Deuda II

A propósito de ¨Estéticas de la colaboración¨ de Humberto Vélez.

Quiero hablar de Humberto Vélez y no sé por dónde empezar. Su trabajo es complejo y extenso.  Lo más importante de identificar en la obra plástica y colaborativa de Vélez, o lo más trascendental, sucede en el plano de lo social.

Humberto Vélez, ciudad de Panamá 1965. Vive entre Londres y Rio de Janeiro según biografías de internet. No lo conozco personalmente. Estudió leyes y ciencia política en la Universidad de Panamá y cine con una beca en la famosa escuela ¨San Antonio de los Baños¨ Cuba, donde exploró el género documental y de paso, como dice él en una de sus entrevistas, aprendió a escuchar, a mediar y a hacer de puente entre comunidades. Aquí quiero meter la cucharada y decir que quizás hizo de ¨canal¨ entre comunidades (es un chiste) (lo digo por lo de panameño) (…).

Aunque quiero evitar hablar de mí, debo aceptar que el estilo de escritura al que acudo aquí, y en general desde hace años, es autorreferencial y lo hago precisamente para ponerme en diálogo con lo que cito y para traerlo a la actualidad y darle algún tipo de uso.

Dicho esto, encontré ahora algo que me interesa del trabajo de Vélez y es precisamente que comenzó su carrera con una cámara como mediación (entre él y el paisaje, entre él y lo demás), y terminó convirtiendo su obra en acontecimientos o eventos, no ya representaciones bidimensionales de la realidad sino presentaciones en sí mismas que se volvieron después objetos, videos, fotografías. Pero ¨la estética de la colaboración¨ es la que realmente importa y se ¨evalúa¨. Podríamos decir entonces que la estética que busca en su obra sucede en una cuarta dimensión que se apoya en las demás.

¨Estéticas de la colaboración¨ es un concepto que él mismo inventó y puso en uso. Ya lo veremos ejemplificado. Dije que me interesa este ¨conflicto¨, que nombré anteriormente entre presentación y representación, porque en mi proceso personal como artista me pasó algo similar: hacía fotografías al comienzo de mi carrera y terminé haciendo eventos y después desarrollando laboratorios de investigación creación, para, paralelo, fotografiarlos. Ese hecho significa haberle dado la vuelta por completo al medio y al soporte, me pasó inconscientemente creo, pero ahora me hace mucho sentido. Me refiero a esto de empezar construyendo imágenes bidimensionales y terminar produciendo acontecimientos que suceden en el plano de lo real, lo cotidiano, el encuentro entre personas (la performancia). De lo que hablo es un problema artístico estético-teórico complejo, por ahora no iré más allá.

Volviendo al trabajo de Humberto Vélez, debo continuar por nombrar y describir algunos de sus proyectos más relevantes para que el, la o le lector, entienda de qué hablo.

  • La banda de mi hogar, Panamá. Performance, 2003

Vélez ensayó a lo largo de un mes con una banda que solo se presenta públicamente durante la celebración de independencia de Panamá. Quebrando con las tradiciones, Vélez y la banda marcharon en horas y lugares ¨errados¨ como en el puente que comunica sur y centro América sobre el Canal, a donde tenían permiso denegado de entrar. De esta manera visualizó y expuso a su sociedad el orden invisible de las cosas que aún pervive en sus leyes e imaginarios.

  • La carrera, Panamá. Performance por radio, 2005

Este proyecto fue concebido como un performance radial para la 7th Bienal de Panamá. Se trata de una carrera imaginaria de caballos comentada por un narrador profesional (en este caso el padrastro de Vélez). Los nombres de los caballos son el punto crítico de la obra: Miss Panamá, Negro de Mierda, Visa Americana, AIDS, Papa Rico, Extranjera, One Dollar, Oligarchy y I have a Dream. Esta pieza sonora puede escucharse aquí.

  • United Artists, Inglaterra. Performance, 2005

Vélez organizó un partido de futbol conformado por artistas visuales.

  • The welcoming, Bienal de Liverpool. Performance, 2006

Una de las obras más contundentes de Vélez: organizó un desfile de nuevo a la hora y en el lugar errados, donde juntó músicas y presencia de diferentes comunidades de inmigrantes y los mezcló con sus elementos identitarios.

  • The fight, Inglaterra. Performance, 2007

Para una invitación que le hizo la Tate Modern, produjo este ring de boxeo (una práctica común en el sector donde se encuentra el museo) y sobre este produjo conciertos y presentaciones de baile, además de peleas amistosas entre boxeadores.

  • Body Dream, (Mr. Regenta) España. Performance, 2008

Para esta ocasión Vélez organizó un concurso de belleza entre físico culturistas. Ver video aquí.

Bodydream (Mister Regenta 2008) Photo © Len Grant © Humberto Velez and Len Grant

  • La más bella, Cuenca Ecuador. Performance, 2009

Para la bienal de Cuenca, Vélez organizó un concurso de belleza de llamas adentro de un museo. Video aquí.

  • The dive, Paris. Performance, 2010

Para esta invitación que le hizo el Centro Pompidou, Vélez organizó un evento de nadado sincronizado con raperos locales, bailarines urbanos y poetas.

  • The awakening / Giigozhkozimin, Toronto. Performance, 2011

Este fue el primer proyecto que conocí de Vélez. Fui invitado junto a otro grupo de artistas a desarrollar una residencia y un proyecto para la galería de arte de la Universidad de York en Toronto en 2012. Él era el artista con quien habían trabajado previamente a nuestra residencia. Así que tuve la oportunidad de ver una retrospectiva de su trabajo montada en esta sala, pero además escuché los relatos de cómo se llevó a cabo ¨The awakening¨, performance colaborativo que sucedió en The Art Gallery of Ontario, un museo de culturas y de arte moderno y contemporáneo canadiense en Toronto, donde Vélez realizó una ceremonia ritual con invitación a importantes abuelos y abuelas indígenas y representantes de sus comunidades, junto con un grupo de parkour de la ciudad. De nuevo puso en diálogo elementos distantes, y de nuevo nos confirmó que su obra sucede, sobre todo, en el campo de las experiencias y del oxímoron, o sea, no trabaja desde la idea de contradicción sino, por el contrario, desde la intención de crear nuevos significados al juntar elementos (o comunidades) que se contraponen tradicionalmente o no se asocian, pero que en diálogo generan una nueva significancia de sí en sus contextos.

Para finalizar cito algunas ideas importantes señaladas por Luis Canmitzer en el texto: ¨Vélez, el artista ciudadano¨, escrito en 2011 para una publicación a propósito de su retrospectiva:

¨Humberto está más interesado en cómo el arte transforma y cambia las instituciones que en cómo las instituciones cambian el arte.¨

¨Él cree que la galería de arte contemporáneo debería servir con una función social además de estética. Servir a un propósito pedagógico además del artístico.¨

¨Vélez nos enseña que es imperativo que incorporemos las complejidades de las comunidades con las que convivimos.¨

¨Él se enfoca en el rol del artista como mediador.¨

¨ Su trabajo se basa en la construcción física de una imagen ficcional.¨

*Artista Visual.

Otros artículos del autor:

Deuda I

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Laboratorios de innovación ciudadana: una puesta en marcha de todos y para todos

Anda de moda la palabra laboratorio, ya no solo en el ámbito médico, biológico o científico, sino también en el económico y social.  Los laboratorios, concebidos en un inicio como espacios para la investigación y experimentación, sobre todo en las ciencias exactas, lugares para realizar ensayos, observaciones, protocolos, procedimientos y métodos que llevan a la combinación de elementos para fines específicos, se trasladan ahora a otros ámbitos del quehacer social.

Los espacios de laboratorio a partir de su principio fundamental, se amplían a otras áreas del conocimiento como por ejemplo el arte en los laboratorios de creación, donde se experimenta y crea a partir de un fin específico una pieza, y que toman también el nombre de fablabs, makerspaces o medialabs; o en la tecnología con los llamados hackerspaces o hacklabs, que a partir del principio de la cultura digital y los procesos conocidos como hacker, se abren espacios donde se crean de manera colaborativa herramientas tecnológicas que se usan abiertamente y se mejoran en común; o en el emprendimiento y el mercadeo con ejercicios de innovación de procesos y productos; e incluso en asuntos públicos de carácter gubernamental con los llamados laboratorios de innovación pública que abren espacio a presupuestos abiertos y construcción de política participativa; y en especial, y para este caso que nos compete, a la ciudad con los denominados laboratorios de innovación ciudadana, planteados como espacios para la creación a partir de la experimentación, del ensayo y el error, de la combinación de diferentes conocimientos, técnicas y habilidades que dan origen a algo novedoso que surge de todos y es para todos. Por tanto, no es un proceso creativo individual sino siempre colectivo, donde se llega a ideas y soluciones para la ciudad y lo local en conjunto.

Pero además de la palabra laboratorio también se escucha nombrar la palabra innovación y por esta entendemos los procesos de creación o mejora de un producto, un proceso, una actividad en específico o un sistema, que se relaciona con mayor frecuencia al contexto comercial, empresarial o tecnológico “y como parte de un proceso lineal y ordenado, conocido como I+D+i” que tras la investigación lleva a “una solución técnica que se comercializa”, toma el nombre de innovación (Freire, 2020). Sin embargo, la innovación puede vincularse a otros contextos como por ejemplo el social que busca “el impacto social (o sea la resolución de problemas que afectan a personas y colectivos)” y propende “la escucha de las necesidades y el co-diseño de soluciones”, es decir, el diseño en colectivo (Freire, 2020) de problemas que nos afectan en común y de los cuales todos podemos aportar para encontrar sus posibles soluciones.

Smith (2017) nos dice que la innovación social es la realización de “desarrollos nuevos ya sea en prácticas sociales u organizacionales” que buscan mejorar el bienestar de las personas (Van Der Have y Rubalcaba, 2018 en Bordignon). Para Manzini (2015) las innovaciones sociales las podemos definir como ideas “que satisfacen las necesidades sociales y crean nuevas relaciones o formas de colaboración” (p.14), es decir, innovaciones que “mejoran la capacidad de la sociedad para su funcionamiento” y comenta sobre la innovación social como “un potente y poderoso agente transformador en todo el sistema socio-técnico” (p.16).

En principio la innovación social se plantea como la búsqueda de soluciones que emergen desde los colectivos o comunidades, es decir, son quienes proponen y desarrollan en su interior las estrategias y soluciones sin esperar que sean resueltas por entes externos. Sin embargo, esto no sucede en la gran mayoría de casos, al contrario, son expertos quienes proponen las soluciones que aterrizan en las comunidades para su aplicación y por tanto no se produce la construcción colectiva. Es allí justo donde surge el concepto de innovación ciudadana que, como innovación, busca llevar a cabo la creación o mejora de algo a partir de un problema de diferentes características, pero con una verdadera implicación social, es decir, la ciudadana; personas que no solo residen y hacen uso de la ciudad o lo rural, sino que se convierten en agentes de cambio que mediante acciones ejercen su ciudadanía, apropian, proponen y participan en su mejora de una manera activa y colectiva, como comenta Freire (2020) “innovar es una parte de nuestra idiosincrasia humana y por tanto toda la ciudadanía puede y debe estar implicada” en los procesos de ejercicio, decisiones y desarrollo de las ciudades, en las cuales no solo las instituciones tienen acción y voz sino todos los ciudadanos participamos de su construcción con un fin más allá de lo comercial que es el bienestar social en un camino pro-común.

Por tanto, se debe entender la innovación ciudadana como las ideas y los procesos que surgen a partir de la ciudadanía y se solucionan en ciudadanía, sustentados en espacios como los laboratorios que, independientemente de un lugar físico o efímero, se convierten en un encuentro para pensar, proponer, experimentar, equivocarse y crear, (como se define el lugar de laboratorio) además de compartir y participar.

Un laboratorio de innovación ciudadana es entonces un espacio que, como comenta Pascale (2018) “ofrece plataformas que facilitan la participación de los usuarios en los procesos de innovación abierta” es decir “se produce, se colabora, no se compite, el conocimiento se comparte (con licencias libres y repositorios abiertos)”, no prima un saber sobre otro sino más bien “provocan un encuentro horizontal, es tan abierto que cualquier persona independientemente de su formación académica o no, su experiencia o su procedencia, construye”. Por tanto, es un lugar donde se unen diferentes iniciativas, ideas, propuestas proyectuales, saberes, conocimientos, etc., en pro del desarrollo y el bienestar social.

Los laboratorios de innovación ciudadana tienen un enfoque social en los que la empatía, la escucha y lo abierto son eje fundamental y se convierten en espacios de mediación para desarrollar procesos comunes, independientemente de si se llegue o no a una solución específica. Lugares de diálogo neutro, de compartir, hablar, expresar y crear en colectivo. Como comenta Freire (2020) “Un laboratorio está diseñado para la escucha y la producción a través del prototipado (entendiendo además que los prototipos son a su vez dispositivos de escucha). Su enfoque es indisciplinar (los amateurs y las minorías son parte esencial)” por tanto espacios donde los ciudadanos “toman conciencia de su papel, capacidad y responsabilidad en el abordaje de los problemas complejos que nos afectan” (Freire 2020).

En la construcción colectiva son llamados todos, (al final todos somos ciudadanos) por consiguiente, los laboratorios de innovación ciudadana invitan a conectar y tejer entre ciudadanos, pero también entre instituciones y gobiernos que propenden procesos sociales justos, convirtiéndose en espacios de mediación que construyen puentes de cercanía en un contexto neutro, espacios donde surgen ideas de cualquier frente y se solucionan en conjunto.

La propuesta y puesta en marcha de un laboratorio de innovación ciudadana puede tener orígenes diversos, pueden ser creados a partir de gobiernos locales, instituciones académicas, instituciones públicas o privadas e iniciativas particulares desde contextos locales, por tanto, pueden tener diferentes líneas, enfoques y procesos de acuerdo a su naturaleza. Por ejemplo, los laboratorios propuestos desde los gobiernos pueden trabajar frentes como el presupuesto participativo o la política pública con participación ciudadana; los que se inician desde instituciones académicas pueden tener enfoques más investigativos y educativos sin olvidar los procesos participativos; las instituciones públicas o privadas pueden tener iniciativas desde la apropiación social o sus propios intereses; y los iniciados colectivamente por asociaciones o agrupaciones sociales locales pueden estar afrontando problemas barriales.

Método Santa Lab, creado desde una plataforma gubernamental, propone tres conceptos claves para un laboratorio de innovación ciudadana. El primero, público, las innovaciones que se impulsan con recursos públicos no deben ser privatistas o extractivistas y deben conducir a reducir las brechas de desigualdad para que exista la innovación social. El segundo, abierto, tanto metodologías, tecnologías y acciones deben estar generadas por principios de cultura abierta, documentar, publicar y compartir para que cualquiera pueda aportar, colaborar y mejorar. Y el tercero, ciudadanía, “porque la innovación no es exclusiva de los expertos, ni de los científicos, ni de la academia. Todos tenemos saberes que surgen de la propia experiencia y una política de innovación con la ciudadanía en el centro trabaja para que todos podamos ejercer nuestro derecho a innovar”. (Método Santa Lab 2018)

Como Santa Lab hay diferentes ejemplos en Iberoamérica con este principio, algunos que podemos nombrar son Medialab-Prado (Madrid, España https://www.medialab-prado.es/), Nqnlab (Argentina https://www.facebook.com/NqnLab1/), LAAAB (Laboratorio de Aragón http://www.laaab.es/), Cisna (Centro de innovación social de Nariño http://innovacionsocial.xn--nario-rta.gov.co/index.php/sobre-nosotros/programas/laboratorios) entre otros que invitamos a conocer en Innovación ciudadana (https://www.innovacionciudadana.org/) de la SEGIB (Secretaría General Iberoamericana).

Es así como los laboratorios de innovación ciudadana surgen como espacios que median los procesos para que la ciudadanía proponga y construya en conjunto en pro de una mejora de la ciudad y la calidad de vida de todos en proyectos en conjunto, un espacio de acción que ayuda a la participación y el empoderamiento de todas las comunidades, lugares donde se piensa, crea, colabora, construye y prototipan ideas que tienen diversos orígenes y fines y que pueden ser llevadas a la realidad para aportar a la construcción y al derecho de la ciudad (Lefebvre 2013), un escenario que se abre de cara a un futuro y al cambio tan necesario en nuestra sociedad actual.

Bibliografía

 Bordignon, F. (2018) Laboratorios de innovación ciudadana. Espacios para la innovación social. En https://www.researchgate.net/publication/325271318_Laboratorios_de_innovacion_ciudadana_Espacios_para_la_innovacion_social

Freire, J., Gómez D. (2020). Laboratorios de innovación ciudadana: emergencia, modelo, formatos. En https://www.researchgate.net/publication/342664748_Laboratorios_de_innovacion_ciudadana_Emergencia_modelo_formatos

Lefebvre, H. (2013) La producción del espacio. Capitan Swing, Madrid.

Manzini, E. 2015. Cuando todos diseñan. Experimenta editorial, Madrid.

Método Santa Lab, 2018. Disponible en https://www.santafe.gob.ar/ms/gobiernoabierto/2018/10/19/presentamos-nuestro-libro-el-metodo-santalab/

Pascale, P. (2018). Laboratorios de innovación ciudadana: nueva institucionalidad para un futuro sostenible. Pensamiento Iberoamericano, Secretaría General Iberoamericana. En https://issuu.com/segibpdf/docs/08-pp

*Diseñadora Visual, Phd en Estudios Territoriales. Docente del Departamento de Diseño Visual de la Universidad de Caldas.

carolina.salguero@ucaldas.edu.co

 

 

 

 

PCC: un tinto para conmemorar su década y reflexionar sobre sus disrupciones

Diez años del Paisaje Cultural Cafetero

El PCC de Colombia que comprende 340 mil hectáreas de la zona rural en 858 veredas cafeteras, ubicadas en el trópico andino, es un territorio declarado por la UNESCO, el 25 de junio de 2011, Patrimonio de la Humanidad, lo que representaría una oportunidad para hacer de este instrumento un factor de desarrollo rural integral, si mediante una declaratoria de sujeto de derechos podemos resolver las disrupciones socio-ambientales, bajo los atributos de dicha declaratoria. Las diferentes problemáticas de la Ecorregión Cafetera son: 1 procesos migratorios; 2 fragmentación de ecosistemas; 3 desmantelamiento de la agricultura autárquica; 4 modelo agroindustrial de dependencia tecnológica; y 5 vulnerabilidad al cambio climático.

Como hipótesis para este ejercicio, estas dos: en primer lugar, digamos que lo industrial y lo artesanal no son lo mismo: en lo artesanal y en la producción rural, los productos deben ser bienes con identidad cultural y denominación de origen, tener sello verde y estar soportados en economías asociativas, buscando que la organización de productores tenga control de la cadena productiva; mientras que  lo industrial y agroindustrial son otra cosa, donde obliga la metodología de los clúster basada en la producción en serie y las economías de escala, entre otras cosas. Y, en segundo lugar, se interpretará el territorio no como un espacio de transformaciones, sino como una construcción social e histórica donde la cultura surge de la interacción dialéctica de dos sistemas complejos como lo son el medio natural y las colectividades que lo transforman.

Ver: Ref. 1 y 2

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Un territorio fragmentado vulnerable al cambio climático

Tal cual lo estamos advirtiendo en Colombia con el calentamiento global, fenómeno global que según el IDEAM (2015), muestra el aumento de la temperatura media en Colombia entre 1971 y 2000, en 0.13° C por década, además de los eventos extremos incidiendo en un territorio social y ambientalmente fragmentado ocurrirían alteraciones climáticas preocupantes, ya que para finales del siglo XXI por cada grado centígrado se producirá un cambio altitudinal de 170 m en las zonas de vida de la ecorregión cafetera, fenómeno que además de incidir en la aptitud de los suelos demandará una planificación que contemple la gestión del riesgo, el análisis de los cambios en el uso del suelo, y la valoración de los impactos sobre la biodiversidad y la disponibilidad hídrica, entre otros.

Para el Eje Cafetero según el IDEAM (2015), los escenarios 2011-2100 muestran que lloverá entre un 10% y un 40% más en el centro y occidente de Caldas, occidente de Risaralda y noroeste de Quindío, al tiempo que dichos cambios serán despreciables en el oriente caldense y cuencas medias del Otún y San Eugenio. Y en temperaturas, dichos pronósticos muestran que los incrementos en ese lapso estarían entre 1°C y 3°C, serían mayores en el valle del Magdalena, medianos en el corredor del Cauca, cuencas medias de La Miel y Guarinó y valles de La Vieja y Risaralda, y menores en páramos y subpáramos de ambas cordilleras. A modo de ejemplo, zonas bajas como el sur oeste del Quindío, que dejarán de ser aptas para el café con el clima futuro más cálido y más húmedo, enfrentarán problemas fitosanitarios.

Pero la amenaza para el agua y la biodiversidad en la ecorregión cafetera de Colombia, es la excesiva potrerización y falta de coberturas boscosas y de conectividad biológica: según Alma Mater (2002), al tiempo que la superficie apta para potreros que es del 4 % alcanzó el 49 %, el potencial forestal que es del 54 %, bajó al 19%, lo que expresa graves conflictos de uso del suelo que aún persisten y reclaman modelos agroforestales en el marco de una agricultura autárquica tradicional, que hagan viable la cultura rural campesina de base artesanal.

Ver: Ref. 3 y 4

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Por un territorio sostenible y resiliente.

Siendo así, pese a contar con los escenarios de cambio climático del IDEAM anunciando la exacerbación de lluvias y sequías como eventos extremos, se requiere, para la toma de decisiones en los procesos de ordenamiento y planificación territorial, de algo más para lograr una construcción de un paisaje resiliente en este territorio biodiverso, multicultural y mestizo, cuya problemática no solo pasa por la adaptación al cambio climático en un medio deforestado, sino también por la crisis de la economía rural campesina de base artesanal, consecuencia de modelos agroindustriales que atentan contra la seguridad alimentaria y la pervivencia de los ecosistemas frente a las dinámicas del cambio climático.

La clave estaría en el PCC de Colombia, PCC declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2011, por representar una oportunidad para hacer de dicho instrumento un factor de desarrollo rural integral, permitiendo resolver una brecha de ingresos cuatro veces menores respecto a los medios urbanos, que afecta a cerca de 500 mil personas  que habitan en 47 municipios de su área principal y 4 más de su área de influencia, ya que allí se comprenden 340 mil hectáreas de la zona rural en 858 veredas cafeteras, a las que se suman 3.500 hectáreas de cabeceras municipales de la ecorregión, con poblados emblemáticos como Aguadas, Salamina, Neira, Marsella, Salento y Pijao.

Pero dada la disrupción del modelo cafetero en la ecorregión, para lograr la recuperación de sus ecosistemas fragmentados y arrasados, un desarrollo rural compatible con la cultura ancestral cafetera, y adaptar el paisaje al cambio climático, si es que nos decidimos por el rescate de la estructura natural y simbólica con sus elementos tangibles e intangibles conexos a la cultura y al ecosistema cafetero: ¿por qué no declarar sujeto de derechos bioculturales el territorio del Paisaje Cultural Cafetero reestructurando su territorio, entendido como una construcción cultural e histórica para reintegrarlo y ordenar su recuperación integral, bajo los preceptos y atributos de la declaratoria de la UNESCO?

Ver: Ref. 5 y 6.

Epílogo

Lo anterior permitiría restablecer los derechos bioculturales en el territorio del PCC desde el sur de Antioquia y el nor-occidente de Tolima, hasta el norte del Valle, para abrir un claro de luz en este sector, cuya crisis se explica por un modelo agroindustrial que atenta contra la cultura campesina y los ecosistemas, y por no haberle incorporado valor agregado al grano de oro, ya que con el PCC la suerte de los pequeños poblados cafetaleros dependerá de si se recupera o no la salud del suelo y del agua y el sombrío para la biodiversidad, lo que supone cambiar los monocultivos de base química heredados de la Revolución Verde, para hacer viable un bioturismo sumado a la venta de servicios y bienes que expresen nuestro patrimonio cultural y natural.

Ver: Ref. 7 y 8.

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  • Profesor de la U.N. de Colombia y Miembro del Observatorio para la Sostenibilidad del Patrimonio en Paisajes.  Documento para la Revista “Quehacer Cultural”. Junio 25 de 2021. Manizales.

Portada: Diez años del Paisaje Cultural Cafetero- Mapa del PCC- Logo institucional y Rama del cafeto- Obras de Luis Guillermo Vallejo

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Referencias Bibliográficas

Profesor de la Umanizales en comité de Radio Comunitaria de Mintic

John Jairo Herrera Sánchez, profesor de la Escuela de Comunicación Social y Periodismo de la Umanizales hará parte del Comité Consultivo de Radio Comunitaria, del Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Mintic).

Su llamado se da luego de la postulación que hicieron algunos miembros de la Mesa Nacional de Radio, de la cual hace parte, y en la que participa como coordinador de la Red de Medios Ciudadanos en el Eje Cafetero.

Este grupo de expertos será liderado desde la Subdirección de Radiodifusión Sonora de Mintic, a la que le corresponde coordinar y hacer seguimiento a las actividades del Comité Consultivo de Radio Comunitaria, el cual es un órgano que propende la articulación y promoción de los lineamientos de la política de Radio Comunitaria.

El primer encuentro se desarrollará el viernes 2 de julio, en el que Herrera Sánchez tendrá derecho a voz y será un invitado permanente.

“La presencia de la academia en estos espacios es vital por los aportes que haríamos, desde el conocimiento y la experiencia, para el fortalecimiento del sector. En lo personal me enriquece académicamente en la investigación”, dijo el profesor.

El Comité Consultivo es un mecanismo de articulación del desarrollo de acciones que contribuyen a fortalecer el servicio comunitario de radiodifusión sonora.

John Jairo Herrera Sánchez también es el director administrativo de la emisora UMFM 101.2, radio de interés público educativo universitario que impulsa la actividad académica y cultural en la región y promueve la construcción de ciudadanía, democracia y convivencia pacífica. Su licencia de funcionamiento fue otorgada el 24 de octubre de 2014 y al año siguiente se emitieron los primeros programas. Hoy cuenta con programación de radio hablada y musical las 24 horas del día. Además de contar con un equipo técnico y profesional que desarrolla los contenidos, los estudiantes de la Escuela de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Manizales adelantan prácticas profesionales en las franjas informativas de la emisora.

Octavio Escobar gana premio de poesía en España

El escritor manizaleño Octavio Escobar Giraldo, obtuvo por unanimidad entre 740 participantes, el 24º Premio de Poesía Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria con el poemario Manual de hipocondría. “El premio Internacional de Poesía de las Palmas de Gran Canaria es una convocatoria importante, que ya lleva 24 ediciones. Ganarlo entre un número de participantes tan nutrido es una especie de sueño, más cuando yo soy más conocido como narrador. Y me complace, además, tener la posibilidad de expresarme a través de distintas formas literarias, que mi voz sea válida y diciente para los lectores en los diferentes géneros que practico”, dijo el galardonado para Quehacer Cultural.

Según el jurado calificador integrado por David Cabrera, Blanca Hernández, Leandro Pito, Carmen Márquez y Rubén Benítez, se trata de una obra coherente, brillantemente estructurada y con gran hondura conceptual. “El punto de vista de la voz poética destaca como una de sus principales virtudes. Incide en una actitud, a la vez irónica y trágica de la enfermedad, y se vale de ella como vehículo del lenguaje poético”.

“Manual de hipocondría” gira en torno a los temores que se producen por las enfermedades y la muerte, tema que se relaciona con el momento que vive la humanidad actualmente debido a la pandemia.

El premio es una convocatoria del área de Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria que, con carácter bienal, presenta en el marco de las Fiestas Fundacionales y que este año superó todas las expectativas al recibir 740 obras que aspiraban al galardón y a ser publicadas por Ediciones La Palma.

Octavio Escobar, quien también es médico, tiene una vasta producción literaria, traducida a varios idiomas, compuesta por novelas, cuentos, poesías, con premios en Colombia y otras partes del mundo, entre ellos Premio Internacional de Novela Corta Ciudad de Barbastro (2014), Premio Nacional de Novela del Ministerio de Cultura (2016) por Después y antes de Dios, VI Premio Nacional de Poesía obra inédita de la Tertulia Literaria de Gloria Luz Gutiérrez por Historias clínicas.  Actualmente es profesor de la Universidad de Caldas y Director de la Feria del Libro de Manizales.

¡Felicitaciones Maestro!

 

 

Biblioteca de Autores Caldenses

Con el propósito de  unir esfuerzos técnicos administrativos, físicos, y humanos, la Secretaria de Cultura de Caldas celebró un convenio con la Universidad de Caldas para  la realización de actividades de promoción cultural, tecnológica, bibliográfica y documental.

Esta alianza contempla la creación de la sala de autores caldenses la cual fue instalada en el Centro de Bibliotecas de la Universidad de Caldas, con 1.400 ejemplares para iniciar, cuya finalidad  es recoger, clasificar y difundir el conjunto de estas obras, como un aporte  significativo a la recuperación y la preservación del patrimonio bibliográfico del departamento.

Esta colección permitirá a los ciudadanos acceder a documentos, escritos y literatura de la región además de formar públicos orientados a fortalecer la capacidad de percepción y apreciación de aquellos elementos literarios patrimoniales, además de difundir y fortalecer el patrimonio artístico caldense, para la preservación del patrimonio cultural y la implementación de estrategias de paz y convivencia en el departamento.

JazzCAMP Junior

23 jóvenes músicos de los programas de bandas sinfónicos del departamento tuvieron el privilegio de asistir al Jazz Camp Jr., una capacitación presencial en Jazz organizada por el Centro Colombo Americano en el marco del Colombo Jazz 2021 y que se realizó los días 10 y 11 de junio en las instalaciones del Centro Cultural Rogelio Salmona con todos los protocolos de bioseguridad.

Los estudiantes, provenientes de municipio de las seis subregiones del departamento estuvieron dirigidos Samuel Muñoz Enríquez, docente de piano del énfasis en Jazz del departamento de música de la Universidad de Caldas y Diego Oyola Fonseca, baterista del Jazz Manizales colectivo.

Además de recibir fundamentos del jazz en cuanto a ritmo, armonía e interpretación, los asistentes encontraron en es evento el espacio perfecto para hacer sonar sus instrumentos con jóvenes músicos de todo el departamento.

El Jazz Camp Jr., es uno de los mas de 10 eventos que conforman el Colombo Jazz 2021 que podrán disfrutarse de manera virtual hasta la próxima 9 de Julio.

La programación que ser consultada en la página web del Centro Colombo Americano Manizales.
https://colombomanizales.com/noticia/agenda-cultural/

Este evento es organizado por el Centro Colombo Americano de Manizales y la red de Colombos del país, con el apoyo del Ministerio de Cultura, el Centro Cultural del Banco de la Republica sede Manizales y la embajada de los Estados Unidos de América.

La madre del blues, una adaptación desactualizada

Ganadora de dos premios Óscar, mejor peinado y maquillaje y mejor diseño de vestuario, aparte de recibir una nominación a mejor diseño de producción, Ma Rainey’s Black Bottom, traducida al español como La madre del blues, deja muy claro que le apuesta a la riqueza estética. Sus primeros minutos están llenos de color y textura y esta riqueza es efusiva y vital. Particular me resulta que al ver el tráiler no pude evitar pensar en lo triste que prometía ser la narración. Entre las danzas, colores vibrantes, sonrisas y música del material promocional, había algo que me causaba malestar.

Con esta película recién conocí el personaje histórico de Ma Rainey, la madre del blues, aunque no es necesario ser experto en historia para imaginarse lo peor en una película sobre músicos negros en la década de los veinte. La producción musical es un proceso técnico costoso y es evidente que los dueños de las disqueras en la tercera década del siglo pasado eran hombres blancos y con dinero.

Sin haber empezado la película todavía ya hay una situación tensionante que muy diestramente se acrecienta a medida que van entrando a escena los personajes y se solapan uno encima de otro, conflicto tras conflicto. En el campo de la tensión dramática La madre del blues se destaca y en términos de contenido, aunque no es novedoso el tema, es vigente. Su principal problema es que se raja en los aspectos formales de la narración.

La película está basada en un texto teatral de 1982. Pese a que desconozco el material original, es evidente que no hay un esfuerzo de los guionistas por actualizar la obra para que aborde la problemática del racismo en Estados Unidos, por lo que la forma del guion y la puesta en escena se sienten anticuadas y veces carentes de interés. La interpretación de Chadwick Boseman, que le mereció una nominación póstuma a los premios Óscar, es tan impresionante como fútil en su esfuerzo por darle naturalidad a unas líneas de diálogo densas que evidentemente fueron escritas para otro formato, y que pretenden alcanzar la misma crudeza que hemos visto en los últimos años desde películas como 12 años de esclavitud o videos como el del asesinato de Harold Floyd.

Las artes siempre han tenido la capacidad de singularizar problemáticas, habrá quienes digan que esa es su obligación. La madre del blues hace particular “el racismo” en abstracto, pero la nobleza de su intención nunca está a la altura de su propuesta estética, que le deja toda la responsabilidad a Boseman y a la actriz Viola Davis de ser los catalizadores de todas nuestras emociones a lo largo de la película y termina abusando de sus capacidades actorales mediante diálogos excesivos.

Al tratarse de una pieza histórica el pasado está visto desde la óptica del presente, en este caso, la película habla de los ochenta, época de redacción del texto dramático, la cual se caracteriza, entre otras cosas, por una presencia más significativa de personas negras en la cultura popular. Algunos de estos representantes que se me vienen a la cabeza son agrupaciones como Boney M y Earth, Wind and Fire o solistas como Prince y Michael Jackson.

Posiblemente el escepticismo ante esta representación de la diversidad en los medios y la cultura pop llevaron a August Wilson a escribir el texto dramático de Ma Rainey’s Black Bottom. Este título hace referencia a uno de los temas que graba Ma Rainey con su banda en la película. El “Black Bottom” es un paso de baile propio de las comunidades afroamericanas y su alusión en el título es importante pues el baile en el guion cobra una carga simbólica importante.

Entre los conflictos del argumento de la película hay uno muy particular, el hecho de que Levee, un músico de la banda, quiere tocar una versión bailable del tema Ma Rainey’s Black Bottom, pero Ma Rainey y los demás músicos se niegan, prefieren su versión tradicional.

Levee es un músico alegre, interesado por vestirse elegante, conquistar mujeres y, como dice al inicio de la película, “pasarla bien”. Esta es su intención última, y el final trágico de Levee pone en evidencia el desacuerdo del autor con esta visión del mundo y, en cambio, parece alinearse más con Ma Rainey, quien, pese a ser tan huraña y remilgada, considera la música como una necesidad y justifica su comportamiento de diva como un producto del racismo, pues trata al hombre blanco como esclavo a modo de justicia poética, más que un defecto propio del personaje o una consecuencia de su fama y fortuna.

La danza que realizan los negros frente a los hombres blancos es para Wilson, el dramaturgo, un gesto de sometimiento. Por eso los músicos le reprochan a Levee que baile frente a los hombres de la disquera. Como un ejemplo para quienes no entendemos el contexto, Cutler, otro de los músicos, cuenta la anécdota de un sacerdote que termina perdido en un pueblo de hombres blancos y se ve forzado a bailar para que no lo maten.

La idea de bailar para no morir también la presentó Donald Glover en el videoclip de su tema This Is America, en el que el baile alegre e inocuo del artista y de los niños en primer plano contrasta con las imágenes violentas que ocurren en el fondo. Pese a que Glover se rehúsa a comentar y explicar el contenido del videoclip, es posible hacer varias lecturas de este elemento del video. Uno, por ejemplo, que lo que está siempre en “primer plano” en los medios y la cultura popular son “los negros que bailan” y una lectura adicional posible, que complementa muy bien el discurso de Ma Rainey’s, es que solo “los negros que bailan” sobreviven en medio de tanta violencia.

Cuando la danza no se hace por placer sino para sobrevivir, la imagen del negro alegre bailando en un escenario se torna sombría. Posiblemente eso fue lo que vi entre toda la alegría del tráiler de Ma Rainey’s Black Bottom.

Hay productos previos a esta película que aprovechan mejor el medio audiovisual para comentar el racismo. This Is America, mediante esta alegría artificial con la que baila Glover en medio del caos violento, resulta terrorífico y ominoso. 12 años de esclavitud es mucho más brutal, su violencia es explícita y su montaje es lento e implacable. Atlanta, una serie creada y producida por el mismo Glover, muestra las zonas grises del racismo y muestra su lado absurdo.

En resumen, como película Ma Rainey’s Black Bottom puede no ser la mejor, pero sí destaca por su interés histórico como una forma de darle visibilidad a la obra teatral original, el trabajo tremendo de la dirección de arte y, sobre todo, el de la actriz Viola Davis cuya presencia escénica y carisma pueden superar sin dificultad la prueba del tiempo.

*Escritor – Realizador de cine.

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Emisora de la UManizales en “Todas las Voces”

La emisora UMFM 101.2 de la Universidad de Manizales fue seleccionada por la Dirección de Audiovisuales, Cine y Medios Interactivos del Ministerio de Cultura para ser parte de un proyecto que busca enriquecer las parrillas de programación de la radio universitaria del país. Esta estrategia que cuenta con el apoyo de la Red de Radio Universitaria de Colombia se denomina “Todas las voces: caja de herramientas para la construcción de parrillas de programación culturales, diversas y participativas”, la cual propone un conjunto de metodologías para la creación y ajuste de planes, franjas y bloques de programación en las emisoras universitarias.

En todo este proceso, que inició a finales del 2020 y concluirá en el segundo semestre del 2021 con la publicación de “Todas las Voces”, fue clave la participación de la Universidad de Manizales, a través del profesor César Augusto Montes Loaiza, director de contenidos de la emisora La UMFM. “Este diálogo se hizo a través de una entrevista a profundidad en la cual el profesor Montes habló de la historia de la emisora, de los cambios que ha tenido la radio en su manera de programar, de las lógicas cómo han diseñado la parrilla de programación, de las prácticas cotidianas para alimentar y mantener la programación, de la relación con la universidad y con las distintas facultades, de las audiencias universitarias. En este diálogo el profesor Montes mostró de manera generosa los caminos y las metodologías cómo han construido y consolidado la programación de la emisora”, explicó Óscar Javier Bermúdez Bolívar, asesor del proyecto Narrativas Sonoras del Ministerio de Cultura.

En relación con la vinculación de UMFM 101.2, el profesor César Augusto Montes Loaiza, destacó: “la razón de ser de este tipo de emisoras es ser precisamente una alternativa con puntos de vista genéricos, universales, con algún criterio académico en el caso nuestro, en el que se permiten que circulen contenidos, intereses, puntos de vista y productos que no solo correspondan a la corriente central del pensamiento si no a otros grupos, voces y formas de ver la realidad. Ha sido una experiencia interesante y desde aquí tenemos mucho que aportar”.

En la primera fase del proyecto se generaron una serie de diálogos y entrevistas a 16 directores y programadores de las radios universitarias que sirvieron de base para la construcción del conjunto de metodologías que propone “Todas las Voces”, además se contará con un aplicativo digital que plantea, a modo de diagnóstico, una serie de interrogantes que permite a las emisoras identificar en sus prácticas, procesos, bloques, franjas y parrillas de programación las fortalezas y las debilidades enfocados en lo cultural, lo participativo y lo diverso.

Archivo Musical de Caldas

El proyecto Creación del Archivo Musical de Caldas,  un reconocimiento y salvaguarda a nuestro patrimonio musical, se vinculó a la Universidad de Caldas a comienzos del año 2019 aunque fue escrito para un concurso docente en noviembre de 2016.

En el año 2017, explica su coordinadora la profesora Mónica Alejandra González, se socializa en eventos académicos como las Tertulias del Banco de la República sede Manizales y el Congreso de Investigaciones Musicales de Cali, lo que dejó como resultado un pequeño grupo de trabajo conformado por unas damas coleccionistas que aún están vinculadas a esta iniciativa.

“Hay muchas preocupaciones en torno al Patrimonio Musical del Departamento de Caldas, pero la preocupación inicial, que aún mantiene unido este equipo de trabajo, es la urgencia de proteger el patrimonio musical regional, el de nuestros compositores, por ello seguimos con la convicción de que los documentos musicales de los compositores caldenses deben ser resguardados en una institución con la infraestructura y el personal capacitado que los acoja para evitar su deterioro, destrucción o desaparición”.

Durante estos años se han visitado archivos de diferentes instituciones, compositores, legatarios y agentes culturales con el fin de conocer el destino que ha tenido parte de la documentación musical del Departamento, “sin embargo, este proceso ha sido muy difícil debido principalmente a nuestro contexto, que aún refleja la indiferencia en torno a la importancia cultural y patrimonial determinada en la figura del compositor local”.

Desde el pasado lunes 31 de mayo se inició la temporada de entrevistas del proyecto Archivo Musical de Caldas en el canal de Youtube de la Facultad. En total se publicarán 8 videos, cada día uno a las 4:00 p. m.

monica.gonzalez_r@ucaldas.edu.co

Archivo Musical de Caldas

 

Don Adán en El Jardín del Edén

Casting

“Solo una cosa bella digna de admiración he contemplado al cruzar el camino más escabroso de mi vida; la más abstracta, contradictoriamente la más real: la del olvido.”

La más bella imagen. Adán López

Hojas de encina al viento, es la última creación del escritor Adán López, un libro en cuyas páginas se narran las peripecias existenciales de un hombre que ha transitado una vida larga y fructífera desde visiones asombradas y contemplativas. La mirada de Don Adán, como me gusta saludarlo, flota entre las brumas del tiempo y paraísos invisibles. Sus apuntes son como los de quien observa las aves del Jardín del Edén; es un peregrino solitario que espera pacientemente el último rayo de la aurora y el guiño de la primera estrella.

Adán López ha tenido una fructífera obra reflejada en libros como La baranda del silencio, Mural, Poemas en Bermudas, El sendero de las lilas y Memorias de un pueblo desaparecido. Ahora nos regala esta serie de relatos, de reflexiones existenciales en torno a la vida, la muerte, el amor, la soledad y el tiempo.

En la orilla de un río turbulento cualquier junco disfruta de su gloria. Todavía florece la esperanza, aunque su flor ya pequeña no alcance a competir con la flor negra del desencanto; secreto singular de las camelias.

En las páginas de Hojas de encina al viento, Don Adán también les hace guiños a sus escritores queridos: Marcel Proust, Baudelaire, Verlaine, Porfirio Barba Jacob… que tienen un lugar de preferencia en el corazón de nuestro escritor.

Los hay humildes creyéndose opacados, se cubren sus rostros tras de un oscuro barniz, y así viven seguros de su vida precaria; el abismo no los llama a que se unan a el.

Don Adán tiene todavía diez obras inéditas que esperamos puedan salir a la luz pronto, pues su quehacer literario merece muchos lectores que se unan a la sensibilidad de un ser que se alimenta de sutiles soles y lunas solo visibles a quienes tienen un corazón dispuesto y transparente. En su nombre está el origen y el fin, que abarca ese jardín primigenio de donde surgieron todas las cosas y que nuestro autor va renombrando con palabras pletóricas de olores, colores y sabores… ese es Don Adán en el Jardín del Edén, un Edén superpuesto en este mar de lágrimas.

Referencia bibliográfica: López, A. (2021). Hojas de encina al viento. Manizales: Manigraf.

*  Poeta, anacronista y pintor; editor de «ojo con la gota de TiNta (una editorial pequeña e independiente)».

Encarando la desesperanza

En momentos de crisis como la actual en donde la inestabilidad se ha instalado en la permanencia, la precariedad ha llegado con contundencia, la intranquilidad es permanente y la zozobra nos acecha, todo por el inesperado virus COVID-19, qué mejor terapia que la lectura, y en este caso la ofrecida por el filósofo y sociólogo francés Edgar Morin, quien, en vísperas de cumplir sus lúcidos cien años, acaba de entregarnos un interesante análisis sobre lo vivido.

Como todas sus obras, Cambiemos de vía. Lecciones de la pandemia, escrita con la colaboración con Sabah Abouessalam, socióloga urbanista y doctora en ordenamiento urbano, nos hace aportes para comprender y nos brinda análisis de las diferentes formas de aprovechar lo sucedido, pues de todo lo que nos ocurra, debemos sacar conclusiones y no solo lamentaciones. Nos presenta su mirada que abarca el confinamiento al que estuvimos sometidos, luego el asombroso despertar a la cruda realidad causada por esa pandemia: cierre de empresas, cuantiosas pérdidas económicas, desempleo, pobreza, enfermedad, desasosiego y muerte.

Como marco de referencia, y con absoluta validez, de su experiencia vital, hace un preámbulo que designó como Cien años de vicisitudes, y en el cual de primera mano nos muestra los resultados de haber vivido y sufrido: la gripe española, la crisis mundial de 1929, el nacimiento del ciclón, con Hitler y todo su significado, la segunda guerra mundial, la gran crisis intelectual de los años 1956-1958, Mayo del 68, la crisis económica y resistencia en dos frentes.

Sobre el estudio afirma: …descubrí que toda política debe basarse en una concepción del hombre, de la sociedad y de la historia. Esto me llevó a matricularme en la universidad para estudiar historia, sociología, filosofía, economía y ciencias políticas. Este estudio no me ha abandonado y es el fermento de toda mi obra.

Con relación al dogmatismo, la segunda guerra mundial y su participación señala: …extraje la lección de no dejarme arrastrar, de mantener la vigilancia critica y autocritica, y de revisar mis ideas cuando se produjeran nuevas experiencias históricas. Pero la lección principal de la guerra fue resistir. Me siento muy feliz de haber asumido en esa época el riesgo importante de incorporarme a la Resistencia.

En cuanto a la crisis ecológica y la forma como ha sido enfrentada, considera que la toma de conciencia no solo ha sido lenta, sino poco contundente y menciona la negligencia de la acción política y económica para evitar los desastres humanos y naturales, ya que los intereses económicos priorizan los beneficios inmediatos y tratan de ocultar los problemas o simplemente los ignoran.

Con su postura intelectual y política ha hecho resistencia a lo que considera las dos barbaries que afronta el hombre: por un lado, la vieja barbarie venida de los tiempos inmemoriales, que se traduce en dominación, esclavitud, odio y desprecio… y, por otro lado, la barbarie fría y gélida del cálculo y el beneficio, que domina en una gran parte del mundo. Y así concluye el lector comprenderá entonces que encuentre normal esperar lo inesperado y prever que lo imprevisible pueda acontecer.

El cuerpo de la obra presenta tres capítulos: Las quince lecciones del coronavirus, Los desafíos del poscoronavirus y el tercero, Cambiar de vía. Inicia con una Introducción en la cual afirma:

Y es sabido que la conquista de las Américas produjo la unificación bacteriana del planeta, pero la novedad radical de la COVID-19 reside en que ha provocado una megacrisis como resultado de la combinación de crisis políticas, económicas, sociales, ecológicas, nacionales y planetarias que se retroalimentan y cuyos componentes, interacciones e indeterminaciones múltiples, están  interrelacionados, es decir, que son   complejos en el sentido originario de la palabra complexus “lo que esta entretejido”.

La primera revelación innegable de esta crisis inédita es que todo lo que parecía separado es inseparable.

Todo esto nos ha llevado a entrar en una era de incertidumbre y un futuro imprevisible en gestación. La esperanza es que se produzca una regeneración política que conlleve a la verdadera protección del medio ambiente y a una humanización de la sociedad con el fin de encarar lo inesperado, que ya vemos será una constante con la cual debemos convivir, pero solidariamente, si queremos continuar al menos vivos.

Cada uno a su manera ha experimentado en medio de esta pandemia cuáles son en realidad las verdaderas necesidades, nuestras aspiraciones, hemos diferenciado lo superfluo de lo esencial, lo oculto en las alienaciones de lo cotidiano y han aflorado los valores fundamentales tan necesarios como la solidaridad, la compasión y la amistad. Como afirma Morin, nuestra precariedad estaba olvidada, nuestra precariedad estaba oculta.

Hemos visto cómo la comunidad científica, afanada por buscar contrarrestar esa ola de muertes, aunó esfuerzos y logró en tiempo record, con los recursos tecnológicos modernos, encontrar la anhelada vacuna, pero, así como predominó la cooperación internacional en esa búsqueda, finalmente se impuso la competencia, el aspecto económico en la comercialización y distribución de ese salvavidas. Lo mejor del ser humano y lo peor de su naturaleza, se vieron desdibujados por la precaria distribución mundial de la riqueza, con países ricos y exceso de vacunas y países atrasados no solo en su desarrollo, sino también en su protección. Se lamenta nuestro filósofo así: el humanismo está en crisis frente a  las derivas y los repliegues nacionalistas, la reaparición de racismos y xenofobias y la primacía del interés económico sobre todos los demás.

Para ilustrar la inequidad planteada por Morin, veamos las cifras presentadas por la organización Our World in Data, de la Universidad de Oxford, en donde se expone que al dos de mayo se habían vacunado en el mundo 1.164.477.500 personas, de las cuales el 70% correspondían a Estados Unidos, China, India, Reino Unido y Brasil. En cuanto número de vacunas completas por cada 100 habitantes, se tenían: en Israel 58.4, Chile 35.2, Estados Unidos 31.3, Uruguay 19.2 y Colombia 3.3. Como contraste, en el África con 1.340 millones de habitantes solo se tenían vacunados 0.37 por cada 100 personas, o sea menos de una persona. Finalmente, el 22 de mayo apareció como noticia que entre junio y julio Haití (once millones de habitantes) esperaba recibir 130.000 dosis de 750.000 asignadas por la OMS. Vale la pena recordar que La Española es una isla del Caribe en donde se ubican dos estados independientes, Republica Dominicana con 7.9 personas vacunadas por cada cien y Haití, que no ha podido iniciar su vacunación.

En el capítulo correspondiente a Cambiar de vía Morin plantea la necesidad de regenerar la política, humanizar la sociedad y así establecer un humanismo regenerado, propone entre otros: un decrecimiento progresivo en el consumo de lo superfluo, lo frívolo, lo ilusorio, fomentado por la aplastante publicidad, aboga por la producción de objetos no desechables, reparables; incrementar el transporte público y potenciar los ferrocarriles en detrimento de los aviones, todo para desintoxicar el medio ambiente. Con relación a las comunidades, seguir fomentando los lazos de solidaridad y empatía que afloraron con la pandemia.

Respecto de la automatización, tiene su propia percepción:

La técnica es lo que permite a los humanos esclavizar las energías naturales mediante las máquinas. Pero también es lo que permite hacer a los humanos esclavos de la lógica determinista, mecanicista, especializada y cronometrada de la máquina artificial… La   otra cara del desarrollo industrial, a la vez creador de bienestar (para los clientes) y de malestar (para los trabajadores), comporta hoy en día dos amenazas: una viene de la degradación ecológica del ambiente en que vivimos; la otra, de la degradación sociológica de la calidad de vida.

En cuanto al humanismo regenerado, entiende que es preciso combinar en forma constante lo racional y lo pasional, pues constituyen la naturaleza humana, que esa afectividad puede desembocar en amor u odio, coraje o miedo; que la sola razón es fría, inhumana, pero que la técnica a pesar de aportar lo mejor y lo peor, según lo aplique el hombre, puede también, deshumanizarlo. Nos queda la esperanza, la cual no implica certeza, pero si, peligros y amenazas, pero debemos asumirla.

*Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas

La pandemia del hambre y la pobreza en Colombia

En el examen del problema rural de Colombia, más que la dotación de recursos, lo que interesa es su distribución y las estrategias de un desarrollo integral, entendido como la contribución del crecimiento económico a la corrección estructural de las causas de desequilibrios sociales y regionales del territorio manteniendo su integridad. De ahí que la actual crisis social de Colombia pase por dos problemas sustantivos: la inequidad y la pobreza. Además de la concentración del ingreso y la tierra, ya que en 200 años el país se ha negado a implementar una reforma agraria estructural, por lo que el Gini de la concentración de la Tierra del 0,89 supera de lejos el del ingreso de 0,53 que nos ubica en el séptimo lugar del mundo, el país también requiere con urgencia resolver la profunda inequidad, y reformar el ámbito laboral, fiscal y financiero para adaptarlo a las circunstancias específicas de nuestra sociedad, buscando crear opciones de participación para que los actores económicos se diversifiquen y las oportunidades de acceder a sus beneficios se democraticen.

Personas con Necesidades PiN en Colombia

Imagen 1: ¿Qué son los PiN?: son las posiciones, intereses y necesidades de las partes en conflicto. En la superficie se encuentran las posiciones que las partes manifiestan públicamente; en una capa más abajo, se encuentran los intereses, y en el corazón del problema las necesidades cuya satisfacción se persigue por las partes. Imagen: Panorama de las necesidades humanitarias para Colombia 2021. Fuente: https://reliefweb.int/

En Colombia, país con  alrededor de 5,6 millones de desplazados internos al 2019, sabemos que la relación entre clima, hambre, pobreza y conflictos, además de provocar que la inseguridad alimentaria se pueda convertir en una causa de desplazamientos, también factores como desigualdad, informalidad laboral, desprotección social, pobreza y vulnerabilidad, en un escenario caracterizado por sistemas de salud y protección social débiles y fragmentados, están incidiendo en dicha problemática, y con mayor fuerza sobre asentamientos urbanos y rurales marginados carentes de servicios básicos. Al respecto, así como la violencia dejó unos 27.435 desplazados en Colombia en el primer semestre de 2021, un 177% más que en 2020 según la Defensoría del Pueblo, también el desplazamiento por desastres naturales entre 2019 y 2020 varíó de 67.000 a 6.050 personas por dicha situación. El Observatorio Global del Desplazamiento Interno IDMC, señala que más de millón y medio de víctimas de desplazamiento en Colombia han avanzado hacia soluciones duraderas.

Si en Colombia según el DANE, la pobreza en 2020 llegó al 42,5% y la informalidad al 49%, y si el 87 % de los colombianos gana menos de 2 smmv, para garantizar el acceso al empleo digno, urge redireccionar el gasto público descentralizando el presupuesto nacional con objetivos e instrumentos que garanticen, además del control y evaluación del proceso, la provisión de los servicios locales, la equidad territorial y el fortalecimiento de la democracia, recurriendo a mayor esfuerzo fiscal, mejoramiento de la gestión y eficiencia administrativa. En 2020, unos 2,78 millones de personas ingresaron a condición de pobreza extrema. Si en Colombia según la Contraloría, el actual gobierno al eximir en 2018 a los Bancos del pago anual de $2,8 billones, a los industriales de $1,2 billones y a los comerciantes de $1 billón, convirtió al país en un paraíso fiscal, también sabemos que América Latina con Colombia y Brasil como líderes, es la región más inequitativa del mundo, ya que según cifras del Banco Mundial (BM), entre 2014 y 2019 Colombia fue el país del mundo con el quinto coeficiente de Gini más alto en los últimos años.

La pobreza y desempleo

Imagen 2: Según el DANE, el desempleo en el país cayó con la pandemia: en 2020, la tasa cerró en 15,9% y hubo 19,84 millones de ocupados. Las ciudades que registraron las mayores tasas de desempleo fueron: Neiva con 26,1%; Ibagué con 25,6%; y Cúcuta con 23,7%. Entre tanto, las ciudades de menores tasas de desempleo fueron: Barranquilla con 12,3%; Cartagena con 14,6%; y Pasto con 16,7%. Fuente: https://www.larepublica.co

En Colombia la renta básica como derecho a un ingreso mínimo de subsistencia durante tres meses, garantizado por el Estado, fiscalmente resulta viable si se implementa para beneficiar a unos 11 millones de familias que lo requieren, a un costo del orden de los $24 billones (2,6% del PIB), equivalentes a 1/3 del actual hueco fiscal que se prevé para 2021, de unos $94,6 billones (8,6% del PIB). Como referente, en el país cuya población es ahora 50,3 millones de habitantes, los índices socioeconómicos que expresan dicha problemática, son: personas en vulnerabilidad (39,8 %), en pobreza (19,8 %) y en pobreza extrema (7,2 %). Siendo así, la población en dichas condiciones (66,8 %), sería de 33 millones en Colombia, equivalentes a 11 millones de familias.

Finalmente, si las políticas para el campo, en lugar de democratizar la tierra y fortalecer la economía rural, se reducen a mitigar la pobreza recurriendo al asistencialismo y a propiciar procesos caóticos de colonización y dinámicas de migración campo-ciudad, además de agravar la estructura concentrada de la propiedad terminan desconociendo un derecho fundamental de la cultura campesina, favoreciendo el despojo de tierras e impidiendo la construcción de la Paz de Colombia.

Si el país pasó de 15,6 millones a 15,0 millones de vulnerables por su nivel de ingreso per cápita, y 659.000 personas pasaron a ser distinguidas como pobres; en el caso de la clase media, que en 2019 representaba el 30,1%, el año pasado llegó a ser el 25,4% de los colombianos, mientras que el segmento ‘alto’ que equivalía en 2019 a 2,2% de la población, el año pasado llegó a representar solo 1,7%. Al comparar 2019 VS 2020, se encuentra que 3,6 millones de personas ingresaron a la pobreza y 2,78 millones a la pobreza extrema. Según el DANE (2021), las personas pobres, tuvieron ingresos aproximados a los $403.112 mensuales, mientras que la población vulnerable recibió alrededor de $715.773 pesos. El monto promedio de la clase media fue de $1’563.274 y el de la clase alta de $6’214.118 pesos aproximadamente.

En Colombia, entre 2019 y 2020 la tasa global de participación pasó del 63,3% al 59,2%, lo que significó una disminución de 4,1 puntos porcentuales frente a 2019; mientras que la tasa de ocupación varío del 56,6% al 49,8%, para una reducción de 6,8 puntos. Esto significa que, en 2020, el país concluye con 19,84 millones de colombianos en situación de ocupación, o sea 2,44 millones de personas menos que en 2019. Ya por ciudades, en 2020 el desempleo en el total de las 13 ciudades y áreas metropolitanas alcanzó el 18,2%, lo que representó un incremento de 7 puntos porcentuales frente a 2019, cuando se ubicó en 11,2%.

Las ramas que más desempleo aportaron fueron comercio y reparación de vehículos; actividades artísticas, entretenimiento, recreación y otras actividades de servicios; y administración pública y defensa, educación y atención de la salud humana, con caídas en su orden de 2,1, 1,7 y 1,4 puntos porcentuales. Contrariamente, la única rama que contribuyó positivamente al empleo fue suministro de electricidad, gas, agua y gestión de desechos, con 0,2 puntos porcentuales.

Igualmente, la pandemia atacó al empleo formal e informal: si bien los ocupados cayeron, los informales retrocedieron en menor proporción. Según el DANE, la población ocupada informal, es decir los trabajadores por cuenta propia, empleados domésticos o quienes viven del ‘rebusque’, entre julio de 2019 y julio de 2020, se redujo en 2,3 millones de personas, llegando a 10,8 millones de colombianos en las 23 principales ciudades.

¿Y la pandemia qué?

Imagen 3: En Colombia, menos del 10% de los niños en el campo tienen computador para recibir clases durante la cuarentena. Se han identificado necesidades de protección en al menos 1.9 millones de niños, niñas y adolescentes. https://cerosetenta.uniandes.edu.co/

Finalmente, si bien las necesidades sectoriales predominantes en contextos marcados por las brechas de desarrollo, impacto por desastres naturales y violencia armada, también el Covid-19 en Colombia tienen que ver con dicha problemática, para la cual se demandan: 1- Estrategias de recuperación emocional y recuperación de proyecto de vida; 2- Gestión del riesgo por desastres generados por eventos agroclimáticos y eventos socioambientales; 3-Estrategias de recuperación, protección y diversificación de medios de vida y generación de ingresos; y 4- Procesos de soluciones sostenibles y reparación a víctimas lo que incluye población desplazada. Ahora, con la pandemia, es claro que se han exacerbado situaciones por la ausencia presencial en las escuelas, que constituyen entornos de amenaza debidos a mayor riesgo de reclutamiento de niños y jóvenes por los grupos armados ilegales, y mayor riesgo de trabajo infantil y en la desatención del hogar.

Finalmente, como evidencia del retraso relativo de las fuerzas productivas entre ciudad y campo en Colombia, entre 1970 y 1996 el Producto Interno Bruto (PIB) agropecuario aumentó en promedio 3,3% por año con tendencia decreciente, al tiempo que el PIB total entre 1970 y 1996 tuvo aumentos siempre mayores, llegando su promedio al 4,1% anual, así: 5,4% en los setenta 3,5% en los ochenta y 4,5% en lo corrido de los noventa.

 

*Profesor de la Universidad Nacional de Colombia Sede Manizales. http://godues.webs.com Documento del Museo Interactivo Samoga. Manizales, junio 1 de 2021.

Portada: Imagen: Emberas Chamíes en Espacios Vecinos, y Evolución de la tierra ocupada en Colombia entre 1960 y 2014, por tamaño. Fuente: Radiografía de la desigualdad. en II Censo Nacional Agropecuario.

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