Blanca Isaza y la Revista Manizales

In memoriam Aída Jaramillo Isaza

El pasado 8 de diciembre murió en Manizales Aída Jaramillo Isaza quien durante muchos años cumplió la tarea para que la obra y la memoria de Blanca Isaza no quedara en el olvido.

La escritora Blanca Isaza nació en Abejorral pero su familia la trajo a Manizales cuando tenía cinco años; desde muy joven se familiarizó con la literatura y en un recital conoció al escritor de Jericó Juan Bautista Jaramillo Meza, con quien se casó en 1916. Blanca se orientó por la poesía y en 1917 escribió Selva Florida; pero el mayor reconocimiento lo alcanzó por la revista Manizales.

Era una misión imposible para una mujer, en 1940, crear una revista literaria porque se creía que solo los escritores hombres lo podían hacer. Pero esta inteligente y encantadora mujer logró el patrocinio para una revista de distribución gratuita; se imprimía en la Tipografía Beyco y tenía un promedio de 44 páginas, de las cuales seis al principio y seis al final eran de propaganda.

En septiembre de 1945, la revista llegó al número 60; completó cinco años de labores y doña Blanca Isaza presentó el siguiente balance:

Con este número cumple “Manizales” su primer lustro de existencia; es ya un cumpleaños de importancia para una revista estrictamente literaria, orientada hacia ideales de depuración cultural, sostenida por encima de todos los inconvenientes, de las sonrisas incrédulas, de las pequeñas emulaciones lugareñas y hasta de la mínima conspiración del silencio que muchas veces se ha hecho en torno a sus recias y altas campañas de constructivo regionalismo […] Al hacer el balance hallo un saldo a favor de la ciudad y del comercio que ha hecho posible la supervivencia de estas páginas; muchos, en épocas difíciles, me han dado el aviso únicamente para que no suspenda la publicación, sin importarles la efectividad de la propaganda comercial por un alto espíritu de compañerismo que los enaltece […] Lo que sí es extraño es el desvío  de los escritores propios que fueron llamados los primeros a estas páginas cordiales; yo quise hacer de ellas un alto mirador de la intelectualidad manizaleña, que nuestros escritores y poetas fueran colaboradores constantes de “Manizales” y que su palabra generosa estimulara la empresa que estaba destinada a triunfar; aunque sea doloroso el decirlo, no hallé en muchos de ellos la total comprensión que yo anhelaba y que tenía derecho a esperar por simples y triviales razones de camaradería espiritual […] Por último, es grato para mi espíritu comprobar cómo se afianza y se sostiene una revista dirigida por una mujer, sin necesidad de dedicar un solo espacio a las recetas de cocina, ni a los chistes, ni a las fórmulas de tocador, ni a los crucigramas, ni a los pasatiempos gráficos o literarios.

La revista siguió su marcha y después del fallecimiento de Blanca, la continuó su esposo Juan Bautista y luego tomó la antorcha su hija Aída. De este modo la revista Manizales se convirtió en una de las publicaciones con mayor permanencia en la región.

Blanca Isaza ganó muchos concursos y recibió muchos honores, pero seguramente el homenaje que más la conmovió fue el acto de coronación el 19 de diciembre de 1951, en las fiestas del Centenario de Manizales. Ese día a las 9 de la noche una delegación de intelectuales antioqueños coronó a los poetas Blanca Isaza y a su esposo Juan Bautista Jaramillo Meza. La ceremonia fue en el Teatro Olympia. Sobre este tema hay una anécdota que contó el escritor Adel López Gómez:

Blanca se preparó para la ocasión con un hermoso poema, pero como su esposo sabía lo distraída que era, guardó una copia en su bolsillo; cuando Blanca se disponía a leer el texto descubrió con horror que lo había dejado sobre una mesa en la casa: Juan Bautista le entregó la copia con verdadera satisfacción.

Dos días después llegó a su casa una delegación de cinco personas de Abejorral, para entregarle a su coterránea un decreto de honores del municipio, querían verla con su áurea corona de laurel y oír de sus propios labios la lectura del poema; así lo narró Adel López Gómez:

Fue preciso llamar a Blanca. Ella se encontraba muy ocupada en su cocina, preparando algo para otros de sus visitantes que habían llegado a felicitarla por su noche de triunfo. Abandonó, pues sus mezclas y confituras y apresuradamente fue en busca de su poema y su corona. Se ciñó ésta con mucha solemnidad, tomó el texto, aclaró la voz, e inició la lectura de los versos ilustres. Los próceres abejorraleños escuchaban de pie […] Pero la solemnidad del momento fue rota por la estruendosa carcajada de una de las hijas de Blanca, que justamente en ese momento se hizo presente. Pues, aunque muy solemne y coronada su gloriosa mamá se había olvidado de quitarse su delantal de cocinera. Y cerca de la frente ungida tenía también una roja manchita de mermelada.

A pesar de los oficios de ama de casa tenía tiempo para dedicarse a la poesía, publicar sus libros, atender la revista Manizales y participar en las tertulias literarias, tan frecuentes en la ciudad durante los años 1920-1950. Los escritores apreciaban a Blanca y a su esposo, porque las puertas de su casa permanecían abiertas para la visita fraternal, para el diálogo académico y para consultar obras de su biblioteca. Los más asiduos visitantes eran Bernardo Arias Trujillo, Silvio y Aquilino Villegas y los escritores del Grupo Atalaya que dirigía Gilberto Agudelo. En este hogar se hospedó, durante dos meses, el escritor Porfirio Barba Jacob, y desde esta sede se orientaba el destino de la literatura en el departamento.

Blanca publicó 16 libros, pero los más reconocidos fueron: Cuentos de la Montaña (1926), La Antigua Canción (1935), Claridad (1945), Del Lejano Ayer (Prosas) (1951), Preludio de invierno (Poesías) (1954), Alma (Poesías) (1961), Itinerarios de Emoción (Prosas) (1962).

 Murió en Manizales el 13 de septiembre de 1967, cuando la poesía estaba pasando de moda; sin embargo, era considerada una de las grandes poetisas de Colombia; su producción literaria fue conocida en América y en España, pero la revista Manizales es la más valiosa de sus obras y, sobre todo, dirigida por una mujer.

Después de la muerte de Blanca, su esposo Juan Bautista continuó editando la revista “Manizales” hasta su muerte en 1978. Afortunadamente su hija Aída dirigió la tercera generación de la revista, hasta su cierre definitivo, en diciembre de 2004.

Por último, en 2018 se publicó el libro Blanca. Antología de la obra literaria de Blanca Isaza de Jaramillo Meza. Un merecido homenaje a su hija Aída quien tuvo la paciencia y dedicación para prolongar la vida de la revista Manizales y conservó el archivo literario de la familia.

*Historiador. Escritor.

https://www.quehacer.co/un-poema-para-aida-jaramillo/

Creación en Manizales de la SECRETARÍA MUNICIPAL DE CULTURA Y CIVISMO

El pasado 16 de diciembre el Concejo Municipal de Manizales aprobó por mayoría de votos el acuerdo 094 mediante el cual se crea la Secretaría de Cultura y Civismo, nueva dependencia del gobierno local que deberá empezar a funcionar a partir del primero de enero de 2024 cuando inicie su mandato el nuevo gobierno municipal que reemplazará al actual alcalde Carlos Mario Marín.

Y este dato es muy importante por cuanto fue uno de los puntos consensuados entre todos los concejales con los ponentes del acuerdo, John Alexander Rodríguez y Danilo Fernández, quienes hicieron una clara y contundente argumentación durante los dos debates llevados a cabo, en los que igualmente tuvieron participación actores culturales y artísticos de la ciudad. El resultado de este arduo trabajo fue la aprobación mayoritaria, pues fue votada afirmativamente por 16 concejales y con tres votos negativos.

Quiero resaltar el nivel de respeto y argumentación por parte de todos los concejales durante los dos debates realizados, demostrando que cuando hay argumentos el diálogo se torna transformador y no una tribuna de agresiones y exclusiones.

La nueva dependencia del gobierno municipal es una aspiración de muchos actores culturales y artísticos de la ciudad, pues el sector Cultura, precisamente, ha sido invisibilizado recurrentemente y tratado tradicionalmente mediante prácticas del asistencialismo, lejos de constituir una Política Sectorial de Cultura que garantice los lineamientos y prioridades básicos de una planeación con intención transformadora, actuante y participativa.

La estructura actual del Instituto de Cultura y Turismo, según lo expresado mayoritariamente en los debates, ha dado como resultado un ente difuso en el cual el sector Cultura es un pequeño rincón del olvido proclive a los amiguismos y favores personales, como muy bien lo constatan los hechos, dado el alto nivel de desorden en cuanto a la planeación y ejecución de recursos y sus correspondientes pagos, pues es inobjetable el nivel de deudas con los artistas y actores culturales. En este sentido, lo más visible de este ente cultural es la ejecución de dos programas: la realización de la Feria anual de Manizales y el cumpleaños de la ciudad en el mes de octubre. Por ello, en el acuerdo se ha dejado previsto que este instituto durante el año 2023 haga su tránsito a una entidad operadora exclusiva de la feria y sus conexos con el sector turismo.

También se destaca que se haya denominado Secretaría de Cultura y Civismo pues la intención es agrupar todos los procesos institucionales de formación de cultura ciudadana, elemento clave en la transformación social hacia la participación y convivencia que está actualmente disperso en una serie de activismos de las diferentes instancias municipales, generando una dispersión de esfuerzos y recursos.

Una de las críticas observadas al Instituto de Cultura y Turismo creado en el año 2001, es que se ha convertido en un “ente engorroso en el que ni cultura, ni turismo” o bien, un escenario donde en el sector de la Cultura se siguen “dando palos de ciego”. Precisamente, observaciones como esas, justifican el hecho de tener una Secretaría de Cultura y Civismo, pues la Cultura como Sector debe tener un rango de autonomía en la mesa del gobierno municipal y por tanto hacerse visible en todos los procesos como Sector en el programa de gobierno respectivo. De esta manera se orientan las líneas fuertes de una Política Cultural a nivel municipal, permitiendo el desarrollo de procesos culturales, artísticos y de formación de ciudadanía en el tiempo, más allá de los acostumbrados activismos y satisfacciones personalistas y emocionales de ciertos grupos particulares.

Es innegable que la tarea de creación y puesta en marcha de la Secretaría de Cultura y Civismo de Manizales, imponen retos de organización, participación y deliberación responsables a todos los actores culturales, artísticos y ciudadanos. Esto exigirá cambiar prácticas acostumbradas como los amiguismos, asistencialismos y mecenazgos por las de una participación deliberante, responsable y crítica; pasar del activismo a la planeación y ejecución con decisión, o sea, pasar al desarrollo de Política Cultural, con recursos, pues los procesos culturales se dan sin afanes. Todo proceso cultural es a largo plazo, y aquí permítanme citar al maestro José Saramago: “Seguiré pintando el segundo cuadro, pero sé que no voy a acabarlo nunca…” Esta visión, permite también graduar los niveles de aspiraciones y resultados, para no caer en falsas expectativas o complejos de Adán: “Con mi hacer comienza todo”.

En su estructura orgánica, la nueva secretaría tiene previsto articular las instancias del Sistema Nacional de Cultura y especialmente otorgarle al Consejo Municipal de Cultura, CMC, su lugar preponderante de espacio de participación, liderazgo y asesoría en la materia, al ente territorial. Por tanto, es la vivencia en la práctica de Participar para decidir, la manera más sencilla de entender la Política, pues ese escenario es lo que la ley general de cultura y la Constitución Nacional han definido como el mecanismo más democrático del ejercicio del derecho fundamental del fomento al acceso a la cultura en igualdad de oportunidades, por citar uno de esos derechos fundamentales explicitados en los artículos 1, 7, 68 ,69,70,71 y 72 de nuestra Constitución Nacional del año 1991, los desarrollos normativos legales de la Ley General de Cultura y sus decretos reglamentarios y las leyes específicas como la Ley del Teatro, entre otras.

Como colofón de esta nota, quiero resaltar que la creación de la Secretaría de Cultura y Civismo del Municipio de Manizales da vida Institucional a la Cultura y Formación Ciudadana como Sector fundamental del ente territorial. Pero es la comunidad organizada y deliberante, en este caso el sector de los actores culturales, artísticos y ciudadanos, quienes, en conjunto con organización y compromiso, debemos actuar para dinamizar, hacer seguimiento y veeduría con el fin de consolidar este espacio de transformación de los procesos creativos, estéticos, sociales y culturales y que además misionalmente está orientado a mejorar las condiciones de vida de los actores culturales y artísticos de nuestra ciudad. Que este sea un primer cuadro, de los muchos que nos falte hacer, en la búsqueda incesante de mejores condiciones para La Cultura, el Arte y la Convivencia, como ciudad y como país.

*Director, escritor, actor. Teatro Portátil.

 

50 años con su música a otra parte

Francisco “Pacho” González y Nelson Gómez cumplirán en marzo del año entrante 50 años de haber partido de Manizales en busca de nuevas aventuras, acompañados solamente por su juventud y amor a la música, un periplo que los ha unido también como inseparables amigos y cómplices y los ha llevado a recorrer el mundo con sus facetas de talentosos cantantes, intérpretes, compositores, arreglistas, pedagogos.

Se conocieron en el año 1959, siendo los dos alumnos del kínder de la recordada Gabrielita Puerta situado en el barrio Los Agustinos. Se volvieron a encontrar en el Liceo Arquidiocesano de Nuestra Señora, Pacho en primero de primaria y Nelson en segundo de primaria. “Don Noel Salazar, el ilustre profesor de canto de la época, se dio cuenta de que éramos amiguitos y nos puso a cantar en las fiestas patronales una canción francesa en español. Fue nuestro primer concierto en un escenario con luces y público. Él nos introdujo en la música, nos enseñó cómo funcionaba la armonía y el contrapunto, nos hizo amar la música de una forma muy lúdica con su librito de canto”. Pertenecieron al coro del colegio que ensayaba y hacía presentaciones durante el año, la clausura era en el de Teatro Olimpia.

Francisco desciende de una familia de músicos por su papa el Maestro Francisco González. A los 7 años ingresó al conservatorio de Bellas Artes a estudiar solfeo y piano, pero se aburrió y se salió. “A cualquier instrumento yo le encontraba sonido. Me gustaba tocar el piano de oído, pero llegaba un maestro, se ponía bravísimo, me cerraba la tapa en los deditos y me decía que para hacer música primero tenía que aprender solfeo porque me iba a volver un “serenatero”. Es como decirle a un niño que cuando aprenda a leer puede hablar, antes no habla”.

En la familia de Nelson no hubo músicos, pero tuvo la suerte de que una tía le regalara un acordeón y lo tocaba también de oído. “Interpretaba así mismo el piano del colegio y después tuve una guitarra, y un maestro, y tampoco me gustó. Encontré un método que decía aprenda a tocar guitarra sin maestro, y así aprendí”.

Comenzaron a conformar grupos cada uno por su lado, hacían funciones en el radioteatro de Transmisora Caldas donde eran rivales, pero cuando terminaban el show se juntaban a celebrar y seguían siendo amiguísimos.

Con estas experiencias los dos decidieron ser autodidactas y hacer de la música su profesión y su arte y se convirtió en su vida. No obstante que Pacho sufre desde esa época una enfermedad progresiva de los ojos que lo está dejando ciego, la misma que sufrió Borges, cada vez son más creativos y comprometidos con el desarrollo de las manifestaciones musicales en cualquier lugar del mundo donde los requieran.

El viaje a México

Terminado el bachillerato en 1972 viajaron a México. El señor Pompilio Pinzón tenía un ballet de música colombiana con jóvenes y llegó a Manizales a una feria un ballet de México también de estudiantes. Hicieron presentaciones juntos y los invitaron a viajar al país azteca con la condición de que tuvieran música en vivo y fue precisamente cuando le propusieron a Pacho que buscara músicos para integrarse al grupo. “Me daba pena decirle a Nelson porque él era muy roquero y esto era puro folclor. Algún día en una fiesta que hicimos para recolectar fondos para el viaje, me encontré con Nelson y entre aguardiente y aguardiente me llené de valor y le propuse ir a México con nosotros, con la promesa de que haríamos folclor con arreglos modernos y me respondió al instante: ¡aunque no sean modernos!”.

La idea era quedarse por allá 4 o 6 meses, y hasta el sol de hoy. En marzo de 2023 se cumplen 50 años del inicio de un proyecto que partió de Manizales con el talento, como único activo, de dos artistas que hoy irradian música por todo el mundo.

Se separaron del ballet, pasaron muchas historias, unas desafortunadas otras no tanto, giras por pueblos y ciudades de México con grupos que iban conformando, siempre ellos dos de base.

“Un día fuimos al primer concierto de nuestra vida con una orquesta sinfónica y dijimos, queremos tocar así, corrimos a inscribirnos en la Escuela Nacional de Música de la Unam. Dejamos Cuernavaca donde vivíamos como en un paraíso, trabajábamos, ganábamos muy bien, y nos fuimos a vivir al DF a un cuartito, con tal de estudiar”.

Allí conocieron a un francés e ingresaron a la Alianza Francesa a estudiar el idioma. Encontraron un aviso en el que ofrecían clases de guitarra. Francisco indagó y le contestaron que el profesor había renunciado y tenían “una cola de gente esperando”, se ofrecieron como profesores y empezaron a dar clases de guitarra. Esta afortunada circunstancia les abrió las puertas a Francia.

Rumbo a París

Después de 4 años de estudios en el Conservatorio, en la Alianza Francesa, de dictar clases de guitarra, resolvieron irse para París.” Salimos un 26 de marzo de Manizales hacia México y otro 26 de Marzo, ahora de 1982, salimos para París con unos ahorritos”.

“Llegamos a la casa de un amigo al principio, luego alquilamos una pieza en un sexto piso en el Barrio Latino. Un amigo de Cali al vernos tan desprotegidos nos preguntó si habíamos hecho “la manga”, o sea tocar en la calle y pasar el sombrero. Nos daba mucha pena, pero vimos que funcionaba porque la gente daba plata, ensayamos y nos gustó, perdimos la pena y lo hacíamos todos los días. Así conseguimos para el alojamiento, para la comida y para el transporte y vivimos tranquilo durante un tiempo”.

Cantaban, interpretaban guitarra, percusión y empezaron a contratarlos, a tener conciertos oficiales y en julio ya les habían organizado una gira por Los Alpes. Poco a poco los fueron conociendo, tocaron con otros músicos, formaron grupos y empezaron a grabar.

“A un grupo de franceses le dio por poner de moda a México en Francia, buscaron músicos y ahí caímos. Ocho interpretes comenzamos a hacer música mexicana con bailarines, nunca tocamos mariachi en México y lo hicimos en París y por todo Francia”.

Empezó así el prestigio de estos dos artistas y las giras por Europa. “Nos llevaron por ejemplo a la Feria del Libro en Frankfurt donde era México el país invitado, inauguramos la academia Francia Alemania donde también era México invitado, acompañamos músicos famosos y ya nos catalogaban como el mejor mariachi. Cuando Octavio Paz ganó el Nobel resolvieron que no llevaban mariachi porque en Europa existía el mejor y estuvimos en Estocolmo con el escritor”.

Con la llegada a París del violinista venezolano Alexis Cárdenas surgió la iniciativa de interpretar música mexicana, colombiana y venezolana y con ella la creación en el año 2000, también con Cristóbal Soto, del afamado grupo Recoveco que quiere decir reencuentro Venezuela Colombia.

Conexión con Rusia

En 1998 conocieron al violinista ruso Sasha Rozhdestvensky quien se enamoró de la música que hacían y con él formaron el grupo Ámbar, visitaron Moscú e hicieron disco con él. “Mucha gente piensa que cambiamos a Alexis o que Sasha lo está reemplazando. Son dos excelentes violinistas, y no es así”. Con Sasha han expandido las giras por Europa oriental. Ámbar es el fruto del encuentro entre tres músicos colombianos y un violinista ruso: Sasha Rozhdestvensky, violín. Francisco González, guitarra y voz. Nelson Gómez, guitarrón y Juan Fernando García, percusiones y flauta.

“Llevamos una vida muy acorde a nuestra profesión, tenemos muchos amigos, cada vez los lazos con Colombia son más fuertes”. Vienen con frecuencia a visitar a los familiares y a ofrecer conciertos. En París están muy vinculados con los grupos que tienen que ver con nuestro país. Francisco formó allí una familia, tiene hijos y nietos. Nelson no escogió esta opción, vive con su pareja. “Para nosotros ha sido un placer este oficio, tenemos una complicidad de una forma natural y la esencia de ser colombianos nunca se nos ha perdido, hemos respetado y aportado mucho a nuestra música”. Han grabado 6 discos: 4 con Recoveco y 2 con Ámbar, además de otros que han hecho en forma individual.

Francisco se ha dedicado también a la guitarra clásica y publicó un libro sobre rasgados de América Latina, didáctico y al mismo tiempo muy musical que utilizan como material de estudio en conservatorios de Francia. A raíz de este libro lo invitaron a escribir en una revista en francés sobre la guitarra en América Latina. De ahí nació una suite colombiana para guitarra clásica y surgieron invitaciones a giras que han combinado con conciertos de música colombiana.

La última vez que hicieron un concierto en Manizales fue el 18 de noviembre de 2022 en Termales El Otoño, donde estrenaron y grabaron para un disco la obra compuesta por Francisco “5 Danzas Concertantes para Violín y Orquesta”, un viaje musical por los géneros musicales más representativos del territorio colombiano, con participación del grupo Ámbar y la Orquesta Sinfónica de Caldas.

“Este concierto lo estrenamos también en el Teatro Colón en el 2021 con la Orquesta Sinfónica Nacional. La obra está dedicada al violinista Sasha Rozhdestvensky, quien adora la música colombiana y latinoamericana, toca con las mejores orquestas del mundo y es hijo de un gran director de orquesta y de una magnífica pianista, los dos rusos. Como compositor, Sasha me dijo ´tíreme a matar´, así lo hice y resultó un concierto maravilloso”.

Francisco y Nelson van a estar este final de año 2022 dos meses y medio recorriendo Colombia, esperanzados con el nuevo gobierno y con las propuestas de la ministra de Cultura. “Cambiar el paradigma de la violencia por arte, por música, para irnos curando, por eso inscribimos este concierto en el Estallido Cultural y organizamos un evento en París con artistas de Venezuela, Brasil y Colombia”.

Grupos conformados

Las decisiones importantes de estos dos artistas manizaleños en este medio siglo, representando a Colombia con honores en otras latitudes, las han tomado juntos, un proceso de emoción, imaginación e inspiración musical que ha dado como resultado la creación de los siguientes grupos en su fructífera trayectoria:

En México por los años 70 nació Tierra y Sonido, con un mexicano y un francés. y con el que grabaron un disco de 45 revoluciones que se llamó “Dime amor”, una canción muy de moda en la época. Este grupo trascendió y surgió en Manizales con Humberto González, hermano de Francisco, Jaime Eduardo y Carlos Hernán Salazar, hijos de don Noé Salazar, y Hernán Darío Gutiérrez.

En el DF conformaron Quimbaya con Oscar Barahona, con su mujer y con Carlos Arturo Ocampo, uno de los colombianos que viajó con ellos a México. Más tarde se integraron dos franceses y grabaron un casete, existió unos años en Francia.

En París armaron el mariachi Inchátiro que fue muy importante en su historia porque aprendieron a hacer música mexicana muy seriamente. Duró 10 años. Nelson aprendió a interpretar el guitarrón, instrumento que adoptó y toca fuera del mariachi.

Después del mariachi nació Recoveco hace 27 años y luego el grupo Ámbar que tiene 20 años.

Recientemente conformaron Pregón con un amigo pianista suizo-italiano y con Rafael Mejía, ex – integrante de Recoveco. Con este grupo, con el que trabajarán en Suiza, han hecho música para teatro con una actriz suiza muy conocida en el medio.

Es esta a grandes rasgos la historia de dos insignes manizaleños que partieron hace 50 años de la ciudad que aman, para mostrarle al mundo lo que es Colombia a través de la música, su vida, y adonde siempre regresan para felicidad de ellos y nosotros. ¡Y qué sean más 50 años!

Un poema para Aída Jaramillo

Falleció el 8 de diciembre pasado en Manizales Aída Jaramillo Isaza directora durante 26 años de la Revista Manizales, fundada en 1940 por su madre la escritora Blanca Isaza de Jaramillo Meza. Esta tarea la asumió después del fallecimiento de su padre, Juan Bautista Jaramillo Meza, quien la dirigió a la muerte de su esposa.

Aida Jaramillo publicaba cada mes esta revista literaria que circulaba por varios países de habla hispana, lo que se convirtió para ella en casi un “apostolado”, pues eran ingentes los esfuerzos que debía hacer para su financiación, hasta el año 2004 en que la clausuró definitivamente por falta de apoyo.

El libro “Blanca”, Antología de la obra literaria de Blanca Isaza de Jaramillo Mesa, investigado y editado por el filósofo de la Universidad de Caldas, Nicolás Duque Buitrago, hace un homenaje al trabajo, la paciencia y la vida de Aida Jaramillo Isaza, una mujer que mantuvo intacto el archivo literario familiar y dirigió la tercera generación de la Revista Manizales.

El siguiente poema dedicado a Aida por su madre Blanca Isaza, cierra el libro:

Cuentos a Aída

¿Recuerdas? Cada noche yo te contaba un cuento
fantástico, lunático, con hadas y dragones,
con princesas cautivas en sordos torreones,
con voces inventadas de mar y nube y viento.

En mi voz encontraban su disímil acento
todos los personajes: asordinados sones
de pastoral las hadas, y crueles vozarrones
los monstruos que temías ver por el aposento.

Hoy ríes de ti misma por haberme creído
las pueriles leyendas, y por haber sufrido
con esas aventuras del oso y del tití;

pero yo de tu fresca risa me desentiendo
para que no comprendas que he seguido creyendo
en las dulces mentiras que inventé para ti.

La nota publicada por la Radio Nacional registra que la Revista Manizales tuvo 733 números en sus 64 años de existencia. Aída Jaramillo Isaza publicó allí 276 editoriales. La colección privada que construyó la familia y el archivo bibliográfico de Blanca Isaza y Juan Bautista Jaramillo Meza, fueron donados por su hija Aída a la Universidad de Caldas y se encuentran en el Centro Cultural Rogelio Salmona. La colección de la Revista Manizales también se puede consultar en el Centro Cultural del Banco de la República.

*Fotografía de Fredy Gaviria. Tomada del libro “Blanca”

 

 

Nueva especie de Anturio Negro en reserva de la ILC

Más de 200 especies de aves y una nueva especie del Anturio Negro, flor emblema de Manizales, se pueden apreciar  en la reserva natural de la Industria Licorera de Caldas (ILC).

Aureliano Durán González, profesional especializado de Responsabilidad Social Corporativa de la ILC, afirmó que para la empresa es muy importante la visita de personas de nuestro país y del exterior a conocer los programas y acciones de la compañía en materia de sostenibilidad.

“Pueden recorrer los senderos que tenemos en la parte alta y parte baja de nuestra reserva natural que oscilan entre los 2.300 y 2.700 metros sobre el nivel de mar, y tener la oportunidad de apreciar varias de las 236 especies de aves que tenemos caracterizadas hasta el momento”.

También pueden disfrutar de la diversidad de flora presente en la zona, con la novedad de una nueva especie para Colombia de Anturio Negro, identificada por biólogos de la Universidad de Caldas.

“En convenio con esta institución, expertos en biología pudieron realizar varios recorridos minuciosos en el bosque húmedo montano bajo de nuestra reserva natural e identificaron este Anturio Negro que fue nombrado Anthurium caldasii, en honor al sabio Francisco José de Caldas”, explicó Durán González.

El funcionario agregó que de esta manera se demuestra el importante trabajo de conservación que ha realizado la Industria Licorera de Caldas de esta zona de 270 hectáreas de extensión.

“En los últimos años hemos destinado importantes recursos a su conservación, especialmente a las aguas manantiales con las que elaboramos nuestros licores. Estamos en un trabajo constante de reforestación, de conservación de laderas, de obras de bioingeniería, todo en función de aumentar la riqueza hídrica y biodiversidad de flora y fauna en este corredor biológico que está conectado con la reserva natural de Río Blanco”, concluyó.

Transparencia narrativa

El seis de octubre del 2022 la Academia Sueca en Estocolmo anunció la entrega de su galardón número ciento diecinueve del Premio Nobel de Literatura iniciado en 1901. Francia es el país que más premios de estos ha obtenido, dieciséis. Este reconocimiento universal solamente lo han recibido diecisiete mujeres y es la primera vez que se hace a una francesa. Ahora correspondió a Annie Ernaux y curiosamente el ganador la primera vez en 1901 también fue un francés, Sully Prudhomme.

El portavoz de la Academia al anunciar el resultado explicó algunas de las razones para la selección: Examina de manera consistente y desde diferentes ángulos una vida marcada por fuertes disparidades en cuanto a género, idioma y clase. Su trabajo es intransigente y está escrito en un lenguaje sencillo y limpio. Es merecedora, por la valentía y agudeza clínica con que aborda los recorridos, las fortalezas y la recuperación colectiva de los recuerdos personales

El presidente francés Emmanuel Macron al referirse a ella afirmó: Su voz es la libertad de la mujer y de los olvidados del siglo. Se une con esta coronación al gran círculo de los Premios Nobel de nuestra literatura francesa.

Annie Ernaux (Lillebonne1 de septiembre de 1940) es una escritora francesa, catedrática y profesora de letras modernas graduada en la Universidad de Rouen y luego en la de Bordeaux. Sus primeros años y su juventud los vivió en Yvelot, en Normandía, en un hogar modesto, donde sus padres simples obreros muy trabajadores y luego pequeños comerciantes, vivían de lo producido en una tienda-bar en cuyo medio disfrutó bastante su niñez. Desde allí se nutrió de elementos para desarrollar su trabajo inicialmente de ficción, pero pronto evolucionó a algo más autobiográfico con lazos estrechos en la sociología. Sus temas van de lo físico, un cáncer de mama, un embarazo, un aborto, el Alzheimer que padeció su madre, la vida simple de sus padres, a lo social, sus orígenes, su formación, sus trabajos, las clases sociales y sus condicionamientos, el feminismo, etc., por eso se declara como una etnóloga de sí misma.

Su obra está constituida por más de treinta libros, de los cuales el primero escrito en 1974 fue Los armarios vacios en el que narra sus recuerdos de infancia y adolescencia vividos en una pequeña población en donde sus padres servían a una variada clientela en su bar-tienda, atendida por su padre y su madre, respectivamente. Para ella, hija única y muy consentida, constituyó todo un mundo por descubrir esa aglomeración de productos tanto de la tienda como del bar, ese permanente desfile de gente tan variada, ese vocabulario y jerga con los que se expresaban, los relatos que escuchaba, la condescendencia de sus padres, la tolerancia a sus caprichos, constituyeron para ella entre sus cinco años, y hasta los diez, un lugar idílico.

La tienda, es la tentación siempre satisfecha, pero a hurtadillas. Mi madre lo sospecha,   pero hace como que no se entera. Un caramelo por aquí, un caramelo por allá. Trozos de mantequilla que sustraigo, lonchas de queso cortadas al bies a cuchillo, que no se   note, blandas y amarillas en el extremo de los dedos.

Como ambos padres se mantenían ocupados, ella era quien inventaba los juegos, ya fuera para divertirse sola, con Monette su mejor amiga, o con otras compañeritas; las cajas las utilizaba para armar tiendas de campaña, empaques y cartones eran usados para formar escenarios de diferentes representaciones, inclusive programas como los que escuchaba en la radio, las botellas enfiladas eran su público, también se servía de las revistas que su mamá leía cuando le quedaba tiempo.

Yo tenía cinco, seis años. Denise Lesur, feliz de los pies a la cabeza… La tienda, el bar,   mi padre, mi madre, todo gravita en torno a mí. Asombrada de haber nacido con todo   eso, en comparación con el resto de las chicas de la Rué Clopart, sorprendida por pensar en ello, por intentar entender por qué.

De ese sueño y por su bien como siempre lo pensaron sus padres, pasó a iniciar sus estudios en un colegio privado que con esfuerzo pudieron pagarle, pero ese era otro mundo que inicialmente le pareció hostil, lejano y que no encajaba en su modelo de realidad en el que se formó. Desde el comienzo sintió el rechazo no solo de sus compañeras sino de sus profesoras. Sus maneras provincianas, su forma de expresarse, su comportamiento y en general su idiosincrasia, no compaginaba con el resto del grupo.

El modelo de enseñanza muy rígido, el lenguaje utilizado en las cartillas de lectura le parecía monótono, repetitivo y con frases muy elaboradas. Allí encontró el primer contraste entre su vocabulario adquirido en su medio y el que ahora era necesario adoptar así le pareciera forzado, artificial y a veces ridículo, pero era el que se debía utilizar en el colegio. Igual le sucedió con los juegos que le parecieron tontos, las descripciones que hacían sus compañeras de sus hogares y ocupaciones de sus padres, fue motivo de choque cultural pues constituyó una burla el trabajo de los suyos. Fueron muchas las humillaciones, los abusos y en general los malos ratos, pero todo esto le sirvió para encontrar no solo en el estudio, sino en la lectura, un refugio seguro.

Así fue como empecé a querer triunfar, contra las chicas, contra todas las otras chicas,    las engreídas, las remilgadas, las pijas… Mi revancha estaba ahí, en los ejercicios de gramática, de vocabulario, en esas frases raras que había que seguir hasta el final como largas murallas dentadas a través de un desierto, sin llegar nunca a ninguna parte.

Aprendió a adaptarse a ese nuevo medio, a celebrar los malos chistes de las profesoras, a valorar lo aprendido así no le pareciera, le tocó vivir una farsa para lograr sobrevivir, una simulación permanente, perder autenticidad para ganar aceptación. A todo esto, ayudó su fértil imaginación que le sirvió para variar las narraciones sobre sus padres y el medio en que se desenvolvía, a la vez que la utilizó para castigar en su mente a quienes la acosaban, aunque ya la respetaban por ser la mejor alumna.

Después de esa adaptación comenzó una revalorización no solo del medio en que se crio sino de sus padres. La sordidez del bar-tienda comparado con los sitios a los que ya tenía acceso, las amistades que empezó a frecuentar, los muchachos que empezaron a invitarla, los espectáculos culturales a los que asistió, en fin, la depuración de sus costumbres, le produjeron malestar. La transición de un medio popular en el que se crio a un medio burgués, lograda por la preparación, el estudio y la traumática asimilación del nuevo entorno, la convirtieron en una trásfuga de su clase social. Sintíó vergüenza de su origen modesto

Cinco años, seis años, creo que los quiero. Dios mío, en qué momento, que día la pintura de las paredes se vuelve horrenda, el orinal empieza a apestar, los tipos del bar se convierten en borrachines, en despojos… Cuándo comencé a sentir pánico a parecerme a mis    padres… No fue un día en concreto, no hubo ningún desgarro… Los ojos que se abren… por tonterías. Aquel mundo no dejó de pertenecerme en un día. Hicieron falta años antes de ponerme a gritar frente al espejo que no puedo aguantarlos, que les he salido rara…

Definitivamente el medio, sus lecturas, su fértil imaginación, sus nuevas amistades, el refinamiento en sus maneras de pensar, decir y hacer, la fueron moldeando de tal forma que ni ella misma percibió el verdadero cambio; sus padres le parecieron muy elementales, sin gustos estéticos como los de ella, muy básicos en sus conversaciones, y sus diversiones muy rudimentarias y poco interesantes. Lo único que les preocupaba era mantener a flote su establecimiento, por lo demás grotesco.

Justamente ese nuevo modelo de vida adoptado, esa libertad que sienten los universitarios, esas peligrosas diversiones, esa irresponsabilidad en cuanto a la seguridad requerida en las relaciones sexuales, la llevaron a atravesar una situación que, además de inesperada, no contó con el apoyo de su compañero, desembocando así en la necesidad de recurrir a un aborto clandestino, como lo era en su época. Así sola, angustiada y asustada con este episodio, vuelca todo su odio reconcentrado en quienes no debiera hacerlo, aunque al final recapacita.

 Puede que nunca vuelva a correrme si todo se va al traste aquí adentro. Un castigo. Si me vieran… “Acabarás mal” ¿Cuándo pronunciaron por primera vez esa antigua predicción, mis viejos? Hace un mes, casi les suelto en la cara que estaba preñada, para presenciar la   catástrofe, para ver como se quedaban blancos, se retorcían, esas viejas máscaras de tragedia permanente, cómo se ponían a chillar histéricos, y yo gritando de alegría, de rabia, que les estaba bien empleado, que lo había hecho por ellos, para fastidiarlos, por feos, por miserables y catetos. No he podido abrir la boca. Para empezar, no me habrían dejado arreglármelas sola. Además, esas cosas nunca me atreveré a decírselas… jamás se lo imaginarían… Lo han hecho todo por mí.     

Definitivamente se requiere mucha entereza para narrar hechos tan dolorosos mezclados con otros tan placenteros, constituye una clara muestra de objetividad y si además se hace con un lenguaje sin eufemismos, ni metáforas, sino tal como los hechos ocurrieron, es lo que nos proporciona en su obra esta gran escritora, Annie Ernaux. Esa transparencia y esa sencillez en la forma de transmitir su pensamiento, lo encontramos en sus otros libros, en los cuales desarrolla episodios de su vida que le dejaron marcas imborrables y nos las quiso compartir. Admirable.

*Profesional en Filosofía y Letras. Universidad de Caldas.