ILC en las fiestas colombianas

Con el apoyo y patrocinio de las fiestas que se realizarán este fin de semana en los municipios caldenses de Villamaría, Viterbo, Victoria, La Dorada y Supía, la Industria Licorera de Caldas (ILC) reafirma su compromiso de acompañamiento a las diversas actividades culturales y artísticas que se llevan a cabo en la región.

El objetivo de la presencia de la ILC en estas festividades es seguir fortaleciendo la relación de sus marcas con los consumidores, en especial con el Aguardiente Amarillo como se evidenció por ejemplo, en las pasadas Fiestas de la Cordialidad de Manzanares (Caldas) del 15 al 20 de junio.

“Contamos con una extraordinaria aceptación y afluencia de público en esta celebración, que fue catalogada como histórica por los habitantes de Manzanares y los visitantes, en la que el protagonista fue nuestro Aguardiente Amarillo”, afirmó Jorge Vallejo González, Profesional Especializado de Trade Marketing de la Industria Licorera de Caldas.

El funcionario agregó: “Todo fue posible gracias a una estrategia que se desarrolló junto a la Alcaldía municipal y con el cantante Yeison Jiménez, el artista número1 de la música popular en Colombia, con quien estamos fortaleciendo la relación para que nos impulse nuestra marca a nivel nacional”.

Como parte de su componente de Responsabilidad Social Empresarial, la ILC se vincula a estas festividades a través del apoyo en logística, producción y montaje, y consecución de reconocidos artistas, entre otros aspectos, en alianza con los diferentes distribuidores de la empresa en el departamento.

La ILC llevará alegría con sus productos a los siguientes municipios:
-Villamaría: Feria Nacional de la Horticultura, del 29 de junio al 3 de julio (programación).
-Viterbo: Fiestas del Samán y el Ecoturismo, del 30 de junio al 3 de julio (programación).
-Supía: XXVII Feria de la Colación, del 30 de junio al 4 de julio (programación).
-La Dorada: X Carnaval del Río y del Sol, del 29 de junio al 2 de julio (programación).
-Victoria: Ferias y Fiestas de la Ceiba, del 29 de junio al 3 de julio (programación).
-Salamina: Exposición equina grado B del 1 al 2 de julio.

Además de estos eventos regionales, la ILC sigue consolidando su presencia en los 32 departamentos de Colombia, y por primera vez estará presente en La Guajira en versión 15 del Festival Francisco El Hombre, que se realizará del 30 de junio al 2 de julio, con su producto líder Ron Viejo de Caldas y el Aguardiente Amarillo de Manzanares, el pionero de los aguardientes en Colombia que se viene consolidando en el país por su sabor, presentación y atributos.

EL EXCESO DE ALCOHOL ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD (LEY 30 DE 1986).
PROHIBIDO EL EXPENDIO DE BEBIDAS EMBRIAGANTES A MENORES DE EDAD (LEY 124 DE 1994)

80 años como un roble generando desarrollo para Caldas y Colombia

Con un propósito claro de sostenibilidad y con históricos resultados que le han permitido transferir millonarios recursos para el desarrollo de Caldas y Colombia, la Industria Licorera de Caldas (ILC) celebró 80 años de su creación como una entidad autónoma, a través de la Ordenanza 13 del 10 de junio de 1943 de la Asamblea
Departamental de Caldas.

Por tal motivo, el jueves 22 de junio se llevó a cabo en la Gobernación de Caldas un acto de conmemoración de las bodas de roble (80 años) de la empresa más importante del departamento.

Luis Carlos Velásquez Cardona, Gobernador de Caldas, afirmó en su intervención que la Industria Licorera de Caldas está en el ADN de todos los caldenses. “Esto ha sido un trabajo de todos, de muchos gobernadores y gerentes y de un gran talento humano desde la alta gerencia, junta directiva hasta el más sencillo de los operarios que hoy permiten que el Ron Viejo de Caldas sea líder en el país y lleve emociones a todos y cada uno de los hogares de Colombia”, anotó.

Andrés Elías Borrero Manrique, gerente general de la ILC, aseguró que la compañía es orgullo de todos los caldenses. “Gracias a los resultados podemos hacer transferencias al departamento para mejorar la calidad de vida de los caldenses y así mismo de los colombianos porque en los últimos siete años contribuimos vía impuestos a los demás departamentos con $2,5 billones para la salud y educación, entonces queremos celebrar los 80 años con todos, porque la Industria Licorera de Caldas hoy es sostenible como un roble”.

En representación de la Junta Directiva de la ILC, Iván Giraldo Jaramillo, agregó: “Es una satisfacción para mí poder llegar a los 80 años de la Licorera y ser parte de la Junta Directiva ya hace más de 9 años. Ver los logros y los resultados que se tienen hoy de la ILC, cómo hemos podido mantenerla 80 años viva y todos los días hacerla más
sostenible hacia el futuro, en beneficio de todos los caldenses”.

Prosperidad para el territorio
En el evento se hizo la firma simbólica de la refrendación de la Ordenanza 13 del 10 de junio de 1943 que creó la ILC, destacando el crecimiento de la empresa, la extraordinaria calidad de sus productos y sus procesos de innovación.

“Es muy importante que esté cumpliendo 80 años quizás la industria licorera que está a la vanguardia en el país, totalmente comprometida con todos los mercados y con ese portafolio de licores que hacen que los caldenses nos sintamos orgullosos de tener una empresa sólida, que trabaja con la gente y le genera rendimientos a Caldas”, indicó
Andrés Chaparro Echeverry, presidente de la Asamblea Departamental de Caldas.

Gracias a las utilidades históricas alcanzadas por la ILC en los últimos años, entre 2020 y 2022 se transfirieron más de $104 mil millones a la Gobernación de Caldas para inversión social, con la proyección de otros $42 mil millones a finales de 2023.

“El capital humano es lo más importante en una organización y hoy tenemos un propósito colectivo por el cual estamos trabajando en la ILC en búsqueda permanente de la sostenibilidad. Estamos comprometidos con los resultados de la compañía y cada vez con unos retos mucho más ambiciosos”, comentó Andrés Elías Borrero Manrique, gerente general de la ILC.

“El capital humano es lo más importante en una organización y gracias al Gobierno Corporativo hoy tenemos un propósito colectivo por el cual estamos trabajando en la ILC en búsqueda permanente de la sostenibilidad. Estamos comprometidos con los resultados de la compañía y cada vez con unos retos mucho más ambiciosos”, comentó
Andrés Elías Borrero Manrique, gerente general de la ILC.

ALGUNOS HECHOS Y LOGROS DE LA HISTORIA DE LA ILC
*La ILC se creó durante el mandato del Gobernador de Caldas, Alfonso Jaramillo Arango, quien nombró como primer gerente al ingeniero Pablo Ramírez Jaramillo.
*El Ron Viejo de Caldas, cuya fórmula creó en 1928 el técnico cubano Ramón Badía, se lanza con gran éxito en otros departamentos en 1944.
*En 1950 el químico Sergio Castro Brandom, nacido en Marmato (Caldas), creó la fórmula del Aguardiente Blanco que luego se conocería como Aguardiente Cristal.
*Con la separación del Gran Caldas, en 1967 se ordena el traslado a Manizales de la fábrica de licores que tenía como sede a Pereira.
*En agosto de 1968 se inauguró la nueva planta de producción en el sector de Juanchito.
*Se lanzan nuevos productos como el vodka Sabolynaya en 1974 y la crema de café Kaldí en 1984, y en 1993 el Aguardiente Cristal baja a 29% su volumen de alcohol.
*Incorporación del Gobierno Corporativo en 2018, lo que ha generado mayor transparencia y mejora continua en sus procesos.
*Presencia en los 32 departamentos de Colombia, y 18 países del mundo.
*Líder de la categoría de ron en Colombia con el Ron Viejo de Caldas.
*Actualmente del total de ventas de la ILC, el 32% equivale a nuevos productos como
Ron Viejo de Caldas Esencial, Aguardiente Amarillo de Manzanares y Bosque de Indias.
*En 2022 se alcanza cifra récord en ventas con 41,8 millones de unidades de 750 ml
*Primera empresa de licores del país Carbono Neutral alcance 3, certificada por la firma Bureau Veritas, compensando sus emisiones de gases de efecto invernadero.
*En 2022 se lanza el Ron Viejo de Caldas León Dormido Finalizado.
*En 2023 la ILC incursiona en la categoría de cócteles listos para tomar, con el Cuba Libre y Mojito con Ron Viejo de Caldas, y Gin Tonic con Gin Bosque de Indias.

Balance positivo presenta el Gobernador de Caldas con comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras (NARP)

Durante los días 21 y 22 de junio se realizó en Manizales la segunda Mesa Consultiva Departamental de comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras (NARP), un espacio para evaluar el cumplimiento de compromisos pactados con esta población.

Durante este encuentro, cada una de las Secretarías de despacho de la Administración Departamental presentó los avances en sus gestiones según lo pactado en mesas anteriores, dando como resultado un balance positivo. Con la presencia del Gobernador, Luis Carlos Velásquez, se reafirmó el compromiso de la administración con estas comunidades, además, se establecieron compromisos en áreas vitales como vías, educación, deporte, cultura y desarrollo social, reconociendo la importancia de brindar oportunidades equitativas a todos los habitantes de Caldas.

“Tuvimos la oportunidad de hablar de la necesidad de mejora de escuelas, maquinaria amarilla en puntos específicos como Marmato y Supía, entre otros temas que desde ya tenemos presentes”, señaló el mandatario de los caldenses.

Velásquez Cardona destacó que, entre los tramos viales que se van a hacer y con los cuales se benefician las comunidades, están: puente del Aguacate en Aguadas y vía del aguacatal, que conecta a Neira con el Km 41. “También habrá obras en materia educativa y demás que permiten ratificar el trabajo que se viene realizando”, agregó.

Esta consultiva es una instancia de participación suprema de los siete municipios que tienen reconocimiento por el Ministerio del Interior con población NARP y es en la cual se busca garantizar que sus necesidades, problemáticas y expectativas sean cumplidas. “Es así como en este encuentro hacemos un seguimiento a la evaluación de esos compromisos asumidos, con el objetivo de rendir cuentas a este importante grupo poblacional”, mencionó la secretaria de Integración y Desarrollo Social, Juanita Espeleta Noreña.

Por su parte, Lizeth Barboza Rojas, consultiva NARP, aseguró: “El balance de la mesa consultiva fue positivo porque ya vemos que a través de la metodología que está implementando la Secretaría de Integración y Desarrollo Social, que es la matriz y seguimiento a los compromisos, se evidencia el avance en el cumplimiento de pactos”.

El estigma social le dice no a la cultura del Cannabis en Colombia

Colombia es el país de las contradicciones, generalmente lo que se pretende jurídicamente, no se logra a nivel social, cultural, ambiental, económico, político, entre otros; la ley va por un lado y las dinámicas sociales por otro camino. Entonces tenemos inconvenientes de aplicación de la norma porque las contradicciones en nuestra ciudadanía no permiten que exista coherencia entre lo que se debe hacer, lo que se quiere hacer y lo que finalmente se hace.

Ahora es el turno de hablar sobre la legalización de la comercialización del cannabis en Colombia, un asunto que no es nuevo, como muchos lo quieres mostrar, y que, todo lo contrario, es un asunto que debió haber sido atendido hace varias décadas antes de convertirse en un problema de salud publica en muchas regiones y de proliferación de negocios ilegales en otros.

El contexto jurídico es simple, la Constitución Política de Colombia, en su artículo 49, prohíbe la comercialización de sustancias psicoactivas (no solo la marihuana o cannabis, cualquier tipo de sustancia psicoactiva como la cocaína, heroína, sintéticas, etc.), sin embargo, el consumo, el porte y el autocultivo de hasta 20 plantas de cannabis está permitido.

Aquí es donde comienza una contradicción interesante, una contradicción que desde 1994 con la Sentencia C-221, del magistrado Carlos Gaviria Díaz, promovió la despenalización del porte de drogas como el cannabis. En esa ocasión, basados en la nueva Constitución Política de 1991 que protege derechos fundamentales como el libre desarrollo de la personalidad.

Entonces, en un marco normativo contradictorio, donde se permite el porte se permite el consumo pero se prohíbe la comercialización, es obvio que social y culturalmente también se generen contradicciones, estigmatizaciones y prevenciones sobre el asunto. De hecho, hablar sobre drogas es un tabú en la mayoría de hogares colombianos, porque, aunque muchos saben sobre la prohibición de las drogas, no tienen claro que es lo que se prohíbe.

Sumado a lo anterior llegan las clasificaciones y señalamientos al mejor estilo de Cesare Lombroso, “esos marihuaneros ladrones”, “mire ese marihuanero nos va robar”, “ese amigo suyo tiene cara de marihuanero”, “los marihuaneros de la esquina”. Que si la persona viste con ciertos atuendos ¡marihuano!, que si la persona tiene determinado timbre de voz y acento ¡marihuano!; una lista interminable de señales que según muchos ciudadanos Lombrosianos, son señales irrefutables para identificar que una persona consume cannabis y probablemente esta fuera de control con las drogas.

La marihuana se convirtió en el termino para referirse a cualquier droga que se encuentre prohibida por el estado, y la palabra “marihuanero” se convirtió en el calificativo genérico para referirse a los delincuentes, drogadictos y personas en situación de calle. Todos calificados de la misma manera, y todos con situaciones totalmente diferenciales.

De esa manera, es casi imposible que exista coherencia entre lo que se debe hacer, lo que se quiere hacer y lo que finalmente se hace. En Colombia lo que se debe hacer es: estar a la vanguardia de los pensamientos liberales de las potencias mundiales que ya recorren el camino de la legalización, promover la protección de derechos fundamentales, ganar la guerra contra las drogas, promover las libertades individuales y solucionar un problema de comercialización ilegal y salud pública.

Sin embargo, lo que se quiere hacer es: promover leyes con discurso liberal pero contenido conservador, promover la protección de derechos fundamentales pero a través de tutelas por que el congreso no legisla y el ciudadano acude es a interpretaciones y jurisprudencias; ganar la guerra contra la droga pero no con la legalización sino con los apoyos económicos internacionales y el fortalecimiento de las fuerzas armadas; promover libertades a través de paños de agua tibia como permitir el consumo pero no la compra; y solucionar el problema de la ilegalidad y la salud pública a través de la estigmatización de los consumidores.

Finalmente, lo que se hace es: que los encargados de las reformas prefieran no perder su capital electoral y no se comprometen con temas polémicos (mejor no voto, mejor me ausento); los legisladores promueven discursos liberales en campaña y conservadores durante su tiempo como congresistas; las reformas sobre la comercialización de drogas como el cannabis se vuelven una ventana para promover creencias católicas y generar miedo en la sociedad; no se termina reformando nada, continuamos con los mismos problemas, y el próximo gobierno comenzara de nuevo el mismo camino y llegará al mismo destino.

Se perdió la oportunidad nuevamente de tener el control sobre la ilegalidad, se perdió la oportunidad de generar industria sobre un producto del cual incluso podríamos ser potencia mundial abriendo mercados con otros países que ya legalizaron el uso del cannabis recreativo y medicinal.

Lo que parece que no perdemos como sociedad y culturalmente, es nuestra mojigatería, nuestras costumbres arraigadas de creernos más avanzados y desarrollados políticamente, económicamente y humanamente en comparación con otros países, solo por el hecho de sentirnos plenos en un Estado estanco, en un status quo del cual solo saldremos a las malas cuando la falta de control sobre el mundo ilegal del comercio de drogas nos acabe de consumir y tengamos que acudir, como ya nos ha sucedido en las ultimas décadas, a esas mafias, a esos dineros y a esas personas para que lamentablemente ayuden al Estado colombiano. Ya lo había manifestado el musico Bob Marley en una entrevista que brindó al Trench Town, Jamaica. “todo gobierno en la faz de la tierra hoy en día es ilegal”.

* Músico, compositor, abogado y docente de la Universidad de Manizales y de otras universidades. Especialista en Investigación Criminal y Magíster en Derecho. Doctorando en Literatura.

Junio de 2023

 

 

 

Mulato Ensamble: un proyecto con la mirada más allá de las fronteras colombianas

Mulato Ensamble de Manizales fue la cuota colombiana en el XIII Festival Internacional de Jazz 2023 organizado por el Centro Colombo Americano. Se trata de una agrupación creada bajo los auspicios de la pandemia del coronavirus. Esta es la historia: La mayoría de sus integrantes eran en ese momento miembros de la Banda Municipal de Manizales y como ocurrió con muchos procesos, debieron trasladar sus actividades musicales a plataformas virtuales con las dificultades que las circunstancias exigían. La experiencia la aprovecharon cinco intérpretes, quienes descubrieron que tenían afinidades en su profesión para apostar a participar en el Festival del Pasillo de Aguadas del año 2020 en la modalidad de obra inédita, con la composición de Daniel Alberto Moreno “¿Y ahora qué?”. Fue tal éxito que resultaron ganadores.

Este fue el impulso para crear Mulato Ensamble, un proyecto de música colombiana fusionada con nuevas tendencias. Se propusieron el reto de crear su propia música o de comisionarla a amigos profesores de la Universidad de Caldas, entre ellos Javier Esteban Muñoz, Oscar Trujillo, Sebastián Trejos. Como lo resaltan en su presentación oficial “Mulato Ensamble pretende fusionar algunos de los aires colombianos más representativos y otros no tan explorados con corrientes modernas, sin perder la esencia pura del folclor nacional, en la búsqueda de un interesante mestizaje que pueda brindar mayores espacios en escenarios nacionales e internacionales a este tipo de propuestas frescas e innovadoras”.

La agrupación, joven no solo en experiencia sino respecto a las edades de sus integrantes, entre los 20 y los 27 años, talentosa y con muchas ganas de triunfar, está conformada por: En la batería Jaider Parra, miembro de la Banda Municipal de Manizales; en la tuba Camilo Andrés Soto, miembro de la Banda Municipal de Manizales y de la Filarmónica Joven de Colombia y estudiante del programa de música de la Universidad de Caldas; en el eufonio Diego Alexander Patiño, egresado de los programas de música de la Universidad de Caldas y docente del Conservatorio Redentorista; en el corno Oscar Giraldo, miembro de la Orquesta Sinfónica de Caldas y docente en el Conservatorio Redentorista; en la trompeta Stiven Villegas, estudiante del programa Maestro en Música de la Universidad de Caldas y miembro de la Banda Municipal de Manizales; en la trompeta Daniel Alberto Moreno, egresado y docente del programa de música de la Universidad de Caldas e integrante de la Orquesta Sinfónica de Caldas.

A partir de estos pilares fundacionales Mulato Ensamble emprendió un recorrido por las regiones de Colombia y comenzó a identificar sus ritmos zona por zona. El resultado es un concierto muy conceptual denominado Colombia Mestiza, cuya puesta en escena comprende imágenes de apoyo y luces, y una voz en off que conecta la propuesta musical a manera de narración nombrando algunos aspectos representativos de cada región o algún detalle que resalte la atención en las obras y lo que esperan reflejar con ellas. “Hemos aprendido a tocar de la manera que se toca la música colombiana desde hace muchos años y de lo que se trata ahora es de poderla fusionar con otros estilos y mostrarle al mundo que es muy diversa. Son 9 obras que recogen influencia de 14 o 15 ritmos diferentes”. Lo explica detalladamente Daniel Alberto Moreno en este audio:

 

Con Colombia Mestiza han tenido la oportunidad de presentarse en varios escenarios, además del Festival de Jazz Universitario, en concursos de música de cámara en El Retiro Antioquia donde resultaron ganadores y en Armenia donde obtuvieron el segundo puesto, y hace poco fueron seleccionados para la Serie de Jóvenes Intérpretes 2024 del Banco de la República.

“El interés con Mulato Ensamble es que nuestra propuesta sea muy educativa tanto para nosotros como para el público ya que incluye ritmos que poco se conocen. Más que tocarlo, lo que en realidad deseamos a mediano plazo es ser embajadores de la música colombiana diversa en el mundo, estar en eventos donde el tema principal sean las músicas del mundo”, expresa Daniel y agrega:

“Manizales increíblemente tiene una cantidad de iniciativas de nueva música que todo el tiempo se están nutriendo y tristemente siento que aquí se quedan, no salen del país y a veces las personas de esta región ni siquiera las conocemos, entonces creo que es una buena oportunidad para abrir el panorama en este ámbito”.

Mulato Ensamble está próximo a grabar su música con el objetivo de difundirla en todas las plataformas. “En nuestro ambiente nos falta ser más juiciosos y documentar lo que hacemos porque lo que no se documenta tristemente está condenado a desaparecer y la idea es que cada día tengamos más visibilidad”.

Sobre la participación de la mujer en formatos de jazz y nuevas músicas, tema del Seminario del XIII Festival Internacional de Jazz Universitario, dijo Daniel Alberto Moreno:

 

Toro: una lección de (est)ética documental

El teórico británico estudioso del cine de no ficción Bill Nichols sostiene que no hay una línea divisoria clara entre la ética y la estética en el género documental. Las decisiones de qué mostrar, cómo mostrarlo y por qué no de otra manera, así como la pregunta fundamental por el qué no mostrar pueden ser producto de una postura ética que tiene como resultado un planteamiento estético o de ideas formales que poseen implicaciones éticas también. Este es uno de los aspectos más fascinantes del género y la razón por la cual, a diferencia de la ficción, es tan rico en recursos y libre en su forma. Contar “bien” una historia para el documental implica que además de ofrecer una experiencia audiovisual valiosa, no se transgredan esos límites morales impuestos personalmente o de manera externa.

No es que el documental consista en un tratado de ética, como no lo es ningún producto artístico, aunque esta dimensión ha venido cobrando más relevancia recientemente. La propuesta estética de un director pone en evidencia algo de su moralidad y en el documental el respeto es un valor primario. El documentalista es un voyeur, se apropia de imágenes e historias ajenas y con estas consigue dinero y reconocimiento Esto debería conducir a dilemas éticos y exigir, como mínimo, cuidado con el tratamiento de la imagen de las personas y hechos retratados, incluso si, como ocurre de en el caso de Toro, su personaje es irrespetuoso, malhablado y tan políticamente incorrecto como Hernando Toro.

Este documental narra el inicio de la carrera del fotógrafo durante sus años de prisión en la cárcel modelo de Barcelona por narcotráfico y nos trae luego al presente en Bogotá. El salto a través de este abismo temporal es guiado por una voz que va romantizando su vida al compararlo a él con una luciérnaga, ambos seres altruistas y erráticos que comparten su luz en medio de la oscuridad, dice la voz. Este recurso que guía la mirada y percepción distrae de un recurso más interesante la metamorfosis argumental al interior de la película.

Así como un arquitecto observa fascinado el proceso de construcción de un edificio, resulta fascinante para mí la evidencia de los procesos creativos, lo que llamamos vulgarmente las “costuras” de una obra y resulta curioso que en un documental de un artista poco veamos el proceso creativo de Hernando Toro, aunque sí veamos algunos elementos de su ethos artístico: una búsqueda de la renovación y de la ampliación de la frontera de sus posibilidades evidenciada en el trato que le da a sus propio trabajo, basura. Al mismo tiempo que vemos el amor profundo que siente por su basura. Para botar un negativo, dice, “tiene que ser muy malo, aunque la foto no sea buena cuenta una historia”. Lo más evidente en su producción fotográfica es también un rasgo de su personalidad: la capacidad para el escándalo y la subversión, esa búsqueda de la incorrección política y el cuestionamiento del canon de belleza estándar o mainstream de las revistas de moda de su época y de las redes sociales en la actualidad. Es de ahí de donde viene el encanto de sus fotos. En la cárcel la ironía no puede ser más hermosa: una serie de “bandidos” —como él los llama— retratados como modelos.

Kilos de negativos traídos de España por las directoras nos dan una idea de que su camino fue el de la irreverencia: la mirada preciosista de lo socialmente convenido como feo; la estetización de lo marginado. En su obra inicial posan como señoritas hombres tatuados, peludos, con cicatrices, gordos, calvos y un larguísimo etcétera.

El rasgo diferenciador de este documental es que no se limitó a informarnos sobre la carrera y trayectoria de Toro sino que quiso ir un poco más allá del artículo de enciclopedia, cosa suficiente para evidenciar esta ética de excelencia documental, ese deseo de Adriana Bernal y Ginna Ortega, codirectoras, de correr la cortina y mostrarnos algo más de lo que puede representarse de la forma políticamente correcta, muy acorde con el ethos artístico del fotógrafo.

La película narra esta búsqueda y muestra este ejercicio que da como resultado el paso de las intrusiones tímidas que inicialmente vemos de ellas a una inserción progresiva dentro de la narrativa hasta que las vemos dentro del cuadro, haciendo parte de lo representado. El documental sobre Hernando Toro se convierte en la historia de cómo ellas logran entablar una relación más significativa con él después de conocer a su familia y recorrer las instalaciones de la cárcel Modelo de Barcelona.

Después de la entrevista inicial vemos a Toro responder de manera ingeniosa y divertida algunas preguntas, de forma tan perfecta que evidencian el artificio, la máscara con la que ha atendido siempre los medios y que ha mantenido a través de intentos previos de documentales sobre su vida y obra. Hernando Toro se convierte en el antagonista y ellas, las protagonistas, que tienen como objetivo contar la historia que quieren, no la que él les cuenta. De forma prodigiosa, Bernal y Ortega logran capturar y mostrar el florecimiento de su relación con Toro.

Seguramente fue durante el proceso de elaboración que las directoras encontraron la narración adecuada, este tipo de ideas no surgen a priori, se encuentran. Es irónico que Hernando Toro sea víctima de su propio método. Según dice el fotógrafo, a esos bandidos “yo los acerqué al arte, les di confianza, los hice sentir hermosos”. Lo mismo podrían afirmar Bernal y Ortega, que le aplicaron la terapia de la lente al entrañable bandido. En este juego de reflexiones lumínicas y espejos, nunca más apto que para el retrato en movimiento de un fotógrafo, vemos finalmente a un hombre que sin estar desnudo, por lo menos depone su máscara y permite que apreciemos una sonrisa auténtica.

Lea aquí la entrevista con la co-directora Adriana Bernal-Mor:

https://www.quehacer.co/las-peliculas-son-cada-vez-menos-producto-de-las-decisiones-unanimes-del-director/

(Imagen de Gusano Films)

* Escritor. Realizador de cine.

 

La “Mimo” de La 23

Casting

Nataly,
sólo un poema delirante puede acercarse a ti;
sólo unas palabras bamboleantes te pueden acariciar,
palabras que cabalguen, como tú, en la espina dorsal de esta ciudad alada.

Saltaste de precipicio en precipicio,
hasta el último día en que tus ojos tristes
decidieron no derramar más lágrimas.

El árbol de la vida,
el árbol de la muerte,
el cual decidiste adornar como péndulo de horas cansadas,
se transformó en el axis mundi de tu último destino;
por el trepaste hacia tus sueños,
forjados en el fragor de miasmas, bohemias
y desamores.

Fuiste compañía inasible
de esa calle sagrada,
de esa carrera 23 que nos ha marcado el camino.

Sobre tus huellas mis huellas,
sobre mis huellas las tuyas;
tus miradas y las mías se esquivaron y encontraron multitud de veces,
en una danza existencial que ahora continúas
en otra parte,
regalando sonrisas y alegrías,
esas que te fueron escasas.

Con tu máscara de mimo,
pretendías ocultar ese dolor que no era sólo tuyo,
pues también lo compartimos,
como seres humanos,
demasiado humanos.

Nataly… la “Mimo” de La 23…
¡que encuentres dicha en ese más allá!

* Poeta, anacronista y pintor; editor de «ojo con la gota de TiNta (una editorial pequeña e independiente)».

Las mujeres todavía muy discriminadas en la industria musical

Son preocupantes los datos sobre la inclusión de las mujeres en la industria de la música, entendida como todo el ciclo de su cadena de valor, con relación a los hombres. Un estudio realizado por la ONU revela: porcentaje de mujeres que componen para cine, en 2019, entre el 2 y el 3 por ciento; el 15% de los dueños de empresas discográficas del mundo son mujeres; de los compositores registrados en Europa solo el 20% son mujeres; de las 600 canciones más populares entre 2012 y 2017, solo el 22% son interpretada por mujeres y el 12% compuestas por mujeres; de los 1.445 conciertos que en el 2019 realizaron las grandes orquestas del mundo de música clásica o académica, solo 76 de esos conciertos incluyeron por lo menos una pieza compuesta por mujeres.

Estas cifras fueron expuestas por la gerente del Centro Cultural del Banco de la República de Manizales, Ivonne Mendoza, quien actuó como moderadora en la primera sesión del Seminario “Mujeres en el jazz, participación y perspectivas” que hizo parte de la programación el XIII Festival Internacional de Jazz Universitario realizado por el Centro Colombo Americano de Manizales en la semana del 12 al 17 de junio.

Intervinieron en la conversación el doctor Julio César Samper, una de las personas que más sabe de jazz en Manizales y en Colombia “lo disfruta y al disfrutarlo se ha dado a la tarea de conocerlo en profundidad”. Así mismo, Urpi Barco, maestra en artes musicales, una de las cantantes y compositoras más reconocidas en el campo de las nuevas músicas colombianas y del jazz, quien ha recorrido el país y otros lugares del mundo con sus propuestas artísticas.

Julio César se refirió a los orígenes de la presencia de la mujer en el jazz en Colombia a partir de Matilde Díaz, cantante de la orquesta de Lucho Bermúdez, influenciada por su gran amiga Celia Cruz, pasando por Lida Zamora y Clemencia Torres. Resaltó también los nombres de Marta Trujillo, Pilar Botero, Ana María González y Marta Patricia Yepes, quienes desafortunadamente no grabaron y por eso se diluyen en el tiempo.

Urpi Barco, además de hablar sobre las mujeres que la han influenciado para el desarrollo de su carrera artística, describió las barreras históricas que han impedido una presencia femenina significativa en el jazz colombiano, por ejemplo, el miedo a enfrentar este universo de hombres, el machismo, la falta de espacios para visibilizar el trabajo de las mujeres, los escasos procesos que afirmen la credibilidad en su desempeño musical, entre otros.

Escuche aquí la conversación completa:

La vida nos mueve, un universo digital

Una verdadera experiencia digital es La Vida Nos Mueve, la nueva plataforma del territorio de marca CHEC sobre sostenibilidad, innovación, generación de energía, digitalización y trabajo con las comunidades, realizada para ciudadanos de Caldas, Risaralda y en general del mundo, en la que podrán adquirir conocimiento y disfrutar de los paisajes del Eje Cafetero. Un proyecto de investigación – creación, cocreado con la Universidad de Caldas a través del C-Transmedia que deja resultados sociales, ambientales y educativos.

En este universo digital se aloja variedad de contenidos digitales como artículos, galerías fotográficas, infografías y una serie web. A través de una narrativa transmedia se visibiliza la riqueza natural del territorio, los planes de acción para la protección del medio ambiente, la transparencia de los procesos de generación de energía, la relación con las comunidades y las diversas especies; consolidándose como un espacio para el acceso al conocimiento y las nuevas experiencias digitales.

Desde el C-Transmedia de la Facultad de Artes y Humanidades de la Universidad de Caldas se realizó una investigación de narrativas transmedia para identificar aspectos de comunicación y diseño específicos para el proyecto, además de su participación activa en la co-creación de la producción audiovisual, ilustración, storytelling, estrategia, desarrollo TI y experiencia de usuario.

Según German Vinasco, Líder del Equipo Técnico del C-Transmedia “la idea es seguir nutriendo y fortaleciendo este espacio digital,  por eso actualmente trabajamos con CHEC en la elaboración de recursos educativos de acceso libre para la ciudadanía, los cuales integrarán el universo de La Vida Nos Mueve”.

La experiencia universidad y empresa deja resultados de investigación, investigación-creación, transferencia y apropiación del conocimiento, así como colaboraciones en red con otras universidades, agencias y diversos actores sociales, que permiten el crecimiento regional en diferentes indicadores y en los ODS.

Conoce: https://lavidanosmueve.com

 

Productos de la Industria Licorera de Caldas brillaron en el Festival Vallenato 2023

La edición 56 del Festival Vallenato tuvo como protagonistas al Aguardiente Amarillo de Manzanares y al Ron Viejo de Caldas, productos de la Industria Licorera de Caldas (ILC) que contaron con gran aceptación por parte de los asistentes a una de las festividades más importantes del país, que se realizó del 26 al 30 de abril en Valledupar (Cesar).

“Fue un balance muy positivo. Fue el segundo Festival Vallenato en el que participamos, pero este año nuestras marcas fueron protagonistas dentro de la festividad. Competimos de manera directa con marcas que llevan mucho tiempo en la región, pero el comportamiento y el crecimiento de las ventas ha sido exponencial y con muy buena aceptación”, comentó Mauricio Vélez Maldonado, gerente de Mercadeo y Ventas de la ILC.

Como parte de la estrategia llevada a cabo en conjunto con el distribuidor en el departamento de Cesar, se realizaron activaciones de marca en eventos masivos y estratégicos, y en sitios muy representativos de la ciudad como el río Guatapurí, además de establecimientos de consumo, grandes superficies y con el acompañamiento de las principales emisoras.

“Estuvimos en eventos privados y públicos con gran protagonismo del cantante Elder Dayán Díaz que es aliado de nuestras marcas, impulsando el consumo de nuestro Ron Viejo de Caldas Carta de Oro y el Aguardiente Amarillo de Manzanares, que cada vez se consolida como el producto sensación en el país”, afirmó Vélez Maldonado.

El directivo agregó que, como parte de la estrategia de posicionamiento y expansión en la Costa, eventos como el Festival Vallenato son prioridad para seguir recuperando mercado en esta importante zona del país.

“En el Carnaval de Barranquilla en febrero pasado también tuvimos muy buena aceptación de nuestros productos. Seguimos creciendo en unidades vendidas de manera considerable, con cumplimientos de presupuesto por encima del 100%. Vienen otros eventos a nivel nacional pero la Costa sigue siendo una prioridad y por eso en junio estaremos en las Fiestas del Mar en Santa Marta”, concluyó el gerente de Mercadeo y Ventas de la Industria Licorera de Caldas.

EL EXCESO DE ALCOHOL ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD (LEY 30 DE 1986).
PROHIBIDO EL EXPENDIO DE BEBIDAS EMBRIAGANTES A MENORES DE EDAD (LEY 124 DE 1994)

Comité de Educación Superior para la Diversidad en U de Maniales

La Universidad de Manizales cuenta con el Comité de Educación Superior para la Diversidad liderado por la Vicerrectoría cuyo objetivo principal es promover, movilizar y dinamizar las prácticas y las políticas encaminadas hacia el reconocimiento y la atención de la diversidad presente en la comunidad universitaria.

“La Institución siempre se ha ocupado de apoyar a las personas desde sus particularidades y son muchas las acciones que se han desarrollado para responder a la inclusión y a la atención de la diversidad universitaria. Sin embargo, era muy importante consolidar un comité que permitiera seguir avanzando frente a esta realidad educativa a partir de nuevas iniciativas, asignación de responsabilidades y seguimiento de los compromisos”, puntualiza Yamilhet Andrade Arango, vicerrectora de la Universidad de Manizales.

Una de las acciones que se ha materializado desde dicho comité es el desarrollo y la implementación de la Ruta Turquesa la cual puede ser activada por cualquier integrante de la comunidad universitaria que sea víctima de violencia basada en género. Así mismo, se está trabajando en la Política de Diversidad que busca orientar y regular estrategias para el reconocimiento y la atención de las necesidades de la comunidad universitaria desde aspectos como: la formación, los contenidos académicos, la infraestructura, la accesibilidad, la tecnología, los lenguajes, la cultura, entre otros.

El comité está conformado por la Vicerrectoría, las decanaturas, la División de Desarrollo Humano, las direcciones de Proyección Social, Investigaciones y Posgrados y Docencia; el Instituto Pedagógico, los centros de Educación a Distancia y Admisiones, Control y Registro Académico; representantes de Asprofum, Asoden, estudiantes y graduados.

Únete a celebrar el agua, la vida y el territorio

Marcha Carnaval Caldas 

Nacer, crecer y vivir en un territorio montañoso, rico en agua y custodiado por volcanes ha moldeado la identidad cultural y los modos de vida de quienes habitamos Caldas y la región del bio-geo territorio Kumanday, conformada además por Tolima, Quindío, sur de Antioquia y Risaralda.

Aquí, caminar por calles empinadas o cultivar en laderas es un recordatorio permanente de la identidad montañera que nos une como sociedad y conecta nuestro día a día con los ritmos naturales del agua, los volcanes y los ríos. Algunas mañanas se pintan de blanco niebla y otras lo hacen de gris ceniza. Unos días el sol resplandece hasta despedirse en una fiesta de tonos escarlata, y otros las nubes escurren como motitas de algodón emparamadas, tiñendo el día de sobriedad y melancolía.  Y es así, como a través de microclimas, sensaciones y paisajes, la cordillera va encontrando formas más o menos sutiles de recordarnos su gran incidencia en nuestra vida cotidiana.

En estos últimos días, ese mensaje de conexión entre naturaleza y sociedad se ha sentido con mucha más fuerza. Situaciones como la declaración de alerta naranja por posible erupción de volcán y la suspensión del servicio de gas en seis departamentos debido al incendio subterráneo en Cerro Bravo, ponen de manifiesto lo mucho que depende nuestro bienestar social de la vida y los movimientos que se gestan en las montañas.

¿Qué hacer entonces entre tanto estremecimiento? Una opción puede ser la alarma y el pánico. Otra, la conmemoración y el homenaje a esta identidad montañera que se reconoce volcánica y cambiante. Siguiendo la segunda vía, varios colectivos ciudadanos por la defensa del territorio Kumanday interpretan el rugido del volcán como un llamado a celebrar la vitalidad y riqueza de este territorio, y proteger sus laderas sagradas principio y origen de la vida en todo el territorio.

Por ello, el viernes 9 de junio de 2023, en el marco de la conmemoración del Día Internacional del Medio Ambiente y de la “4ta Semana por el Territorio de vida Kumanday”, tendrá lugar la cuarta versión de la Marcha Carnaval Caldas: una celebración por la vida, el agua y el territorio. Toda la ciudadanía está invitada a esta fiesta, donde los colores, símbolos, música y seres andinos son los principales protagonistas.

La Marcha Carnaval no solo es una celebración sino también un llamado para crear conciencia ciudadana sobre distintas amenazas extractivas. El biogeo territorio Kumanday está en riesgo por actividades como la minería, geotermia, el turismo masivo, las hidroeléctricas, la expansión urbanística y los monocultivos. Por ello, esta Marcha Carnaval es un espacio donde la pertenencia y el arraigo por el territorio, la memoria y los saberes campesinos e indígenas toman forma de bailes, cantos, arengas y salen a las calles en una expresión cultural multicolor que recuerda que nuestras verdaderas riquezas son el agua, las montañas y la biodiversidad que albergan.

Es importante mencionar que la primera Marcha Carnaval se celebró en Tolima, en el año 2010, como parte de las manifestaciones culturales para visibilizar y frenar conflictos por explotación minera a gran escala. Desde entonces, esta celebración se ha extendido a otros lugares enfrentados a problemáticas similares.

El punto de encuentro será en el Parque La Gotera a las 8 de la mañana.  Desde allí, a las 10 de la mañana iniciará un recorrido por la Avenida Santander con un tejido de movimientos y organizaciones sociales, comunitarias, populares, estudiantiles, niños y niñas, mujeres, jóvenes, madres y padres. El cierre será con un plantón cultural con olla popular, pedagogías montañeras música y otras expresiones del buen vivir.

Quienes quieran participar en la organización comunitaria de esta fiesta pueden unirse a las cuadrillas encargadas de su gestión: Cóndores trabajan en comunicación;  Pumas se encargan de la gestión logística; Colibríes son las mentes creativas y artísticas; Zarigüeyas enseñan y acompañas a niños y niñas; Ardillas preparan los alimentos y mantienen la olla popular; Birries armonizan la salud y espiritualidad del camino.

Toda la información sobre la Marcha Carnaval puede encontrarse en las redes sociales Instagram @marchacarnavalcaldas y Facebook Marcha Carnaval Caldas Kumanday.

Fotos: Luis David Acosta Rodríguez

Tres inteligencias y muchas preguntas: Festival de la Imagen 2023

Afortunadamente, en estos cuatro días tuve la oportunidad de asistir a una o varias sesiones de todas las áreas del Festival de la Imagen, exceptuando los talleres. He pensado mucho cómo hacer el texto final de este evento. Imaginaba un cierre con broche de oro, tal vez más académico, y un balance general mucho más formal, pero claramente fracasé en el intento.

Así que este será un texto más, probablemente aún más personal, experiencial y desordenado que los demás. Un aspecto que agradezco al Festival de la Imagen, en varias de sus versiones, es la presencia de un alto número de mujeres investigadoras, especialmente en los espacios académicos y expositivos. En varias ocasiones, en las charlas inaugurales, suele estar alguna mujer con más de 20 años de trayectoria en campos que aún llamamos ingenuamente “nuevos” como el arte generativo, genético, interactivo o incluso digital. Siempre es un honor escuchar estas voces cargadas de experiencia y seguridad, compartiendo espacios con tantas personas jóvenes. Las siguientes conclusiones parten de sus palabras.

Lo primero que he de decir es que aprendí muchísimo. Realmente, la cantidad de información de todo tipo que circula en este espacio es muy enriquecedora y muchos de los participantes tienen un docente dentro de ellos, evidentemente. Hay una gran necesidad de que nos detengamos a pensar las imágenes en un mundo sobresaturado de ellas. Como mencionaba Cristina Voto desde la semiótica, es importante leer la capa transparente de la imagen, la más clara y directa, pero debemos detenernos en esa parte opaca, en sus elementos, sus códigos y mensajes, porque es la fusión de estos niveles la que nos permite entender que la imagen es también ideológica, que nos quiere decir algo más allá de lo obvio. Y claro, no sólo aplica para el mundo visual.

Algo que también destaco es la mezcla de diferentes áreas como las ciencias más básicas (biología, física o ecología), la tecnología (programación, ingeniería o mecatrónica), las artes (incluyendo visuales, escénicas y sonoras), el diseño en sus muchas ramas y las humanidades en general. Estos diálogos crean redes reales entre investigadores que plantean futuros compartidos y aportan a sus contextos.

Artist Union. Still life. Anna Frants

Además, entre cada una de ellas hay visiones diversas, incluso opuestas: desde eventos que apuestan a la especulación y la ficción, hasta proyectos más centrados en el mercado y la producción; espacios muy autorales frente a prácticas colectivas; o procesos muy utilitarios en cuanto a otras especies frente pensamientos ecosistémicos. Modelos de mundo variados que se tensionan, se enriquecen y se modifican al estar junto a los otros.

Pero no solo es la presencia de estas disciplinas lo importante, sino el invaluable esfuerzo de repensarlas. La resignificación del diseño y el arte como espacios de responsabilidad social ante la memoria, el presente y el futuro; el cambio de paradigma a una ciencia más afectiva, cercana y abierta; entre tantos otros puntos a debatir, nos llevan a un espacio idóneo para dudar de lo que sabemos y de lo que no.

Sin duda, el tema más conversado fue la relación entre las tres inteligencias: la biológica, la humana y la artificial. Poco a poco, la división de naturaleza y cultura ya no parece tan clara, y términos binarios como orgánico y artificial, o vivo y no vivo, encuentran innumerables matices. Lo complejo es que la mayoría seguimos siendo analfabetas en múltiples aspectos, pero paso a paso aprendemos, al mismo tiempo que recuperamos relaciones fundamentales con nuestro entorno y nos damos cuenta que el conocimiento académico no es el único tipo de saber.

En cuanto a la inteligencia biológica, me alegró ver múltiples intentos de apartar al ser humano del foco principal. Aunque todavía pensamos desde una perspectiva antropocéntrica, es evidente que comprendemos más nuestra fragilidad e interdependencia como seres orgánicos, y que la relación ecosistémica va mucho más allá de un cuidado del medio ambiente, implicando una integración sensible con lo que nos rodea. Es urgente considerarnos los animales que somos en esta crisis que hemos causado en el planeta, y entender que somos fácilmente superados por inteligencias centradas en la supervivencia como las de los microorganismos o los hongos; por las fuerzas de los mares y por la magia de los procesos biológicos, como la fermentación. A pesar de que este año se observaron menos interacciones de arte genético o biológico en comparación con ediciones anteriores del festival, su concepción sigue presente, hoy más mediada por las tecnologías y los lenguajes que nos permiten ampliar lo que ocurre allí, como el sonido.

Todas las rutas me llevan al mar, Salomé Rojas.

Frente a la segunda, la inteligencia humana (no meramente biológica) resultó interesante percibir cómo lo estamos planteando cada vez más desde el trabajo colectivo y comunitario. Muchas voces resonaron a través de productos audiovisuales diversos y comprometidos con sus contextos, aunque todavía estamos en deuda con respecto a combatir la centralización y modificar nuestras metodologías para exhibir menos y, en su lugar, dar más voz. También fue importante entender cómo estos procesos de creación, pensamiento y acción son los que nos definen, lo que conlleva a valorar la circulación de lo que hacemos, conservar lo digital y abrir las plataformas para que puedan ser replicadas. Más allá de una inteligencia meramente racional, me quedo con la poética, la sensibilidad y la fuerza sensorial de las intervenciones humanas del festival, que van más allá de las formas de lenguaje más usuales y logran que existan otras capas de lectura, sobrepasando la muestra de herramientas y dispositivos llamativos.

Por último, quedan muchas dudas y debates actuales sobre la inteligencia artificial, sin duda el tema más discutido en todos los espacios y en el que más me centraré. Con respecto a los términos de programación y software que permiten este tipo de inteligencias, es claro que los detalles técnicos se nos escapan a la gran mayoría, incluso en campos más específicos. En mi caso, sólo la diferencia entre arte generativo y arte con inteligencia artificial resulta compleja, al igual que sus procesos de creación (que aún no reconocemos con facilidad). Sin embargo, debemos aceptar que es algo de lo que ya no podemos hacer la vista gorda, ya que, según varias conversaciones, se estima que en aproximadamente 40 años estas formas de vida alcanzarán avances cuyos límites desconocemos en la
actualidad. Así que plantearé principalmente preguntas. En conversaciones específicas, se mencionaron definiciones específicas ayudando a dar más apertura a estos temas. Por ejemplo, Rolando Carmona (Venezuela) explicó los fractales y el crecimiento de bucle, entre otros modos de creación; Lucia Santaella (Brasil) nombró cada una de las inteligencias generativas de imágenes, así como el significado de machine learning y los modelos de difusión; y desde la teoría, Joaquín Zerene (Chile) definió los términos antropoceno y posthumanismo. Habrían muchos más ejemplos, pero el punto es que estos diálogos nos permiten entender que este campo también está lleno de tensiones, sub-técnicas y diversidades, lo cual nos ayuda a disminuir el nivel de algo parecido a una fobia actual ante la generación de estos nuevos seres que, por ahora, imitan el cerebro humano con traducciones de diversos lenguajes. Todo esto nos lleva a preguntarnos ¿Qué sucede cuando introducimos el afecto o el cuidado desde esa tercera inteligencia? ¿Cuánto de lo que no comprendemos de ellas se debe a qué aún no lo comprendemos en nosotros mismos?

Fotograma de Lucha IA Project por Brisa MP extraído de https://vimeo.com/550044756

Un punto muy interesante planteado por Fito Segrera es que estas máquinas en la actualidad no necesariamente tienen la razón. También cometen errores, ya que sintetizan lo que no se puede resumir (como las composiciones pictóricas de su obra) y pueden tener ideas sesgadas de una realidad ya filtrada por criterios humanos, como la geografía o los idiomas. Entonces: ¿Cómo es el proceso de entrenamiento de la máquina antes del resultado que vemos? ¿Hasta dónde pueden llegar las interacciones entre estos seres?

Lo más gratificante del festival es salir con una cierta tranquilidad que nos brinda un “no lo sabemos”. Entre visiones apocalípticas, ecologías donde las tres inteligencias tienen el mismo peso o futuros en los que seguimos teniendo el control, las probabilidades son similares y nuestra capacidad para entenderlas es mínima. Lo que sí está en nuestras manos es no permitir que el desarrollo de estas inteligencias siga de la mano de un neoliberalismo extremo, proceso de segregación social o privilegios no compartidos, ni bajo una racionalidad cartesiana que nos impide sentir y cuidar. Por eso, lo colectivo, lo ancestral, lo sensible y lo ecosistémico son vitales al pensar en las IA, y eso quedó más que claro. La pregunta aquí es: ¿cómo escuchamos cada vez más a pueblos cuyas inteligencias y tecnologías no pasan por el software y hardware que nos han vendido? ¿Cuáles son los usos que actualmente le damos a estas tecnologías y qué usos les queremos dar como sociedad? ¿Cómo pensamos las tensiones de poder que implica su uso como herramienta, su reconocimiento como seres y su control externo?

Charla de Lucia Santaella (Brasil)

Nos enfrentamos a aspectos tan variados como el misticismo electrónico, los sentimientos, las frustraciones y las decisiones políticas. A su vez, se mantienen grandes discusiones dentro del ámbito artístico, como la relación entre la técnica, la creación, el concepto y el discurso: ¿Por qué utilizamos esta herramienta y qué repercusiones medioambientales tiene? ¿Cómo piensas a partir de estas técnicas? ¿Cómo se expresa la poetización de la inteligencia artificial sin necesidad de ser sólo una exhibición de programas digitales?

Y concluyo como siempre, felicitando a todas las personas invitadas por todo lo que nos dejan y especialmente a los procesos locales que vimos en el festival, y también a aquellos que no estuvieron en este marco. Espero que los sigamos acompañando de forma constante en nuestra cotidianidad, que la presencia internacional y de Bogotá sean un insumo para fortalecer la descentralización en lugar de una forma de perder esta riqueza, y que el próximo año por fin me pueda centrar en los talleres, que sin duda son uno de los espacios más interesantes de este evento.

*Museóloga y docente.

Reclasificar el mundo: el sonido como fuerza de lo extraño

Siempre que hablamos del Festival de la Imagen una palabra se vuelve central, aun cuando pareciera contradictoria: el sonido. A fin de cuentas, el oído es uno de los órganos más importantes para la construcción del lenguaje, la posibilidad de movimiento y la capacidad de reconocimiento de nuestro entorno.  ¡Qué pocos espacios tenemos para pensar en lo sonoro dentro de los reinos infinitos de lo visual! Cristina Voto justamente mencionaba en su conferencia, basada en los herbarios, cómo ha primado el sentido de la vista al clasificar el mundo y lo apegados que estamos a la normalización de ciertos esquemas, digamos formas de hacer imágenes, llevando a que nos cueste incluso reflexionar sobre ellas. ¿Cómo hacemos emerger los saberes visuales y no solo las formas de reproducción de los referentes? ¿Cómo liberamos la mirada?

Tal vez por esta búsqueda de ir más allá de lo visual es que la gran mayoría de las piezas mencionadas en los seminarios del festival tenían una gran carga sonora. Además, están los dos espacios dedicados sólo a este tema, puentes y paisajes sonoros.  Especialmente en estos componentes, que parecen extenderse hasta el expositivo, agradezco al evento por enfrentarnos a lo extraño, a lo que parecemos no entender y que nos obliga por un momento a captar desde lo sensorial y lo sensible: Paisajes de pesadillas y de aguas, trazos autogenerados al sonido de una flauta y un sensor, bicicletas que modifican la frecuencia sonora a partir del pedaleo de dos personas en simultáneo o recipientes de luz que se encienden como un xilófono natural.

Por ejemplo, la obra de Mónica Naranjo (Colombia) reproduce un sonido simple en torno a las velocidades con las que el agua permite la creación de los milenarios cenotes en Yucatán, México. Escuchando su conversación, las piezas son como un viaje geológico que va desde las rocas sedimentarias, la existencia de cuevas, e incluso las marcas de los meteoritos. La luz, el agua y el tiempo se mezclan con los ritmos del planeta, donde rocas suaves y milenarias seden con una gota de agua. Allí lo específico y lo especulativo de la ciencia y el arte se mezclan para dar vida, en el cenote a especies biológicas, en la obra bombillos y sensores.

Sin duda nuestras relaciones con el entorno no son fáciles de suponer (especialmente en esta parte del mundo) incluso podemos decir que son igual de extrañas (y negadas) a lo que nos muestra el festival. Rosario Montero (Chile) en el XIX Foro Académico Internacional de Diseño nos recuerda cómo en cierto momento de la historia invitamos a los europeos a que categoricen nuestro territorio de formas homogéneas y científicas, papel que hoy en día cumple el turismo y el capitalismo: una imagen limpia, turística y vendible de nuestra tierra. Pero la investigadora nos enfrenta a dos referentes artísticos y especialmente a un video de celular, donde escuchamos la fascinación de una persona ante un inminente desastre natural en costas chilenas (cualquier parecido con nuestro amor por un volcán activo es pura coincidencia).

Esto recuerda nuestro paisaje convulso y afectivo aun ante la catástrofe, ante la fuerza de elementos naturales con los que convivimos y a veces hasta entendemos desde lo local más que desde lo científico. Captamos una extraña belleza en este caos de la imagen en movimiento y el estruendo, con la capacidad de ser naturaleza y no de entender el paisaje como abstracción.

Retomando las ideas de Cristina Voto, con quien inicié este texto, estamos ante lógicas de clasificación que se centran en dividir individuos únicos y no se expanden a un pensamiento ecosistémico. Pero, así como no puedo pensar el diente de león sin el insecto, tampoco lo puedo hacer ya sin el cemento: la biología nos recuerda que somos un animal más. Para la investigadora el arte contemporáneo repiensa las definiciones y divisiones de las bases de datos, al tiempo que se acerca críticamente a la materialidad de lo inmaterial y lo evanescente. Y creo que ese lenguaje sensible, la imagen poética y la incomodidad de salir de lo que consumimos día a día puede ayudar a romper este tipo de lógicas limpias, bellas y que buscan una verdad irrevocable.

Pero no solamente me refiero solo a esa sensación que genera lo desconocido en piezas de arte contemporáneo, sino además a gestos tan simples como llegar a la muestra de Cine (y) Digital a escuchar diversas lenguas indígenas que no solemos tener en la cotidianidad urbana, un paso para descolonizar el oído por un momento y dar una nueva lectura a los sonidos del habla.

Durante esta semana me he dado cuenta de un gran contraste entre invitados: aunque a veces ciertas investigaciones visuales o sonoras replican el mismo principio positivista de uso de las especies biológicas como algo a ser diseccionado, es una postura que estamos debatiendo desde Latinoamérica y desde la práctica artística. Tenemos respuestas fuertes y claras frente a la instrumentalización que pasan por todos nuestros sentidos especialmente desde la mezcla de las inteligencias biológicas, humanas (colectivas) y artificiales poniéndolas al mismo nivel: solo pensemos en Hypha, obra de Natalia Cabrera (Chile), donde es posible algo tan extraño como ser un hongo desde una realidad virtual que te hace sentir, corporalmente, dentro de este mundo abstracto, científico y poético.

* Museóloga y docente.

 

Abrupto despertar

Sara Jaramillo Klinkert en su nueva novela Donde cantan las ballenas, publicada en el 2021, desde un comienzo logra despertar la curiosidad y el interés en el lector, no solo con el sugestivo nombre de su libro, los enigmáticos epígrafes de Edgar Allan Poe, sino con el párrafo inicial del mismo:

El polvo estaba quieto a lo largo del camino. Quietos los pies descalzos de Candelaria como renacuajos confinados en la estrechez de la pecera. Quietas las ballenas que custodiaban la casa y que nunca habrían de cantar. Quieta el agua del estanque en el que iban a pasar tantas cosas. No es que fuera verano y el viento no soplara, lo que pasaba era que hacía mucho tiempo que nadie recorría el camino hacia Parruca. Pero no era una quietud de las que indican calma, sino de las que anuncian que algo está a punto de ocurrir.

Sara Jaramillo Klinkert (Medellín 1979), es una periodista y comunicadora social de la Universidad Pontificia Bolivariana, quien ha sido colaboradora de los principales medios de comunicación de Colombia. Licenciada en Periodismo por la Universidad Pontificia Bolivariana, estudió el Máster de Escritura Narrativa de la Escuela de Escritores de Madrid, en donde comenzó a concretar su carrera literaria, en la cual irrumpió con su libro autobiográfico Cómo maté a mi padre, y ahora nos ofrece según ella, una novela que rinde tributo de nuevo a su padre, a la naturaleza que la rodeó en sus primeros años, pues se crió en una finca plena de exuberancia de plantas y animales, a autores que la han inspirado, Alejo Carpentier, Edgar Allan Poe, y en general al idioma que le ha permitido exponer su alma a través de la escritura, en la cual es muy exigente consigo misma.

En esta novela de aprendizaje, en donde la protagonista es una niña en pleno crecimiento, pero con la ausencia de su padre, quien le alcanzó a enseñar tantas cosas, como en El Principito, “lo esencial es invisible a los ojos”, a tener confianza en sí misma, a arriesgarse con medida y a amar y respetar la naturaleza. Su morada está en Parruca un sitio alejado de todo, en donde las plantas crecen a su antojo, los animales son libres, y quien llega allí se siente protegido por la soledad del lugar. La acompañan Teresa su madre, Tobías su hermano y la casa, otro elemento importante en su vida, por todas sus singularidades.

Ante la ausencia de su padre, serán los personajes extraños y enigmáticos que se instalarán en la casa, con quienes interactuará buscando su crecimiento y tratando de entender a los seres humanos en sus diversas facetas cronológicas y anímicas y comprenderá que crecer implica tomar decisiones y luego se dará cuenta que los adultos al tomarlas pueden equivocarse y que el arrepentirse de ello, es lo que los humaniza. Esta será otra forma de explorar la ausencia de su padre y empezará a surgir en ella la necesidad de buscarlo, para saber porqué los abandonó.

Para quienes arriban a ese lugar, por diferentes motivos, constituye el sitio ideal, lejos de la indiscreción y de la morbosa curiosidad de los demás y un escondedero perfecto:

Parruca es un buen lugar para esconderse. Viven pocas personas, es difícil llegar y las montañas no hablan, nadie delata a nadie. Así se comportan quienes tienen asuntos que ocultar.  A veces es mejor así: yo no hablo, tu no hablas, las montañas no hablan. Eso es lo que pasa con las personas que andan huyendo, nunca pueden estar seguros de adonde pueden ir a parar, ni lo que les espera a donde sea que lleguen.

A Candelaria, la nostalgia, el recuerdo de la presencia de su padre y las celebraciones que armaban con su mamá y su hermano, en las que todo era alegría, música, baile y diversión, la marcaron definitivamente: su papá con el tamboril interpretado majestuosamente, hacía sonar el corazón de la casa, como llena de vida; sus silbidos que competían con los pájaros, Tobías improvisando e interpretando las letras de las canciones, ella tocando la marimba que le construyó con las botellas de aguardiente que se tomaba y su madre festejando con su vestido rojo que le hacia juego con sus labios y su dicha. Todo lo que sonaba cuando su padre estaba, ahora era silencio.

Pero en medio de ese silencio la vegetación siguió su curso normal y se fue desbordando ya que él no estaba para controlar su crecimiento, fue invadiendo no solo el exterior de la casa, sino su interior e igualmente su cimentación, nada la detenía. Su madre creía que al arrancar los laureles invasores, podría así arrancar el recuerdo de su esposo. Los sonidos regresarían luego con la presencia de Gabi de Rochester–Vergara quien arribaría después de deshacerse de su tercer marido y con el dinero, sin dejar rastro. Esta constituyó un paradigma femenino para Candelaria, antes despreocupada de su figura y su desarrollo, pero al ver la coquetería y la forma de organizarse de Gabi, comenzó a inquietarse de sí misma.

Por primera vez se atrevió a tocarse en los lugares en que las monjas le tenían vetados, y la sangre empezó a circular más rápido en sus venas. Sintió un calor emanado desde dentro que le coloreó la cara con el mismo tono del pelo. Era diferente al que percibía cuando se tumbaba al sol o llevaba a cabo alguna actividad física que la pusiera a sudar. Los pensamientos deambulaban en una espiral sin orden ni lógica dentro de su   cabeza. El corazón le latía más duro y más deprisa, pero esta vez percibió los latidos entre sus piernas y a lo largo de todo el cuerpo. Creía necesario hacer algo a lo que no   sabía que nombre poner. Tuvo la sensación de que se derretía por dentro y se angustió porque lo que estaba sintiendo tenía que ser pecado, pero el solo hecho de pensar que    estaba pecando, le generó mas placer.

En cuanto a Tobías, este vivía en otro mundo, tratando de experimentar con los hongos alucinógenos que habitualmente consumía y a pesar de la constante vigilancia de su hermana y el marcado desinterés de su madre, pero era tanto el abandono de su hermano y la decidida decadencia en la que se involucró,  hasta que su interés por él, fue cuestionándola:

La altura del balcón le proporcionó una visión general de su hermano que la hizo pensar en un montón de cosas que nunca tendría la oportunidad de decirle a la cara. Pensó en los alejados que estaban y en que no sabía si odiaba más sus silencios o sus comentarios sarcásticos. Visto desde arriba parecía un completo desconocido. Llegó a la conclusión de que uno puede vivir bajo el mismo techo o dormir en la misma cama con alguien y, aun así, sentirlo a kilómetros de distancia.  

Después de Gabi, aparecieron otros personajes que fueron aportando nuevos conocimientos en la formación de Candelaria, su frenética búsqueda no solo del sitio en donde cantan las ballenas, sino de su sexualidad, despertada por Gabi y exacerbada por la visión accidental de la desnudez de su hermano. Santoro sería uno de los nuevos huéspedes, con su cuervo Edgar que le servía para comunicarse con los demás, venía huyendo de sus enemigos, o de pronto de sí mismo;  y como novedad pagaría su alquiler con pepitas de oro. Luego vendría el desahuciado, Emilio Borja y sería Gaby quien lo traería y también lo despacharía. Finalmente aparecería Facundo con su incesante búsqueda de un ave a punto de extinguirse y su presencia llenaría la casa de calma y de nuevas expectativas, después de la misteriosa partida de otros huéspedes.

La búsqueda de Candelaria se concretará, cuando Facundo con gran motivación emprenderá con ella el viaje en pos de su sueño de encontrar el ave que le falta para evitar la extinción de una especie a la que ha dedicado mucho tiempo y esfuerzo. Esta motivación de Facundo, la cuestionó: Se preguntó si ella también era rara, si todo el mundo lo era a su manera y si la rareza es algo que vemos en los otros, pero no en nosotros mismos. Comprendió que lo que parece más oculto, siempre está frente a nosotros y por eso no nos percatamos y que si las cosas parecen cambiar, más bien es la percepción que de ellas tenemos.

Crecer implica saber aceptar la realidad, entender que muchas veces lo que estábamos buscando, no existe, o no justificó la búsqueda, por eso a la felicidad y la tristeza no las separa sino un instante, el de la percepción.

*Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas

 

Asumir el antropoceno con responsabilidad

Hoy en día, los datos son como hormigas que transitan y generan el espacio, sin que sepamos su verdadero alcance, inicio y final, justo como en las piezas de Sommerer con sus insectos constructores de imagen. Ella también plantea, al igual que Fito Segrera y otros invitados, que esta información está orquestada por máquinas que aprenden, leen el cuerpo y traducen en lenguaje: estos dispositivos son resultado del diseño.

El martes dentro del Festival de la Imagen pude escuchar una conversación con Joaquín Zerené (Chile), un espacio muy interesante para comprender términos que nos suenan tan ajenos como posthumanismo, antropoceno o diseño centrado en el planeta. A medida que avanzaba la charla pensaba que muchas de las piezas vistas estaban en total relación con sus teorías.

Zerena habla de un campo disciplinar que se piensa más allá de generar objetos y organizar espacios para un usuario (un discurso muy capitalista), centrándose en una conciencia filosófica de que el diseño nos crea a nosotros mismos y tiene la capacidad de modificar nuestro propio planeta, así como los acuerdos sociales e incluso las identidades. Aquí, la imagen no solamente representa el mundo sino que nos permite entender cifras, relaciones climáticas, algoritmos, datos corporales, momentos efímeros, entre muchas otras capas de información que se escapan al entendimiento de nuestros sentidos.

Así mismo, la reflexión ecológica pasa de la protección del medio ambiente a la interacción de múltiples seres que construyen posibilidades o limitaciones, orgánicos y no orgánicos, como en las obras de Sofia Crespo (contadas por Andrés Hoffman y Rolando Carmona en el Seminario Internacional) quien crea nuevos seres artificiales a partir de datos sobre especies en peligro de extinción. Por esto mismo en espacios como el Foro Internacional de Diseño se hace de vital importancia volver a pensar las palabras más básicas: qué llamamos vida, inteligencia, información o consciencia, pero también qué es ese futuro que esperamos construir.

En este contexto, la creación supera el alcance cultural y entiende las relaciones no humanas, así como las transferencias minúsculas e ignoradas que hacen que seamos la especie que creemos ser. Por ejemplo, Marcos García plantea cómo las relaciones de los medios digitales o la creación de imagen no pueden pensarse sin los elementos básicos de la naturaleza, como los hidrocarburos o las plantas mismas. Mencionaba que estamos en un mundo interdependiente donde el conocimiento se produce a partir de relaciones.

Espacios como los laboratorios ciudadanos que él mismo expone o los archivos mencionados por Raquel Caerols desde Medialab, son para mi necesarios para ampliar nuestra capacidad de comprender las herramientas, su historia y los cambios que deseamos generar. En estos lugares se produce conocimiento y experiencia para mejorar la vida en un lugar a partir de estas nuevas relaciones, con una documentación y licencias abiertas que permitan una resonancia. Son entonces momentos para intervenir el paisaje desde el diálogo y con una postura crítica, articulando voces diversas como la ruralidad, la discapacidad, la vida no humana e incluso no orgánica. Un habitar que no pretenda controlar pero si crear vínculos para dar forma al mundo en que vivimos desde una gestión comunal sostenible en aprendizaje permanente.

También desde las artes propuestas como la de Chatonsky, otro de los invitados a las muestras de Casa Hoffman, plantean una arqueología del futuro digital repensando quienes lo han promovido y qué tiene sentido proyectar a un futuro. Sin duda hay mucho que pensar en torno a esta ampliación de la idea de diseño, arte y tecnología consciente del uso que le damos a los seres que nos rodean y cómo son ellos quienes han construido nuestra propia historia. Cierro esta tercera nota pensando en una imagen mucho más poética que deja sobre la mesa las mismas relaciones: Fredy Clavijo, parte de la muestra de Cine (y) Digital, dónde una mujer toca una pistola de gasolina en medio de un inconmensurable páramo. El paisaje, la producción humana, los recursos fósiles que tanto utilizamos, el entendimiento del sonido como parte del cuerpo mismo… relaciones de un humano que genera una nueva era geológica donde, contrariamente a su nombre, intentará pronto dejar de ser su centro.

*Museóloga y docente.