuando se identifican con otros para formar grupos y así lograrse un mejor control, como en el caso de la neutralización de los pesimistas.

Como los sentimientos fueron proscritos, mas no del todo extrañados, solo reprimidos, aterran los comportamientos que los incluyen, como conservar un puñado de tierra de la patria extinguida y conmoverse con ello, o mantener eso si muy escondida una bandera del país amado y recordado, o el mayor pecado, pues el amor fue obligadamente olvidado, mantener como un talismán, Los ojos del amor envueltos en un pañuelo. Y totalmente reprobable entonar una bella canción, bailar cadenciosamente o juntar un cuerpo con otro, tratando de buscar una sensación o más bien una ilusión perdida. El llorar, ante la impotencia de lo inevitable no puede ser expresado desde el alma, constituye una traición a quienes han trabajado tanto para superar los caprichos de la naturaleza con tecnología, y la han así domesticado.

Cuando están a instantes del colapso final y luego de que cada uno fue mostrando sus escondidas debilidades, que les permitían un verdadero disfrute,  así fuera solo con la imaginación, proponen como acto final una orgía y tras de precisar en qué consistía pues era algo también olvidado o innecesario por la fecundación en laboratorio, además causante de castigo ejemplar a quien incurriera en otro método, como en el caso de una de las protagonistas a quien le fue arrebatada su criatura concebida con amor, pues sería el hombre nuevo. A propósito, aseveró que cuando le quitaron a su hijo, le arrebataron también el miedo.

La última propuesta fue concretada pero para realizar una orgia intelectual, lo más sublime que pueden hacer los seres humanos a través de su intelecto, como la ilusión de un sueño y la concreción del mismo, el mundo de las ideas. A través de la expresión de las ideas internas, de los razonamientos lógicos elaborados con conocimiento y rigor, y la discusión con los otros, es la forma en que se logra construir la verdad escondida entre lo que pienso y sé, y lo que piensan y saben los demás. Es válido hasta para la solución de conflictos.

* Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas.