Escuela Municipal de Música en Manizales

Por unanimidad, fue aprobado en sesión plenaria en el Concejo de Manizales, el proyecto presentado por la Administración Municipal que busca crear la Escuela Municipal de Música en la Comuna Ciudadela del Norte.

El origen de esta iniciativa se encuentra en el Plan Nacional de Música para la Convivencia, y el Plan de Desarrollo Municipal 2020-2023 Manizales Más Grande, y con el que el Gobierno espera generar un nuevo espacio en la ciudad, que contribuya al fortalecimiento de la formación cultural y musical de nuestros niños y jóvenes.

Al respecto, Juan José Silva Serna, gerente del Instituto de Cultura y Turismo de Manizales indicó: “con este proyecto buscamos articularnos al Programa Nacional de Música para la Convivencia, saldando así la deuda que tenemos con Manizales, ya que hoy en el país 1042 municipios tienen escuela municipal de música, siendo la ciudad una de las pocas que no la tiene; por lo que era muy importante plantearla, pero sobre todo crearla y así insertarla en esta red de escuelas, logrando ser beneficiarios de dotación de instrumentos, de programas de formación y actividades de itinerancia”.

Es así como desde el Instituto de Cultura, se proyecta esta escuela como el espacio ideal para la formación musical en cuerdas típicas: tiple, bandola y guitarra, instrumentos que aún no se encuentran incluidos en ningún proceso continuo en la ciudad, como si se hace con los sinfónicos.

Este espacio plantea desarrollarse en la Comuna Ciudadela del Norte, uno de los sectores con población más vulnerable, y que además cuenta con la infraestructura de la Casa de la Cultura, dotada con amplios espacios propicios para la práctica de dichos instrumentos.

Por su parte, el concejal ponente Hernando Marín afirmó que “este proyecto llega en un buen momento en medio de la dificultad que se vive actualmente, logrando que los niños y jóvenes de cualquier sector de Manizales puedan aprender a tocar instrumentos musicales que les permitan la correcta ocupación de su tiempo libre y se alejen del consumo de sustancias psicoactivas”.

De esta manera, el gobierno del Alcalde Carlos Mario Marín, da cumplimiento a las metas establecidas en el Plan de Desarrollo, y trabaja en la generación de espacios artísticos, logrando que nuestra ciudad continúe posicionándose como capital cultural.

Sinfonía inconclusa

Hemos tenido escritores que basan su narrativa en poblaciones unas veces reales, otras recreadas, como Juan Rulfo en Comala, García Márquez con Macondo, Juan Carlos Onetti y Santa María, Faulkner con Yoknapatawtha y ahora tenemos al español  Manuel Vilas (BarbastroHuesca19 de julio de 1962) que privilegia, ya veremos el porqué, un valle y unas montañas, Ordesa (El parque nacional de Ordesa y Monte Perdido están ubicados en el Pirineo Oscense, y es el segundo parque nacional más antiguo de España).

Este gran escritor, novelista, ensayista, poeta, columnista, es decir un cultor de la palabra, se ha constituido en un fenómeno editorial con su novela Ordesa publicada por Alfaguara en el 2018, con más de cien mil ejemplares vendidos, superando catorce ediciones y con varias traducciones. Lo conmovedor de esta obra es que constituye por medio de su autobiografía, un homenaje a sus padres ya muertos y que trata de rescatar en esta memoria, como dice lo hace no para juzgarlos, sino para comprenderlos.

En este relato en el que hace un recorrido desde donde le alcanza la memoria, con los detalles propios de cada etapa vital, infancia, adolescencia, mayoría de edad, educación, trabajo, matrimonio, paternidad, separación, con sus respectivos dolores, alegrías, infortunios, decepciones, triunfos, fracasos, anhelos, frustraciones, etc. es decir de lo que está compuesta la vida.

En cada uno de esos estadios, fue determinante el papel de sus padres, ya en la formación de valores, soporte anímico, acompañamiento y sobre todo, con ese amor de padre y madre tan desinteresado y tan dispuesto a darlo todo por un hijo, y por su parte esa admiración y orgullo por ellos. Mucha entereza se requiere para explicitar su propia vida con carencias, problemas, reveses, etc. para exaltar el papel de sus padres, reivindicar su memoria y rescatarlos del olvido, en que algunas veces los tuvo cuando vivieron, aceptarlo, lo ennoblece.

Ahora reconoce como fue de premonitoria su madre cuando le decía al hijo ya adulto: Mira que si no vienes a verme, tus hijos harán lo mismo contigo”, lo que en realidad me estaba diciendo era: “Cuando esté muerta, volveré a ti por ese camino, ese camino flanqueado de árboles frondosos y de luz del mes de junio, con el ruido de los ríos cerca, cuando esté muerta seguiré estando contigo a través de nuestras soledades, la tuya y la mía; el camino, míralo es un camino, un soleado camino, el camino de los muertos

Con su padre tuvo una relación muy cercana, lo acompañó muchas veces en sus actividades y distracciones, lo admiraba por su presencia y porte masculino, su gallardía y esto le servía para disimularle sus caprichos, propios de la época. Le parecía muy interesante el papel de su padre como representante comercial que le permitía recorrer buena parte de España en su carro que lo consideraba casi como otro miembro de la familia, por eso sufrió cuando lo vio en la decadencia por perdida de la actividad y por la senectud, que lo golpeó muy fuerte. Con fruición recuerda cuando iban a jugar maquinitas: Éramos padre e hijo entonces, en una forma en que ya nunca lo volveríamos a ser. /Jugábamos muy bien. /Formábamos un solo ser, nos fundíamos. /Éramos amor. /Pero nunca lo hablamos, nunca lo dijimos. /Nunca.

Al tratar de recuperar a la manera de Marcel Proust, el tiempo perdido, por medio de la ficción buscando la ilusión de lo imposible de recuperar, por causa del paso inexorable del tiempo, va comprobando las premoniciones de su madre, pues ella que siempre estaba tan pendiente de él, lo llamaba constantemente, seguro con el solo propósito de escuchar su voz, con alguna banalidad como disculpa, si ya había llegado a su casa, si ya había cenado, si había dormido bien, etc. a tal punto que muchas veces cuando en su celular veía que era su madre, optaba por no contestarle y luego con alguna mentira piadosa trataría de explicarse. Por ello, con tristeza constataría luego que los regalos que había comprado a sus hijos para entregárselos una tarde que fueron a visitarlo, los habían dejado tirados en una de las camas. Y otro día que su hijo después de una corta visita, salió presuroso diciendo que le hacía falta caminar, al decirle que si lo acompañaba, este le respondió que prefería hacerlo solo.

Pero como en el “eterno retorno” de Nietzsche, el pasado siempre está al acecho con sus soledades, y así es como continuamente se siente nuestro narrador, en un abandono terrible ahora acrecentado por la ausencia de quienes realmente lo quisieron y lo aceptaron como fue, ¡cuánta falta nos hacen nuestros seres queridos! Invariablemente manifiesta esa desazón: Este tipo de sensaciones de desesperanza profunda me han acompañado mucho en mi vida. Luego afirmará: Y esa es otra parte fundamental de mi persona: toda la vida me ha acompañado el temor a volverme loco, a no saber racionalizar las cosas que me ocurrían, a que el caos se me llevara por delante. Y recalcará más adelante: Que te espere alguien en algún sitio es el único sentido de la vida, y el único éxito… No me espera nadie en ningún sitio, y eso es lo que ha sucedido en mi vida, que debo aprender a caminar por las calles, por las ciudades, por donde me toque, sabiendo que no me espera nadie al final del viaje. Nadie se preocupará de si llego o no llego.

A esta soledad le sumó el alcohol, que le causó problemas y tuvo la entereza de plasmarlo en esta confesión, pero no para ufanarse de sus locuras, ni para moralizar respecto de su recuperación, sino como otra faceta de su vida que pudo superar a tiempo con esa fuerza interna y esos anticuerpos que le inocularon sus padres, en su voluntad. Como testimonio nos dice: Todo alcohólico llega al momento en que debe elegir entre seguir bebiendo o seguir viviendo. Luego acota: Quien ha bebido mucho sabe que el alcohol es una herramienta que rompe el candado del mundo. Acabas viéndolo todo mejor, si luego sabes salir de allí, claro. Recuerda para olvidar: cuando no bebes, los días son más largos, los pensamientos pesan más, los lugares se fortalecen, no olvidas nada en las habitaciones de los hoteles, no rayas el coche, no rompes los retrovisores cuando aparcas, no se te cae el móvil en la taza del váter, no confundes los rostros de la gente. Y será precisamente en el sitio emblemático (A mi padre le encantaba Ordesa. Porque en Ordesa de repente todas las insanias de la vida se mueren ante el resplandor de las montañas, los árboles y el rio), en donde comenzará su sanación: Me adentraba en los bosques. Volví a tocar la vida. Viaje hasta Ordesa, y me quede contemplando las montañas. Vi con claridad los errores de mi vida y me perdoné a mi mismo todo cuanto pude, pero no todo. Aun necesitaba tiempo.

En un momento determinado del relato, como un señor poeta que es Manuel Vilas, ensaya armonizarlo recurriendo a nuevos nombres para sus protagonistas y recurre a los grandes maestros de la música, compositores e intérpretes para que sean ellos quienes ejecuten esta bella sinfonía y traten de concluirla con la grandeza que les dieron a sus composiciones. Así tendremos a Bach, su padre, y Wagner, su madre, Vivaldi y Brahms, sus hijos, sus tíos Monteverdi y Rachmaninov y una larga lista de estrellas como debe ser el firmamento familiar, o por lo menos, como lo sabe apreciar ahora.

Los años traen la decadencia y es una parte triste del relato, es el ocaso, pero lo hace con una sensibilidad y un respeto admirables, esto dice de su padre, ese gran hombre que se lo dio todo y quien lo fortaleció con su presencia: Mas que morirse, mi padre lo que hizo fue perderse, largarse. Se convirtió en un Monte Perdido. Lo que hizo fue desaparecer. Un acto de desaparición. Lo recuerdo muy bien: se quería largar. Una fuga. Se fugó de la realidad. Encontró una puerta y se marchó.

Se fue desvaneciendo, se desvanecía su vida y su conversación se desvanecía, era ya silencio. Puede un hombre convertirse en silencio. Mi padre que es silencio ahora, ya fue silencio antes; como si supiera que iba a ser silencio, decidió ser silencio antes de la llegada del silencio, dando así una lección al silencio, de la que el silencio salió tocado de música.

Lo de su madre lo marcó de tal forma que surgió este libro y así lo sintió:

Y miré hacia donde estaba mi madre muerta, y había allí una tempestad de tiempo y aniquilación, era un orden lógico para el que no estaba preparado.

Casi morir es lo de menos.

Fue la última vez que te vi, mamá, y supe que a partir de ese momento iba a estar completamente solo en la vida, como tú lo estuviste y yo no me di cuenta o no quise darme     cuenta.

Me dejabas tal como yo te dejé.

Me estaba convirtiendo en ti, y de esa forma tú perdurarías y vencerías la muerte.

Para un poeta es más fácil novelar, que para un novelista cambiar su prosa por algo tan elaborado como lo es un poema, por eso muchas páginas completas parecen escritas con esa finura que solo los inspirados logran. Al final del texto, en un epílogo, aparecen muestras de este gran versificador, que complementan y aclaran aspectos del relato. ¡Conmovedor!

* Profesional en Filosofía y Letras – Universidad de Caldas

 

 

Como Hombres: un libro que nace de una conversación sobre feminismo 

Los trinos que escribieron cientos de usuarios en Twitter con el numeral #ComoHombres desde el pasado 3 de marzo y por dos semanas seguidas, no fueron como cualquier tendencia que se ve todos los días en esta red social.

Poner a los hombres en el lugar de las mujeres evidenció que no solo en Colombia hay frases y comportamientos machistas, que excluyen a las mujeres y las ponen en un panorama vulnerable, de amas de casa y con un lastre de rectitud en un mundo donde “el hombre propone y ellas disponen”.

Así fue como la tendencia #ComoHombres llegó a México, Perú, Ecuador, Chile, El Salvador, Venezuela, Guatemala y España. En esos días se publicaron mensajes como “no saben hacer un arroz y así quieren conseguir novia”, @sAd_mapola y “Y ahora que eres papá, ¿sí podrás seguir trabajando?”, @pili_quintana, frases a las que las mujeres están acostumbradas pero no los hombres.

La idea de cambiarle de género a esas frases se le ocurrió a la periodista y feminista Ana María Mesa sin ni siquiera pensar que provocaría hasta 304 mil interacciones. Al leer el tuit de un señor que opinó del aborto y que dijo que había riesgo de que se convierta en un método anticonceptivo, @animesa publicó en su cuenta:

“Por promiscuos
Por no usar condón
Por no hacerse la vasectomía
Por tirar con cualquiera
Por no impedir su erección
Por tener necesidades incontrolables
Por ser incapaces de pensar
Por no saber controlarse
Por acosadores
Por violadores
Ojalá los tipos se embarazaran”.

Después de conocerse ese primer trino, más usuarios entendieron la idea y pusieron sus propios mensajes. Debido a la gran cantidad de seguidores que apoyaron la tendencia, la usuaria @gelitoazul promovió el numeral para unirlos. De todo el impacto que generó en los medios de comunicación y en internet la tendencia, nació el libro ‘Como Hombres’ de la editorial Planeta.

“Todo sucedió muy rápido. Mientras yo pensaba que debía hacer algo más con el resultado de la tendencia, recibí la invitación de Juan David Correa de la editorial Planeta y me propuso hacer un libro y de aventada dije sí”.

Ana María seleccionó 150 trinos y los distribuyó en 10 capítulos donde habla del rol de la mujer en la familia, de ser madre, la labor en el trabajo, la religión católica, la violencia sexual, el amor y la sexualidad. Todos esos trinos se mezclan con colores y con dibujos de la diseñadora manizaleña y feminista María José Guzmán, donde se ve a los hombres en el rol de las mujeres.

Para Ana María ser feminista no implica necesariamente atacar a los hombres como muchos creen, en cambio lo que pretende este movimiento es cuestionar y criticar un sistema de valores del patriarcado que pone el verdadero valor de las mujeres en ser santas y el valor de los hombres en ser machos.

“Cuando escucho esa expresión de ´se perdieron los valores´ yo digo menos mal, porque en realidad necesitamos otros muy distintos. Sin duda el machismo perjudica más a las mujeres, pero también afecta a los hombres y aunque falta mucho para desaprender lo que por cultura hemos adoptado, en este momento estamos evidenciando las prácticas machistas”, explicó Ana María.

A pesar de crecer en un entorno machista y de haber estudiado en un colegio del Opus Dei, donde le enseñaron hasta cómo quitar machas de la ropa, Ana María es feminista. Con sus propias palabras dice que terminó amando mucho a las mujeres después de que en su juventud amó a muchos hombres y eso lo cuenta entre lágrimas. “Yo terminé amando a las mujeres. Empecé a admirarlas y a reconocer el valor de mis amigas. Pienso que los hombres sí pueden ser feministas y pueden conversar con nosotros y espero que así lo hagan. Necesitamos que cambiemos todos para construir relaciones nuevas”, contó Ana María.

Una periodista y profesora feminista

Ana María es Administradora de Empresas pero terminó dedicándose al periodismo y desde hace siete años es la coordinadora del equipo descentralizado de Radio Nacional de Colombia en Caldas. Fue profesora de radio en la Universidad de Manizales y una tuitera que tiene 37,5 mil seguidores. De su papá aprendió a no tragar entero. Por sus compañeras de la coral a la que perteneció cuando tenía 24 años, pudo escuchar lo que de verdad las mujeres querían decir.

Durante la presentación de su libro aseguró que el poder del feminismo lo conoció en twitter por Mónica Palacios y María Carolina Giraldo. Ellas la hicieron cuestionarse sobre la verdadera labor del feminismo y considerar que el derecho al voto, a trabajar, a una economía propia y tener libertad fue gracias a este movimiento social. Además, ahí no termina la discusión y lucha para que los hombres dejen de decidir sobre las mujeres.

“Aunque el libro está hecho con muchas voces femeninas, apela a los hombres, los busca e intenta persuadirlos para que se pongan en nuestro lugar y vean la ridiculez que hay en algunos comentarios, la violencia y la agresión”, concluyó la autora de ‘Como Hombres’.

Ana María espera que este libro sea el comienzo de un mundo en la literatura y que las familias se sienten a debatir ‘Como Hombres’ en reuniones cuando al final del año se encuentren a celebrar la navidad.

Niño, ¿mientras avanzamos en la reunión usted nos pide los tintos?
@animesa

*Comunicadora Social y Periodista. Productora Manizales 92.7 FM y 1000 AM. Subgerencia de Radio – Radio Nacional de Colombia.

Memoria de la ciudad herida por la ausencia, el fotolibro de Carlos Pineda

Durante los primeros días del confinamiento por efectos de la pandemia del covic 19, el fotógrafo Carlos Pineda Núñez recorrió con su cámara fotográfica puntos estratégicos de la ciudad de Manizales y con su talento y mirada de artista, registró en una serie de fotografías, que se convirtieron en el fotolibro Dimensión reconocida, el testimonio que queda para la historia de esta experiencia de ficción que nos tocó vivir: la ciudad “congelada”.

Dimensión reconocida es una publicación independiente y autogestionada, numerada por ser una edición especial, un fotolibro que, explica Carlos, “nace del deseo de documentar un hecho que se produce a escala planetaria y que ha afectado de muchas maneras a todos sus habitantes. Un hecho impensable e inesperado que nos ha tomado por sorpresa y en el que la cotidianidad se ha retirado dejando a la ciudad transformada y herida por la ausencia, creando un vacío que viene a ser habitado por la memoria. Dimensión reconocida es un documento de actualidad que, con los años, se convertirá en un valioso aporte a la memoria de la ciudad”.

¿Cómo fue el proceso para realizar las fotografías que conforman este inédito y fascinante relato?
Cuando se decretó el encierro, a mediados de marzo, estaba aquí en Manizales y fue una noticia que me causó angustia, pues el solo hecho de no poder salir a caminar era aterrador, sobre todo en un momento que quería fotografiar un hecho importante. Esos primeros días me dediqué a tomar fotografías desde la ventana, y también me enteré que ciertas personas podían salir y entre ellas estaban quienes trabajaran con la prensa. Llamé al editor de fotografía de la revista Semana para proponerle documentar el momento, pero justo era su último día de trabajo con la revista y nada se pudo hacer. Preocupado empecé a buscar algo que me acreditara como fotógrafo y para mi alegría encontré un viejo carné de fotógrafo con el semanario el Andino, este se convirtió en el pasaporte para iniciar este trabajo fotográfico y así comencé a salir y a recorrer la ciudad vacía luego de decretado el encierro.

¿Qué sentimientos le produjo la experiencia, no solo de reconocer la ciudad “herida”, sino de plasmarla en un lenguaje bello como es el arte de la fotografía?
Siempre existió en mí el deseo de estar en una ciudad vacía, sin gente, sin autos, sin movimiento. Y logré conocer ese momento, al principio con fascinación y luego con cierto temor y tristeza. Una serie de sentimientos encontrados me llevaron a reflexionar sobre el momento, la ciudad, nuestro papel en ella, la soledad, el vacío, la presencia de ausencias, la ausencia de presencias, el mundo que nos espera y el que hemos dejado. Empecé a recorrer la ciudad por diferentes sitios, barrios, bordes, calles, avenidas, plazas, parques y a conocerla en esta extraña situación, y poco a poco fui acumulando una serie de fotografías.

¿Tuvo desde el principio la intención de resguardar esta memoria en una publicación? 
Lo primero que pensé fue en hacer una revista y luego un fotolibro y comencé a conceptualizar la manera en que esto se mostraría. Estuve investigando sobre periódicos y revistas en el mundo, los papeles que se usan y los formatos de las publicaciones. De ahí nació la idea de hacer una revista como un periódico, sin ganchos ni costuras. Llamé a Santiago Escobar-Jaramillo, le comenté la idea y le propuse trabajar en la edición, a lo que él con gusto dijo que si, le envié la primera serie de fotografías y comenzamos el diálogo de autor-editor. A primera vista Santiago propuso representar la ciudad como lo ha hecho el urbanista Kevin Lynch, en hitos, nodos, senderos, barrios, bordes. Luego acordamos que el trabajo fuera en blanco y negro, pensando en que estábamos en una situación que se salía de toda realidad. El blanco y negro no es real, salvo que se tenga un problema de la visión, nadie ve en escala de grises.

Dimensión reconocida es una edición que se sale de los parámetros tradicionales tanto por el tema como por el formato, el soporte y las diferentes lecturas que ofrece. ¿Cuál fue la intención con esta propuesta vanguardista?
Mientras llegaban los textos, con Santiago nos propusimos realizar una edición que se saliera de una edición normal, por eso nos arriesgamos e hicimos una propuesta de vanguardia en que la publicación tuviera varias lecturas, que el lector y observador pudiera interactuar con sus páginas, pues todos percibimos la ciudad de diferentes maneras, establecemos vínculos con ella de acuerdo a nuestras actividades y su imagen está llena de recuerdos y significados.

Otra peculiaridad del fotolibro es que todos sus textos fueron escritos por mujeres. ¿A qué se debió esa decisión?
En esos días me encontré, después de 20 años, con la escritora Beatriz Elena Robledo y le conté en lo que andaba y para mi sorpresa y alegría me propuso escribir un artículo para el libro. Pensé que sería bueno que escribieran solo mujeres para este proyecto, pues las ciudades siempre han sido patriarcales (Para no ir muy lejos, en Manizales ¿cuántas calles, estatuas, lugares públicos o monumentos llevan nombre de mujer?). Escribí a varias amigas, de diferentes generaciones, si les gustaría escribir para este proyecto y todas respondieron afirmativamente. A partir de ese momento consideré la publicación como un hecho, pues ya había un compromiso adquirido con las escritoras y con el editor.

TRAYECTORIA
Carlos Pineda Núñez comenzó mi actividad fotográfica a finales de los ochenta en Manizales, realizando trabajos para la Universidad de Caldas, la Universidad Nacional de Colombia, el Instituto Colombiano de Cultura, hoy ministerio de Cultura, la Fundación Herencia Verde y el periódico Quehacer Cultural. En el año de 1993 recibió invitación de la Universidad de Guelph en Ontario para dar talleres de fotografía como medio de sensibilización social en la misma universidad y en las Universidades de York en Toronto y la Universidad de Waterloo en Waterloo, Ontario. Al finalizar los talleres se instaló en la ciudad de Montreal donde comenzó a trabajar con el Departamento de Arquitectura de la Facultad de Planeación de la Universidad de Montreal, “una experiencia maravillosa que me permitió conocer muy bien la ciudad y las principales obras arquitectónicas contemporáneas en Norteamérica y Europa”. Regresó a Colombia en el 2008 y desde entonces ha realizado un trabajo que se contextualiza geograficamente en el sur de Antioquia, todo Caldas, Risaralda y Quindío y el norte del Valle del Cauca y norte de Tolima, zonas que corresponden a lo que fue la colonización antioqueña del sur. Sobre esto ha publicado tres libros relacionados con el tema: Chivas, arcoíris del camino. Salamina, embrujo de la memoria y Mandalas del camino, un libro para colorear inspirado en la gráfica popular de las chivas o buses escalera. Desde el regreso a Colombia ha trabajado con el Cipav de Cali, la Revista Semana y con Villegas Editores gcomo fotógrafo en la producción del libro Cafés de Colombia, ganador del Gourmand Cookbook Awards en Paris, 2009 y segundo lugar en el Latino Book Awards en Nueva York, 2010.

“Dimensión reconocida”
Autor: Carlos Pineda
Fotografía: Carlos Pineda
Textos: Beatriz Helena Robledo, Marian Pascual Recalde, Luz Arabany Ramírez C., Carmenza Saldías Barreneche, Antonia Montoya Castaño, Manuela Osorio Pineda y Myriam F. Pineda Núñez.
Edición: Santiago Escobar-Jaramillo y Carlos Pineda
Diseño: Sebastián López U, agencia Estratosfera
92 páginas
Cerrado: 21.5 x 30 cms
Abierto: 30.0 x 43 cms
1 tinta-Blanco y negro
Publicado por Carlos Pineda y Raya Editorial.
Impreso en Panamericana Formas e Impresos, Bogotá.
Precio: 25.000 pesos + envío.

Dinámica a la cadena de valor de cocina regional

El Primer Campeonato del chorizo criollo caldense y el Calendario ego-gastronómico y cultural de cosecha, son dos iniciativas que ofrecerá en los próximos días a la ciudad la organización Amasijos Manizales Gastronómica, en cumplimiento de su misión de dinamizar la cadena de valor de la industria gastronómica bajo el modelo de negocio de turismo comunitario, patrimonial y sustentable.

El Campeonato de chorizo tiene como objetivo principal consolidar la importancia de la cultura material e inmaterial de la cocina regional alrededor de los oficios y las preparaciones tradicionales en el territorio.

Para esta primera versión, del 2 al 19 de octubre, se contará con programación virtual y presencial, la cual comprende festival con venta de productos, charlas y talleres, con participación de cocineros profesionales y estudiantes, informó el Director de Amasijos, Nicolás Montoya.

Por su parte el diseño del Calendario ego-gastronómico tendrá en cuenta personajes, historias, costumbres, dichos, refranes, sabores y literatura, y otros componentes que permitan poner en valor el patrimonio alimentario, cultural e histórico.

“Será una herramienta para el sector gastronómico que dará reconocimiento a los productos de temporada y su disponibilidad en el mercado, complementada con historias de cocineras de tradición y recuperar así la tradición agrícola de siembra y volver a la cocina de kilómetro 0”, enfatizó el señor Montoya.

Servirá, agregó, para identificar origen y productos de temporada que llegan a la plaza de mercado de Manizales y así educar a los comerciantes y cocineros para el uso de los productos de temporada invierno y verano.

campeonato de chorizo  presentación amasijos

Equipo de la UAM incluido en libro de la mayor editorial científica del mundo

Estudiantes y docentes de los programas de Ingeniería Electrónica, Ingeniería Biomédica e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Autónoma de Manizales (UAM) escribieron el capítulo 12 del libro “Digital Media Steganography: Principles, Algorithms, and Advances” (Esteganografía de Medios Digitales: Principios, algoritmos y avances) para la editorial Elsevier, la mayor editorial de libros de medicina y literatura científica del mundo.

El libro trata sobre el campo de la Esteganografía (disciplina que estudia la aplicación de técnicas que permiten ocultar mensajes en medios digitales como las imágenes, también en audio, video y texto), abarcando recientes avances teóricos y algoritmos, además de que muestra metodologías avanzadas y técnicas en este campo.

El libro Digital Media Steganography: Principles, Algorithms, and Advances se publicó el 29 de junio de 2020 en todo el mundo. Su editor fue el investigador Mahmoud Hassaballah, de Egipto.

El capítulo 12 – Digital media steganalysis  puede ser consultado aquí 

Este capítulo realizado desde los Departamentos de Electrónica-Automatización y Ciencias Computacionales de la UAM se escribió como apoyo de la tesis doctoral del profesor Reinel Tabares Soto, en el tema de Estegoanálisis. El profesor Simón Orozco Arias también fue uno de los autores de este capítulo de este libro.

Los estudiantes Mario Alejandro Bravo Ortiz, Harold Brayan Arteaga Arteaga, Alejandro Mora Rubio y Jesús Alejandro Alzate Grisales escribieron diferentes enfoques en el capítulo.

Mario Alejandro Bravo Ortiz, estudiante de Ingeniería Electrónica e Ingeniería Biomédica, escribió sobre Estegoanálisis en imágenes.

“El capítulo 12 del libro permitirá que el lector pueda adentrarse y entender el mundo del estegoanalisis de medio digitales (detección de mensajes ocultos en imágenes, video, audio, texto). El escrito ayudará al lector a comprender y estar al tanto de todo lo relacionado con el tema, porque se muestra la evolución, metodologías, técnicas y arquitecturas del estegoanalisis. Espero que este tema sea del interés de muchas personas y que logre un mayor reconocimiento en la región. Por último, quiero agradecer a todo el equipo de investigación de Bioinformática e Inteligencia Artificial, especialmente al profesor Reinel Tabares, quien depositó su total confianza en mí”.

Harold Brayan Arteaga Arteaga, estudiante de Ingeniería Electrónica, escribió sobre estegoanálisis en video e imágenes.

“La escritura de un capítulo que resalta muy bien al contenido del libro, fue una experiencia muy enriquecedora. El capítulo 12 es muy importante porque mientras el libro se enfoca en esteganografía (ocultar información en medios digitales), este lo hace en estegoanálisis (detectar cuando haya información oculta en medios digitales). En el capítulo se muestran los conceptos para adentrarse en el campo, abarcando imágenes, audio, video y texto; incluyendo componentes históricos, conceptuales y metodologías por medio de técnicas estadísticas, Machine Learning y Deep Learning. Así, expreso mis sinceros agradecimientos a mi padre (Jorge Arteaga) y todas las personas que han brindado su confianza, porque con su apoyo tengo la oportunidad de ser parte de este equipo de la UAM, el cual dio este buen fruto como resultado de un trabajo conjunto.”

Entre tanto, Alejandro Mora Rubio, estudiante de Ingeniería Electrónica e Ingeniería Biomédica, escribió sobre estegoanálisis en audio.

“El capítulo consta de una revisión de la historia y el estado del arte, del campo del esteganalisis en medios digitales, un tema relevante que abarca gran parte del contenido que consumimos a diario. Personalmente fue una oportunidad para conocer a fondo sobre el tema, aprender y desarrollar habilidades necesarias para la investigación”.

Y Jesús Alejandro Alzate Grisales, estudiante de Ingeniería Electrónica e Ingeniería Biomédica, lo hizo sobre estegoanálisis en texto.

“El estegoanálisis permite conocer si una imagen, audio, video o texto posee algún mensaje escondido. Algo muy útil y de mucha importancia en la actualidad donde hay una gran cantidad de información compartida. En mi caso me encargué de describir las técnicas usadas de inteligencia artificial para el estegoanálisis de texto, una experiencia muy enriquecedora, porque no solo aprendí sobre el tema sino también la rigurosidad que tiene el escribir sobre el mismo en un idioma tan importante como lo es el inglés”.

Este capítulo del libro también se realizó en colaboración con la Universidad de Caldas (profesor Gustavo Isaza del Departmento de Sistemas e Informática ) y la Universidad de Antioquia ( profesor Raúl Ramos-Pollán del Departmento de Sistemas e Ingeniería).

Un proyecto colectivo por la equidad de género en la Literatura Caldense

Primer Encuentro Municipal y Departamental de Mujeres Escritoras

La falta de equidad de género, pero, también, de etnia, de clase y de contexto en la literatura, no es algo nuevo, más bien, es un secreto a voces que fácilmente se puede argumentar ante aquellos acérrimos defensores de una literatura “pulcra”, sin problemas de estas índoles. Basta con hacer un simple análisis de la asignación del premio de literatura más importante del planeta, el Nobel. Desde el año 1901 y hasta el 2017, había premiado a 100 hombres, y solo a 14 mujeres. Otro magnifico caso para argumentar la inequidad de género en la literatura es el premio Cervantes el cual de sus 45 ganadores, únicamente ha reconocido a cuatro mujeres. Así mismo ocurre en el premio Rómulo Gallegos que de sus 19 novelistas galardonados sólo ha reconocido a dos mujeres.

Para continuar con los argumentos podemos revisar las historias de talentosas escritoras que tuvieron que acudir a seudónimos masculinos, bien fuera para acceder a posibilidades de publicar sus obras, o para poder expresar sus identidades sexuales reprimidas en sociedades y culturas patriarcales. Algunas de ellas fueron Mary Ann Evans, Violet Paget, Amantine Dupin, las hermanas Emily y Anne Brontë, Louisa May Alcott, Sidonie-Gabrielle Colette, Olive Shreiner y Gertrudis Gómez de Avellaneda, todas ellas autoras de grandes éxitos literarios. Y ni que decir de nuestro país, donde Soledad Acosta de Samper, gran periodista, historiadora y novelista, acudió al seudónimo demoniaco de “Aldebarán” para que su obra fuera leída a mediados del siglo XIX. Pero, por si acaso, hay que decir que estos no son ejemplos de hace 200 años; en nuestro tiempo, que presume de vanguardista y democrático, tal práctica no ha cesado. Más recientemente la famosa autora de Harry Potter, Joanne Rowling, accedió a la sugerencia de su editorial de esconder su primer nombre para que el público de entrada no supiera que era mujer.

Y si hacemos un análisis semántico del lugar que los hombres usualmente le han dado a las mujeres en el campo de las letras, fácilmente podemos darnos cuenta que hemos sido nombradas en los diferentes géneros literarios como las brujas desalmadas y como sus musas amadas y lujuriosas, ambas representaciones patriarcales que han contribuido ampliamente a la cosificación de las mujeres, no solo en el plano simbólico, sino, y fundamentalmente, en las prácticas relacionales cotidianas.

En este contexto donde la literatura se ha considerado y ejercido fundamentalmente como un privilegio masculino, resulta absolutamente necesario generar espacios y procesos de gestión literaria que reconozcan el aporte permanente y profundo de las mujeres como autoras. Es por ello que desde la Colectiva Poesía del Sur Femenino y el Colectivo Versos del Cumanday, nos hemos hermanado para crear y realizar El Primer Encuentro Municipal y Departamental de Mujeres Escritoras, del 22 al 24 de julio. Este evento se realiza sin el apoyo de las instituciones públicas que abanderan la cultura y las artes en el municipio y en el departamento. Los recursos que nos han donado provienen de la Alianza Francesa, la Red de Mujeres de Caldas, el Fondo Lunaria Mujer de Bogotá, y de algunas amigas y amigos que se han sumado individualmente. Estos recursos serán invertidos en el pago de los derechos para usar la plataforma virtual requerida, y para pagar la edición y publicación de las memorias del evento.

Los objetivos del encuentro son: contribuir al reconocimiento y circulación de la obra de las mujeres escritoras (profesionales, consagradas, y aficionadas) de la Ciudad y del Departamento; promover criterios de equidad de género en las actividades editoriales y literarias para disminuir la brecha que actualmente enfrentamos las mujeres en estos campos, y generar una estrategia de organización y participación de las mujeres escritoras del Departamento.

Prueba del abundante talento que tenemos en el Departamento es la respuesta de 65 mujeres a la convocatoria, de las cuales 57 cumplieron con los requisitos y enviaron a tiempo su inscripción. Un 60% de las participantes son mujeres que inician su trayecto literario, es decir, que llevan entre 3 y 7 años, y el 40% restante son renombradas escritoras con obras publicadas durante 15 o más años de trayectoria. Pero, lo más bello del evento, es que reconoce y anima la diversidad de mujeres y de géneros literarios. Vamos a tener presencia de potentes mujeres de todos los tamaños, colores, sabores y olores que con su pluma escriben novela, cuento, relato corto, poesía, escritura de guiones, crónicas de viaje, y otros.

Nuestro evento es completamente gratuito, tanto para el público que estará acompañándonos, como para las escritoras. Se llevará a cabo a través de plataformas virtuales y cuenta con la participación de dos invitadas nacionales: Gloria María Bustamante de Medellín, y Zumaya Mayers de Cali, además de las invitadas internacionales, Esther Pineda de Venezuela, y Kate Vieira de Estados Unidos.

Tenemos una agenda atractiva y plural con dos tipos de actividades: las abiertas al público donde las mujeres escritoras darán a conocer su obra a través de recitales, conversatorios, presentaciones de libros y tertulias en vivo, y las de formación que son dirigidas a las mujeres escritoras del evento para aportar a su enriquecimiento literario mediante conferencias con especialistas y talleres con otras escritoras.

Esperamos que en el 2021 en la segunda versión sean muchas más las mujeres que se suman a este proyecto colectivo, solidario y creativo.

*  Investigadora social, poeta y activista feminista. Coordinadora de la Colectiva Poesía del Sur Femenino. Representante de escritores ante el Consejo Departamental de Literatura, y vicepresidenta del mismo.

**  Abogada, gestora cultural y poeta. Directora del Taller Versos del Cumanday. Presidenta del Consejo Municipal de Literatura. Coorganizadora del Primer Encuentro Municipal y Departamental de Mujeres Escritoras.

 

 

“Relatos de pandemia”, serie de fanzines

El Semillero Mediaciones y Teorías del Arte MTA del Departamento de Artes Plásticas de la Universidad de Caldas, a través de su plataforma virtual “Error 19-13”,  lanza la sección “Relatos de pandemia”, una serie de fanzines en la que nueve artistas relatan con humor y melancolía, las experiencias que han vivido durante la contingencia.

El profesor Pedro Antonio Rojas Valencia, editor de las publicaciones, dice que “Relatos de pandemia” nace como una respuesta reflexiva sobre el punto de partida más adecuado para emprender los procesos de investigación y creación. “Este espacio surge de textos y dibujos que finalmente se convirtieron en un fanzine, el cual llama la atención por razones como la libertad de contenidos, la articulación del texto y la imagen, y la sencillez con que se pueden compartir las publicaciones”.

Es así que “Error 19-13” pretende fortalecer la escritura crítica, reflexiva y creativa en torno al arte, ampliando la divulgación y circulación de ensayos, críticas, reseñas, encuentros y textos literarios sobre prácticas artísticas. También busca estimular la formación de públicos, la visita de espacios expositivos y la recepción teórica del arte contemporáneo, creando interés en la producción artística de los últimos años.

En el siguiente enlace encontrará los fanzines publicados:

Error 19-13 Enlace.

Reflejos de luna

Haikus en el corazón

Este libro, más que ningún otro, me ha recordado la autenticidad de la frase de John Lennon: “La vida es aquello que te va sucediendo mientras estás empeñado en hacer otros planes”. En medio de un erudito ensayo que estaba trabajando acerca de los fundamentos éticos en los enfermos con demencia de Alzheimer, irrumpieron en mi conciencia, con la contundencia de un rayo, una imagen y un olor. La imagen: un vagabundo vestido con harapos, de cara arrugada y borrosa, cubierto con un sombrero de paja deshilachada. El olor: el inconfundible aroma del eucalipto de mi infancia. Luego regresé a mi casa. No me interesan ahora las explicaciones: arquetipo junguiano e imaginación activa, o memoria proustiana, o tormenta de endorfinas cerebrales. Lo cierto es que me volví a conectar con mis primeros cinco años de vida, que se encontraban ya sepultado en el osario de los olvidos.

Los años de campo, atardeceres, insectos, leche recién ordeñada, la luna de la sabana, las gallinas, mis perros, mi caballo Palomo, el bosque de eucaliptos, el chivo Fidel, las sensaciones de la lluvia, el calor, el frío, la neblina, el sabor de las moritas de Castilla, las grosellas, las mandarinas, las nubes que miraba durante horas acostado boca arriba en el prado mojado por el rocío de la madrugada. Cincuenta años de ser un animal urbano al parecer no me quitaron ese maravilloso regalo de haber conocido la naturaleza, de sentirme parte de esa tierra y esos cielos, en una finca de la sabana, cercana al pueblito de Cota, que en ese tiempo todavía era rural y remoto.

¿Cómo expresar ese mundo recuperado por los caprichos del inconsciente? Tampoco tuve que pensarlo. La forma era la del haiku. He sido desde la adolescencia lector de sus grandes maestros japoneses: Basho, Issa, Buson, Shiki, Ryokan, Kikaku, Ryota, Kusatao, Onitsura. También me he impregnado de los fundamentos filosóficos que encarnan con los Ensayos sobre budismo zen de Suzuki y de los estéticos por los textos pioneros de Octavio Paz. Mi admiración por esto quedó plasmada en mi ensayo El espíritu de Basho (2009). Sin embargo, una cosa es la reflexión y el placer del lector acerca del haiku y otra intentar escribirlos, con el profundo respeto que merecen. Acá debo mencionar el nombre de mi amigo Umbero Senegal, gran poeta orientalista e iniciado zen, a quien conocí a mediados de los años ochenta del siglo pasado, y en ese primer encuentro me regaló su poemario de haikus titulado Pundarika (poemas zen, 1981).

Era una tarde calurosa, en su casa de Calarcá, en medio de su selecta biblioteca, heredada de su padre, y que luego sería incendiada, para que el acto equiparara al poeta Senegal con el personaje Kien, protagonista de la novela Auto de fé de Elías Canetti. Con él comprendí, en ese momento, que los haikus no se buscaban, ni se intentaban atrapar, sino que ellos llegarían o no, de manera inesperada, a quien, tal vez, terminaría por merecerlos cuando hubiera renunciado a la posibilidad de hacerlos. Los haikus no eran criaturas de la inteligencia, ni de la erudición, ni de la voluntad. En la dedicatoria de su poemario titulado Ventana al Nirvana (1993) me escribió: “Para quien ha descubierto, en medio de su profesión, que la poesía y el haiku caminan sin prisa por la cotidianidad del mundo”. Un año después, en la dedicatoria del ejemplar de la Antología del haiku latinoamericano (1993) que me regaló puso: “Estas palabras, esta poesía, para que nos conduzca al maravilloso vacío de lo absoluto. Y poder ¡ver!”

Quizás no lo merezca, pero con ese vagabundo oliendo a eucaliptos han llegado los haikus a mi corazón y han brotado las palabras desde muy adentro, las escucho dormido y despierto, saltan a mi mente como lubinas plateadas, que se escapan de las aguas del Leteo mitológico. Claro, ante la aparente abundancia de los panes y del vino, he tratado de sosegarme y obligarme a respetar unas delimitaciones externas: conservar la estricta estructura clásica (17 sílabas en tres versos de 5, 7 y 5), proscribir mi “yo” de los poemas, atreverme a dialogar con los maestros de antaño porque la luna o el sauce son atemporales y para el espíritu de la naturaleza no existen las naciones, ni las lenguas, ni la historia, ni el nombre de los hombres. Por supuesto, este atrevimiento no tiene que ver con que los haikus sean buenos o malos: No lo sé. Lo único cierto es que son los “míos” y los esperé durante décadas y cuando desistí de su presencia llegaron como los chubascos de noviembre a mi conciencia. Que un solitario lector sonría o sienta en las entrañas uno solo de mis haikus será suficiente para mí. Así como me es suficiente ya amanecer vivo, estirar las piernas y leer lo que amo hasta que la luna llena de mi ciudad aparece en las laderas de Chipre y luego me duermo plácido, entre las piernas de Mercedes.

¿Qué tejes araña

en el oscuro cuarto

de los deseos?

*Bogotá 1961. Escritor. Médico Internista. Historiador de la medicina. Profesor titular de la Universidad de Caldas.

Reflejos de Luna es su primer libro de poesía. Primera edición. Poesía Letra a Letra

 

Autopsia a la sociedad

Este año también nos abandonó a sus noventa y cinco años, otro de los grandes escritores latinoamericanos, quien además fue guionista de cine, Rubem Fonseca (Juiz de Fora, Minas Gerais, 11 de mayo de 1925Río de Janeiro, 15 de abril de 2020). Abogado de profesión, policía de oficio y escritor de vocación aunque un poco tardía ya que su primer libro de relatos Los prisioneros apareció en 1963, a sus treinta y ocho años, con una muy buena acogida, luego seguirían algunos otros básicamente cuentos y en 1973 salió su primera novela El caso Morel en la cual hace una descripción de la descomposición social del momento, pero sin caer en moralismos que lleven a reivindicaciones de cualquier índole, es más una clara controversia entre el bien y el mal, la tensión que genera y los juicios de valor que conlleva.

El conocimiento que tenía de la sociedad, sus marcadas diferencias económicas, sociales, políticas y en general culturales, lo fue plasmando en sus obras, de tal forma que al leerlas se comprende la desazón que le producía la indiferencia estatal por tratar de hacer los ajustes requeridos para un bienestar colectivo, las artimañas de los políticos por conservar sus prebendas, las actitudes mezquinas de los adinerados para aumentar su patrimonio a cualquier costo, incluyendo los sobornos que tanto degustaban en las altas esferas los mandatarios y la interminable cohorte de lacayos.

Renglón aparte merecen los intereses soterrados de los militares llámense ejército, aviación, armada o policía, sus ansias de poder, sus intrigas, sus negociados y en general sus actitudes tantas veces contradictorias, no ocultaban su nostalgia por retomar el poder del que alguna vez fueron amos omnímodos. Toda su ficción, que más parece realidad ha quedado plasmada en una treintena de volúmenes, entre novelas y libros de cuentos, que muestran el talante de este gran creador.

Todo esto y mucho más descrito con la maestría, la propiedad, la experiencia y la sapiencia que solo uno de los grandes logra hacerlo, podemos disfrutarlo en Agosto, una de las novelas más emblemáticas de Rubem Fonseca, además en uno de sus personajes, el comisario de policía Alberto Mattos, tenemos casi un alter ego del mismo escritor, tanto por la descripción que de él hace, como por la lógica en su argumentación, obviamente debida no solo a su formación profesional, sino también a la práctica policial del mismo Fonseca. Al respecto Romeo Tello Garrido afirma que una vez le dijo que: prefería pensar que un escritor puede decir todo lo que a él le parezca importante, independientemente de lo que los lectores puedan opinar al respecto, pero siempre a través de sus obras y no como personaje público que dicta sentencias en cuanto tiene un micrófono enfrente. 

En 1954, en las postrimerías del cuarto período presidencial de Getulio Vargas, en el Brasil, dentro de un hervidero de desigualdades sociales, intrigas políticas, tráfico de influencias, corrupción moral de toda índole, manejo amañado de los recursos públicos, sobornos a políticos, militares, gobernantes, policías, jueces, etc., prostitución y en general un descontento y desasosiego general, corresponde al comisario de policía Alberto Mattos, abocar el asesinato de un connotado industrial, lo que llevará a destapar un gran concierto para delinquir orquestado por los más altos heliotropos de la sociedad, quienes no paran en mientes para el logro de sus fechorías, ya sea contratando sicarios, comprando políticos, silenciando autoridades y cambiando las normas legales, por aquellas que les favorezcan y les permitan acrecentar su poder económico, social y político.

Alberto Mattos antes de ser policía, ejerció como abogado defensor de los necesitados y por tanto los menos pudientes, lo cual le permitió conocer de cerca la miseria humana pero, miseria por necesidad, ahora le toca enfrentarse a lo miserable del ser humano, pero por su vileza y códigos morales propios de la delincuencia, como el código del silencio y la lealtad frente a quienes contratan sicarios, para quitar todo tipo de obstáculos. Sabe que, no por ascender en las clases sociales, se asciende a altos estándares éticos y morales; muchas veces es lo contrario, como lo expresa:

-¿Alguna razón para el señor Matsubara?–Dígale que su aporte será tenido en cuenta.
Sin despedirse de nadie, el hombre dio media vuelta y se fue.
Dentro del sobre había un cheque de quinientos mil cruzeiros, una contribución para la campaña del diputado Roberto Alves, secretario particular del presidente. Hacía poco Matsubara había conseguido un préstamo de dieciséis millones en el Banco do Brasil

Así como todos policías y delincuentes sabían de la incorruptibilidad de Mattos, nadie se atrevía a tratar de sobornarlo, sabían de sus precariedades materiales, pero entendían que su comportamiento era casi una excepción, tanto frente a los malevos, como a la observancia de la ley y así lo pregonaba: -Bastaría con golpear a ese puto para que abra el pico—dijo Pádua.  Nosotros no vamos a hacer eso -advirtió Mattos -¿El tipo va a tu casa a matarte y me vienes con esos escrúpulos idiotas? No es solo tu vida la que fue amenazada sino también la de todos nosotros. Ese tipo tiene que servir de escarmiento. Esos putos tiene que aprender que quien se mete con mostros muere que ni perro rabioso.

Mientras trata de esclarecer el crimen que abocó y determinar las oscuras motivaciones que lo rodearon, aparecen en escena no solo otros actores, sino también otras circunstancias que le hacen replantear sus hipótesis de investigación, hasta le hacen dudar no solo de sus capacidades como investigador, sino de la misma realidad.

¿La relación entre causa y efecto sería esencial a la naturaleza de todos los raciocinios referentes a los hechos?, pensó Mattos. ¿De qué servirían las inferencias resultantes de una cadena de suposiciones?  Sabía que las proposiciones alusivas a los hechos no podían dejar de ser contingentes. Las conclusiones a que estaba llegando, al observar la trémula pareja delante de él, era producto apenas de los sentidos, de las impresiones de aquel momento, y podían ser falsas. Todo podía ser falso.

En medio de esa incertidumbre, al mismo tiempo se estaba enrareciendo el ambiente político de tal manera que la agitación entre los militares leales al gobierno y los menos ortodoxos o de pronto oportunistas, aunado al clamor de un gran sector cansado de las inequidades y la corrupción estatal, generan un ruido de sables de unas consecuencias inconmensurables:

El militar solo tiene un compromiso, el de mantener y defender la constitución con el sacrificio de la propia vida, afirmó el brigadier Godofredo de Faria, que acuso al poder ejecutivo de desmandarse, al poder legislativo de acurrucarse y al poder judicial de omitirse. “No queremos ser mercenarios de un gobierno pervertido y traidor. Nosotros los generales no estamos cumpliendo con vuestro deber. Seamos dignos del uniforme que   llevamos” 

Nuestro admirable inspector tenía que lidiar con los códigos de los delincuentes, quienes unas veces habían contratado su muerte y otras, por alguna circunstancia fortuita, trataban de evitarla, no por arrepentimiento sino por conveniencia y esos códigos protegían a quienes los contrataban y de ahí su éxito, como en el caso del Turco Velho, respetado por su discreción y temido por su eficacia. Pero lo más desconsolador era, cuando esa acomodada interpretación de la ética correspondía a sus pares: -Pádua, sé que mataste a Turco Velho. Yo no puedo quedarme sin hacer nada sabiéndolo. No puedo ser cómplice.-No estás siendo cómplice. Y vas a quedarte sin hacer nada simplemente porque no puedes hacer nada.-Claro que puedo.-No puedes. Sé que eres un buen policía, pero ni Sherlock Holmes podría probar que maté a ese tipo. Mattos, Turco Velho era un sicario y te iba a matar. Debes dejar de sufrir por tonterías. Por eso es que tiene esa úlcera.

Todas las imaginables intrigas palaciegas tanto por parte de los civiles, como de los militares habían erosionado a tal punto al por cuatro veces presidente Getulio Vargas, quien de todas las anteriores había salido indemne, que ya se sentía en el ocaso del poder:

Alzira pensó que la historia había redimido a su padre en 1950. Ahora, en aquel   doloroso agosto de 1954, en que por primera vez veía al padre como a  un viejo desencantado, un hombre sin esperanza, sin deseo, sin ánimo de luchar; un hombre pequeño, frágil, enfermo, víctima de las torpes alevosías de los enemigos, de los juicios ambiguos de los amigos; ahora, ella tomaba conciencia de la historia como una estúpida sucesión de acontecimientos aleatorios, una maraña inepta e incomprensible de  falsedades, inferencias ficticias, ilusiones, poblada de fantasmas. Ahora ella se preguntaba si acaso había dejado de existir aquel otro hombre, cuya memoria guardara tantos años en su corazón. ¿Era otro fantasma? ¿Nunca existió?

Tanta maldad, tanta miseria, tantas desigualdades y arbitrariedades cometidas generalmente soportadas por los menos afortunados, incuban en la sociedad un germen de maldad que se vuelve muy difícil de extirpar y que contribuye a que tanto la corrupción como la explotación, se conviertan en un modus vivendi al cual trata de acomodarse la mayoría, para usufructuar los beneficios derivados de ese caos, o recoger las migajas de esa ignominia. Ante tantas desgracias y adversidades solo queda la esperanza de un cambio que recobre el rumbo y permita que el progreso sea patrimonio colectivo.

*Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas