Cuatro hermanos. Cuatro autores

Cuatro visiones del mismo mundo: el creativo

La literatura en Caldas nos permite en esta ocasión reunir cuatro voces de un mismo árbol. Si bien los nombres de los hermanos Zuluaga Gómez han hecho carrera en las últimas décadas en departamentos Magdalena, Antioquia y Caldas, sus raíces tienen origen en tierras del Norte caldense, Aranzazu específicamente, allí los cuatro cuentan con pequeñas historias que a lo largo de su vida laboral, profesional y creativa dan el resultado de esta noche: el libro Cuatro hermanos – cuatro autores.
En géneros tan diversos como la literatura testimonial o la poesía, y otros tan cercanos como el relato y la nouvelle, los nombres de Rubén Darío, Víctor José, Edilberto y Rodrigo poco a poco se van instalando en nombres de escritores de la región que se deben citar, incluir e invitar a eventos literarios y académicos propuestos desde estas tierras.
Pero qué tenemos en un libro hecho por cuatro autores de una misma familia, un caso además de curioso extraordinario en el ámbito cultural caldense, son cuatro hermanos que suman varias generaciones viendo trascurrir la historia social y cultural del territorio que habitan y apostando desde la escritura por un legado que nadie lo ha obligado a dejar, sino ellos mismos quienes están empeñados en dejar una huella cultural para la región.
Así empezamos a hablar de Rubén Darío Zuluaga, hombre de teatro, de lecturas y de libros. Él creció, literalmente, en las épocas en que el teatro se recuperaba y se imponía en la ciudad de Manizales como un punto de encuentro, de formación, de reivindicación de lo social. Es Rubén Darío quien da apertura al libro con un ensayo testimonial que ha titulado Mi vida en el teatro y con una literatura autoreferencial brinda al lector un paseo, un recorrido, un vistazo a una época –si se quiere-dorada del teatro en la ciudad de Manizales.
Este licenciado en Artes escénicas y Magister en Filosofía de la Universidad de Caldas, ha explorado el mundo del teatro desde casi todos sus posibilidades, es decir desde la de espectador hasta la de crítico y la de constructor de contendidos para el teatro regional y nacional, universitario y popular.
Rubén Darío, hace en las páginas que le corresponden, un análisis generacional, sesudo y narrativo de los momentos más importantes del teatro en la ciudad en las últimas décadas. Nombres de agrupaciones y festivales, autores y obras sedes y medios de difusión harán las delicias de aquellos que atravesaron la bitácora del teatro Manizaleño desde la década de los setenta.
Historia, reflexión, estética, noticia y crítica se leerán en el texto Mi vida en el teatro de Rubén Darío Zuluaga Gómez.
“¡Pedro Amor! … ¡Malamante!, trato de encontrarte en nuestro municipio, porque siempre tuve la idea de que te hallabas en la carretera entre Salamina y Aranzazu. {…} camino perdida entre las montañas y las cañadas buscando la casa de la mina, donde oí que te encontrabas accidentado con unos amigos. […] Nadie me respondió cuando pregunté por ti. No saben nada del “Malamante”. (pág 97)”.
Apartes como este se hallan en las páginas posteriores al texto inicial. Aparece, entonces, la narrativa, la forma como Víctor José Zuluaga Gómez enfrenta su manera de estar presente en la cultura letrada de Caldas y Colombia. Con una breve novela, ambientada en su Aranzazu de la infancia, el autor va a recrear (desde las técnicas de la novela contemporánea) una historia que conoció en su niñez y que seguro dio vueltas y vueltas en su cabeza hasta que encontró el modo de contarla.
Mal amante, es una historia sencilla sobre sueños rotos, sobre realidades sucias, sobre la vida sin gloria de nadie y sí con una trama que va de lo policial a lo amatorio. En ella sus protagonistas son seres comunes, simples, con vidas sin futuro en una aldea que es para el caso Aranzazu pero que por los giros de la ambición o el deseo de abandonar la miserable vida que les ha tocado en suerte corren riesgos, sufren pérdidas y lloran y maldicen y extrañan y aman como lo hacemos todos.
Víctor José, historiador de la Universidad Nacional, apuesta por personajes sencillos, diálogos cortos, y una historia totalmente creíble, contada con múltiples voces Mal amante es la recreación histórica de una época exacta del país donde el éxito a corto plazo era la manera de creerse afortunado, un éxito que se buscaba sin esfuerzo, sin disciplina, sin sudor y quien se atreviera a buscarlo debía saber, como Pedro, el protagonista que sólo existía tres caminos: la fortuna, la cárcel y la muerte… ¿cuál de los tres destinos conseguirá el protagonista?
En la misma línea del anterior hermano, el siguiente hace de la narrativa, esta vez a través del relato corto, su signo para plasmar una serie de historias para todos los lectores. Así Edilberto Zuluaga Gómez ve en la cotidianidad futuras historias literarias.
A los lectores de Cuatro hermanos, cuatro autores, Edilberto les presenta una colección de 16 breves ficciones que van desde el humor negro hasta el realismo sucio. Antihéroes, mujeres con presencia fuerte en las narraciones, espacios geográficos reconocidos por el lector y ambientaciones y atmósferas justas para la brevedad de sus historias son sus herramientas..
¿Qué hay en ellas?, la realidad que nos agobia narrada por personajes que nos parecen cercanos, vidas de hombres y mujeres atravesados por la rutina, las pasiones, las bajas pasiones que ocultamos, deseos ardientes que crecen en lo prohibido, monotonía y hastío, es decir, la vida misma que nos va pasando en escenas de las que todos podemos dar fe que existen aquí en esta ciudad amarilla o en una ciudad capital o en un pequeño pueblo.
Esa es la habilidad de Edilberto: contarnos a nosotros mismos y dejarnos pensar que esas vidas, es decir, esas historias solo pasan en la literatura. Con la selección de relatos que el titulo Equivocados. Edilberto Zuluaga muestra una vez como su obra va creciendo y consolidándose más y más.
Llegamos al último de los Cuatro hermanos, y dejamos atrás la narrativa para adentrarnos en uno de los géneros que faltaban en la traída de los Zuluaga Gómez y es la poesía.
El encargado de escribirla es Rodrigo, quien con una breve muestra de su trabajo poético, al que da el nombre de Sin verdades, va a sensibilizar al lector de otra manera.
Poemas, de los que muy bien el viejo Peter, es decir Pedro Zapata, dice:
“Cruzando el mar del tiempo, no hay vanidad posible, solo nos queda la apacible contemplación en medio de nuestros prolongados silesios, cultivo amoroso y digno de nuestros pasos”
Creo con toda honestidad que Peter, como lo conocemos en mi generación, acertó al decir que aquí en los poemas de Rodrigo sobresale un ejercicio propio de los años, o de los poetas: el de la contemplación.
Por eso los textos de Rodrigo nos plantean reflexiones, viajes, realidades y por supuesto los temas que habitan siempre el poema el amor y la muerte.
Contemplar para los orientales es su ejercicio mayor, el estado de cuerpo y mente donde el espíritu se ilumina… el Haiku es su esencia, pero aquí no hablamos de la literatura de Oriente, sino del estado de contemplación de un hombre que puede ver por el retrovisor de la vida cada una de las vidas que ha dejado atrás y ya el afán, la inmediatez, la urgencia son parte de un pasado que puede volverse poema.
Rodrigo Zuluaga Gómez en sus versos “Sin verdades” deja al lector con la mirada de un hombre que ha acumulado los inviernos de una vida y puede.
Una segunda parte de los poemas que nos presenta Rodrigo nos habla de otro hombre el viejo el que ha atravesado el mar, el mismo que ha cruzado los cielos y conoce de playas y calles, de selvas y esquinas y nos deja ver como la precepción de cada lugar promete en la vida de Rodrigo un poema como testigo de su paso por este planeta.
Cuatro hermanos – cuatro autores se convierte entonces en una nueva posibilidad para que los lectores se sorprendan con el trabajo que los Zuluaga Gómez siguen aportando desde el mundo creativo a las letras de Caldas, bienvenidos a su lectura.
Manizales
Agosto 15 de 2018

*Escritor