“Acto poético” de Fernando Mejía Mejía

  • Ensayo de mi libro “Del Quijote y la María a Descartes y Piketti”, recién publicado en Amazon.

En la lectura del Acto poético de Fernando Mejía Mejía (1929-1987) sorprenden, de manera simultánea, aspectos como su visión profunda, madura, del quehacer poético y la necesidad, en tal sentido, de recurrir siempre a los más grandes poetas para responder a las exigencias mismas -temas, motivos, sentimientos, deseos, etc.- de la actividad creadora.

De ahí surgen, en su caso, la sinceridad y autenticidad del lenguaje, la dura aceptación de la angustia que se manifiesta a cada paso en sus versos, y la justificación tanto humana como poética, no ya sólo individual o personal sino también social, en cuanto es fiel reflejo de su época.

Pero, sobre todo, en estas páginas se oye su voz fuerte, clásica en el mejor sentido, con la debida responsabilidad de asumir su compromiso total como poeta, en su propia poesía y, por ende, con la vida, el amor, el silencio, la soledad…, aquella múltiple realidad que le abraza y acosa, donde, con tono profético, el hombre se engrandece y alcanza dimensiones cosmológicas, universales.

Más allá de la moda

No es el momento de valorar, con análisis rigurosos y fríos (que, por cierto, poco tienen de poéticos), el puesto que la obra de Fernando Mejía ocupa en la poesía colombiana; no se trata, pues, de exaltarla o rechazarla con criterios cerrados, estrechos, limitantes.

Su valoración, en cambio, debe centrarse en su carácter universal, eterna si se quiere, porque va más allá de las modas literarias y asume plenamente el citado compromiso del autor con su creación, sin necesidad de justificarla siquiera y manteniendo tal actitud en las circunstancias más difíciles, sin importar sus graves consecuencias.

En su producción hallamos versos dignos de la mejor poesía. Pero, en forma paradójica, el silencio o la indiferencia ha sido la respuesta del medio social en que el escritor se desenvuelve, donde el egoísmo y la ignorancia han sido factores determinantes desde tiempos inmemoriales.

No obstante, aunque se ha pretendido silenciarlo, cuanto surge de allí, del silencio, es una voz más fuerte, que no da tregua, que sigue en su proceso de tanteos y búsqueda, que confiesa su condición humana y la defiende a cuatro vientos, si bien con un sentido religioso, espiritual, el cual brota, como a escondidas, en cada uno de sus poemas.

Un camino por recorrer

Tal es la impresión que me ha dejado la lectura de su Acto poético, del libro Elegía sin tiempo (1978) y, en general, de su obra literaria, sin importarme siquiera explorar su presunto afán de seguir la línea de Baudelaire a través de un lirismo -muy retórico, señalarán sus críticos- que le conduce a dimensiones cosmológicas y bucólicas, ajenas, por lo general, a la poesía colombiana.

A mi modo de ver, éste es un aspecto digno de ser analizado en detalle para una adecuada valoración del más representativo poeta caldense durante las últimas décadas.

(*) Miembro correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua

Del Quijote y la María a Descartes y Piketty

El escritor y periodista Jorge Emilio Sierra Montoya, ex director del diario La República, acaba de publicar un nuevo libro: Del Quijote y la María a Descartes y Piketty, el cual reúne ensayos literarios, filosóficos, económicos y empresariales, a modo de antología.

“Es una antología personal de mi producción ensayística durante los cincuenta años de vida periodística e intelectual que vengo celebrando desde 2018”, precisó.

Según explicó, en ese año empieza la publicación de sus Obras Escogidas en Amazon, colección bibliográfica que se abrió con su primer volumen –Huellas en la Academia- para exaltar a la Academia Colombiana de la Lengua, institución de la que es miembro correspondiente.

Esta obra, además, cierra una serie conmemorativa del sesquicentenario de fundación de dicha academia, la cual incluye cinco volúmenes previos, a saber: Nuevas huellas en la Academia, prolongación del ya citado; Tres grandes académicos de la lengua, con sendas biografías de Jaime Posada, Jaime Sanín Echeverri y José Consuegra Higgins; Dos maestros de la cultura colombiana, sobre Otto Morales Benítez y Omar Rayo, y una Antología de Crónicas, en dos tomos: Crónicas de vida en tiempos de guerra y Turismo cultural por Colombia.

Reproducimos, a continuación, los principales apartes de la nota de presentación del libro en sus ediciones impresa y digital de Amazon, cuyos ejemplares se pueden adquirir por internet en numerosos países, adonde llegan los envíos correspondientes.

Filosofía y Letras

Desde su juventud, Jorge Emilio Sierra Montoya (Colombia, 1955) incursionó en el género ensayístico, inicialmente en el campo literario.

La literatura, en realidad, fue su mayor pasión juvenil, tanto que, mientras hacía sus primeros pinitos en el periodismo, escribía sobre los poemas de Rimbaud, la novelística de Aldous Huxley y las biografías de Stefan Zweig, entre otros autores.

Esto le llevó a cursar estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Caldas en Manizales, donde a temprana edad dirigió el suplemento literario del periódico La Patria, al tiempo que volcaba también su interés hacia la filosofía, publicando ensayos como La poesía en Platón y La metafísica cartesiana, tema que desarrolló en su libro Volver a Descartes, primera parte del libro titulado De Descartes a Morin (Amazon, 2020).

Ciencia Política

El periodismo, sin embargo, le condujo a la política y, en especial, a la filosofía política, razón por la cual cursó la maestría de Ciencia Política en la Universidad Javeriana, mientras ejercía, en forma simultánea, el periodismo político en la agencia de noticias Colprensa, la revista Cromos y la presidencia de la Cámara de Representantes.

De ahí surgieron sus ensayos políticos, encabezados por el libro Las ideas políticas de Jorge Eliécer Gaitán (Amazon, 2020), con el cual hizo un aporte significativo a la historia de las ideas políticas en Colombia y América Latina, al margen de criterios partidistas o sectarios.

Economía y RSE

El periodismo y la política, a su vez, le hicieron sentir la necesidad de formarse en Economía, con otra maestría de la Javeriana, para ponerse al frente de la dirección de La República -Primer diario económico, empresarial y financiero de Colombia-, cargo que ocupó durante veinte años, primero como subdirector-editor general y luego como director general.

De esta última etapa nacieron varios libros de carácter económico-empresarial, relacionados con Historia económica, Liderazgo y Responsabilidad Social Empresarial (RSE), en los que tampoco estaban ausentes los ensayos con su característico estilo periodístico y literario.

Temas de interés

“El presente libro –Del Quijote y la María a Descartes y Piketty– es una antología de esa amplia producción intelectual, cuyo variado e interesante contenido de ensayos (literarios, filosóficos, económicos y empresariales) atraerá, con seguridad, a numerosos lectores en todo el mundo”, concluye la nota de presentación del libro en Amazon.

 

 

 

 

En el centenario del Maestro Ramón Cardona

La séptima versión del Festival Internacional de Música CiMa que acaba de terminar, rindió un sentido homenaje al maestro Ramón Cardona García (1922-1959) en el centenario de su nacimiento, prominente músico de Manzanares que forjó un importante legado como director del Conservatorio de Música de la Universidad de Caldas y director de la Orquesta Sinfónica del departamento.

La infancia del maestro Ramón Cardona García transcurrió en el campo mientras cursaba la primaria y como autodidacta de la música fue ejerciendo como corista en la iglesia y tocando el bombardino en la banda de guerra. Cuatro años después se radica en Pensilvania para cursar su bachillerato a la vez que tocaba el armonio francés de la iglesia, el corno alto en la banda de guerra y la guitarra en una orquesta local.

Así fue como realizó sus primeras composiciones y dirigió una masa coral. En 1943 ingresó a la Academia Diocesana de Música, Schola Cantorum Santa Cecilia de Manizales. En paralelo tomaba clases de órgano y canto gregoriano alternando como profesor de música, director del Orfeón Obrero y fundador del Orfeón Infantil. Fue nombrado organista y corista de la Iglesia de la Inmaculada y en 1946 ocupó el cargo de Director del Conservatorio de Música de la Universidad de Caldas.

En el año 1949 viajó con una beca a estudiar a la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad de La Plata a la que es admitido con elogioso concepto. Allí fue organista en la Iglesia Escocesa y en la Concepción de Buenos Aires y se desempeñó como director de coros infantiles. Más tarde es nombrado profesor de canto coral, director del Coro de la Universidad y revisor de prácticas pedagógicas en el Conservatorio de Música y Arte Escénico de La Plata. En 1954 inició giras como organista en Colombia. Avanzado en su formación de armonía, fuga, composición y contrapunto presenta sus composiciones de música colombiana como Mañanita Campesina y su inolvidable Nostalgia para piano y voces, merecedora del galardón en el Primer Concurso Nacional de Folclore de Manizales, villancicos como Alegría y música sacra como el Ecce 2 Sacerdos para coro mixto a cuatro voces.  También compone versiones para orquesta y coros de música colombiana y erudita. En el año 1956 obtiene su grado de Maestro de Capilla con el Stábat Mater de Pergolesi y de Organista con un recital con obras de Johann Sebastián Bach y Cesar Frank, elogiado por su virtuosismo y el arte de la improvisación.

Aunque es invitado a presentar conciertos y tiene asegurada una promisoria carrera como profesor en la Escuela Superior de Bellas Artes de La Plata, su destino estaba marcado por la nostalgia por sus montañas. Así en 1957 regresa como director del Conservatorio de Música y de la Orquesta Sinfónica de Caldas. Reabre el Departamento de Bellas Artes, funda la Coral El Ruiz que deleita con motetes, misas, cantatas, villancicos, música culta y colombiana y apoya la creación del grupo de danzas.

Su actividad pedagógica fue intensa al modernizar la enseñanza de la música y la apertura de cursos avanzados de dictado musical, morfología, armonía, contrapunto, composición, dirección coral y órgano que dictaba ad honorem dada la escasez de recursos del Departamento de Música.

La postrera presentación de la Coral El Ruiz bajo la batuta del Maestro Cardona fue en Ibagué en el Primer Festival de la Música Colombiana siendo galardonada como la mejor agrupación coral. A su regreso el 28 de junio de 1959, el bus de la Universidad de Caldas fue asaltado por bandoleros que asesinaron al maestro cuando respondió con firmeza “Yo soy el director del Conservatorio de Manizales”, en medio de la esquizofrenia de la violencia bipartidista.

Con su memoria se honra el talento de los artistas de Caldas. Su legado nos deja enseñanzas de su amor del arte por el arte, el apego por su tierra, su entrega incondicional a las instituciones de enseñanza musical, su empeño y disciplina como pedagogo, su pasión por la música del campo el enriquecimiento cultural y las semillas que quedaron en sus alumnos que han venido formando con orgullo el acervo musical del departamento de Caldas.

“Ramón no solo era grande musicalmente, sino que fue un gran pedagogo popular y una persona que hiló de manera magistral los elementos de la música académica universal con la música propia de nuestro pueblo. Ramón Cardona nunca olvidó sus raíces y eso es super importante para nosotros como familiares”, expresa Lina Paola Duque Fonseca, sobrina del maestro Cardona.

Caso Orlando Sierra en un libro

Fernando-Alonso Ramírez, profesor de Comunicación Social y Periodismo en la Universidad de Manizales, presentó en la última Feria del Libro de Manizales su obra “Cogito, ergo ¡Pum!: Pienso, luego ¡Pum!”, una publicación que le rinde homenaje a la vida de Orlando Sierra Hernández, periodista y subdirector del diario La Patria y profesor de la Univesidad de Manizales, asesinado en febrero del 2002.

En 109 páginas el autor, quién asumió el cargo de editor del periódico La Patria tras el deceso de Sierra Hernández, presenta una mirada al expediente, a las lecciones aprendidas de por qué este homicidio es el único en el que se ha condenado a toda la cadena criminal por el asesinato de un periodista de Latinoamérica.

“Es una deuda pendiente de compilar todo el caso de Orlando, que se ha contado periodísticamente una y otra vez, pero hacía falta una publicación completa en la que se le rindiera un homenaje y además en la que el lector pudiera encontrar en una sola publicación todos los detalles de esta historia. La escritura inició en pandemia y hoy está disponible para su consulta”, dijo Fernando-Alonso Ramírez.

“Este libro tiene un valor importante en la medida que recoge la experiencia de su autor tanto en la vida y obra de Orlando como con el seguimiento al caso después de su asesinato. En ese sentido, es un libro que no solo habla de un periodista asesinado desde el dolor o la tragedia del acto violento, sino que permite reivindicar a la víctima como un ser humano con unas capacidades y potencialidades como periodista y columnista, que pudieron vivir quienes compartieron con él en el medio de comunicación. Sobre él se ha escrito mucho pero Fernando Ramírez es una voz autorizada porque estuvo cerca de él en la sala de redacción y porque después de su muerte ha conocido de primera mano cada uno de los procesos e investigaciones de la justicia”, dijo Camilo Vallejo Giraldo, coordinador del Observatorio de Transparencia de la Universidad de Manizales.

La editorial La Patria imprimió una primera edición de 500 ejemplares del libro, que en su portada presenta el rostro ilustrado de Orlando Sierra Hernández, y en su cubierta posterior una fotografía del febrero de 2002, cuando un río de gente acompaña el cotejo fúnebre de Orlando Sierra por el centro de Manizales.

Las personas interesadas en conocer y adquirir el libro lo pueden hacer en la Tienda Universitaria de la Universidad de Manizales, ubicada en la carrera 9 A # 19-03 barrio Campohermoso, o comunicándose a través de la línea (606) 8879680 extensión 1019.

 

La Muchacha volvió y en-cantó

Fue muy emocionante volver a encontrarnos con La Muchacha en un escenario de Manizales rodeada de toda su fanaticada.

En la sala de teatro Los Chicos del Jardín, en medio de la naturaleza y el susurro de los animales que animan este recinto, tuvo lugar el viernes 19 de agosto el recital de Isabel Ramírez Ocampo, tras varios años de no presentarse en su ciudad natal donde inició la carrera como cantautora bajo el nombre de La Muchacha. También es artista plástica graduada en la Universidad de Caldas, profesión que en varios de sus proyectos combina con la música. Su éxito ha sido tal que ya tiene un equipo de producción estable con el que circula no solo a nivel nacional sino internacional, y tres discos grabados.

Hizo gala en este concierto de su singular personalidad: de su alegría, de su desparpajo, de su gracia, de su humor, de su sencillez, de su indiscutible talento, entre otras cualidades que exhibe en escena con sus portentosas composiciones llenas de rebeldía y resistencia, pero matizadas con un dejo de ternura que la hace encantadora.

“A la canción protesta le inyectó una estética propia, donde mezcla con desparpajo el reguetón, la cumbia y aires llaneros. Su búsqueda transita del lirismo a la cachetada: “Ay, yo aquí sentada y todo tan paraco, tan sucio y por debajo de la mesa”, “nos embutieron la guerra hasta el fondo de la tráquea”, o “quiero caminar la selva entera sin miedo a la oscuridad”, escribió Alfonso Carvajal en el periódico El Tiempo.

Acompañada de su infaltable guitarra, La Muchacha le cantó a su familia que ama; a su mamá que la “consiente” en la presencia y en la distancia; a los “pelaos” de la primera línea; a la guerra “en este país que nos matan por abrir la boca”; a los procesos comunitarios; a la gente que sufre el abuso policial; a la “tierrita” que la ha visto crecer y la ha visto llorar, donde están su familia, sus amigas, sus amigos, su paisaje, “donde es necesario volver”; a las fuentes hídricas “que solo utilizan como un recurso para obtener dinero y no entienden que sin el agua no podemos vivir porque el dinero no se puede tomar”; al planeta “que viene en picada en este momento, de lo cual todos somos culpables”; a una plegaria para salvaguardar el agua y a las personas que amamos; a Blanca Enilse, la yerbatera de la galería; a su abuela que hizo el camino desde Abejorral hasta Salamina en mula, y con quien empieza esta historia.

Isabel nació en Manizales en 1994. Está radicada en Bogotá, ciudad desde donde proyecta su carrera artística con presentaciones por Colombia y el mundo y con su discografía. En 2018, ya bajo el nombre de La Muchacha, lanzó su primer álbum de estudio titulado Polen, compuesto por 7 canciones que hablan críticamente de la situación ambiental de Colombia. En 2020 grabó Canciones crudas, un disco con el que alcanzó la fama nacional tras haber sido seleccionado como el décimo mejor álbum del 2020 por la revista Shock. En 2021 publicó Más canciones crudas, segunda parte del disco presentado el año anterior, en el cual trata temas del conflicto armado interno de Colombia. El 1 de julio de 2022 estrenó en el Teatro Colón de Bogotá Los ombligos, un proyecto en el que explora nuevas sonoridades, sumando a la voz y guitarra de su formato habitual, el acompañamiento de Miguel Velásquez Matijasevic (United Fruit Co.), en el contrabajo, y Camilo Bartelsman (1280 Almas), en la percusión.

Al preguntarle a La Muchacha que viene para su futuro cercano, responde: “Viene la vida con todas sus posibilidades, viene el cuarto disco con banda, viene otro proyecto con Las Mijas y Andrea Echeverri. Vamos a ir a Chile en septiembre, vamos a ir a Bilbao en octubre. Vamos a estar haciendo muchas cositas muy lindas”.

Fotos de Camila Arciniegas. Los Chicos del Jardín.

Espejos de ciudad: un acto de resistencia y existencia

La siguiente es la introducción al libro “Espejos de ciudad”, del profesor titular de la Universidad Nacional sede Manizales, Luis Fernando Acebedo Restrepo, arquitecto, magister y doctor en Urbanismo. El libro recoge una selección de artículos, con fotografías del autor, publicados en diferentes medios de comunicación. “Se trata de ser el reportero o el cronista, una persona que retrata la sociedad urbana y la comunica en sus bordes, umbrales y disoluciones sin poder eludir una cierta subjetividad frente al espacio que lo rodea”. 

El libro que usted tiene en sus manos es para mí un divertimento, un juego intelectual que puede ser tan profundo o trivial según como cada lector quiera valorarlo. Por supuesto que como autor de estas páginas las encuentro densas, incisivas, provocadoras y sugerentes. Pero, soy consciente de que en el mundo académico y científico, del cual hago parte, estas líneas podrían ser consideradas como “literatura gris”, un término despectivo en el cual se engloba todo lo que no tenga un nivel de aplicabilidad práctico-científica, no emplee una fórmula matemática que demuestre una nueva ecuación, no haya sido validado por una comunidad de expertos, no sea el resultado de una convocatoria de investigación de alguna entidad pública o privada de reconocida trayectoria nacional o internacional, o no haya sido publicado como artículo en alguna revista indexada con factor de impacto Q1.

Nada de eso me interesa ni busco con este libro. Tampoco el lector encontrará en él un orden de presentación académico con objetivos principales y secundarios, hipótesis, marco teórico, marco metodológico, discusión o trabajo de campo, resultados y conclusiones. Los mejores libros que he leído en mi vida, tanto de filosofía como de economía política o sociología ⸺los campos disciplinares que han atravesado mi formación académica como arquitecto y urbanista⸺, no fueron escritos con esas camisas de fuerza.

Si aun así usted sigue interesado en estas páginas procederé a explicar las razones que me motivaron a publicar este libro. Este trabajo es un acto de resistencia frente a los parámetros tecnocráticos antes mencionados, pero también es un acto de existencia que reivindica la necesidad que tiene todo ser humano de ordenar sus ideas sobre un asunto determinado y de compartirlas con un público para encontrar una retroalimentación. Es, igualmente, una memoria que queda al servicio de miradas espacio-temporales de futuro con arraigo en una visión humanista.

Un punto de partida esencial en la construcción de esta propuesta es la motivación existencial sobre la naturaleza del espacio como temática básica de reflexión. Este enfoque lo comencé a desarrollar a partir de una aproximación metafórica surgida de mi tesis de doctorado en urbanismo (Acebedo, 2015). ¿Una metáfora en una investigación de nivel doctoral? En efecto, la metáfora del caleidoscopio me inspiró para tratar de estudiar uno de los temas emergentes de los debates sobre la ciudad y el urbanismo, a saber, las ciudades y los territorios del conocimiento. A partir de estos primeros espejos y reflejos del conocimiento transité hacia dos concepciones trialécticas del espacio. La primera y la de mayor trayectoria intelectual y temporal es aquella relacionada con la relación sociedad-espacio-naturaleza, y la segunda es la propuesta por Lefebvre (2013) desde mediados del siglo XX y conocida como la trialéctica del espacio (concebido, percibido y vivido).

Cuál no sería mi sorpresa cuando a partir de su estudio y profundización se abrió ante mis ojos todo un debate teórico, filosófico, sociológico, económico, geográfico y arquitectónico sobre el espacio y sus relaciones con la sociedad y la naturaleza, con origen en el materialismo histórico y dialéctico del siglo XIX, pero abierto y permeado por los actuales avances del conocimiento. El primer capítulo, por tanto, es un giro caleidoscópico sobre la concepción del espacio que pongo a consideración de ustedes.

Encontré en la trialéctica una oportunidad para desarrollar el pensamiento crítico con el propósito de motivar a repensar la arquitectura y el urbanismo, para estimular la creatividad entre mis estudiantes en torno al diseño y la formulación del proyecto arquitectónico y urbanístico integral y contextual, asuntos sobre los cuales exploro y experimento en el aula con mi compañera de trabajo, Valentina Mejía Amézquita.

Los otros capítulos corresponden a giros espaciales en el campo de lo concebido, vivido y percibido. Son el resultado de las prácticas de un profesional que se propone narrar las ciudades que piensa, habita, visita o transita en medio de esa búsqueda constante de respuestas y nuevas emergencias sobre el espacio, el urbanita y la urbanización a partir de la experiencia vivida y de las prácticas espaciales como profesional.

El capítulo II se pregunta sobre la ciudad global del conocimiento. Viajé en su búsqueda por distintas ciudades de Europa y América, y escribí mis primeras opiniones en una especie de bitácora de viajes y memorias sobre las ciudades que el mercado ofrecía como paradigmas de una nueva época. Intenté contrastar los espacios concebidos por las ciudades con los percibidos y vividos a través de mi experiencia vital.

El capítulo III titulado “Diacronías espacio-temporales”, indaga por los orígenes del ordenamiento territorial en la región del Eje Cafetero de Colombia desde mediados del siglo XX hasta nuestros días. A partir de una experiencia vital que me permitió recorrer los municipios de Caldas y hablar con los alcaldes, secretarios de planeación y otros funcionarios pude evaluar los avances en materia de ordenamiento ambiental en el departamento de Caldas, con sus logros y debilidades. También presento un análisis comparativo de dos macro-proyectos de renovación urbana en Manizales y Buenaventura orientados a construir vivienda de interés social. En este capítulo se hace una síntesis de esas giras y giros territoriales y ambientales.

En el capítulo IV presento una selección de columnas de opinión sobre Manizales, la ciudad que me permitió pensarla y sufrirla por dos décadas. No podía llamar a este capítulo de otra manera: Distopías de los poderes locales. Es un giro caleidoscópico sin luz ni trayectoria. Es el ejemplo de la anti-ciudad (Borja, 2012), por más que los visitantes la encuentren atractiva, verde, serena. Ellos solo se pasean por la avenida principal y por sus lugares turísticos, pero ignoran la cotidianidad vivida y percibida en las comunas donde se encuentran los excluidos, los desempleados, los expropiados, los arrinconados, los escondidos. En algunas de esas columnas se esbozan las propuestas de nuevos giros caleidoscópicos urbanos más esperanzadores, sinergéticos, incluyentes y democráticos.

Esos últimos espejos de representación se construyeron a partir de los sentidos, del contacto con los cuerpos y la observación participante. Es el juego relacional de los imaginarios y las percepciones sobre el lugar vivido, la ciudad que he querido enderezar, no como un acto heroico o individual, sino como intérprete de un sentimiento cada vez más colectivo que anhela otra ciudad y otro territorio posible, que no esté marcado por la inequidad y la exclusión.

En ese nivel de aproximaciones me propongo cumplir una doble función: la del flâneur y la de reportero. El flâneur como esa figura metafórica parisina que Walter Benjamin (2016) llenó de sentido en el Libro de los Pasajes como un “paisaje formado de pura vida” (p. 422). Es un personaje que callejea, marcha, se pasea por la ciudad para nutrirse de lo que se le presenta sensiblemente ante los ojos y “a menudo se apropia del mero saber, incluso de los datos muertos, como de algo experimentado y vivido”.

Se trata de ser el reportero o el cronista, una persona que retrata la sociedad urbana y la comunica en sus bordes, umbrales y disoluciones sin poder eludir una cierta subjetividad frente al espacio que lo rodea. Como bien plantea Prata (2017) “la ciudad-texto se proyecta y se estructura como un ´tercer espacio` que modera la relación de su dimensión real con la imaginada” (p. 9). Escribir sobre la ciudad nos conecta con la visión itinerante, aquella que se construye al nivel del horizonte, a la altura de los ojos y se concreta por la observación de las prácticas microscópicas de la ciudad mediadas por el cuerpo.

Prata nos propone la conjugación de ambas figuras en el flâneur-reportero como un personaje siempre atento a nuevas historias. Es aquel que mira la ciudad, pero se sabe observado, deambula por ella como paseante y la relata como cronista dotándola de sentido al hacer evidente lo oculto.

La relación que establece con la ciudad se encuentra, pues, en el origen de una doble metáfora: la ciudad como texto y la del flâneur como lector. En efecto, mientras observa la ciudad y sus personajes como si se tratara de un libro “el flâneur cumple las veces de explorador en el mercado, clasificando los acontecimientos y la variedad de personajes-tipo que encuentra en ellas” (Prata, 2017, pp. 29-30).

La ciudad del espacio vivido e imaginado es, en últimas, la posibilidad de integrar el espacio racional con el subjetivo y se constituye en todo un reto para quienes aspiran a diseñar políticas públicas que moldeen la ciudad. Ignorar esto último es dejar en el limbo el “tercer espacio” desequilibrador y provocador de nuevas emergencias.

Justamente es eso lo que sucede en Colombia con las crecientes movilizaciones sociales que comenzaron el 21 de noviembre de 2020 y continuaron el 28 de abril de 2021, convirtiéndose en un estallido social prolongado durante varias semanas de protestas callejeras.

Las expresiones más novedosas de estas jornadas se han dado, justamente, en la búsqueda de nuevos valores y espacialidades identitarias, acompañadas de la destrucción de los símbolos coloniales o neocoloniales. En esas búsquedas los jóvenes urbanos encontraron puntos comunes de indignación y resistencia con las comunidades étnicas rurales. Ambos sectores les han hecho saber a los detentadores del poder que no se sienten representados en los símbolos de un pasado instituido, no se consideran parte del presente de exclusiones y violencias, y tampoco confían en el futuro que les prometen. En medio de esas búsquedas la retoma del espacio público abandonado en pandemia volvió a constituirse en el epicentro de las disputas por otro futuro posible y otra ciudad más incluyente y esperanzadora.

El libro no busca ser concluyente ni demostrativo, por eso no introduce un capítulo de reflexiones o conclusiones. Estas últimas las emitirá el lector.

Finalmente, decidí acompañar el texto con una serie de fotografías de mi autoría sobre “los espejos de ciudad” que dan origen al título del libro. Como fotógrafo aficionado he explorado posibilidades fotográficas caleidoscópicas que me han ayudado a observar la ciudad como imaginario urbano trialéctico en sus espejos y reflejos. García Canclini (2010) define los imaginarios urbanos como un “conjunto de repertorios de símbolos con que una sociedad sistematiza y legaliza las imágenes de sí misma, y también se proyecta hacia lo diferente” (p. 103).

Lo interesante es que esto se logra desde una doble condición, es decir, desde el ciudadano objetivado en las prácticas del espacio vivido y también desde el fotógrafo como sujeto activo en la captura de una imagen detenida en el tiempo, como expresión de los múltiples fragmentos que le dan sentido a la ciudad. Ambos se funden en esa suerte de visión caleidoscópica sobre la ciudad imaginada, que refleja múltiples espacialidades y temporalidades en el movimiento infinito e incontrolado de los actores sociales, junto con la velocidad de los cambios producidos en el espacio generando una especie de vértigo en la vida urbana. Tal parece que hoy ese vértigo solo puede ser medianamente controlado en la complicidad y el anonimato de los espacios virtuales.

Acebedo Restrepo, Luis Fernando. (2022). Espejos de ciudad. Proyecto Editorial Esfinge.

Isbn: (papel) 978-958-52382-5-1

Isbn: (electrónico) 978-958-52382-6-8

 

La Quinta Sinfonía de Malher, un hecho histórico en Manizales

Artistas de Pereira, Medellín, Cali, Bogotá, Popayán, harán parte de la plantilla de la Orquesta Sinfónica de Caldas, para completar los 100 músicos en escena que se requieren para interpretar la Quinta Sinfonía de Gustav Malher, acontecimiento que tendrá lugar en Manizales los días 23 y 24 de Agosto de 2022 en el Teatro Los Fundadores a las 7:00 p.m. con entrada libre.

La obra se convirtió en leyenda, fue concebida para grandes masas de ejecutantes como las 9 sinfonías del compositor nacido en República Checa el 7 de julio de 1860 y fallecido en Viena el 18 de mayo de 1911, solo ha sido interpretada en Colombia por dos orquestas grandes de Bogotá y 1 de Medellín, son algunas de las razones por las cuales el concierto se constituirá en un hecho histórico en la ciudad.

Mahler y su esposa Alma, el primero de sus tres ilustres maridos, se conocieron durante el proceso de creación de la Quinta Sinfonía y el compositor le envió el Adagietto como declaración de amor.

“La obra rebosa un estado de ánimo especial. De todas sus sinfonías es probablemente la que aglutina de manera más evidente las obsesiones mahlerianas: la muerte, el amor, la exaltación de la naturaleza, los paisajes campestres, la música popular… Se dice que es la más optimista de todo su ciclo sinfónico. La muerte está presente al inicio, pero después el amor y la vida cobran una singular importancia”. (María Santacecilia).

Con el Maestro Leonardo Marulanda, director artístico de la Orquesta Sinfónica de Caldas, conversamos sobre el suceso que le corresponderá y escogió conducir:

El Maestro Leonard Bernstein decía que quedaba destrozado cuando dirigía a Malher, su compositor preferido. ¿En qué estriba la dificultad de la Quinta Sinfonía?

¿Cómo debemos prepararnos, la Orquesta Sinfónica de Caldas y el público, para este magno acontecimiento?

¿Qué sentimientos provoca en usted dirigir a Gustav Malher?

Estrategias transmedia en la divulgación científica para facilitar el acceso al conocimiento

En el marco de la 13 Feria del Libro de Manizales, se realizó el conversatorio “Storytelling de la creación y la ciencia: apropiación transmedia de la CTI”. Un evento organizado por el Centro de Investigación C-Transmedia de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Caldas, para acercar a la ciudadanía a la investigación, creación y nuevo conocimiento a través de estrategias de apropiación social de conocimiento.

En el Café Cultural del CCU Rogelio Salmona, se generó una reflexión entre Paula Marcela Arias, ex directora de Colciencias; Pablo Rolando Arango, docente, investigador y coordinador del proyecto transmedia “La Penúltima Verdad”; Claudia Jurado Grisales, decana de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Caldas y Darío Arenas, líder de innovación y transferencia del conocimiento del C-Transmedia. Se abordaron temas como la gestión de las instituciones en relación con la divulgación científica, los formatos tradicionales y la apropiación digital que democratiza el acceso al conocimiento.

Claudia Jurado Grisales comentó que “normalmente cuando hemos divulgado la investigación se ha hecho en los medios tradicionales, pero lo que propone C-Transmedia a través de las diferentes posibilidades de manifestación visual es muy oportuno, los profesores lo han recibido de la mejor manera y han entendido que esa es una forma de acercar todos los procesos de investigación a la comunidad”.

Según Pablo Rolando Arango “nosotros tenemos una gran cantidad de talento, en las diversas artes y disciplinas, con nuestros estudiantes podemos trabajar juntos y producir cosas que realmente le pueden llegar a un público muy amplio”.

Paula Arias mencionó que, “el origen de toda transformación es la persona, entonces los procesos digitales salen de las personas, son ellas quienes apropian la tecnología y las que la llevan a utilizarlas como herramientas. Entonces mi propuesta siempre es generar transformación desde las personas y sus necesidades, narrar sus historias, diseñar
soluciones y devolverse a buscar herramientas en la tecnología”.

Durante la charla se expuso además la estrategia ASCTI (Apropiación Social de la Ciencia, Tecnología y la Innovación) productos digitales realizados por el C-Transmedia, resultado de los proyectos realizados por los grupos de investigación y departamentos de la Facultad de Artes y Humanidades.

El escenario fue propicio para compartir experiencias y dar a conocer que los procesos científicos que involucran las humanidades deben ser, no solo valorados por las instituciones y la academia, sino conocidos y apropiados por la ciudadanía, para que así puedan tomar decisiones mejor informadas y más innovadoras.

 

La presencialidad devuelve la magia al Festival Internacional de Música CiMa

Del 22 al 27 de agosto se realizará el Festival Internacional de Música CiMa versión 2022, un proyecto de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Caldas a través de la Vicerrectora de Proyección Universitaria. Regresa a la presencialidad con una inmensa oferta de conciertos nacionales e internacionales, foros académicos, panel de expertos, clases magistrales, tertulias, homenajes y espacios para disfrutar en familia.

Participarán maestros de Colombia, Alemania, Ucrania, Francia, Venezuela, Argentina, México y por supuesto Colombia.

Volver a realizar el festival frente al público en los escenarios nos reconforta y llena de alegría, exclama el Director de CiMa, maestro flautista Yovanny Betacurt, exaltación que hace en este audio:

El tema central del CiMa este año es Latinoamérica en el mundo. “Permite visibilizar el diálogo que ha existido entre lo que nosotros hemos interiorizado de las músicas de Europa occidental, de las músicas clásicas, de las músicas de oriente y como también Latinoamérica ha, de alguna forma, conquistado todos estos rincones del mundo: Europa, Asia, Norteamérica, Centroamérica”, explica el Maestro. Es así, agrega, “que nosotros los latinoamericanos somos ricos en esa manera de expresar nuestra voz, de expresar nuestra cultura, nuestra música, no solo interpretando las obras clásicas universales, sino nuestra propia música que en este momento hace parte de todos los escenarios en el mundo. Prueba de ello es que tendremos un grupo alemán que hace únicamente obras del compositor argentino Astor Piazzola, testimonio de que en Europa está puesto el ojo en la música latinoamericana”.

La inauguración del festival será el lunes 22 de agosto a las 7:00 p.m. en el CC Rogelio Salmona y estará a cargo de Latinoamerican Piano Trío de Ibagué y Ensamble Cruzao de Manizales.

Dentro de la programación se contará con una gama importante de conciertos a las 3:00 y 5:00 p.m. de lunes a viernes en el CC Rogelio Salmona y a las 7:00 p.m. en lugares diversos: el martes en el CC Banco de la República; el miércoles en el Teatro Los Fundadores con la Orquesta Sinfónica de Caldas interpretando la 5 Sinfonía de Malher; el jueves nuevamente en el CC Banco de la República y el viernes en el Palacio de Bellas Artes, un homenaje al insigne Maestro Ramón Cardona manizaleño con motivo de los 100 años de su nacimiento y quien hizo invaluables aportes al desarrollo de la música en la ciudad, en un evento denominado “El Palacio de la Música” (https://www.revistaaleph.com.co/index.php/desde-aleph/677-un-centenario-de-felicidad-y-doloroso-recuerdo). Se ofrecerán también dos conciertos matinales a las 11:00 a.m. en el Centro Cultural Rogelio Salmona.

El sábado 27 de agosto tendrá lugar un evento muy importante que han llamado CiMa al parque, un festival de la música enfocado a disfrutarlo en familia. “Se ha hecho un esfuerzo muy grande por programar conciertos seguidos, con maravillosas agrupaciones, desde las 11:00 a.m. hasta las 6:00 p.m., música de todos los géneros jazz, colombiana, tropical, etc. Aparte de esto va a haber programación infantil especial”, dice Betancurt.

La franja académica, conformada por conferencia, charlas, panel de expertos, se realizará todas las mañanas entre las 9:00 y las 11:00 en el Auditorio de Bellas Artes con transmisión por las redes sociales de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Caldas y del Festival CiMa.

Entre los participantes en el Festival Internacional de Música CiMa 2022 se cuentan: profesores y estudiantes de la Universidad de Caldas; Proyecto Modular de Medellín; Pablo Molano, de Manizales, hijo del gran pianista Juan David Molano radicado en Europa hace muchos años; Ensamble Cruzao de Manizales; Lilia Salsano pianista argentina quien va a hacer un compendio de obras del compositor argentino Carlos Guastavino; Juana Monsalve mezozoprano y Mauricio Arias Esguerra con un recital de piano y voz; el laudista Armando Fuentes, quien le rendirá un homenaje a su hermano Fabio fallecido el año pasado,

Como parte de las políticas de igualdad de género se llevará a cabo un concierto muy especial denominado Mujeres en la CiMa, con el estreno mundial de la obra Silencio de la mexicana Nataly Gutiérrez, ganadora de una convocatoria internacional para mujeres compositoras, interpretada por un cuarteto vocal de la Universidad de Caldas.

Programación aquí:

https://cima-project.vercel.app/

 

“Hay que dejar de utilizar actores cisgénero para encarnar a personajes trans”: Adrián Silvestre, director invitado de la Muestra de Cine Español

  • El público de Manizales podrá ver dos películas del realizador valenciano: Sedimentos (2021) y Mi vacío y yo (2022).

Ser el invitado de la Muestra de Cine Español en Colombia no es la primera toma de contacto del cineasta español Adrián Silvestre con nuestro país. En su primer largometraje, Los objetos amorosos (2016), nos contaba la historia de Luz, una inmigrante colombiana y sus dificultades en Italia, país en donde intenta hacer una nueva vida, alejada de sus seres queridos.

Ya en sus obras posteriores, Sedimentos (2021) y Mi vacío y yo (2022), también se rastrea algo de lo que proponía aquella ópera prima, aunque desde los ideales y anhelos de un grupo de mujeres trans de Barcelona: la necesidad imperiosa de afirmarse en el mundo, de batallar a contracorriente en una sociedad en donde los más vulnerables pueden tornarse víctimas de un paisaje de indolencia y rechazo.

Justamente, estas dos últimas películas podrán verse en Manizales, gracias a la Muestra, que en nuestra ciudad tendrá el plus de la entrada libre para todas sus funciones, a diferencia de otros territorios en donde también habrá programación.

El Quehacer Cultural tuvo la oportunidad de charlar con Silvestre, quien nos dijo:

¿Con qué se topará el público manizaleño que vea sus películas?

Podrá conocer un poco de la experiencia que he tenido a lo largo de cinco años con la comunidad de mujeres trans en Barcelona, con quienes desarrollé estas dos películas. Una es Sedimentos (2021), proyecto documental sobre las vidas y los relatos de seis de ellas. La otra es Mi vacío y yo (2022), que con un lenguaje de ficción retrata la vida de la más joven del grupo, llamada Raphaëlle Pérez, quien también es guionista de la película.

En sus películas hay una marcada búsqueda de la identidad, de indagar en quiénes somos y cómo se construye nuestra esencia. ¿A qué responde esa necesidad?

Es una necesidad universal que todos nos planteamos, algo que trasciende las fronteras, la cuestión identitaria del género y la cultura. Todos, en un momento, tenemos que luchar la vida y hacernos preguntas como: ¿por qué somos como somos? ¿Cómo queremos ser?

En este sentido, hablar partiendo de algo como es la identidad de género y las personas trans, quienes han luchado a contracorriente para decirle al mundo: aquí estoy yo y esa o ese soy yo; nos va muy bien para conectar con algo que a lo mejor los demás no hemos vivido, pero que podemos sentir de forma similar a través de la empatía.

Eso es algo muy cinematográfico y que apela a emociones y sentimientos universales. También sirve para, de repente, sensibilizar o generar un impacto social hacia vidas que en este momento son más vulnerables.

¿Qué piensa de la representación de la comunidad LGBTI en el cine contemporáneo? ¿Crees que hay algo de oportunismo comercial en lo que hace Hollywood y sus películas sobre la inclusión? De ser así, ¿podemos hablar de un cine LGBTI realmente valioso y dónde podríamos encontrarlo?

Ahora, más que nunca, vivimos un momento de mayor representación. Básicamente porque hace años la representación era nula y estas personas ni siquiera tenían unos referentes en los cuales verse proyectadas.

Ahora tenemos más consumo en plataformas, cines y festivales. Cada vez tenemos más opciones y ahí entramos en el debate de si estas personas están siendo bien representadas. No es tanto el grado y el número de veces que son representadas, sino cómo se está haciendo: de manera realista, perpetuando clichés o, como dices en Hollywood, podemos estar ante un momento oportunista.

No niego que, al final, el cine es un mercado. Cuando se identificó un nicho de público dispuesto a pagar y consumir este cine, si este público tiene un nivel adquisitivo, también cada vez más este cine, que era de nicho, está yendo al mainstream para tener una mayor explotación comercial.

Es algo que no critico y tampoco tengo las claves para decir qué cine es legítimo y cuál no. Yo creo que siempre, hablando de la comunidad trans, deberíamos trabajar con ella. Dejar de utilizar actores cisgénero disfrazados para representar otras historias en pantalla y tratar de ceñirnos y escuchar sus historias, en lugar de inventarlas.

¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con actores y actrices naturales?

Para mí es muy gratificante, lo llevo haciendo desde que empecé con el cine y el video. Era por una cuestión de necesidad, porque al final yo trabajaba con las personas que tenía a mi alrededor. Eso se convirtió en un statement.

Para mí es muy valioso, porque estas personas no solo dotan estos artefactos cinematográficos de una naturalidad incomparable, sino que también te ayudan, son tus aliadas a la hora de configurar una historia, una escena, identificar cuándo algo está mal, cuándo hay un error.

Vas a tener que encontrar otras técnicas y metodologías para trabajar con estas personas, porque probablemente no han sido profesionales hasta ese momento. Pero a mí es algo que me hace sentir en una zona de confort y que me gustaría seguir haciendo en futuros trabajos.

Has transitado de un proyecto documental a otro de ficción, ¿tienes una preferencia por algún lenguaje o te sientes cómodo en ambos?

Me siento cómodo jugando con ambos lenguajes. Siempre he ido alternando ficciones con documentales y permitiéndome licencias entre ambas. Desconozco si es casual o por alguna razón.

Cuando hago ficciones me gusta jugar con la verdad y darle pequeñas licencias documentales. Cuando realizo documentales me gusta que tengan una narrativa, un sabor de ficción en cómo está contado, cómo está filmado o en cuanto a la estética. Es algo que está siendo muy aceptado dentro del cine contemporáneo y que me gustaría seguir haciendo siempre.

Dé clic al enlace para consultar la programación en Manizales de la Muestra de Cine Español: https://bit.ly/3Cf6IMo

*Comunicador Social y Periodista y Crítico de Cine.

Foto de la entrada de Óscar Fernández Orengo.

Universidad de Manizales en la Feria del Libro

Un total de 21 miembros de la comunidad universitaria de la Universidad de Manizales hacen parte de la programación de la décimo tercera versión de la Feria del Libro de Manizales que se realiza entre el 16 y el 21 de agosto, en el Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona de la Universidad de Caldas.

“Gracias a la invitación de la Universidad de Caldas tendremos una participación permanente durante todos los días de la Feria, con un stand en el que se estarán exhibiendo los libros de profesores y graduados de doctorados de la institución que han publicado en los últimos años, relacionados con temas como el desarrollo sostenible, diversidad, educación y pedagogía, economía, ciencia, tecnología e innovación, derecho, psicología, entre otras áreas del conocimiento.  Adicionalmente, tendremos conversatorios con la participación de la comunidad académica de la Universidad en distintos temas como lo son: estética y cine, desarrollo sostenible, literatura; además del lanzamiento de la nueva edición de la revista Eureka, que en esta ocasión presenta a nuestras mujeres científicas que vienen desarrollando su rol como investigadoras. Todos invitados para que participen”, dijo Héctor Mauricio Serna Gómez, director de Investigaciones y Posgrados de la UManizales.

Con motivo de la celebración de los 50 años de la Universidad de Manizales, la Universidad de Caldas abrió un espacio dentro de la programación de la Feria del Libro para tener una franja dedicada a esta institución, de tal manera que todos los días entre 3:00 p.m. y 5:00 p.m. la UManizales tendrá presentaciones de libros, conversatorios y conferencias para los asistentes. En total son 15 actividades alrededor del libro, la literatura, la ciencia y la cultura, que se suman al “trueque de libros”, una iniciativa de la Biblioteca de la Universidad de Manizales.

“El trueque es una actividad que se oferta de manera permanente en la Biblioteca, que se traslada a diferentes eventos, en esta ocasión estará presente en el Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona con libros de literatura que podrán intercambiar de manera gratuita los asistentes a este evento. La idea es que la gente entregue un libro en buen estado que leyó y ya no necesita, y a cambio se lleve otro libro usado”, explicó María Isabel Urrego Pérez, directora de la Biblioteca y Centro de Servicios de la UManizales

Programación de conversatorios y lanzamiento de libros UManizales

  • Miércoles 17 de agosto

3:00 p.m.
Conversaciones Medio Ambiente y Educación Ambiental.

María Angélica Martínez Posada, actualmente es la coordinadora Convenio Gestión Educativa CHEC Grupo EPM – Universidad de Manizales, adscrito a la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.
Interlocutor: Luis Alberto Vargas, director de la Maestría en Desarrollo Sostenible.

4:00 p.m.
Presentación del libro “Libro Nupirau”.
Este libro no es producto de un experimento-investigación, sino de un encuentro, de la palabra narrada, de la memoria viva de un pueblo que mantiene su lucha como condición única de su existencia. Es por ello, que los aportes de este texto, no son solo conceptuales, teóricos, epistemológicos y metodológicos, sino que apuntan a un proceso liberador y emancipador del investigador.

Carlos Alberto Dávila Cruz, profesor del Centro de investigación en Desarrollo Sostenible y Medio Ambiente (CIMAD).
Interlocutora: Claudia Alexandra Munevar, profesora e investigadora, es la directora del Centro de Investigación Sociojurídica de la UManizales.

  • Jueves 18 de agosto

3:00 p.m.
Mujeres científicas: estereotipos, obstáculos y retos.

Mostrando los diferentes estereotipos de la mujer investigadora, sus contextos, sus miedos y posibilidades de actuación, así mismo, las dificultades que como mujer se enfrenta ante la ciencia y la responsabilidad que ello implica, así mismo los retos en pro de nuevos descubrimientos que permitan un conocimiento al servicio de la sociedad y la naturaleza.

Marleny Cardona Acevedo, profesora e investigadora de la UManizales, pertenece a los grupos de investigación en Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de la institución.

Gloria Yaneth Flórez, profesora del Centro de Investigaciones en Medio Ambiente y Desarrollo, Cimad, de la Universidad de Manizales.
Moderación: Laura Sánchez, comunicadora y periodista, graduada de la Maestría en Educación y Desarrollo Humano del convenio Cinde – UManizales.

4:00 p.m.
Lanzamiento 9 edición de la Revista Eureka.

Eureka, ciencia para la gente es una revista de divulgación científica que busca invitar a sus lectores a conocer el universo científico de manera clara, concisa e interesante. Los temas viajan desde las ciencias sociales a las exactas, siempre con el objetivo de presentar cómo, a través de estas investigaciones, se busca construir un mundo más justo y equitativo.

Yamilhet Andrade Arango, es actualmente la vicerrectora de la UManizales.
Carlos Andrés Urrego, profesor del Programa de Comunicación Social y Periodismo e integrante del equipo periodístico El Vespertino de UMFM.

  • Viernes 19 de agosto

3:00 p.m.
Presentación del libro “Cogito, ergo pum (Pienso, luego pum)”.

Es un homenaje a Orlando Sierra Hernández tras 20 años de su asesinato. Una mirada al expediente y a las lecciones aprendidas de por qué este homicidio es el único en el que se ha condenado a toda la cadena criminal por el asesinato de un periodista en Latinoamérica.

Fernando-Alonso Ramírez Ramírez, editor de noticias del periódico La Patria y profesor del Programa de Comunicación Social y Periodismo.
Interlocutor: Camilo Vallejo, profesor del Programa de Comunicación Social y Periodismo.

4:00 p.m.
Presentación del libro “Significados y sentidos de la diversidad en la vida contemporánea”.

Reúne artículos científicos seleccionados, que son producto de procesos académicos de investigación realizados en torno a los Sentidos y significados de la diversidad hoy, en la maestría en educación desde la diversidad de la Universidad de Manizales, en el doctorado Formación en diversidad. Durante los años 2010-2019, distintos investigadores del Instituto Pedagógico de la Universidad de Manizales, de sus maestrías en educación-docencia y educación desde la diversidad, del doctorado Formación en diversidad , han consagrado sus esfuerzos a indagar  con sus maestrantes y doctorandos prácticas sociales  de inclusión y reconocimiento de la diversidad; a configurar las semánticas de la diversidad que en sentidos de vida y significados de mundo exponen sujetos, grupos humanos, colectivos culturales, movimientos sociales y comunidades de nuestro país.

Germán Guarín Jurado, es director del Centro de estudios en conocimiento y cultura en América Latina de la Universidad de Manizales, profesor titular e investigador de la misma institución.
Claudia Esperanza Cardona López, profesora titular e investigador de la UManizales.

  • Sábado 20 de agosto

3:00 p.m.
Presentación del libro “El nombre de antes” de Maruja Vieira.

Es la nueva antología poética de Maruja Vieira, una de las poetas más destacadas y prolíficas de Colombia. Fue compilada por Camila Charry Noriega para la Biblioteca de Escritoras Colombianas y se trata de una selección exquisita: cincuenta y tres poemas, entre ellos los más celebrados, así como también unos menos conocidos, excepcionales, que solo aparecieron alguna vez en un libro.

Adriana Villegas Botero, es profesora en la UManizales y columnista de La Patria.
Interlocutor: Carlos Augusto Jaramillo Parra, profesor del Programa de Comunicación Social y Periodismo.

4:00 p.m.
Presentación del libro “Cutáneo, relativo a la piel”.

Autor proclamando su libertad de ser, ha desempolvado su cuaderno viajero, esas etapas que se recorren en una existencia -aún con la frescura de la juventud en su máxima expresión- sentimientos dormidos que maduraron con el sol que saca a flor de piel los silencios del corazón … Sea canto, poesía, grito sordo o conjuro a viejas angustias y horizonte de nuevas alegrías, Juano, como quien quiera que salga a la luz con el caudal emocional de su universo interior, entrega con la desnudez de su verdad ese hijo (su creación literaria) a quien desee “conversar” con su libro, identificarse, o simplemente mirarse contra el espejo, como se hace al confrontar el desamor, la eterna incógnita de la humanidad, dolor perenne que tiende esas sombras temibles llamadas soledad.

Juan David Jurado Ocampo, es coordinador de Investigaciones y Posgrados de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Manizales, director de la Maestría en Derecho de la misma institución.
Interlocutor: Jhonatan Posada, profesor del Departamento de Humanidades de la UManizales.

  • Domingo 21 de agosto

3:00 p.m.
Conversaciones “El suicidio, lo que nos dice la investigación actual sobre un mal milenario”.

Sandra Constanza Cañon Buitrago, directora de la División de Desarrollo Humano, profesora e investigadora de la UManizales.
Jaime Alberto Carmona Parra, profesor e investigador de programas de pregrado y posgrado de la UManizales.

4:00 p.m.
Presentación del Libro Estética, sociedad y cine.

En calidad de resultados de investigación, los trabajos reunidos en esta obra estudian diversas aristas de la atrayente tensión entre estética y sociedad en el marco de la gran pantalla. Así, tenemos cinco grandes campos de reflexión. Primero, se revisan los cambios en el modo de construcción del arte cuando la sociedad que consume cine es de cuño masivo; segundo, se analizan las implicaciones de las tecnologías cinemáticas en el territorio del teatro como si se tratase de una nueva política estética; tercero, se estudia el impacto de las nuevas pantallas y formas narrativas producto de la sociedad digital en el modo de contar historias del cine; cuarto, se muestra la fuerza de un filme fundacional para una sociedad provincial; quinto, se ausculta la fuerza de una tendencia narrativa, el cine de superhéroes, que ha modificado la experiencia del cine para grandes públicos.

Carlos Fernando Alvarado Duque, profesor titular e investigador de la Universidad de Manizales.
Misael Alejandro Peralta Rodríguez, profesor de la Universidad de Manizales. Actualmente hace parte del equipo de la Dirección Docencia de la institución.

4:00 p.m.
Presentación de la novela “Cada oscura tumba”.

Octavio Escobar Giraldo, escritor manizaleño
Interlocutora: Adriana Villegas Botero, profesora de la UManizales y columnista del periódico La Patria.

5:00 p.m.
Presentación del informe final “Comisión de la Verdad, volumen Eje Cafetero”

Mario Hernán López Becerra, profesor de la Universidad de Caldas.
Adriana Villegas Botero, profesora de la UManizales y columnista del periódico La Patria.

Affectus suena a Barroco desde Manizales

Barroco se denomina a un periodo histórico, artístico y cultural caracterizado por una gran exuberancia ornamental que se manifestó en el arte durante los siglos XVII y XVIII. En la música abarca aproximadamente desde el nacimiento de la ópera en torno a 1600 hasta la muerte de Johann Sebastian Bach, en 1750. Fue la época en que se crearon formas musicales como la sonata, el concierto y la ópera. Entre los músicos del Barroco destacan Johann Pachelbel, Antonio Vivaldi, Domenico Scarlatti, Georg Philipp Telemann, Jean-Baptiste Lully, Arcangelo Corelli, Claudio Monteverdi, Henry Purcell, y sobre todo Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Händel, ambos considerados los compositores cumbres del periodo Barroco.

Sandra Viviana Torres es licenciada en Música de la Universidad de Caldas, oboe principal de la Orquesta Sinfónica de Caldas, magister en Música con énfasis en oboe de EAFIT, primera colombiana con posgrado en interpretación de un instrumento que se remonta a 3.000 a.C. En cierta ocasión, tomándose un café con la violinista Diana Carolina Medina se les ocurrió crear un grupo de música barroca aprovechando el valioso y profesional recurso humano que hay en la ciudad con diferentes especializaciones musicales.

Este es el origen de Affectus, la tercera agrupación en Colombia dedicada a la investigación, estudio, rescate y difusión de la música de cámara enfocada en la interpretación historicista del periodo Barroco y expresiones musicales latinoamericanas de la colonia.

Cómo lo explica Sandra Viviana, ha sido fundamental en la dinámica de este proyecto la influencia de su profesor Jaime Martínez, oboísta venezolano, quien creo y dirigió por 14 años en Caracas una de las orquestas barrocas emblemáticas de Latinoamérica, en este momento es principal de la Filarmónica de Medellín. “Dos años estudiando con él fueron de apertura, creó en mi la espinita del estilo Barroco y especialmente del oboe que es tan significativo, tan rico en sonidos. Me contaba de sus procesos en Venezuela, cómo los hacía, me explicó los conceptos y así me fui interesando en impulsar una agrupación en Manizales que nos ayude a formarnos más, a volvernos investigadores, y a hacer difusión de este estilo de música antiguo”.

Affectus lleva un año trabajando a puerta cerrada “porque el proceso conceptual es muy largo, toma tiempo a cada instrumentista desde su individualidad y luego toma tiempo para que todos se sintonicen en el proceso de abordar el repertorio”, explica la maestra Torres.
Sin embargo la agrupación ya hizo un concierto de prelanzamiento en Salamina y uno de lanzamiento el pasado mes de mayo en la Secretaría de Cultura de Caldas, durante el cual se se estrenó la obra No se si topo del compositor de Barroco colombiano, José Cascante, con arreglos del maestro Jaime Jaramillo.

Viviana ratifica la labor científica que exige un ensamble de esta naturaleza. “Nosotros en cada ensayo leemos, investigamos, aprendemos teorías, conceptos que para pasarlos a la esencia de la música antigua requieren de un entendimiento muy claro”.

Es por ello que para cumplir el objetivo de “Consolidar el Ensamble Affectus en Colombia como agrupación profesional en la interpretación de música barroca historicista”, se ha realizado un intensivo trabajo de repertorio de manera cronológica, empezando por los inicios del barroco italiano: Corelli, Vivaldi, Albinoni. “En este momento estamos con el barroco en Francia donde floreció de una manera diferente, seguiremos con el alemán y luego el barroco en la colonia”, afirma la oboísta.

El nombre Affectus se deriva de la teoría de los afectos, de las pasiones del alma: “Esta teoría, señala, se refiere a la relación que hay entre la interpretación musical con las emociones del ser, teorías filosóficas larguísimas que datan de la antigua Grecia. En el barroco es donde se dio la mayor teorización acerca de los afectos y su relación con la música, cómo el intérprete primero debe sentir esas emociones para transmitirlas al oyente”.

El propósito fundamental de los integrantes del Ensamble Affectus es trabajar en algo que les exija, que les de la oportunidad de aprender, de crear por su propia iniciativa. De la mano de personas que han creído en el proyecto, especialmente con la asesoría permanente, generosa y muy comprometida del maestro Jaime Martínez, van adelante con el Ensamble Affectus, “para nutrirnos, para enaltecer nuestra profesión, nuestras individualidades, porque todos somos solistas en un rol muy proactivo”, concluye la maestra.

Los siguientes son los músicos que hacen parte de Affectus:

Violines: Sebastián Serrano, Vanessa Restrepo, Daniel Londoño, Dina Muñoz, Helena Fuentes Serrano, Diana Carolina Medina, Andrés Motta, Paula Navarrete.
Violas: Jairo Londoño Valencia, Elizabeth Muñoz, Camilo España, Andrés Felipe Sierra.
Violonchelo: Fernán Amaya.
Contrabajo: César Augusto Barrera Duque.
Oboes: Sandra Viviana Torres, Efraín Felipe Higinio.
Fagot: José Antonio Bedoya.

El 25 de agosto como parte de la programación del festival de música de Manizales, Cima, el Ensamble Affectus realizará un concierto en colaboración con el Maestro Armando Fuentes.

No se pierda estas cinco películas de la Muestra de Cine Español en Manizales

  • Un total de 14 cintas con entrada libre que se presentarán del 19 al 27 de agosto, en el auditorio Olimpia del Teatro Los Fundadores.

Por fortuna, ¡a veces!, podemos sentir que no estamos a merced de Dios cuando hablamos de cultura, puntualmente de exhibición de buen cine, en esta parte del mundo. Irremediable no hacerlo ante tanta sequía y dominio de las industrias, algo que hace imposible que veamos algo diferente a lo que hacen Hollywood y compañía, especialmente en las salas.

De vez en cuando salimos de ese hoyo de desolación, gracias al trabajo de las embajadas en Colombia, entre ellas la de España, que realiza la Muestra de Cine Español por medio de su Consejería Cultural. En Bogotá, Medellín o Cali podrá ser paisaje en medio de la frenética actividad cultural de las principales ciudades del país. En otras es como maná caído del cielo.

Manizales tendrá parte de la Muestra este año: 14 películas con entrada libre. Una vez más, la Fundación Red Espiral es el enlace local que nos trae los mejores eventos de la exhibición cinematográfica nacional. Por eso, siempre estaremos en deuda con la labor comprometida y titánica de Viviana Castro y Alexander Pardo.

La Muestra es un compendio de los títulos más relevantes de años recientes del cine ibérico, y la invitación es a no perderse ninguna función de esta actividad, que se realizará del viernes 19 al sábado 27 de agosto, en el auditorio Olimpia del Teatro Los Fundadores. Todas las películas tendrán entrada libre.

Aunque, para aquellos que deseen saber qué es lo esencial, les proponemos una selección de cinco películas indispensables, ordenadas en cuenta regresiva:

5. Destello bravío (2021), de Ainhoa Rodríguez

Ópera prima de la directora madrileña, que ahonda en el hastío y la angustia silenciosa de un grupo de mujeres en un pequeño pueblo rural de España. En medio de un deseo inminente de aplastar los cimientos de esa prisión, todas empezarán a rebelarse contra la rutina.

  •  Domingo 21 de agosto, 3:00 p.m.

4. Viaje a alguna parte (2021), de Helena de Llanos.

Documental sobre la vida y la obra de Fernando Fernán Gómez, el director de obras inmortales del cine español como El extraño viaje (1964), El mundo sigue (1963) y El viaje a ninguna parte (1986), esta última es la que inspira el título de una obra que dirige una nieta del también actor y novelista.

  •  Sábado 20 de agosto, a las 5:00 p.m.

3. La virgen de agosto (2019), de Jonás Trueba

El director de Los exiliados románticos (2015) nos propone el relato de Eva, una mujer de 33 años y sus vivencias en Madrid durante un mes de agosto. Drama con tintes de comedia a cargo del realizador madrileño, siempre en búsqueda de lo extraordinario en lo ordinario y de la poesía que irrumpe desde el corazón de lo cotidiano.

  •  Jueves 25 de agosto, a las 4:00 p.m.

2. Tres (2021), de Juanjo Giménez

El ganador de la Palma de Oro en Cannes por su cortometraje Timecode (2016) regresa con una historia digna de la misma creatividad y ambición narrativas. Una diseñadora de sonido para cine comienza a cometer un error en los trabajos que hace: la falta de sincronía entre la imagen y el sonido. No parecerá extraño hasta que note que el problema, en realidad, está en lo profundo de su mente.

  •  Sábado 27 de agosto, a las 5:00 p.m.

1. Espíritu sagrado (2021), de Chema García Ibarra

La cinta revelación de los últimos años en España. Una propuesta extravagante y descabellada que combina cultos OVNI, proyectos para cambiar el rumbo de la raza humana, niños desaparecidos, fanatismo y locura. Hay que verla para creerla, una auténtica joya que se disfruta más entre menos detalles se sepan.

  •  Domingo 21 de agosto, a las 5:00 p.m.

*Periodista y Crítico de cine.

Todo se hace desde el amor: Claudia Jurado

Claudia Jurado Grisales logró a base de constancia, esfuerzo, y mucho amor, dedicarse a la vocación que honra y la hace feliz: la docencia, aun cuando desempeñó otros oficios en su temprana juventud: vendedora de computadores, mesera, secretaria, tesorera. Escaló en la academia desde monitora, estudiante, profesora, emprendedora, en el programa de Diseño Visual, hasta lo que es hoy, Decana de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Caldas, con resultados reconocidos tanto por dentro como por fuera de la institución.

En este transcurso vital crió a sus dos hijos quienes, ya profesionales, son su mayor orgullo: Sebastián Dahm, Diseñador Gráfico y Tomás Ospina, Productor de Audio.

La historia académica de Claudia empezó con Felipe César Londoño, Adriana Gómez, Octavio Arbeláez y Carlos Adolfo Escobar, antes de crearse la carrera de Diseño Visual. En los años 80 su papá fue la primera persona que vendió computadores Apple en Manizales, en una oficina situada en edificio Banco Central Hipotecario, Claudia trabajaba con él, era su asistente. Cualquier día le ofrecieron ser secretaria en el Festival Internacional de Teatro; muy asombrada porque por ningún motivo conectaba con ese oficio dado su estilo de vida, aceptó. Era y es practicante de judo, y también la hace feliz.

 

Así se fue vinculando poco a poco a la actividad cultural de la ciudad, ingresó a varios talleres en Bellas Artes y a los preparatorios para estudiar Diseño Visual, programa al que ingresó en 1993 para la segunda promoción, y como dice “no me comporté como una estudiante” pues la designaron monitora de materias que no había visto y después homologó, y “así empecé a saborear lo que es mi pasión, la docencia”. Tiene en la memoria el primer plan de estudios de la carrera creada por iniciativa de Felipe César Londoño, Adriana Gómez y Carlos Adolfo Escobar, con quienes ha caminado de la mano durante todos estos años.

 

La Imagoteca fue su proyecto de grado, e hizo parte, también con los estudiantes de la época, asesorados por los profesores, de la primera versión del Festival Internacional de la Imagen, como su productora, al lado de Octavio Arbeález y Beatriz Helena Quintero L. Al igual que hacer parte de la Fundación de la Imagen, el consultorio de Diseño, organizaciones que hoy están fortalecidas a nivel institucional y nacional. En febrero de 1998, recién graduada, la nombraron docente y directora de programa de Diseño Visual.

“Me encanta trabajar, me encanta construir, me encanta organizar, me encanta colaborar, soy como una hormiguita haciendo cosas, me encanta hacer realidad las ideas que se me vienen a la cabeza”. Esta actitud proactiva le significó desempeñar durante 8 años la dirección de departamento y el nombramiento de decana encargada de la Facultad de Artes y Humanidades por solicitud del decano en propiedad Héctor Fabio Torres. Ante su sorpresa, él le manifestó que tenía las capacidades y el perfil para manejar el cargo. “Confío en usted”, le reiteró.

Con el nuevo sistema electoral empezó la escogencia de decanos “y la verdad después de haber estado encargada y de haber conocido un poco la facultad con la posibilidad de conocerla más y entender la dimensión que tiene, lo grande que es, las cosas que hace, las posibilidades que tiene, la fortaleza en términos institucionales y de ciudad que ofrece, me lancé a elecciones en 2018 y gané”, expresa.

Ya han sido cuatro años como decana de la Facultad de Artes y Humanidades, que Claudia aspira sean ocho porque este año hay de nuevo elecciones , y se va a presentar. Tiene para mostrar múltiples realizaciones tanto por dentro como por fuera de la Universidad, con un impacto inconmensurable para el sector cultural de Manizales y de Caldas.

Como logros más importantes enumera: Uno, que la Facultad, con un grupo de profesores coordinados por el profesor Adolfo León Grisales, haya participado de manera afortunada en la elaboración del Plan Decenal de Cultura de Caldas. Dos, ser parte de Sumarte, una iniciativa de la alianza Suma. Tres, tener como aliadas a las entidades culturales, “ha sido vital.

 

Resalta la decana que detrás de esta fortaleza cultural está la capacitación, para entendernos y comunicarnos con aquellos que saben gestionar. “Tenemos un programa muy lindo y es considerar la Facultad como la primera posibilidad de empleabilidad para los egresados, o porque se suman a lo que ya hay establecido o porque se asumen los primeros emprendimientos”.

 

Claudia Jurado con sus iniciativas quiere demostrar que la cultura no es para unos pocos privilegiados, sino que es para todos y que en la cultura hay también formación, y este convencimiento, afirma, lo fortaleció la pandemia.

 

Reelegirse como decana le da la posibilidad de continuar creciendo “con la comunidad de la Universidad, y con la comunidad que no es de la Universidad”. Insiste una y otra vez en que cuenta con el mejor equipo de trabajo del mundo. “Estamos fortaleciendo la Productora FAH porque la intención es posicionar la Facultad como marca”.

 

Todo esta infraestructura humana y tecnológica proporciona a la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Caldas la posibilidad de tener 110 proyectos al año, inscritos y no inscritos en la Vicerrectoría de Proyección Universitaria, en los que participan estudiantes, profesores y egresados.

Si es elegida en la decanatura por cuatro años más, Claudia dice que su interés en el nuevo periodo es transformar “entendernos en términos de la transformación en todo sentido, que todo lo bueno que hacemos, además de posicionarlo, procurar que efectivamente sea arte y humanidades, que transformen comunidad, que hablen desde el amor y desde el ser. “Nada que yo haga, no puede haberse sentido primero por el cuerpo y transformado por el alma.  Por eso todo se hace desde el amor”.

De esta máxima se deriva también la devoción por los animales. Su hogar no solo lo componen ella y sus dos hijos, también 4 gatos: Piña, Kiwie, Banano, Ziggy, los de la casa, porque protege también a los que no tienen casa entregándolos en adopción.

 

En las fotos Claudia Jurado en medio del jardín que diseñó en la terraza de su oficina.

Desarraigos

El comunicador social-periodista de la Universidad Pontificia Bolivariana, Esteban Duperly (Medellin, 1979), nos presenta en la COLECCIÓN LINCE, de Angosta Editores, su primera novela Dos aguas, con la cual participó en el Premio Nacional de Novela 2020 del Mincultura, al lado de escritores de renombre como William Ospina, Orlando Mejía Rivera, Julio Paredes y Sara Jaramillo.

En una cautivante descripción, nos narra los conflictos entre dos visiones, dos culturas, dos formas de afrontar la vida, ambas válidas dentro de cada contexto, pero enfrentadas pueden crear conflictos difíciles de resolver, que además van incubando venganzas que pueden llegar a ser fatales.

Se trata de las historias de unos inmigrantes europeos, a quienes han dado en llamar alemanes, aunque eran austríacos, y unos raizales caribeños encarnados en un pescador negro, el Boga, quienes por azares del destino terminan enfrentados por la posesión de un terreno que habitaba el negro y que supuestamente no tenia dueño legitimo, hasta que llegaron los alemanes a desalojarlo por haberle comprado a otro más ambicioso y poderoso que el Boga.

El terreno en mención, no era más que una franja de tierra casi estéril, arrebatada al mar, todo aislado por un manglar compacto, que la rodeaba por los costados y por detrás, en la cual solo había una coquera y el humilde rancho que habitaba con Flora su mujer, allí sólo se aventuraba a visitarlos un indio, pariente de su esposa.

Las descripciones sensoriales son tan minuciosas y casi poéticas como la primera frase del libro, cuyo relato nos cautiva de entrada:

Un zancudo rozó su oreja y se perdió en lo oscuro. Quieto, envuelto en la hamaca, el Boga escuchó los movimientos de la noche: las hojas de las palmas agitarse con la brisa, las olas deshacerse en la orilla, un coco caer sobre la tierra, una babilla entrar al agua en el manglar. Una chicharra tras la puerta. El silbido alto de un murciélago. Eran los ruidos de siempre en la madrugada del Golfo. Permaneció así, alerta a la vibración distinta que lo había sacado del sueño. Hasta que, de nuevo, un sonido ajeno viajó en el viento: desde el mar vino una expulsión de aire, una gran respiración.

Los alemanes están constituidos por Bernhardt y su hermano menor Moritz, sus esposas Elise y Marianne, Marckus el hijo mayor de Moritz, Fernanda la niñera española y los cuatro pequeños. Su vida había sido un continuo peregrinar, escapando de sus perseguidores quienes inicialmente habían sido sus amigos, pero que terminaban por denunciarlos siempre confundiéndolos con nazis, o con judíos según las circunstancias, o hasta con delincuentes. Su partida invariablemente asociada a ventanas con vidrios rotos y a humillantes castigos e inmisericordes torturas, a Bernhardt y a su indefenso hermano.

Por su parte el Boga también tenía su historia de desarraigo que inició con la expulsada del playón en donde había nacido, se había instalado en un baldío que solo tenía una coquera, hasta que apareció Cabarcas un pardo indiano, acompañado de un peón con escopeta, a desalojarlo, aduciendo su propiedad, pero finalmente tranzaron verbalmente en compartir el producido de los cocos. Cuando iba a llevarle la plata de la venta a unos panameños contrabandistas que en una goleta fondeaban frente al pueblo, ambos se tomaban una cerveza y el contrato sin papel quedaba refrendado.

El Robinson Crusoe moderno, cansado de esa perenne diáspora, después de muchas vicisitudes, recaló en nuestras tierras caribeñas buscando un sitio ojalá deshabitado o al menos sin vecinos, ni curiosos cercanos, con el fin de recomponer su vida y la de los suyos y esto fue lo que lo cautivó:

La costa era una cinta gris de playa que a veces ni siquiera existía, porque el manglar puro limitaba contra el océano. Una masa verde de árboles, muy compacta, nacía en la orilla y se extendía hacia adentro hasta terminar en un sistema lagunar de aguas color té, que regresaban al mar rompiendo el continente y formando bocas en la arena. Bernhardt intuía que todo aquello no estaba habitado. Pero había un trozo de costa en donde el mangle entraba en tregua y, en cambio, los penachos de decenas de palmas de coco explotaban hacia el cielo como fuegos artificiales.

Concluyó que ese era el sitio ideal, para evitar lo afirmado por Sartre “El infierno son los otros”, lo cual le había acrecentado la desconfianza hacia los demás. Pero de desplazado pasó a  desplazador, al tratar de tomar posesión de lo pagado a Cabarcas y refrendado no se sabe cómo en oficinas públicas. Tuvo que recurrir al desalojo pues obviamente el Boga no iba a dejarse sacar de nuevo. La intervención de la fuerza pública en el desalojo, arrasando con todo lo del negro, le rememoró tristes episodios e hizo que interviniera para no hacer más destrozos en lo poco que quedaba de los haberes del pescador.

Bernhardt y su hermano, además de excelentes mecánicos, eran muy recursivos e inventores natos, así fue como empezó la transformación del predio: construyeron una vivienda amplia y cómoda en forma de U con dos alas, una para cada familia y un área comunal para comedor, cocina y estar. En lugar de letrina, instalaron inodoros con agua corriente, que ellos mismos canalizaron, instalaron un tanque de abastecimiento de agua para consumo doméstico, contaron con planta eléctrica y nevera; el suelo lo mejoraron con abono natural y lo adecuaron para sembrar frutas y plantas adicionales a los cocos.

Por su parte el Boga, en su desplazamiento le tocó tumbar y secar el manglar, pues ese si no tenía dueño, creía él. A punta de machete y perseverancia, iba poco a poco adecuando su hábitat, pero secar el manglar era como llenar un colador. A la tierra se la tragaba el agua; la empapaba y la disolvía. Para poder subsistir tuvo que emplearse como pescador en el boliche del Perico, en donde su trabajo y conocimientos ancestrales fueron bien valorados, pues su desempeño lo confirmaba.

El resentimiento y la desconfianza mutuos hicieron mella en la relación, a tal punto que no solo evitaban contacto directo, sino que cualquier colaboración, por necesaria que fuera estaba descartada, así los separara solo un lindero físico. Esa animadversión se convirtió en actitudinal, a pesar de que Flora obraba en varias oportunidades como conciliadora. Si los alemanes habían logrado domesticar la tierra, era poco lo que sabían del agua y su furia, por eso, cuando las fuerzas de la naturaleza se desataban, aunque los nativos conocían los presagios, ellos los ignoraban. Y así se incubó la venganza:

Al final de la tarde, el Boga se sentó a ver pasar las lagartijas de colores que se alimentaban apuradas porque también presentían la borrasca, mientras guardaba detrás del esternón la dicha pequeña de no poner al blanco sobre aviso.

Las mezquindades de parte y parte constituían nuevos elementos en esa pugna: la negativa de transportar por una urgencia a Flora, la no venta en la playa de pescado aduciendo que ya estaba todo vendido, y la mofa al defecto físico del caminado de Moritz, el no querer auxiliar a éste tras una picada de medusa que el Boga sabia como tratar, etc. Ni ellos mismos sabían qué podría suceder. La naturaleza humana es muy compleja.

Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas.

 

La invisibilización: característica del conflicto armado en el Eje cafetero

Ofrecemos a continuación, en primer término las conclusiones, y el texto completo de los Relatos territoriales sobre el conflicto armado en Colombia correspondientes al Eje Cafetero, documento consignado en el informe final Hay futuro si hay verdad que la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la no Repetición, ponen a consideración de los colombianos.

El equipo de investigación del Eje Cafetero estuvo compuesto por Michelle Mojica Noreña, Miguel Ángel Gómez Bermeo, Óscar Fernando Martínez Herrera, Adriana Villegas Botero, Esteban Gallego González:

La invisibilización es una característica del conflicto armado en el Eje cafetero. Aunque ha sido constante en la agenda pública institucional y política la referencia a este territorio como un «remanso de paz» con incidencias menores del conflicto armado, en Caldas, Quindío y Risaralda se vivió una temprana violencia bipartidista, con alto número de masacres y repertorios de violencia, y desde finales de los años setenta diversos grupos guerrilleros y paramilitares operaron en varias subregiones, causando picos históricos de homicidios, secuestros y desplazamientos forzados, con alto impacto sobre las comunidades campesinas e indígenas.

Esta invisibilización puede abordarse desde tres posibles escenarios: como una estrategia de élites económicas y políticas regionales interesadas en seguir constituyendo espacios de poder a través de zonas grises que permitan configurar dinámicas asociadas entre lo legal e ilegal; como mecanismo de disuasión intencional de actores ilegales –como el narcotráfico– con el objeto de poder constituir un control territorial sin mucha vigilancia e interferencia de algunas instituciones; o como una estrategia política de actores legales que quieren sostener el imaginario sólido de una institucionalidad fuerte y un ethos cultural asociado al civismo, la prosperidad y el desarrollo como expresión representativa.

Así mismo, se identifican silencios intencionales que omiten estructuralmente ciertas características de lo sucedido en el conflicto para defender intereses particulares anclados a la ilegalidad; silencios naturales que se relacionan con una sociedad que le dio la espalda al reconocimiento de la magnitud y dimensión de la guerra, naturalizando así una invisibilización recurrente de la presencia de la violencia del conflicto armado en la región, y silencios adaptativos, derivados de actores diversos, que reconocen o niegan el conflicto armado en la región de acuerdo con los intereses coyunturales.

El silencio en el marco del conflicto armado en el Eje cafetero fue una expresión de supervivencia para muchos y un repertorio de la guerra para mimetizarse y permanecer de muchas formas en el territorio. En contraste con estos silencios, emergen en diversos sectores formas de resistencia que nombran lo que para otras voces es innombrable y visibilizan desde la acción política, social, comunitaria, cultural y académica el conflicto armado, con sus impactos y afectaciones diferenciadas, como comprensión necesaria para construir paz territorial.

Las comunidades indígenas Embera Chamí y Embera Katío que habitan en el Eje cafetero han sido víctimas de despojos territoriales, reclutamiento forzado por parte de grupos guerrilleros y paramilitares, persecución y estigmatización por parte de la fuerza pública y múltiples repertorios de violencia que se evidencian en las masacres, el asesinato de sus principales autoridades comunitarias, el homicidio y la desaparición forzada de numerosos habitantes de los resguardos. Los líderes indígenas explican la violencia ejercida contra su pueblo en términos de «genocidio silencioso» 527. Dentro de la invisibilización general del conflicto armado en el Eje cafetero, el proceso de invisibilización de la violencia contra las comunidades indígenas ha sido aún más radical. Reconocer la violencia y sus víctimas es el primer paso para transformar las realidades y hacer de esta región un verdadero remanso de paz. Promover el reconocimiento de la diversidad cultural y política y la compresión de los otros, aliados u opositores, como ciudadanos y no como enemigos, es necesario para avanzar en el proceso de construcción de paz.

La violencia sufrida en el Eje cafetero está relacionada con dinámicas de violencias desbordadas desde otras regiones del país, como Antioquia, Chocó, Magdalena Medio, Tolima y Valle, que penetraron en este territorio por sus fronteras y vértices. Los Pájaros que desde Caicedonia y Sevilla llegaron al Quindío, las guerrillas liberales del sur del Tolima que entraron a la zona cordillerana, las tropas del EPL que descendieron desde el Chocó para asentarse en el occidente de Risaralda y Caldas, el Clan Isaza que operó desde el Magdalena Medio hasta municipios cafeteros, los frentes 9, 47 y Aurelio Rodríguez de las FARC-EP, que se desplazaron desde Antioquia hasta Caldas y Risaralda, y las violencias generadas por el narcotráfico del norte del Valle que impactaron en Quindío y Risaralda son ejemplos de actores armados que convirtieron este territorio en escenario del conflicto armado, aunque sus orígenes desbordan los límites geográficos. No obstante, dado el reducido tamaño de este territorio, estas violencias no fueron marginales o circunscritas a territorios limítrofes: diez de las once subregiones del Eje cafetero tienen fronteras con otros departamentos y esta característica geográfica explica el fuerte impacto del conflicto en todo el territorio cafetero a partir de los años noventa.

La violencia bipartidista de los años cincuenta tiene algunas características que se repiten en los escenarios de violencia de finales del siglo XX: la ubicación de los grupos armados ilegales se concentra principalmente, aunque no de manera exclusiva, en las áreas geográficas limítrofes; hay repertorios de violencia reiterados, como las desapariciones forzadas, el arrojar cuerpos a ríos como el Cauca y el Magdalena y algunas prácticas de tortura y sevicia que coinciden con lo que la antropóloga María Victoria Uribe denominó como «matar, rematar y contramatar» 528. Entre los comandantes bandoleros, guerrilleros y paramilitares hay personas que a su vez fueron desplazadas o padecieron la violencia armada en su infancia o en su historia familiar, de tal manera que las víctimas se convierten en victimarios.

Desde su fundación en 1927, la Federación de Cafeteros, una organización de naturaleza mixta, se convirtió en la presencia del Estado en las comunidades rurales del Eje cafetero, con inversiones en infraestructura y vías, entre otros sectores, que la llevaron a mediados del siglo XX a convertirse en el grupo económico más sólido del país. La fortaleza de la Federación le garantizó a los caficultores la compra de sus cosechas y precios de sustentación durante décadas, ventajas que no tuvieron otros mercados agropecuarios nacionales.

Esa presencia institucional permanente, la tenencia de la tierra dividida en pequeños minifundios y las inversiones en infraestructura rural sirvieron como contención del campesinado frente a la amenaza de grupos armados y retrasaron la presencia de guerrilla y paramilitares en el Eje cafetero. No obstante, el colapso generado a partir del fin del pacto de cuotas en la Organización Internacional del Café en 1989 derrumbó los precios internacionales del café y generó una fuerte contracción de la presencia de la Federación de Cafeteros, lo cual se recibió en la región como una retirada del Estado. La violencia que se desató en los años noventa en los municipios cafeteros y la entrada de cultivos ilícitos a partir de 1995 puso en evidencia que la existencia de pequeños propietarios de tierra no garantizó por sí sola la de estabilidad económica y social en la región, que había gozado de una relativa prosperidad gracias a la presencia estatal y la regulación del mercado cafetero.

El contrabando de café y otros productos se convirtió desde comienzos del siglo XX en una práctica ilegal extendida en el Eje cafetero y generó permisividad social ante ciertas dinámicas criminales. Esta relación liminal entre legalidad e ilegalidad actuó como facilitador de la entrada del narcotráfico a los departamentos de Risaralda y Quindío, y, en menor medida, a Caldas. En distintos sectores sociales se normalizaron y naturalizaron «zonas grises» de interacción entre actores armados, cívicos y políticos a través de alianzas y acuerdos que dinamizan la economía local. El narcotráfico es un fenómeno que excede el tráfico ilegal de estupefacientes: dinamiza sectores formales de la economía legal de la región y, al mismo tiempo, involucra la financiación de ejércitos armados al margen de la ley que realizan control social y territorial y generan olas de violencia. Si bien los índices de victimización han descendido después de 2010, en el territorio persisten violencias ejercidas por grupos de alcance regional, como La Cordillera, que se financian con el narcotráfico.

Resolver el problema del narcotráfico es fundamental para consolidar la paz en la región. Para ello, es necesaria una estrategia estatal de diálogos y procesos de sometimiento con todos los actores ilegales violentos que aún continúan en los territorios, así como procesos de investigación institucional que aclaren los entramados sociales, económicos y políticos que a través de la corrupción garantizan ese modelo de acumulación de riqueza mafioso y transitar hacia un modelo de regulación y desarme del narcotráfico que rompa con el prohibicionismo y trate el consumo como un problema de salud pública. Todo esto debe estar acompañado por medidas para renovar la productividad de la región, diversificar la economía e incluir la mayor parte de la población en los circuitos de riqueza y bienestar.

Los miembros de organizaciones sociales, académicos, líderes y víctimas, entre otros actores sociales, insisten en que los conflictos territoriales no resueltos relacionados con megaminería, monocultivos y turismo rural masivo o ligado a lavado de activos, así como la persistente estigmatización y persecución a líderes sociales y grupos de oposición, son factores de persistencia de la violencia asociada a la propiedad, el uso y el acceso a la tierra. Durante años se consideró que la estructura de pequeños y medianos propietarios de fincas cafeteras blindaba al territorio de amenazas violentas y ofrecía garantías de estabilidad social y económica. La violencia bandolera evidenció que la tranquilidad que se vivía en las ciudades intermedias no llegaba hasta el campo, en un territorio que guarda relación directa entre los umbrales de economías legales e ilegales y el entramado del conflicto armado. Con la crisis cafetera de 1989, la pauperización y la violencia armada se desataron en municipios caficultores, con los repertorios y consecuencias descritos en este volumen. La sostenibilidad social de los proyectos económicos que se desarrollen en las montañas y valles de Caldas, Quindío y Risaralda, así como en las ciudades del Eje cafetero, estará directamente ligada a la sostenibilidad de una paz estable y duradera para este territorio.

527 Informe 262-CI-00390, Consejo Regional Indígena de Caldas (Cridec) y Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), «El genocidio silencioso del puebo Embera Chamí de Caldas».

528 Uribe, «Matar, rematar y contramatar», 27-203.

Texto completo aquí:

EJE CAFETERO

10 años UMFM Universidad de Manizales

La Emisora UMFM de la Universidad de Manizales es reconocida por sus 10 años de creación, en el marco del XIX Encuentro de la Red de Radio Universitaria de Colombia, que se realizó en la Institución Universitaria Antonio José Camacho, en Cali.

Al encuentro asistió Jhon Jairo Herrera Sánchez, profesor del Programa de Comunicación Social y Periodismo en representación de la institución, y quien fue el encargado de recibir la distinción que se hace a la emisora universitaria de Manizales.

“Este es el reconocimiento por la labor realizada durante estos años y la consolidación de un proceso que partió de las aulas y hoy se constituye en un medio de alta penetración y un espacio para la proyección social. La experiencia en radiodifusión inició desde finales de los años 90s, pero la participación de la universidad en la Red se da desde la creación de la emisora UM radio en internet que posteriormente se trasladó también a la frecuencia modulada en 101.2”, dijo Herrera Sánchez.

Historia

En el libro conmemorativo de los 25 años del Programa de Comunicación Social y Periodismo de la UManizales “Aprendimos haciendo, haremos aprendiendo”, del año 2019, se narra la historia de la creación del pregrado, sus medios de comunicación y centros de práctica, entre ellos el recorrido de la radio universitaria y sus exploraciones para la creación de una emisora propia.

La publicación da cuenta de que, en 1997 los profesores y estudiantes de aquel entonces “produjeron contenidos y emitieron algunas horas al día entre semana, una señal sin licencia (“pirata”) de muy baja potencia, en la frecuencia 96.3 del F.M., que se denominaba U.M. F.M. Se la identificó como una “señal de prueba” en la que se programaba música y se realizaban transmisiones de algunos eventos de interés académico y social, como conferencias, el desarrollo de las elecciones locales, y el cubrimiento de algunas actividades deportivas internas. Todo dentro de una lógica de laboratorio de radio con los estudiantes del programa, liderados por los profeso res Eliana Herrera y John Jairo Herrera”.

Luego de varios años de emisiones a través del circuito interno de audio y convenios de emisión de contenidos con emisoras del municipio de Neira, Radio Cóndor y de la Gobernación de Caldas, en Manizales. En el año 2012 se emiten en línea a través de Internet los primeros programas de U.M. F.M., que ya ofrecía esa opción sin restricciones de licencia o legislación, con lo cual la universidad se vincula a la Red de Radio Universitaria de Colombia.

Pero fue a partir de los años 2012 y 2013 que se abre la posibilidad de contar con la concesión de una frecuencia. La Universidad retoma esa gestión, dado que para entonces ya se tiene la Acreditación Institucional que la regulación sobre radio exigía para las universidades que deseen tener emisora educativa universitaria.

“Finalmente se recibe la Resolución número 2997 de octubre del 2014 del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones –MinTIC, en la cual se le concede a la Universidad la licencia para operar la estación en frecuencia modulada, HJB25, en los 101.2 megahercios. Hechos los trámites, adquisiciones, adecuaciones e instalación de los equipos del caso, U.M. Radio empieza a emitir señal musical el 29 de octubre de 2015”.

Hoy la emisora cuenta con una parrilla de programación variada que incluye contenidos informativos, musicales, culturales y educativos, en los que tiene preponderancia la participación de los estudiantes de Comunicación Social y Periodismo de la UManizales, bajo la dirección de profesionales y profesores del programa de pregrado.