Biblioteca personal de Maruja Vieira llega a la Universidad de Caldas

La biblioteca personal de la poeta Maruja Vieira (Manizales, 1922), una colección de más de 1.700 libros de literatura colombiana, literatura latinoamericana y española, entró a formar parte del patrimonio bibliográfico de la Biblioteca Central de la Universidad de Caldas.

Se destaca en ella, confirmó el filósofo Nicolás Duque Buitrago, una colección importante de literatura venezolana (país en el que vivió la poeta durante algunos años), así como de poesía colombiana. Entre los documentos más personales contiene sus libros de autógrafos de escritores de distintas generaciones, una pequeña colección de correspondencia y algunas conferencias, ensayos y notas de clase inéditas, en formato digital.

Duque Buitrago, quien es el Director de la Biblioteca de la Universidad de Caldas, anunció que la institución ha venido fortaleciendo en los últimos años sus colecciones especiales. “Esperamos poder ofrecer a la ciudad y a la región no solo colecciones de primer nivel, sino acompañar la gestión de este patrimonio con una oferta cultural. En particular esperamos que la colección de Maruja Vieira nos permita avanzar en la investigación y apropiación de la poesía colombiana, así como reconocer el importante papel que las mujeres escritoras han tenido en nuestra literatura regional”.

La Universidad de Caldas trabaja en un proceso de acopio de colecciones especiales de autores caldenses las cuales estarán ubicadas en el Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona, en el nivel de colecciones especiales. Las personas interesadas en conocer el catálogo pueden visitarlo directamente en la página web de la biblioteca para informarse con anticipación sobre el contenido de las colecciones, en la siguiente dirección: http://biblio.ucaldas.edu.co/.

“También pueden ir directamente a nuestras instalaciones. Allí habrá personal encargado de orientarlos. Por supuesto, en tiempos en que haya normalidad en la movilidad pública. En alianza con la Secretaría de Cultura de Caldas construiremos una agenda cultural conjunta que nos permita no solo consolidar una Sala de Autores Caldenses, sino acercarla a la comunidad”, informó el Director de la Biblioteca.

La entrega oficial de la colección la hizo directamente la poeta Vieira durante el ciclo Libros, Lecturas y Experiencias el 25 de febrero, organizado por los Departamentos de Filosofía y Lingüística de la Universidad de Caldas.

Maruja Vieira

Maruja Viera, es el seudónimo de María Vieira White. Nació en Manizales el25 de diciembre de 1922. Su excepcional periplo la ha consagrado como una importante poeta, además de periodista y catedrática colombiana en varias universidades del país. Ha publicado más de 15 libros de poesía, en prosa y columnas en diversos periódicos colombianos y venezolanos.

Es miembro Numeraria de la Academia Colombiana de la Lengua y miembro Correspondiente Hispanoamericana de la Real Academia Española. Ha sido Secretaria General del PEN Club.

Sus méritos literarios y académicos han sido honrados con diversos premios: la Gran Orden de la Cultura y también del premio Vida y Obra del Ministerio de Cultura, la Medalla Simón Bolívar del Ministerio de Educación Nacional, la Medalla Honor al Mérito Artístico de la Alcaldía Mayor de Bogotá y la Orden José Acevedo y Gómez, en el grado Cruz de Oro, del Honorable Concejo de Bogotá. El Departamento de Caldas la condecoró con la Orden Aquilino Villegas y su ciudad natal con la Cruz de Manizales, también le fue concedida por la República de Chile la Orden Gabriela Mistral.

Su trayectoria literaria, profesional y su defensa de los derechos de la mujer en Colombia, la hicieron merecedora en 2004 del premio de la Fundación Mujeres de Éxito en la categoría de Artes y Letras. El sector Cultura, Recreación y Deporte entregó el Premio Homenaje a Artistas y Gestores Culturales, en 2015, a Maruja Vieira, en la categoría de cultura y en 2018 recibió un reconocimiento a su vida y obra en el marco de la Feria Internacional del Libro de Bogotá por parte de la Academia de la Lengua..

La poesía de Maruja Vieira ha sido traducida al inglés, francés, portugués, alemán, griego, húngaro y gallego.

Figuras amadas de amigos y la presencia inolvidable de Enrique Uribe White, quien fuera su guía y mentor literario, llenan su poesía: “Navegará siempre en la noche / recorriendo la Vía Láctea, / señor de sombras y de música, / de rompecabezas y máquinas”.

PALABRAS DE LA AUSENCIA

I

Esta noche la lluvia

rompe contra los árboles su abanico de vidrio

La carta de la madre

me dice cosas tiernas de la casa distante:

“Llamaron a la puerta

igual que tú llamabas al volver por las tardes.

Cuando encuentro tus libros

me parece que has vuelto y que voy a besarte”

 

II

Madre, cuando despierto

me dice buenos días la verde luz del Ávila.

Y los pájaros cuentan

que amaneció la niebla sobre los apamates.

Porque todos los ríos

me llaman con la letra sonora de sus aguas

Aquí estoy aprendiendo

nombres que tienen gusto de níspero y manzanas.

 

III

Desde aquí tu ciudad es más cierta y más honda.

Me dibuja en el alma su perfil de montañas.

El escudo del tiempo la defiende de olvidos

por sus águilas negras y sus dulces granadas.

Yo recuerdo sus calles, largos hilos de bruma

que febrero enredaba con agujas de insomnio

Y sus parques de mayo con sonrisas de niños

y los altos balcones rumorosos de junio.

 

IV

Por tu voz de campana matinal que me aguarda

y mi flecha de sueños que se rompe en el arco

Esta noche de lluvia mis palabras te buscan

por la casa desierta, donde faltan mis pasos.

Maruja Vieira

 

Claves de las estrategias organizacionales en la pospandemia

Si hay algo que puso a prueba los planteamientos estratégicos en las organizaciones de todo el mundo ha sido la incertidumbre generada por la pandemia que se desató con la Covid–19. Nuevas necesidades sociales e individuales, mercados volátiles, economías inestables, la emergencia de diversos requerimientos tecnológicos y demás, pusieron a tambalear hasta las organizaciones más sólidas. Andrés Alberto Osorio, profesor del Doctorado en Administración de la Universidad de Manizales; Johanna Peláez y Héctor Mauricio Serna, participantes del mismo programa; plantean algunos de los retos a tener en cuenta en materia de estrategia por las organizaciones en la pospandemia.

El concepto de estrategia nació en el mundo militar alrededor del 400 AC, siglos después fue incorporado al poder, la política y la guerra; su salto al mundo de las organizaciones comienza a registrarse en las últimas décadas del siglo XIX y los inicios del XX, pero es solo hacia los años 60´s que toma fuerza en las teorías organizacionales y administrativas.

A pesar de su antigüedad el concepto de estrategia es objeto permanente de discusión y tiene diversos matices, desde la más simple de entenderla como la adopción de acciones y asignación de recursos para lograr metas de largo plazo, hasta algunas más elaboradas asociadas a procesos de negociación e interacción social en el uso del poder y la política, tanto al interior de las empresas, como en sus relaciones con el entorno para el logro de objetivos. Dadas las particularidades de la realidad actual, que las organizaciones se detenga a pensar en la estrategia en época de pospandemia resulta un asunto crucial; expertos participantes en el Doctorado en Administración de la Universidad de Manizales, resuelven algunos de los interrogantes que surgen al respecto.

¿Cuál es la importancia de la estrategia en general en las empresas y cuál es su relevancia específica en la pospandemia?

Participante Johanna Peláez:

La estrategia se caracteriza por ser aquella condición en que las organizaciones adquieren ventaja competitiva por medio de elementos tangibles y predominantemente intangibles de la organización que la hacen única en el medio, asimismo, le otorga elementos para enfrentarse a los diferentes desafíos. Sin embargo, en pospandemia, las organizaciones deberán orientarse hacia una dinámica que deje espacio para actuar frente a lo importante y no hacia lo urgente, recolectar todos estos saberes que la pandemia dejó para poder generar una estrategia que encierre los nuevos cambios, los aprendizajes y que pueda prever situaciones similares a las vividas en pandemia o cualquier otra situación que ponga en riesgo la supervivencia de la organización y de la estrategia misma.

¿A qué se ven obligadas las organizaciones en términos de estrategia en la pospandemia?

Profesor Andrés Alberto Osorio:

Durante la pospandemia las organizaciones tendrán que seguir realizando ajustes en la forma como implementan sus estrategias, pero procurando que los procesos nuevos puedan reconfigurarse fácilmente en el caso de que eventos disruptivos como la pandemia se repitan. Este es un trabajo de seguir fortaleciendo capacidades que no deben ser estáticas en el largo plazo, sino dinámicas. La pandemia mostró a las empresas que los procesos deben asumirse como recursos provisionales, a razón de que el entorno de negocios se mantiene en continuo cambio.

¿Si lo que define nuestra época es precisamente la incertidumbre, cómo pensar una estrategia en el tiempo teniendo en cuenta esta condición? ¿O hay formas de redefinirse conservando la estrategia?

Participante Johanna Peláez:

Una organización que tenga claros cuales son los recursos de los cuales dispone y que le han ayudado a consolidar una estrategia para afrontar cada momento de su desarrollo, deberá volcarse nuevamente a ellos y adaptarlos de tal forma que supongan su fortaleza en momentos de crisis.

No se habla de estrategia como algo inamovible o incambiable, la característica de la estrategia es que esta puede ser modificada constantemente, lo importante de esta es que tenga la capacidad de responder a las necesidades de la organización y del entorno, de tal forma que la estrategia definida dure tanto hasta que genere ventaja, y pueda ser modificada inclusive antes de que la misma sea obsoleta.

¿Una de las aristas que se plantea en relación con el bienestar de los empleados es la conciliación trabajo- familia, qué consideraciones deberán tener en cuenta las organizaciones dado que la pandemia trajo grandes cambios en las dinámicas familiares?

Participante Héctor Mauricio Serna:

Lo primero que debe pensarse es la conciliación trabajo – familia, debe ser una condición sin equa non, las personas son totalmente íntegras, y desestabilizar el ámbito familiar por los cambios en la organización del trabajo –trabajo remoto-, llevara a corto o mediano plazo disminución en los niveles de eficiencia y productividad de los colaboradores. Teniendo en cuenta esto las organizaciones deben procurar por crear programas que promuevan períodos de descanso, pausas activas, y otro tipo de actividades asociadas con la salud y la alimentación. Recordemos que el distanciamiento físico ha aumentado la necesidad de diseñar programas de prevención en salud mental.

¿Cuáles son algunas de las nuevas realidades sociales que las organizaciones deberán contemplar en su estrategia?

Participante Johanna Peláez:

Los cambios que se han dado en la industria en la que compiten, el sector educativo deberá observar esas nuevas preferencias y la forma de llevar la educación a lugares remotos. La forma de llegar a los consumidores también ha sufrido una transformación, dado que hubo un gran aumento en los medios digitales y la forma en cómo se promocionan y publicitan los productos, además, de un cambio en las preferencias y prioridades del consumidor. Es así que, las industrias y en general las organizaciones tendrán que adaptarse teniendo en cuenta estos grandes aprendizajes y nuevo conocimiento en orden de adecuar estrategias que contemplen escenarios similares y/o diferentes a los vividos en épocas de pandemia.

El Doctorado en Administración de la Universidad de Manizales se ha propuesto formar investigadores de alto nivel en el campo de la administración, con capacidad para generar conocimiento científico, que responda a las necesidades organizacionales, sociales, políticas, económicas y culturales, así como desarrollar y fortalecer competencias en investigación que les permitan a los futuros doctores solucionar problemas propios del campo de conocimiento. Aquellas personas que deseen conocer más sobre este programa pueden hacerlo a través del enlace:

http://doctoradoenadministracion.umanizales.edu.co/

Mujeres de teatro en Manizales. GLORIA NIDIA GIRALDO

A Gloria Nidia Giraldo le han alcanzado sus 44 años de trayectoria profesional para ver crecer a sus amores: el grupo de teatro Punto de Partida, que fundó en 1996 con su esposo Augusto “Tuto” Muñoz, y los dos hijos: Laura y Lucas Daniel, quien es el publicista del colectivo.

Ella, es el timonel detrás del barco, pues no solo desempeña el papel de actriz, sino que administra un proyecto emblema de la vida cultural de Manizales como lo es Teatro Punto de Partida, el que además de crear obras para adultos, incentiva entre jóvenes y niños la práctica artística a través de la realización cada año del Festival Intercolegiado de Teatro y del Festival Iberoamericano de Títeres.

Gloria Nidia perteneció al grupo teatral TICH por espacio de 15 años, donde hizo parte de varios montajes de autores nacionales y extranjeros. “Empecé a hacer teatro desde muy joven, cuando estaba en el colegio y desde allí inicié mi proceso de profesionalización. Mi director de teatro nos decía que todos tenemos que gestionar, pero en la realidad los que lo hacían y aprendieron con él fueron los hombres, la “voz cantante” en muchas de las agrupaciones existentes en el país”.

Su larga experiencia le ha enseñado que “como mujeres, cuando emprendemos ‘algo nuevo’, hay luchar con todo. Cuando una mujer se sube al escenario es como un Canto Libertario, ¡aquí estamos para defender nuestros derechos!, y así vamos transformando poco a poco esta sociedad patriarcal. No promuevo la lucha de género, porque todos tenemos derecho a ser reconocidos, promuevo un mundo donde nos podamos mirar el uno al otro”.

El teatro ha transformado la vida de esta artista. Dice que la ha liberado de las ataduras propias y de las que le han impuesto los demás. Vive el teatro con el público: “cuando nos encontramos en nuestra Sala, nos llena con sus sonrisas, lágrimas, suspiros”.

Para Gloria Nidia la crisis del sector cultural por la pandemia del covid19 se presenta como una oportunidad ya que, fiel a su vocación reafirma, el teatro transforma, libera, es un encuentro, un reencuentro de la creación, el imaginario del hombre a través del tiempo. “Al teatro no lo detiene nada, porque los seres humanos somos teatro. A cada instante creamos, recreamos y construimos nuevas formas de hacer teatro como lo ha demostrado el tiempo. La pandemia nos ha permitido un alto en el camino… ¡Alto! ¡Detente! ¡Sigue! Es un cuestionamiento, nos permitió revisarnos, buscar nuevas formas, expresarnos y prepararnos para recibir a Nuestro Público. El teatro existe, es una realidad, por esta razón no pueden desaparecernos sin escuchar nuestra voz libertaria”.

Sostiene que el arte es la principal herramienta de la Mujer artista en una nueva realidad, para empoderarse en este mundo cambiante. “Abre camino a nuevas ideas sobre la mujer y lo femenino consciente de los estereotipos de las construcciones sociales y culturales, desarrollando su creatividad en igualdad de condiciones, visibilizando nuestros pensamientos en cada uno de los proyectos de vida que emprendemos”.

Algunos de los montajes en los que Gloria Nidia ha participado como actriz de Teatro Punto de Partida, son:

  • “Bodas de plata” de Rafael Arango Villegas.
  • “Antología Rafael Pombo”.
  • “Hay que buscar un diablito” de Daniel D`Mauro.
  • “Madre pasota” de Darío Fo.
  • “Nace una estrella” dramaturgia Teatro Punto de Partida.
  • “Choco busca una mamá” versión libre cuento indio.
  • “La piedra de la felicidad” de Carlos José Reyes.
  • “Matrimonio para tres” de Fernando Martínez.
  • Próximo estreno “La casa de guadua” de Anselmo Parra 2021. Celebración de los 25 años de la Fundación Teatro Punto de Partida

 

 

 

Mujeres de teatro en Manizales. VIVIANA HOYOS

“En esta nueva realidad, que a mi sentir está sucediendo, el papel de la mujer artista no es distante al papel que tenemos las mujeres en la vida y en la sociedad, entendiéndonos como una manifestación viva de la armonía, organización y creatividad, tan necesarias para el crecimiento artístico, capaz de transformar y transcender las barreras del género sin buscar competir con lo masculino, tratando de acercarse a ese equilibrio canalizador de grandes proyectos artísticos”.

Viviana Hoyos combina juventud, talento y talante, condiciones que reflejan este testimonio y que le confieren la gracia para acercarse con seguridad a los desafíos del siglo XXI, siglo que nos ha sorprendido con cambios tan inéditos como los que vivimos en los actuales tiempos.

Pertenece a una nueva generación de profesionales del teatro que sigue los pasos a consagrados actores, directores y dramaturgos de la escena manizaleña. Es cofundadora de la Corporación Los Chicos del Jardín, agrupación con 11 años de existencia, donde cultiva su vocación artística.

Viviana es Licenciada en Artes Escénicas con énfasis en Teatro de la Universidad de Caldas. Tiene una competencia laboral en interpretación en danza por el Sena regional Caldas y experiencia en docencia en danza y teatro en diferentes instituciones públicas y privadas. También es artífice de la Fundación Artística y Cultural Danzeatro del municipio de Chinchiná, espacio para niños, niñas y jóvenes.

Durante varios años usted fue la única mujer integrante de Los Chicos del Jardín, hoy en día se le han unido otras dos “jardineras”. ¿A lo largo de su carrera ha sentido o sufrido discriminación por circunstancias de género?

En algunas ocasiones, sobre todo en los viajes artísticos, quienes nos reciben prefieren tratar los temas concernientes a nuestras presentaciones con los hombres del grupo, y no conmigo, En un viaje a otro país éramos 5, yo la única mujer y en entrevistas ese era el tema central ¿cómo una mujer hacia teatro y viajaba sola con 4 hombres? Comentarios por los que no me he sentido discriminada. Entiendo que las realidades de estas personas son diferentes a las mías y lo he tomado como oportunidad de poder compartir mi trabajo teatral frente a quienes se cuestionan por lo que ven. Luego en el escenario, y cuando comprenden un poco la dinámica del grupo, se dan cuenta de que es un engranaje donde cada pieza masculina y cada pieza femenina importan no solo para el desarrollo de la obra, sino también para nuestro propio crecimiento.

¿Cuál cree usted será la dinámica del ecosistema cultural, y específicamente del teatro, a mediano y largo plazo, teniendo en cuenta el impacto de la pandemia sobre este importante sector de la vida ciudadana?

El teatro es como un espejo de colores donde todos podemos vernos reflejados. Y precisamente es el momento donde la cultura se puede convertir en un verdadero ecosistema, pues el impacto que ha tenido la pandemia, aparentemente tan negativo para el sector teatral, permite también nuevas exploraciones en otros conceptos, de donde se toma lo que sea funcional para resolver la necesidad y el deseo de seguir haciendo teatro, y aun así, resistiendo con nuevas formas como puede ser la virtualidad, por ejemplo; se expanden las posibilidades de catapultar el arte teatral a una necesidad colectiva para la vida ciudadana. El teatro nunca ha dejado de existir, aunque lleva toda la vida muriendo, la palabra reinvención no se acomoda a una nueva realidad teatral, es en ese estado en el que nos hemos mantenido siempre que concurra la necesidad de contar, representar y poetizar el contexto, y así será a mediano y largo plazo, una dinámica incluyente y diversa donde caben todas las posibilidades en las que pueda verse el mundo.

¿Qué ha significado para usted ser artista en Manizales?

Para mi ser artista en Manizales ha sido un verdadero lujo, sin desconocer los atributos económicos que pueden tener otras ciudades u otras profesiones, tengo la fortuna de hacer y ser teatro, de poder levantarme todos los días a entrenar mi cuerpo y voz para poner en escena lo que me inquieta y me moviliza. Tengo la posibilidad además de hacerlo aquí, en la ciudad donde recibí mi formación universitaria, con mis compañeros maravillosos con quienes me construyo día a día, y en el lugar que me ha permitido vivir experiencias afortunadas y desafortunadas que me llevan al sentir. Y es que precisamente para mí el poder sentir es uno de los más grandes privilegios del ser humano, solo que, en el teatro, aquí, siendo artista, puedo hacerlo sin miedo y sin pena.

Mujeres de teatro en Manizales. LILIANA DIAZ

A Liliana Díaz Orozco “le encanta estar en escena, le apasiona dirigir y disfruta al máximo la enseñanza del teatro”, un mundo que llena de felicidad su naturaleza vital. Junto a su esposo, Leonardo Arias, fundó hace 27 años el emblemático grupo Actores en Escena, proyecto que comparte también hoy con su hijo Alejandro.

Para la artista, y así lo ha demostrado a lo largo de su recorrido, el teatro es un instrumento pedagógico que le permite fortalecer la vida académica, personal y profesional de aprendices y actores.  No en vano sus 36 años de experiencia: 36 años en la actuación, 27 años en la pedagogía teatral y 21 años en la dirección teatral.

Tan colmada de méritos por sus aportes a la escena de Manizales, es su trayectoria profesional: Licenciada en Artes Representativas de la Universidad de Antioquia. Docente de la Universidad Católica de Manizales años 2.005 a 2010. Directora del grupo de teatro de la Universidad de Manizales de 2009 a 2016. Docente del área electiva de Comunicación Social y Periodismo Universidad de Manizales Semestre II de 2013/ Semestre I 2015. Docente del área electiva de Derecho Universidad de Manizales Semestre II 2014. Directora del proyecto Formación Artística Fundación Niños de los Andes de 2017 a 2019. Directora de la Escuela de Teatro Actores en Escena desde 1.994.

No obstante ser referente de la cultura en Manizales y haber recibido varios reconocimientos por su consagrada labor, reconoce que el patriarcado de nuestra sociedad no es ajeno al arte del teatro. “A las mujeres, esta sociedad machista infundada nos ha correspondido llevarla en los hombros, discriminación que se refleja en muchos procesos. Nos concierne la defensa, desde la argumentación como féminas, sacar adelante nuestras ideas, y es precisamente hacia donde he enfocado toda mi vida teatral”, dice.

Liliana Díaz tiene muy claro su papel como mujer artista, razón que la asiste para enfatizar que su misión es proyectarse como un ser con pensamientos, cuestionamientos y cosas que decir; con la dignidad de defender su recorrido, su oficio y experiencia, como argumentos para generar procesos reales de conciencia colectiva.

Y ella, experimentada en el entorno donde desarrolla su actividad creadora, tiene claro el camino y la senda a recorrer, “no importa el sitio donde se desarrolle, lo que importa es el empuje, la constancia y disciplina para alcanzar cada meta que se proponga”.

Comprometida con su tiempo, Liliana, mujer de decisiones aclamadas, continuará generando desde la acción concreta “proyectos que potencialicen el saber y la esencia”.

Mujeres de teatro en Manizales. LILIANA HURTADO

“El teatro es lo más parecido a un enamoramiento, solo sucede cuando yo conozco y veo a los ojos al otro, lo siento, lo respiro, lo escucho y lo vivo”. Es la convicción de Liliana Hurtado, resultado de su larga e idónea trayectoria artística como actriz, directora, dramaturga y profesora.

Y más categórica cuando agrega: “Jamás renunciaremos a volver a pararnos en un escenario, a volver a dirigir un grupo de personas, a seguir escribiendo dramaturgia para la escena viva. El teatro lleva muchos siglos vivo en la historia y esta pandemia no lo va a acabar”

Liliana, una de las fundadoras del programa de Artes Escénicas de la Universidad de Caldas, donde ejerce la docencia desde hace 20 años, es Magister en Escrituras Creativas con énfasis en dramaturgia de la Universidad Nacional de Colombia y Maestra de Artes Escénicas de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

Su experiencia atesora 35 años como profesional de las artes escénicas: Coordinadora del taller permanente de dramaturgia de la red RELATA desde el año 2009 con varias residencias artísticas. Durante 10 años directora y dramaturga del grupo Teatro Inverso de la Universidad de Caldas. Actualmente hace parte el colectivo El Giro sobre temáticas del acoso sexual en los ámbitos universitarios. Ganadora del premio Mujer de Teatro 2013 otorgado por la Corporación Colombiana de Teatro y Premio Nacional de Investigación 2013 otorgado por el Ministerio de Cultura. Varias de sus creaciones en sido publicadas en revistas nacionales y locales y en el libro editado por la Universidad de Caldas Siete dramas al borde del abismo, el cual recoge 7 obras de su autoría.

Liliana Hurtado vive por y para el teatro, vocación y pasión que se reflejan en un trabajo cuyo énfasis tanto de dramaturgia como de dirección y actuación ha tenido que ver con el acontecimiento social. Casi todas sus obras abordan las problemáticas de la actualidad: el desplazamiento forzado, el feminicidio, el abuso sexual infantil, los desastres naturales, los falsos positivos. “Siempre he tratado de que los estudiantes entiendan que el teatro es una de las tribunas públicas más importante y que desde allí se tiene que hablar por las voces que no tienen voz y que es necesario tomar una postura tanto política como ética alrededor de hechos sociales que nos afectan y que no debemos olvidar”.

Aunque haya nacido en Bogotá, Liliana se considera manizaleña de corazón y agradece todo lo que este entorno le ha aportado a su proyecto de vida. “No considero que uno sea de donde nace sino, como dice la canción, de donde se lucha. Creo que los aportes más importantes de mi quehacer artístico los he recibido desde esta región y para esta región”.

LIDERAZGO FEMENINO EN EL ARTE

Con la decisión que la caracteriza y desde la palestra de sus actividades artísticas y académicas, ha abanderado no pocas causas por la independencia y reconocimiento del liderazgo femenino en el ámbito cultural. En el medio no solo local sino nacional es común que sean los hombres quienes lleven “la voz cantante” en los ámbitos artísticos, aunque haya mujeres que estén trabajando a la par. Dice que esta situación se ve a lo largo de la historia en agrupaciones culturales de aquí y de otras partes. “Es últimamente que las mujeres hemos empezado a distinguirnos y creo es esta una de las grandes virtudes de la academia porque dentro de ella hay muchas figuras que visibilizan la voz femenina y cuando se empieza a hablar desde la voz femenina afloran una cantidad de voces que hace mucho tiempo han estado luchando por salir pero que no han tenido eco suficiente. Es un camino que las nuevas generaciones de mujeres comienzan a encontrar abierto”.

Desde el punto de vista personal, su carácter bastante masculino le ha facilitado se le tenga en cuenta en todos los escenarios donde participa y su voz sea oída, asegura. “Tanto en la academia como en el arte, los proyectos que me he propuesto han salido a flote sin tener que ocultarme detrás de ninguna figura patriarcal, ni condicionar mi nombre para que mi trabajo se vea”. Considera la profesora Hurtado que esta postura ha ayudado muchísimo como ejemplo a estudiantes y a personas que la han acompañado, “no creo en los liderazgos individuales, creo en los liderazgos colectivos”. Para la artista una mujer puede abanderar cualquier proceso que se proponga siempre y cuando tenga la capacidad, tenga la formación y tenga la claridad necesaria para poder trabajar con un equipo humano. “Para mí las mujeres no somos mejores ni peores que los hombres, somos diferentes, pero todo depende de nuestra calidad humana, de nuestra capacidad de comunicación y la capacidad para trabajar con el otro. No me he sentido discriminada porque siempre he puesto tanto mi capacidad como mi nombre y el trabajo del otro por encima de cualquier aspecto que quiera opacar la labor que se está haciendo.”

EL FUTURO DEL SECTOR CULTURAL

Al referirse a las consecuencias que deberá asumir el sector cultural por la emergencia sanitaria que vivimos a raíz de la pandemia, se manifiesta optimista acerca de las oportunidades para superar las dificultades. “Hemos buscado caminos desde nuevas formas de acercarnos al público para que el arte no muera, para que a través de la tecnología y la comunicación podamos tener vivo el contacto y suplir la necesidad que tiene el ser humano de alimentar su espíritu a través del arte como forma de expresión, de esparcimiento, un alimento para su propio espíritu y para su propia alma y así hemos tratando de hacerlo”.

Liliana Hurtado está convencida de que se pueden seguir indagando nuevas formas de hacer teatro sin que eso implique renunciar jamás al espectáculo en vivo, es decir, al teatro como un arte vivo y de convivio. “Por más experimentos que hagamos, por más esfuerzos que hagamos para que el teatro llegue y no se acabe, nunca va a ser reemplazado por nada que se aleje del hecho vivo donde tengamos la posibilidad de encontrarnos con el otro de manera permanente y, sobre todo, al tratarse de un arte efímero como es el teatro que nunca se repite, así sea la misma obra.  No solo vivimos del teatro, vivimos el teatro y eso hace que respire por nuestras venas”. Con la vehemencia que le es propia agrega: “Jamás renunciaremos a volver a pararnos en un escenario, a volver a dirigir un grupo de personas, a seguir escribiendo dramaturgia para la escena viva. El teatro lleva vivo muchos siglos en la historia y esta pandemia no lo va a acabar”.

En este contexto y en cualquier realidad que tengamos que vivir, para ella el papel de la mujer es “visibilizar nuestro trabajo, visibilizar nuestra opinión, visibilizar nuestra creación y lograr una comunicación efectiva, un encuentro con el otro donde nuestras voces no tengan que seguir siendo ocultas, ni disfrazadas, ni masculinizadas para que sean recibidas. Creo que cada vez legitimamos más nuestros pensamientos, nuestras formas de ver la vida, nuestra poética personal, nuestra feminidad dejará de ser un sinónimo de debilidad o un sinónimo de romanticismo y seguramente seguirá siendo como desde hace algún tiempo, una voz que integra al ser humano”. No ve un mundo absolutamente femenino, ni un mundo masculino como siempre lo ha sido, ve un mundo de varias perspectivas y una perspectiva sobre todo de equilibrio y de integralidad, “donde la equidad y la opinión no sean malbaratadas ni sean llevadas a menos por el género de donde proviene. El papel del artista como mujer debe ser seguir creando sin ocultarnos”.

El sueño de una década

El 9 de febrero de 2021 con motivo del Día del Periodista, la Universidad de Manizales presentó el libro “Aprendimos haciendo, haremos aprendiendo”, con el cual se conmemoran los 25 años de fundación de la Escuela de Comunicación Social y Periodismo, una memoria a través de la mirada de 25 egresados. A continuación el I Capítulo sobre la historia de su creación:

“Estudie Comunicación Social y Periodismo en la Universidad de Manizales. Próxima apertura”.

Así rezaba el pasacalle que, en un caluroso mes de Agosto de 1993, un grupo de bomberos de Cartago instalaba en la vía principal que da acceso a esta población del norte de Valle.

Se trataba de las primeras piezas promocionales de un emprendimiento académico que desde un año atrás, en 1992, se venía desarrollando en el claustro académico, y que veía un gran potencial de inscritos no sólo en la región del denominado Eje Cafetero, sino también del extenso Valle del Cauca, especialmente de sus poblaciones limítrofes con Risaralda y Quindío.

Para entonces los avisos en los periódicos, las cuñas en la radio, el voz a voz o “radio bemba” y los pasacalles, eran imprescindibles para estructurar cualquier campaña de la época. Lejos estaban de aparecer el universo digital y las redes sociales. “Con Merceditas Villegas, que era nuestra relacionista pública, nos fuimos a buscar quién nos ponía los pasacalles, y donde preguntábamos nos direccionaban al cuerpo de Bomberos. Allí, acompañando un desvencijado vehículo rojo, pudimos constatar todo lo que se decía de los bomberos de pueblo: que apagan incendios, bajan loros de los árboles y suben reinas de belleza”, recuerda el docente Wilson Escobar Ramírez,
entonces Jefe de Comunicaciones y Prensa de la Universidad.

La anunciada “próxima apertura” de una facultad de Comunicación Social y Periodismo en Manizales era una tentativa de vieja data, que por diversas circunstancias no se había concretado. A cada tanto y en distintos escenarios, muchas personas se preguntaban por qué la cuidad y la región carecían de una formación en periodismo, especialmente, teniendo en cuenta la larga tradición periodística de una urbe que en los años 20 del siglo pasado llegó a tener más de 20 publicaciones periódicas, y donde la dinámica cultural e intelectual le valieron durante los años 50 y 60 el apelativo de “Meridiano Cultural de Colombia”.

“Les había cogido la tarde”, alcanzó a decir un profesor visitante cuando se enteró de la próxima apertura de la Facultad.

El furor de los periódicos

La idea de crear una facultad de periodismo, específicamente, rondaba en la cabeza de académicos, periodistas, intelectuales e instituciones de la ciudad, al menos, desde los años 80.

En su libro de memorias sobre el origen y evolución de la Universidad de Manizales, “Caminos y Desafíos”, el profesor Luis González López da cuenta de una iniciativa que en 1982 tenían algunos profesores de la Facultad de Psicología de este claustro por crear una facultad de periodismo. Aquello se quedó en algunas reuniones que no avanzaron en el desarrollo de la propuesta. También por la Universidad de Caldas gravitaba aquella idea en virtud de una rica tradición de periódicos estudiantiles.  A mediados de los años 80 había en esta universidad un gran furor por hacer periódicos, algunos contestatarios, otros con la idea de facilitar la expresión intelectual de los jóvenes, publicaciones que se hacían con el apoyo del claustro y que se editaban en su propia imprenta.

El abogado William Hernández Gómez, hoy Magistrado del Consejo de Estado, entonces vicerrector administrativo de la Universidad de Caldas (ocupó el cargo directivo entre 1987 y 1990), recuerda que la iniciativa de crear un programa de tal naturaleza la expuso tímidamente en 1988 en una reunión con algunos docentes de esa institución y representantes de la organización Periodistas Asociados de Manizales (PAM).

Hernández Gómez no sólo oficiaba en los temas del derecho, sino también en el campo cultural; en el curso de sus estudios de pregrado había hecho parte de uno de los grupos teatrales de más tradición en la ciudad, el Teatro Popular de Manizales (TPM), y había ejercido el periodismo de manera autodidacta, como buena parte de los profesionales que integraron las redacciones de los periódicos de la región durante décadas, antes de que fueran colonizadas, paulatinamente, por los egresados de las facultades de comunicación y de periodismo.

“Desde muy joven había tenido un especial interés en el periodismo. Lo intenté cuando cursaba bachillerato en el Instituto Universitario. En esa época, con algunos compañeros de la tertulia literaria, buscamos emisoras para grabar programas culturales de radio, pero fue un fracaso. Quería estudiar periodismo, pero en Manizales no había opción alguna”, recuerda Hernández Gómez.

Era cuestión de tiempo. En 1977 el maestro Héctor Moreno, jefe de redacción de La Patria, le dio la oportunidad de reemplazar a Gilberto Villegas, uno de los columnistas más leídos del periódico.  La columna “Pregunte y le respondemos” era todo un desafío para cualquier periodista de la época, que debía enfrentarse a las preguntas más capciosas que formulaban los lectores a través de cartas que llegaban en físico a la sede del periódico. “Con el atrevimiento de la juventud (solo tenía 24 años) acepté la columna, la cual se publicó casi todos los días de lunes a viernes, durante casi tres años. !!Era como una especie de google de esa época!!” . Y sí, el atrevido columnista se volvió un ratón de biblioteca para dar respuesta a inquietudes que jamás habían pasado por su apetito intelectual.

Lo que sí sabía William Hernández era que la tarea de crear una facultad de periodismo seguía intacta, a pesar del fracaso de la iniciativa en aquella reunión de finales de los ochenta entre profesores y periodistas, pues el rector de entonces, el arquitecto Alvaro Gutiérrez Arbeláez, había preferido darle más fuerza a una facultad de audiovisuales, que surgió años más tarde bajo la denominación de Diseño Visual.

La idea dormitó por un corto tiempo, pues Hernández Gómez se la trazó como uno de sus principales objetivos a su llegada a la rectoría de la entonces Fundación Universitaria de Manizales (FUNDEMA), el 17 de septiembre de 1990: “Luego de evaluar las prioridades, los primeros seis meses de rectoría los dediqué a buscar el reconocimiento como Universidad y así fue como se presentó, en el primer semestre de 1991, la solicitud ante el Ministerio de Educación Nacional (por intermedio del ICFES), lo cual se logró con la resolución 2317 del 7 de abril de 1992”.

Superado ese reto del reconocimiento como Universidad, tenía claro el otro gran objetivo: fundar la facultad de periodismo.

En 1992 la Universidad llegaba a sus primeros 20 años de creación, motivo por el cual se estructuró una amplia programación académica para celebrar aquella efemérides. Y para hacer resonancia de todas las actividades previstas, Hernández Gómez creó la oficina de Comunicaciones y Prensa. La idea era dar cuenta a los medios de comunicación de la ciudad de todo cuanto acontecía en la Universidad. “Pronto entendimos que había lectores internos a los que debíamos informar. Fue así como creamos El Informativo, un periódico en formato tabloide, con entrevistas, crónicas y noticias, que diseñábamos con enormes dificultades en un poderoso equipo macintosh, de los
primeros que hubo en la ciudad y que era incompatible con casi todo”, rememora Wilson Escobar, quien debutó en la jefatura de esa dependencia.

Apasionado como era por el periodismo, Hernández Gómez sacaba tiempo de sus labores como rector para dirigir y producir un corto noticiero de televisión que se había inventado, utilizando para ello los pocos equipos, nada profesionales, que había en la oficina de audiovisuales. Un par de televisores de la época configuraban el circuito cerrado por donde se transmitían las notas informativas, y que a la postre fueron dando la idea del futuro estudio de
televisión, clave para dar soporte al nuevo programa de pregrado que se vislumbraba en el camino.

Las preguntas de Kundera

En la segunda semana de febrero de 1992, la Universidad invitó a los medios de comunicación para celebrar el día de los periodistas. En aquella ocasión el rector mencionó la importancia del periodismo en la sociedad contemporánea; allí citó a Milán Kundera, quien en su novela “La inmortalidad” se pregunta, a través de uno de los personajes, cuál profesión le daría más poder, y concluye que ni el abogado, ni el médico, ni el político, tiene el poder de un periodista, porque: “Periodista no es aquel que pregunta, sino aquel que tiene el sagrado derecho de preguntar, de preguntarle a quien sea lo que sea. ¿Acaso no tenemos todos ese derecho?… Por eso precisaré mi afirmación: el poder del periodista no está basado en el derecho a preguntar, sino en el derecho a exigir respuestas”.

Aquellas primeras prácticas periodísticas, la dinámica de las ruedas de prensa y la presencia cada vez más frecuente de los medios de la región en los distintos eventos de la Universidad, fueron creando el ambiente propicio y generando la necesidad de creación de un programa académico en el campo periodístico.

Ya desde las primeras semanas de su gestión, cuando Hernández conformó su equipo de trabajo, le había comentado a los profesores Luis González y César Montes su idea de avanzar en la creación de una facultad de periodismo. “Yo no tenía la noción de “comunicación”, asunto que me parecía secundario (mi idea central siempre fue periodismo), pero rápidamente Luis y César me explicaron que debía tener los dos componentes”, precisa. También se hablaba en esa época de la creación de otras facultades como medicina o de algunas ingenierías, pero con los rectores de las universidades de Caldas, Católica, Autónoma, se tenía una especie de pacto de caballeros en el sentido de no duplicar programas. “En particular el programa de medicina –recuerda- era inviable en esa época, pues bien conocía de sus costos en la Universidad de Caldas. En cuanto a ingenierías, me parecía una locura tratar de competir con la Nacional. Así que mi gran propósito académico fue el de lograr la aprobación de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo, programa que no se ofertaba en la ciudad”.

Las condiciones estaban dadas. El germen de la idea entre algunos profesores de Psicología, una década atrás, generaba un mayor entusiasmo para presentar la iniciativa ante su equipo directivo y la comunidad de académicos.

En un discurso pronunciado en el Día del Maestro, el 15 de mayo de 1992, Hernández Gómez anunció como rector la presentación de la propuesta de creación de la Facultad de Comunicación Social y Periodismo. En esa oportunidad, al celebrar la gran noticia de reconocimiento como universidad (había ocurrido en el mes anterior, el 7 de abril) explicó a los académicos las cuatro estrategias maestras de desarrollo, en las cuales se hacía especial énfasis en los postgrados y en la investigación. Sin embargo, en un fragmento de aquella disertación, el rector advertía lo siguiente:

«Esto no significa que no se abrirán nuevos pregrados, pues precisamente el Consejo Superior autorizó el inicio de todos los trámites para presentar una propuesta al Consejo Académico y al ICFES, de un nuevo programa de pregrado en comunicación social y periodismo, que se ajusta a nuestro perfil, y contamos con profesores altamente capacitados en esta área del saber o en afines».

Efectivamente, pocos días después la creación de la facultad tuvo vía libre, inicialmente con la decisión del Consejo Superior el 27 de mayo de 1992 y luego por el Consejo Académico en diciembre de 1993.

El paso a seguir era conformar un equipo de gestión, para lo cual encomendó a sus colaboradores inmediatos: Luis  González López, Vicerrector Académico y César Augusto Montes, Director del Centro de Investigaciones (CIUM), quienes representaban la institucionalidad y memoria de la Universidad de Manizales. “También confié tan importante proyecto a dos grandes amigos: Octavio Arbeláez Tobón, quien me acompañó como Jefe de Planeación, y Wilson Escobar, mi jefe de prensa en la Universidad, a quien bien conocía y admiraba por sus escritos en el diario La Patria”, explica William Hernández, quien recuerda que de inmediato se generó una sinergia muy interesante entre los que representaban la tradición, y la visión fresca y joven de Octavio y Wilson. “Recuerdo muy bien que con gran entusiasmo soñábamos con lo que yo llamaba UM-FM, una emisora radial al estilo de la emisora Remigio Antonio Cañarte”.

Octavio Arbeláez procedía del sector cultural. En 1984 había revivido una de las fiestas más significativas de la ciudad y del país, como lo es el Festival Internacional de Teatro, un evento escénico que en sus primeras ediciones, entre 1968 y 1973, había puesto a Manizales en el mapa teatral del mundo; incluso llegó a ser considerado por críticos y creadores como la nueva “Meca del teatro mundial”. Antes de subirse al escenario de la gestión cultural, Arbeláez Tobón también había despuntado en el mundo del periodismo, con artículos sobre cine y la publicación de cuentos literarios, además de la creación del magazín cultural Fabularia, que editaba en equipo con Octavio Hernández y Octavio Escobar Giraldo, este último un reconocido y premiado escritor.

La “bendición” de los medios

¿Cómo empezar? ¿Qué riesgos tiene la propuesta? ¿Cuáles son los principales obstáculos? Preguntas como estas acompañaban la antesala a los primeros esbozos de la propuesta.

La principal dificultad se vislumbraba en una supuesta oposición de los periodistas empíricos de la región. Como se sabe, el oficio del periodismo se había ejercido en la ciudad (y en general, en todo el país) de la mano de intelectuales y profesiones de otros campos, quienes podrían no ver necesaria la formación académica y, de paso, ver amenazada su actividad laboral con la llegada de profesionales en el campo específico. La redacción de La Patria era, tal vez, la que más periodistas profesionales integraba entre sus casi 30 redactores: tres o cuatro, si mucho.

Por aquella época ya se debatía que el periodismo era un oficio y no una profesión, tesis que años más tarde Carlos Gaviria Díaz plasmó en la sentencia C-087 de 1998 que declaró inconstitucional la Ley 51 de 1975 o Ley del Periodista, por resultar incompatible con la Constitución Política de 1991. “Esta fue una de las razones que me convencieron de que debía tener los dos componentes: periodismo y comunicación social”, precisa el entonces rector.

Para vencer este primer obstáculo se realizaron desayunos de trabajo con los periodistas de Manizales, Pereira y Armenia. En cada una de aquellas reuniones se fueron despejando los temores que asistían al equipo gestor. Dos periodistas de reconocida trayectoria en Manizales, como eran Diego Zuluaga Triviño y Carlos Ernesto González, de quienes se podría esperar críticas, incluso oposición a la iniciativa, mostraron su complacencia por la misma; un gesto que se valoró con importancia pues se trataba de dos grandes influenciadores de opinión desde sus tribunas en los medios radiales. Lo mismo sucedió en las otras dos ciudades capitales, donde los periodistas y empresarios de los medios de comunicación respaldaron el emprendimiento académico. “No conocí ningún comentario de prensa o de radio en contra de la iniciativa”, rememora William Hernández.

Con la “bendición” del gremio del periodismo se inició en forma la elaboración del documento maestro.

Era común ver en la oficina de planeación, convertida en el “centro de operaciones”, gran cantidad de libros traídos de la biblioteca de la Universidad, y a Octavio Arbeláez buceando entre obras y autores en procura de encontrar conceptos vinculados con la comunicación y el periodismo; era una tarea difícil porque la tradición bibliográfica de la institución estaba anclada en carreras como derecho, economía y contaduría; el soporte más cercano lo aportaban las facultades de psicología y educación.

Con el paso de las semanas comenzaron a aparecer los primeros borradores del plan de estudios, con apoyo en el curriculum de otras universidades, especialmente la Jorge Tadeo Lozano, de Bogotá. “Yo hice una visita a las instalaciones de dicha Universidad –recuerda William Hernández. Los directivos me explicaron que los costos de mantenimiento de la radio y la televisión eran muy altos y ese era el punto débil de un programa de periodismo. Invitamos al maestro Javier Darío Restrepo para que nos asesora sobre la viabilidad de la facultad. La reunión se realizó en el despacho de la rectoría y fue clave porque prácticamente nos dio el aval para avanzar. Para mí fue muy importante porque legitimaba la idea ante los periodistas de la región; nadie podría contradecir al maestro de la ética del periodismo. Nos llenamos de optimismo y valor”.

Una propuesta curricular más madura se compartió con la comunicadora bogotana Marbel Sandoval, quien venía de liderar las comunicaciones corporativas de Ecopetrol y había asesorado en años recientes a La Patria, en un proceso de depuración del estilo y la estructura periodística del diario local. En un intenso fin de semana, enclaustrado en el Hotel Carretero, el equipo de gestión logró consolidar, con el apoyo de Sandoval, una estructura curricular con la cual se daba vía libre para cerrar el documento maestro.

Octavio Arbeláez fue sucedido en la jefatura de planeación por Diego Villada, quien se encargó de pulir el documento final que debía presentarse ante el ICFES. “Un día antes del paseo institucional de fin de año, el rector me pidió que fuera a llevarlo a Bogotá porque el ICFES lo cerraban y no se podía volver a presentar el documento sino hasta seis meses después. Me fui para Bogotá, con la mala suerte de encontrar cerrado el Instituto”, relata Diego Villada. Con la suerte echada y dispuesto a devolverse con las malas noticias, tuvo un feliz encuentro con Alvaro Martínez, quien había sido rector de la Universidad de Manizales y se desempeñaba en ese entonces como Secretario General del ICFES. “Me preguntó qué hacía por allí y me invitó a pasar a su oficina y por fin pude entregar el documento maestro. Pero la tarea no quedó bien hecha porque éste fue devuelto por haber sido mal radicado”, rememora entre risas el profesor Villada.

Tras la elaboración del documento maestro, otros retos se imponían: encontrar un decano que liderara el proceso, y estructurar un cuerpo profesoral. Ambos se antojaban como una tarea difícil por la ausencia de profesionales en el medio. En el equipo gestor los profesionales procedían de la psicología, el derecho y la filosofía. Todos coincidían en que el primer decano debía ser un profesional de la comunicación y el periodismo, que transmitiera la credibilidad
al medio y, especialmente, a las familias que estaban considerando respaldar a sus hijos en una carrera inédita en la región del centro occidente colombiano.

Fue así como se aprovechó el contacto establecido con Javier Darío Restrepo, quien sugirió el nombre de María Patricia Téllez, periodista e investigadora en el Centro de Investigación y Educación Popular (CINEP), ong que editaba la revista 100 Días, publicación especializada en el análisis de la realidad social y política colombiana.

Para contactarla el rector viajó a Bogotá, en compañía de César Montes, con el fin de realizar la primera reunión exploratoria. El punto de encuentro fue una cafetería en el Centro Internacional. “Desde el primer momento hubo química y mucho optimismo”, recuerda Hernández Gómez.

Nombrar a la comunicadora Maria Patricia Téllez, desconocida en el ámbito periodístico local y con buena formación académica e investigativa, fue un acierto del rector Hernández, frente a las expectativas, posibles presiones y “lobby” que algunos periodistas de la región ya preparaban, pues sentían que podrían ser llamados a ocupar ese cargo, dada su experiencia profesional o sus méritos con la tarjeta profesional de periodista. De hecho, eran unos pocos los licenciados en comunicación, al lado de un notorio grupo de jóvenes técnicos en periodismo con poca experiencia profesional, rodeados todos de una gran cantidad de periodistas de oficio o “empíricos”.  Pero todos sin experiencia en docencia universitaria en comunicación o en periodismo, así como tampoco en administración de programas de educación superior.

De las otras personas que participaron en la creación del pregrado, ninguno tenía título académico de comunicador o periodista. Así que resultaba políticamente “más correcto” evitar discusiones locales sobre si quien dirigiría este programa (versión manizaleña del híbrido colombiano de formar comunicadores y periodistas en un mismo pregrado) tenía o no los méritos profesionales, académicos o administrativos a criterio de quienes ejercían el periodismo en la región.

La experiencia de la profesora Téllez en ámbitos académicos, su posgrado en la disciplina y su previa labor en gestión académica dentro de una universidad bogotana “de postín” ayudarían a que la atención se dirigiera más hacia lo que se hiciese que a quién lo cooordinara.

Luego de su aprobación por el ICFES el nuevo programa inició labores el 24 de enero de 1994.

Una nota periodística, publicada un día antes en el diario La Patria, registraba ese momento histórico:

“Con 43 aspirantes a ser Comunicadores Sociales y Periodistas, la Universidad de Manizales reinicia clases mañana. Como decana de esta nueva facultad fue nombrada María Patricia Téllez Garzón, egresada de la Universidad Iberoamericana de México…”.

Recordaba la nota, que “Este centro de educación superior cuenta actualmente con 3.870 estudiantes, de los cuales el 52% es de Caldas, el 36% de Nariño, y el 25% del Valle y de otras regiones”.

Un pie de foto de la fachada recién estrenada de la Universidad sentenciaba: “Aquí crecerán las semillas del periodismo caldense del siglo XXI”.

Cúpula Films en busca de alianzas

Desde el año 2019 se comienza a gestar en el Centro Colombo Americano de Manizales un proyecto de ciudad que involucrara las artes escénicas (Teatro y Cine) con el ánimo de generar una sinergia entre la interpretación del cuerpo, la voz, la creatividad, la comunicación audiovisual y la apropiación del inglés como aporte al bilingüismo en el país;  ya en el año 2020 movilizados por la pandemia se decide emprender el rumbo por llevar a la pantalla historias que formen y dejen reflexiones en los web espectadores con proyección internacional. Es así como nace “RESHAPING OUR DESTINIES” cortometraje que participó en el Festival Internacional de Cine en Brasil “Mostra [em]curtas, edição 2020” y obtuvo mención especial.

La dirección general de CúpulaFilms está en manos del Lic. Simon Marín Aponte con amplia experiencia en el campo del teatro, cine y tv, quien se encarga de guiar y acompañar el colectivo en todas sus gestas creativas. El aporte y el toque de bilingüismo es liderado por el Lic. Angelo Julián Giraldo (socio de la productora) quien le inyecta su alta trayectoria y conocimiento en Inglés además de su importante participación como actor en las diferentes producciones de Cúpula Films; además se cuenta con un comité de traducción compuesto por otros profesionales altamente calificados entre ellos “Ndana Chibanda” de origen sudafricano.

El concepto visual de la productora tiene un corte cinemático y los estándares de producción se tratan con juicio y criterio estético teniendo muy presente todos los lenguajes que intervienen en un rodaje. El objeto de estudio del colectivo precisamente es la actuación para cine y la interpretación en inglés puesto que los resultados de la estrategia tienen una proyección y un impacto global y pueden ser apreciados por todas las audiencias a nivel mundial.

Este año decidieron continuar con sus proyectos audiovisuales y llevarán a la pantalla su primera mini serie denominada LOST MIND “Memoria perdida” que consta de 4 capítulos y será compartida en la web en los próximos meses. La finalidad del proyecto es visibilizar los nuevos talentos que nacen en la ciudad y exponerlos a nivel internacional producto de su formación continua en Cúpula Films en el campo audiovisual, actoral y lingüístico.

La miniserie enmarca su contenido en la conciencia ambiental, visibilizar la fauna y flora de la ciudad, los paisajes y el turismo local. También pone en escena la reflexión frente a las acciones y las decisiones que se deben tomar en la vida en torno a la protección de nuestro hábitat y de los recursos naturales. Por otra parte, la historia denuncia la indiferencia, el hostigamiento y la persecución de los líderes sociales y como esto pone en riesgo la familia trascendiendo a la sociedad. En este caso el protagonista representa ese núcleo y ese pilar en la historia, sin embargo, se tienen que hacer sacrificios para alcanzar sus ideales y así proteger los derechos de la familia y de la ciudadanía en general. El tratamiento poético de la Serie hace que estos contenidos se expongan a todo público ya que se emplea un lenguaje netamente ficticio y no se realizan comparaciones de la realidad local, nacional o global; ni mucho menos nombres, fechas o datos históricos.

La verdad y la justicia van ligadas como valores indispensables en la vida; en este caso son los temas de solidez más relevantes en la estructura dramática de la historia. En síntesis, nuestro protagonista es el referente de un hombre de paz que enfrenta muchas situaciones poniendo la verdad, la justicia y su palabra como únicas alternativas para dirimir sus conflictos.

Cúpula Films es un referente para la ciudad en materia de reactivación económica, trascendencia, producción y disciplina en el campo de las artes escénicas, un aporte al desarrollo cultural y artístico de la región. Este equipo cuenta con 15 integrantes que invierten su tiempo en la creación y en la transformación de su pensamiento y ser para hacer de sí mismos una mejor versión como hombres de paz y creatividad en el mundo. Por todo lo dicho se extiende la invitación a las instituciones de carácter privado y público a respaldar el proyecto y sumarse con su apoyo.

¡Acompañemos a realizar este sueño juntos! Con tu contribución ayudas a materializar esta producción. ¡Súmate! Puedes realizar tu aporte a las cuentas DAVIVIENDA: 086100176659 – DAVIPLATA 3205004578 – NEQUI – 3205004578

Para más información puedes comunicarte al 3205004578 o al correo simon-770@hotmail.com

Redes sociales: Cúpula films (Facebook e Instagram)

*Director Cúpula Films. Profesional en Artes Escénicas, Cultura y Comunicación.

 

 

 

 

 

 

 

 

Amores desgraciados

Podemos sentir el instante en que una vida se nos va y esto constituye algo irrecuperable, pero también podemos sentir que otra vida se nos está yendo paulatinamente en una decadencia desaforada, pero inevitable; constituye otro tipo de perdida tan dolorosa por la gradualidad con que vemos el deterioro de esa persona, camino irreversible al abismo. Esto y todas las circunstancias que acompañan ambas perdidas es lo que nos ofrece Sara Jaramillo Klinkert en su primer libro Cómo maté a mi padre.    

A propósito el manuscrito fue leído por Héctor Abad Faciolince y publicado en diciembre pasado, por su editorial Angosta.  Luego del éxito editorial al pronto agotar su primera edición, los derechos fueron adquiridos por la editorial Lumen de Penguin Random House, para una más amplia divulgación.

Sara Jaramillo Klinkert (Medellín 1979), es una periodista y comunicadora social de la Universidad Pontificia Bolivariana, quien ha sido colaboradora de los principales medios de comunicación de Colombia. Licenciada en Periodismo por la Universidad Pontificia Bolivariana, estudió el Máster de Escritura Narrativa de la Escuela de Escritores de Madrid, en donde comenzó a concretar su libro. Fruto de su alta capacitación, su intensa introspección, su coraje para revelar sus secretos y convencida de su vocación, nos ofrece esta conmovedora autobiografía, con el convencimiento de que con ella, al fin pudo aceptar la realidad, y darle paz a su espíritu con el entierro definitivo de su padre y la comprensión de su hermano.

Comienza con la edad de completa calma, viviendo en una finca un poco lejos de la ciudad, con su mamá, su papá, Santi su hermano mayor y los trillizos, quienes constituyen una familia numerosa, cuando ya no se usaba, pero fue por el alumbramiento del trío. El contacto con la naturaleza, los juegos al aire libre, el cohabitar con todo tipo de animales, les fue forjando no solo un espíritu de libertad, sino la capacidad de afrontar desafíos. El canto de los pájaros los despertaban, el sonido de la quebrada y  el croar de las ranas los arrullaban. El crecer de los árboles y las cosechas de las frutas les marcaban el tiempo, era toda una arcadia feliz, la cual fue marco del amor especial que desarrolló su padre por ella.

Aunque cada uno de los pequeños demandaba su atención y afecto, obviamente ella por ser la niña de la casa, despertaba por su perspicacia, su dedicación al hogar y a sus hermanos, un amor especial en su padre quien la consideraba la niña de sus ojos, así era como ella lo percibía. A veces se quedaba mirándome como si no hubiera en el mundo nada más qué mirar y yo me perdía en sus ojos y en su risa y en sus muecas, sin saber que me pasaría el resto de la vida evocándolas para que no se me olvidaran.

Para ella por su parte su padre era ni más ni menos que su héroe, su protector, su cómplice de travesuras; nunca olvidaría cuando la llevó a la cueva de los conejos silvestres, y al hacerle meter su manita entre una abertura, tocar la piel peludita de sus crías, que su mamá no toleraba en casa, pues acabarían con sus matas de flores. Para entenderse les bastaba mirarse, o un gesto imperceptible para los demás, ese era su secreto. Aunque teníamos mayordomo, a él le encantaba llegar de la oficina y ponerse a podar la grama, abonar los arboles, coger las frutas maduras y arrancar las malas hierbas. Yo, a veces, le ayudaba, no es que me preocuparan las malas hierbas, sino que era mi excusa para pasar toda la tarde a su lado.

Todo esta alegría y regocijo, que parecía inacabable, se vino al piso como un castillo de naipes que se desbarata, de una manera tan inesperada como trágica, con el asesinato de su padre, cuando ella tenía once años y ni siquiera había pensado en crecer. Cuando se enteró deseó que todo fuera una mala pesadilla de la que uno se despierta congestionado, pero aliviado y al ver a sus hermanitos, surgió la negación. Vi a los trillizos jugando en uno de los cuartos y desee ser tan pequeña como ellos para no tener que entender lo que estaba pasando…  Aquella tarde, una parte de mí se fue al abismo, murió para poder acompañar a mi padre en ese viaje sin retorno.

Ese golpe fatal genera tanta angustia, tanta incertidumbre y tanta desesperanza, que se pierde el centro de gravedad, la razón de existir y el mundo parece llegar a su fin, pues sin quien la acoja, la proteja y la quiera como su padre, ya no hay razón para continuar, y a esa temprana edad, en la que la maldad no tenía ni remota existencia, esa pérdida irreparable, es todo un trastorno mental, muy difícil de asimilar. Cuando alguien se muere, uno tiende  aferrarse a los recuerdos, a unir los retazos. Es una lucha constante contra el olvido, a sabiendas de que no hay manera de ganarle… Uno no acepta la ausencia, pero termina por acostumbrarse a ella. Con el tiempo, mi padre fue una sombra, un fantasma, un nombre y luego nada más que un recuerdo… Uno quiere estar solo y abrazarse a su dolor. Familiarizarse con él. Hacerse a la idea de que estará dentro de uno durante toda la vida.

Pero, la vida debe seguir, los años van pasando, los nuevos sentimientos y conocimientos comienzan a llenar los vacíos y las ausencias, y nuevas perspectivas, inquietudes y problemas van copando la cotidianidad. Sostener un hogar con cinco hijos, cada vez más demandantes, y mantener todo bajo control constituye una carga muy difícil de llevar solo por su mamá, así que Sara, nunca supo cómo, llegó a constituirse en una madre para sus hermanos y estos en los hijos que nunca tuvo.

Siempre se piensa que lo peor ha pasado, sin saber que nuevos peligros acechan, y lo más grave, sin estar preparados para afrontarlos. Fue lo que sucedió con Pablo uno de los trillizos, el que más se parecía a su padre y quien además de inteligente, brillaba por sus raciocinios y argumentaciones; hubiera sido excelente abogado como su papá.… era capaz de traspasar la línea que separa a la valentía de la temeridad y cuando esa línea se cruza no hay manera de devolverse. Al estado de temeridad no se llega de manera improvisada.

La degradación empieza con el primer pitazo y de allí al abismo, solo hay instantes. Siempre se piensa que no se puede caer más bajo, y resulta que si es posible. Cuando la adicción recién asoma, nadie puede saber el juego macabro que se despliega… No hay reglas claras y, si las hubiera, nadie podría hacerlas respetar, porque la única condición del adicto es no respetar ninguna regla. Y todos alrededor terminan afectados, así no estén jugando.

Varios años pasaron como con el papá, al no querer aceptar su ausencia, ahora no querían aceptar la decadencia de su hermano, como si nada estuviera pasando y lo que estaba pasando era, todo. Pasó algunas noches lejos de mí, en la estación de policía. Otras, en cambio, lo oí llorar y él a mí…  Al cabo de los años me cansé. Di por perdida la batalla. Un día le dije que no me iba a sorprender cuando llamaran a decir que habían encontrado su cuerpo en una cuneta al pie de la carretera. Un día llamaron a decir que habían encontrado su cuerpo en una cuneta al pie de la carretera. Y no me sorprendí.

Definitivamente, cómo duele crecer, los recuerdos duelen porque nos retrotraen a momentos en que fuimos muy felices, en que no existía sino el presente, nos alejamos cuando crecemos y añoramos lo perdido con el paso de los años. Suena cruel pero real: Nos tomó diez años vender la casa en la que vivimos juntos hasta que dejamos de soportarnos. Ahora que lo pienso bien, poco a poco, fuimos huyendo de ella cuando la convivencia se torno imposible. Por eso es que no podemos aplazar los goces, los encuentros, la compañía, la felicidad es volátil etérea, y cuando menos pensamos ya no la podemos disfrutar.

La tristeza retorna con los recuerdos que aun conservamos y añoramos épocas felices; a Sara se le acentuaron sus pérdidas el día que entregó la casa. Y entre tristes sollozos, no creyó oír, sino que oyó de nuevo las risas infantiles en el patio, el canto de los pájaros, las protestas de su madre por las peleas entre ellos, la música de las fiestas, las canciones que entonaban, al igual que la voz de su padre, que ya creía olvidado.

El amor es el mejor antídoto para el dolor y este le llegó a Sara en el lugar y el momento menos esperado, así como es el amor, al aceptarlo y tras una introspección, así lo sintió: Él me devolvió algo que había quedado enterrado junto al cuerpo de mi padre: a su lado sentí seguridad, sentí abrigo, sentí que nada podía pasarme, por él pude ponerle nombre al sentimiento que me venía acompañando desde los once años. Se llama desamparo y ocurre con la ausencia trágica del padre…

Hablar con uno mismo, aceptar la muerte que hizo esfumar los sueños. Admitir la ausencia de  aquello que a uno le han arrancado a la fuerza y que no se va a recuperar jamás, fue el fruto de una semana de aislamiento total del mundo y le sirvió como catarsis, para poder encontrar la paz interior y la comprensión de los otros.

*Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas.

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Los Chicos del Jardín retoman la esencia del teatro

El grupo de teatro de Manizales Los Chicos del Jardín se encuentra rigurosamente preparado para abrir el telón de su año artístico, “con todos los juguetes” incluido el entusiasmo que le ha caracterizado, a partir del mes de febrero de 2021. Intentarán la reactivación presencial de sus procesos creativos en la sede campestre situada en el sector del Arenillo donde recibirán a un público ávido de  compartir escenario en vivo con el hecho teatral.

“Vamos a programar cada quince días (el primer viernes y el tercer viernes de mes) espectáculos de las artes escénicas de manera presencial, cumpliendo con los protocolos que garanticen la seguridad de nuestro público”, subrayaron sus integrantes.

El grupo inicia funciones el 5 de febrero con su última producción “La vida es un cilindro” y continuará el 19 con el montaje “El nuevo traje del emperador”. Este año la taquilla en sala será de $20.000 por persona y el horario de la programación a las 7:15 p.m.

La compañía teatral Los Chicos del Jardín, paradójicamente, creció en tiempos de pandemia, ya que el equipo de trabajo se duplicó. “Se lograron sacar adelante proyectos que antes eran presenciales a través de las pocas virtudes de la virtualidad, lo que permitió el sostenimiento de los integrantes y de las instalaciones del teatro campestre El Jardín”.

Desde el punto de vista de la creación, recalcaron,  se aprovechó la pandemia para escribir, ensayar y revaluar los procesos creativos, “pilar de nuestro quehacer”. El público los acompañó desde la virtualidad y pudieron llegar a espectadores en distintas partes del mundo. Sin embargo son claros en enfatizar que no es interés de la compañía trabajar desde lo virtual, “por el contrario, pretendemos siempre volver a la esencia del teatro, de la presencialidad, del encuentro y el abrazo”.

De otro lado los benefició también que las instituciones con las cuales tienen algún tipo de convenio fueron flexibles en cuanto a las variantes que generó la pandemia. “Esperamos seguir trabajando este 2021 de la mano del sector y de las organizaciones culturales que entienden que la cultura es el cemento que une las partes dispersas de la sociedad”.

Los artistas que conforman Los Chicos del Jardín tienen todo el optimismo y la voluntad para iniciar esta nueva etapa de su vida teatral sin inconvenientes, pero, eso sí, atentos a las contingencias que se puedan presentar por los efectos del COVID19.

Los Chicos del Jardín está integrado este año 2021 por:

Claudia Viviana Hoyos Gómez, Carolina Carvajal Marín, Jully Andrea Castillo Cadavid, Daniel Alejandro Carvajal Acevedo, David Carmona Patiño, Daniel Eduardo Alzate Palma, Julián Enrique Infante Buitrago, Carlos Giraldo.