Libros en Inquisición

Casting

Por estos días, en Pensilvania, Caldas, hicieron una pira funeraria… perdón, una pira literaria con libros de la Biblioteca Municipal, cuya humareda se divisó desde muchos kilómetros a la redonda. La iniciativa fue del alcalde, quien ordenó a la directora de la biblioteca que se deshiciera de esos libros inservibles. La funcionaria obedeció sin ningún miramiento, sin contemplaciones, cumpliendo la orden al dedillo.

Cuando leí la noticia en el periódico vinieron a mi mente sucesos trágicos para la historia de la humanidad: la Biblioteca de Alejandría, el holocausto nazi, Fahrenheit 451, de Ray Bradbury, etc… como acciones de aniquilamiento cultural en donde el conocimiento y la sabiduría producida fueron consumidos en hogueras incitadas por el fanatismo y el odio. Me pareció inaudito que hoy todavía sucedan estas cosas, pero luego de reflexionar, me di cuenta que esto pasa de manera frecuente.

Las bibliotecas de libros físicos están desapareciendo, reemplazadas por archivos digitales. Hay un desprecio generalizado por estas obras que lo único que hacen es ocupar espacio. La consigna es destruirlas, prenderles fuego, convertirlas en cenizas de las cuales no volverán a resurgir como el Ave Fénix.

Soy un enamorado de los libros en papel, de sus olores, del polvo que acumulan en el paso del tiempo. Abrir un libro es para mí un acto de magia; al desplegar sus hojas ingreso en portales de ensueño y maravilla. Admirar las cubiertas, las carátulas, los tipos de letra, las ilustraciones, en fin, todos los elementos que han permitido crear estas obras de arte, significa el viaje, la aventura… el caminar por mundos de vida y muerte, acompañado por seres visibles e invisibles que nos habitan y habitamos desde los arcanos innombrables y eternos.

Considero que los libros físicos, si bien no son tan funcionales como los digitales en esta época de inmediatez, deben permanecer como testimonio y memoria arqueológica de una era bella en que lo artesanal era implícito de la creación… y todavía quedamos algunos especímenes a quienes nos gusta manosear, oler, saborear y disfrutar de un buen libro, ojearlo y penetrar en sus misterios, los cuales nunca dejarán de asombrarnos. Amo mis libros viejos y nunca dejarán de ser los compañeros incondicionales del tránsito por la existencia. Me declaro integrante de la resistencia contra la pérdida de la memoria, esa que atesoramos en los libros de papel, como baúles encantados, porque si son combustible, únicamente es para avivar la imaginación sin límites.

*Poeta, anacronista y pintor; editor de «ojo con la gota de TiNta (una editorial pequeña e independiente)».

La diversidad se toma el Festival Internacional de Teatro de Manizales

Más de 40 presentaciones tendrá la programación del Festival Internacional de Teatro de Manizales en su versión número 54 que vuelve a tomar vida desde la presencialidad del 3 al 9 de octubre de 2022 con Chile como país invitado y un eje temático: la diversidad.

● El Festival tendrá la vocación de inspirar, provocar, emocionar, hacer reflexionar y enseñar a estar juntos.
● Chile, como invitado de honor, llegará con cinco propuestas de sala, calle y público familiar.
● La programación completa se encuentra en la página web http://www.festivaldemanizales.com

Regresa con espectáculos, talleres e intercambios culturales que buscan desde las diversidades y la inclusión, ampliar las prácticas creativas y dar cabida a todos en el teatro.

Esta gran fiesta estará llena de artistas, colaboradores reconocidos y emergentes de diferentes lugares, razas, orientaciones sexuales y orígenes sociales, que a su vez presentarán una programación heterogénea que permitirá cautivar y desarrollar los públicos. “El Festival volverá a cobrar vida, a ocupar las salas y los espacios públicos de nuestra ciudad y sobre todo será una fiesta de la diversidad, la tolerancia y el intercambio de ideas y oportunidades”, expresó Octavio Arbeláez Tobón, director del Festival Internacional de Teatro de Manizales.

“El diseño de una programación diversa y heterogénea, curada con coherencia, permite cautivar y desarrollar los públicos, pudiendo dirigirse tanto a los amantes del teatro, de su historia y su legado, como a los que no han acudido todavía, a los que buscan otras miradas y para los que hay que establecer otras estrategias”, resaltó Arbeláez Tobón.

Este proyecto tiene como misión ampliar el interés del público cautivo hacia otras áreas de la programación y, al mismo tiempo, atraer nuevos públicos a los festivales, ofreciéndoles herramientas para acercarse a todas las formas de teatro.

Este año se incorporará especialmente el teatro que se hace desde los territorios y que presenta un testimonio vivo de lo que acontece, atendiendo a la diversidad del espacio cultural común y a los fenómenos de diáspora y transnacionales, como lo es el caso de Chile, país invitado, que retratará a través de cinco creaciones su situación política y protesta contra la violencia y opresión hacia la mujer.

El performance con el que Chile avivará este Festival, es ‘Un violador en tu camino’, considerado el himno del feminismo, de la agrupación Las Tesis, reconocida por TIME entre las 100 personas más influyentes de 2020. “Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía”, dice esta canción de protesta, que ha dado la vuelta al mundo. Su
reclamo contra la violencia y opresión hacia la mujer resonó en el 2019 y lo continúa haciendo ahora en ciudades de Europa y América, incluyendo Nueva York,  luego de que decenas de movimientos feministas lo tradujeron y adaptaron para denunciar y visibilizar los feminicidios, desapariciones y demás violencias contra la mujer.

Otras de las obras con temáticas relacionadas con las mujeres más esperadas son: Mistral, Gabriela (1945). La reconocida directora Aliocha de la Sotta dirige esta obra escrita por Andrés Kalawski, que imagina a la poeta chilena Gabriela Mistral en Brasil, en 1945, secuestrada por un grupo de mujeres jóvenes que intentan cambiar el mundo
y que quieren que aproveche su liderazgo para promover los discursos feministas. No es un montaje biográfico: es una fantasía que plantea un intento por hacer un mundo más justo, donde millones de mujeres no pueden aún vivir su amor como les gustaría.

La violación de una actriz de teatro, de Carla Zúñiga, que cuenta la historia de una actriz que en medio de la peste debe interpretar nuevamente una obra que ha interpretado durante años, aunque esta vez, es a través de una pantalla. Antes de entrar a escena, la actriz recuerda repentinamente un episodio de su vida y se niega a actuar; de pronto, toda su vida se ha resignificado. A partir de esta historia reflexionaremos sobre la violencia sexual ejercida sobre la mujer a lo largo de la historia; la negación, la mentira y los obstáculos con los que se encuentran las víctimas al aceptar sus propios episodios de abuso.

Así mismo, participarán países como México, Perú, Brasil, Argentina, Portugal, España, Francia y Suiza; además de distintas ciudades colombianas como Bogotá, Medellín y por supuesto, la apuesta local manizaleña con teatro de sala y de calle.

Durante la semana del FITM, se realizarán 24 funciones de sala de teatro nacional e internacional, y 19 de teatro callejero.

Al mismo tiempo, se desarrollarán eventos académicos y de circulación artística, gracias a la vinculación de universidades de la ciudad y el mundo, y a la participación de grandes directores, actores, y dramaturgos. “Creemos que los gestos y las palabras serán las que van a aproximarnos a esas nuevas realidades y sobre todo a una visión común que es el respeto a la diversidad y a la pluralidad”, enfatizó el Director del Festival.

 

Qué se come en Caldas

El estudio más completo sobre la gastronomía caldense, sus orígenes, ingredientes y aplicaciones esenciales, que se haya realizado en el departamento, lo hizo la cocinera profesional Rosaelena Macía Mejía para la Cátedra de Historia Regional realizada por  la Universidad de Caldas en 2017. Aquí la ponencia completa denominada Fogón Caldense: remembranzas de cocinas y cocineros Fogón Caldense Cátedra Otto MOrales Benite

“¿Y qué se come en Caldas? Acerquémonos un poco a nuestro Caldas, que además de conservar muchas raíces antioqueñas, tiene influencias caucanas, tolimenses, chocoanas, italianas, inglesas, francesas, alemanas, árabes y tradiciones regionales…”

Evoca Macía momentos, emociones y sabores con una oblea de Chipre, un pionono de Aguadas, unos corchos de Neira, unos huevos al vapor de Salamina, unas moriscas de Filadelfia, unos chorizos de Villamaría, unas chuletas del títere en Chinchiná, unas “rellenas” de Neira, por poner algunos ejemplos.

A propósito del encuentro Sabores de Caldas  que se realizará del 5 al 9 de octubre en Expoferias Manizales, evento que recogerá las mejores experiencias caldenses de cocina tradicional, cocina de autor, saberes ancestrales, la academia, entre otros, presentamos los productos gastronómicos de Caldas  por regiones, resultado de la rigurosa investigación de Rosaelena Macía Mejía:

Región 1: Marmato, Supía, Riosucio. Denominador común: dulces y productos derivados de la caña panelera.
. Marmato: morcilla, sirope, sancocho de cancana.
. Riosucio: cena de gallina en hojas de bijao, chicha, chiquichoques, bollo subido, nalgas de ángel.
. Supía: colaciones de azúcar y de panela, mazamorra con arequipe, panderitos, guarapo y alfandoques o polviaos, hogagatos.

Región 2: Belalcázar, Viterbo, Risaralda, San José de Caldas, Anserma. Denominador común: mecato y parva.
. Anserma: empanadas de cambray, caspiruleta
. Belalcázar: pandebono montañero, bizcochuelo.
. Risaralda: patacones de yuca con hogao y yuca calada en fondos paneleros
. Viterbo: pescado frito, gauchos, conservas de grosellas con panela.
. San José: cachama, parva, aguacates y mecato, mermelada de cacao.

Región 3: Chinchiná, Manizales, Neira, Palestina, Villamaría. Denominador común: cerdo, asados y chorizos.
. Manizales: carne asada a la parrilla, chuzos, chorizos, empanadas, mondongo, obleas, acordeones, gelatina negra de pata, parva fina, obleas, sancocho de uña.
. Neira: morcillas, corchos hechos con gelatina de pata y leche y con su fórmula celosamente guardada, lo mismo que el dulce de la cereza del café producido en Pueblo Rico, quesadillas, mazamorra con panela.
. Palestina: chorizos de cerdo, chicharrones, fritanga de carne de cerdo, frutas, quesadillas.
. Chinchiná: carne asada a la parrilla, chuzos, chorizos cocinados, las chuletas del Títere.
. Villamaría: chorizos de cerdo que hoy son marca registrada de una firma de embutidos nacional, mazamorra con panela. En la zona del nevado changua o caldo de papas y agua panela caliente con queso.

Región 4: Aguadas, Aranzazu, Filadelfia, Salamina, La Merced, Pácora, Marulanda. Denominador común: mecato y parva fina.
. Aguadas. pionono y torta negra.
. Aranzazu: chorizos, ponqué blanco, chicha y vino de moras.
. Filadelfia: bizcochuelos con almidón de yuca, en reemplazo de la harina de trigo, moriscas.
. Salamina: macana, huevos al vapor, huevos al vapor con salchichón, trucha en la Cuchilla, chorizos del Zacatín, aguardiente “señoritero” servido en “ternos de tinto” para que no se note, tirados y cuca con kumis.
. La Merced: pandequeso en horno de leña, para el “casao” con cuca, chorizos ahumados de la Locha.
. Pácora: gelatina blanca, bizcochuelos asados en latas vacías de sardinas, galletas y parva, subidos de panela, torta de bolo.
. Marulanda: sancocho, rellena y sudao de oveja.

Región 5: Manzanares, Marquetalia, Pensilvania. Denominador común: parva, aguacate y productos derivados de la caña de azúcar.
. Manzanares: aguardiente amarillo (de caña gorobeta), hoy en día marca registrada de la licorera del Departamento, tinto con limón y pan manzanareño, gelatina de pata blanca y negra, grandes cultivos de aguacate haas y están en el proceso de fabricación y comercialización de una salsa de aguacate con receta de una portadora de la tradición local.
. Marquetalia: alfandoques, plátanos y yucas cocinados con cáscara en los fondos paneleros.
. Pensilvania: dulces de toronja y papaya verde en almíbar, parva delicada de sal y de dulce, bocadillos, vinos y dulces de feijoa, vinos de limón y para consagrar, fabricados por las monjitas del convento de la Visitación.

Región 6: La Dorada, Samaná, Victoria, Norcasia. Denominador común: frutas, pescado, aguacates. Sincretismo gastronómico entre Caldas, Tolima y Cundinamarca.
. La Dorada: con su festival de la subienda variedades de pescado, lechona, masato de maíz, limonada natural con panela desleída, caldo de cuchas, bollos subidos, tamal tolimense, jugos de frutas en la plaza de mercado, chocolate en leche, sudao de asadura.
. Samaná: pescado frito, alfandoques, panela.
. Victoria: son famosos sus asados y el pescado, son peculiares sus desayunos con caldo de papa con costilla, pan, chocolate en leche, huevos y queso, pan y arepa, aguacates.
. Norcasia: pescado frito, frutas, mangos, aguacates.
NOTA: En La Dorada, Norcasia y Victoria, la influencia del Tolima es evidente, se come pan “mariquiteño” amasado con manteca de cerdo, se come mucho pescado por la cercanía del Río Magdalena, no se cultiva café y el chocolate se bate con leche.

Tambor Hembra: Mujeres al “toque” de tambores

Cuando se le pregunta a Juan Manuel Ocampo, qué es Tambor Hembra en septiembre de 2022, contesta con orgullo: “Una familia musical que trabaja por el rescate de las músicas tradicionales de Colombia, desde un poder que son los tambores tocados por mujeres”.

Esta familia tiene un proyecto artístico con varias acciones paralelas de grandes alcances culturales en los campos de la educación, la investigación, el espectáculo y la gestión. El artífice de esta escuela fue el Maestro en Música de la Universidad de Caldas, Juan Manuel Ocampo, en el año 2016 con 10 personas. Hoy hacen parte de ese proceso aproximadamente 100 mujeres entre los 7 y los 69 años, entre ellas 9 integrantes del grupo base responsables de los conciertos: Juliana Zuluaga, Alejandra Ocampo, Alejandra Castrillón, Alejandra Zuluaga, Yesica Paola Quintero, Lina Torres, María José Gallego, Lorena Uzuriaga. El director Juan Manuel Ocampo y un equipo de trabajo conformado por ingeniero de sonido, fotógrafo, realizador visual, secretaria y contador.

“Todo empezó, cuenta Juan Manuel, por la necesidad de un trabajo académico de investigación y experimentación para rescatar las músicas tradicionales de Colombia y en uno de mis viajes de inmersión conocí la red de tamboreras de Barranquilla. Me causó inquietud mujeres tocando tambores y me las imaginé también en la región andina”.

Lorena Uzuriaga, hace parte de Tambor Hembra desde 2020. “Veía el proceso desde lejos y siempre lo admiraba. Me acuerdo que hablábamos con Juan Manuel que en la ciudad no había un proyecto de chicas tamboreras, algo novedoso para Manizales”.

Para Juan Manuel trabajar este género con mujeres ha implicado muchos retos. “A pesar de que hoy se ve bien, la mujer antes no podía tocar el tambor, era tradición, hoy en día es más común, hace parte de ese proceso de rescate y experimentación. Nos ha ido muy bien en todo este tiempo, las mujeres son muy comprometidas y eso nos ha permitido crecer con toda la calma”.

Lorena reafirma: “Estamos desmitificando mitos que se han tejido alrededor de las mujeres. Entre nosotras las relaciones ha sido muy armónicas, trabajamos muy bien todo el tiempo superando múltiples circunstancias”.

Lo demuestran en todos los escenarios que han pisado, no solo en Colombia sino en otros países, con su ritmo, alegría, colorido, y la cadencia de sus cuerpos, talentos con que interpretan cumbias, bullerengues, mapalés, afros, porros, pasillos, bambucos, currulaos, agua-bajos, aires colombianos que resuenan al son de sus instrumentos: tambor alegre o tambor hembra, el más grande y de donde viene el nombre del grupo, el que repica; tambor macho o llamador, el más pequeño; tamboras, maracones, gaitas, voces.

El fuerte de sus repertorios son los ritmos tradicionales percutidos de Colombia, principalmente del Caribe, pero también han hecho inmersiones en el Pacífico, la región andina y un poco de los llanos. “Consideramos a Colombia como una unidad, sentimos que esta música también es de nosotros, está en nuestra sangre, nacimos con eso a pesar de que no tenemos la raíz en la cuna”. Explica el director. Lorena agrega, “igual hace parte del proceso de mestizaje, estamos en todos lados y traerlos al frío es muy chévere porque incita a bailar, a estar alegres”.

Esta experiencia feliz de “resonar” tiene un valor agregado esencial para los integrantes de Tambor Hembra: el rastreo, en cada una de las localidades que visitan, de las músicas ancestrales que han configurado nuestro folclor. Con la escuela como soporte, hacen un ejercicio de rescate y empoderamiento de esas expresiones tradicionales. “No conocemos todavía la riqueza de nuestra música, la cantidad de ritmos, cómo funcionan, qué pasa en una rueda de tambores, qué pasa con los bailes cantados, con la música de gaitas, con la historia, entender por qué sucede de una manera o de otra, por qué la debemos respetar, el comportamiento de los cuerpos”, agrega Ocampo.

Para no morir en el intento, Tambor Hembra asume la tarea de la gestión con evidente compromiso y efectividad: quienes hacen parte del grupo base son profesoras en algunos procesos; tiene un ensamble de percusión que hace montajes diferentes, en ocasiones con 60 70, 80 personas; ha realizado giras, además de Colombia, por México y Ecuador; participado en festivales y en los mercados culturales más importantes del país, inclusive en Mapas de Tenerife España; ha ganado dos veces la Beca de Circulación Nacional del Ministerio de Cultura, entre otras iniciativas. “La escuela le aporta al grupo y el grupo a la escuela porque somos una misma familia”.

De otro lado, las mujeres integrantes del grupo base tienen sus empleos independientes, así mismo Juan Manuel, razón por la cual las salidas deben hacerlas, casi siempre, los fines de semana. La mayoría de las veces viajan en bus, con el mismo conductor elegido, por razones de costos y porque los tambores requieren cuidados muy especiales.

Estas artistas, rebosantes de creatividad, sueñan que Tambor Hembra sea muy grande y así poder dedicarse exclusivamente a la música. Consideran van en una senda de crecimiento progresivo, porque, como anotan, “toca moverse mucho ya que en esta sociedad aun la música no es asumida como una profesión, la gente todavía no se cree eso, a nosotros no nos va a tocar, pero debemos ayudar para que lo logren otras generaciones”.

Fotos Facebook Tambor Hembra.

¿Tribunas vacías? Sobre Balones Rotos

Atención que busca la pelota el jugador Agrón, entregando para Stalin Motta: se equivoca el Blanco. La viene robando primero Marlon Piedrahíta, la va dejando para la camisa número siete Ayron del Valle, (…), viene cerrando con (…) Chaverra. La pelota queda a la disputa sobre la punta izquierda, va por ella, cerrando, Dannovi Quiñones; se le escapa la pelota y ofrecimiento de banda. Lo alcanza a meter la pierna Dannovi Quiñones, en consecuencia, la pelota ya se había desbordado sobre la tribuna de Occidental, hay reposición ofensiva a favor del equipo La Equidad. Cero para el Verde, cero para el Blanco.

 En diez minutos los argos, o los arqueros son, mejor, espectadores: no hay tiros directos, no hay llegadas…

Penal, penal, penal, penal…

Penalti, penalti…

¡Penalti a favor de La Equidad!

El apagado murmullo de un celular que reproducía la transmisión en vivo del partido me produjo una epifanía: aunque estuve oyendo el encuentro por la radio antes de entrar a la exposición, no recordaba cuál había sido el resultado del tiro penal en el área del Once Caldas ¿Habría anotado gol La Equidad? Intentar descifrar el farfulleo en busca de un marcador no iba a darme frutos, las consignas eran imposibles de comprender para cualquiera que no estuviese a escasos centímetros del teléfono, pero allí, en la otra punta de la sala, se hallaba Mr Serranoski, conocido su fervor por el Blanco, con el celular justo a su espalda ¿Si metieron el penalti?, le pregunté cuando dejó de conversar con un par de asistentes a la muestra. El artista, que había sintonizado en aquel celular el partido en un intento por mantenerse al tanto de su desarrollo, no sabía siquiera de la existencia del tiro penal; si bien inesperado, su desentendimiento resultaba comprensible: por muy fanático que fuese del Once Caldas y por muy pendiente que le hubiese gustado estar del encuentro, ese miércoles la exhibición y sus visitantes requerían de su total atención.

En “El Fútbol a Sol y Sombra”, Eduardo Galeano (2010) mencionaba, como sutil muestra del menosprecio por el balompié profesado por varios intelectuales, el hecho de que Jorge Luis Borges: “dictó una conferencia sobre el tema de la inmortalidad el mismo día, y a la misma hora, en que la selección argentina estaba disputando su primer partido en el Mundial del 78” (p.42). A pesar de que tal sincronía fácilmente podía deberse al mero azar, el sabido desagrado que le producía el fútbol a Borges hacía bastante más probable, como sugería Galeano, que el cruce hubiese sido maliciosamente planeado. Más de cuarenta años después de aquel primero de junio del 78, a miles de kilómetros de Buenos Aires, se daba, aparentemente, una situación similar: la inauguración de “Balones Rotos” en La Jaus coincidía con la fecha del encuentro Once Caldas contra La Equidad, pero, aun cuando se podía especular que la concurrencia había sido proyectada, como en el caso del partido Argentina contra Hungría y la charla sobre la inmortalidad de Borges, obedeciendo a alguna suerte de desprecio hacia el deporte inglés experimentado por los organizadores de la exposición, en realidad no existían motivos de peso para culpar del cruce a algo más que a la casualidad ¿Era acaso posible hallar malicia anti balompié detrás de la logística de una muestra cuyo texto curatorial comenzaba con la frase: “Que falte el amor pero no el fútbol”?

Rosa, coral, lila y varios colores pastel de nombres extravagantes, como gelatina de frambuesa o rubí suave, engalanaban la grisácea pared. La predominancia de las mismas tonalidades a lo largo del conjunto de obras producía la impresión de que se estaba ante una exhibición individual, parecer que flaqueaba al momento de apreciar las creaciones por separado: el factor cómico de las seis pinturas montadas al lado izquierdo del muro, en las cuales se compartían oraciones con doble sentido en contextos de fútbol y de amor, además de declaraciones, unas reales y otras paródicas, de jugadores a la prensa, contrastaba con la seriedad emanada de la suerte de memorial instalado en el lado derecho de la pared, donde varios objetos (una camiseta con el número nueve pintado en su espalda, un par de guayos con motivos de corazones, una fotografía en blanco y negro de un equipo de balompié, un par de cuadros y varias tarjetas con texto) fueron congregados para recordar la figura de un padre que inculcó el cariño por el fútbol en su hijo. Tal diferencia de enfoques, tras una fachada de materiales y conceptos en común, se debía a que “Balones Rotos” se hallaba constituida por obras de dos artistas, el ya mencionado Mr Serranoski y el zipaquireño Pegatina Criolla, que se proponían, según el texto curatorial de la exposición, “confrontar historias de amor con la pasión por el fútbol a través de los lineamientos estéticos, gráficos y filosóficos” del balompié, por medio de colores como “el rosado, morado y blanco” y, por supuesto, abordando las piezas desde afectos y experiencias personales.

A una distancia lo suficientemente lejana de las obras como para no despertar su mismo interés, se ubicaba una cartelera con los logos de los patrocinadores de “Balones Rotos” repetidos en patrón de mosaico: el típico formato de publicidad usado dentro de las ruedas de prensa deportivas. La pieza donde se anunciaban marcas como Diantres® y Monserrate Supply, señalaba el lugar frente al cual Mr Serranoski tomaba el registro fotográfico de los visitantes que accedían a integrar el archivo de la muestra; una élite en la cual no ingresé, pero de la que pude observar de cerca a un grupo de sus miembros: un indeciso trío que no supo qué tipo de pose adoptar cuando el artista les sugirió, al momento de fotografiarles, hacer algo con aire futbolístico. La cuadrilla terminaría encarnando la típica postura, uno en cuclillas y el resto inclinados, adquirida por los jugadores en el campo cuando, antes de empezar un partido, se realizan los retratos protocolarios. Tal insustancialidad y vacilación, que más que de la duda parecía producto de un total desconocimiento de la materia, no sólo me llevó a cuestionarme por cuál pose me hubiese decantado de haber estado en su lugar (la del Bicho, claro), sino también, luego de recordar que la mayoría de entusiastas del fútbol estarían o bien en el estadio o bien pendientes del partido, a preguntarme si existía alguien entre quienes, hasta ese momento, habían apreciado la exhibición que le interesase en algo el balompié. Y es que, aun cuando la exposición no contenía oscuras referencias que sólo los más asiduos fanáticos pudiesen captar, con seguridad sus formas resonarían y conmoverían especialmente a los devotos de su temática.

Ahora, resultaba difícil imaginarse que muchos apasionados del balompié supieran de la existencia de una muestra como “Balones Rotos” debido, en gran parte, al hegemónico desinterés demostrado por galerías y museos a la hora de generar y apoyar propuestas en torno a asuntos “mundanos”, como el fútbol, en virtud de la monotonía de las temáticas “sublimes” de siempre. Exhibiciones nacionales relativamente recientes como “El Mejor Equipo del Mundo Hijueputa”, una exposición sobre el papel del América de Cali dentro de la idiosincrasia del pacífico colombiano, presentada en el Museo La Tertulia en el marco de los 15 Salones Regionales de Artistas, o “Un País Hecho de Fútbol”, la primera muestra de temática deportiva realizada dentro del Museo Nacional de Colombia en toda su historia (tema que al día de hoy, más de diez años después del lanzamiento de dicha exhibición, no habían vuelto a tocar), se podían contar con los dedos de una mano. De hecho, ¿había siquiera precedentes locales de exposiciones artísticas que involucrasen cuestiones futbolísticas? Un lugar como el, ahora cerrado, Museo Once Caldas, a pesar de ser un espacio expositivo sobre balompié, solo se enfocaba en relatar la historia del Blanco a través de trofeos, balones, camisetas, fotografías y escritos pertenecientes a su colección, y no parecían muy dispuestos a incluir en ella creaciones artísticas contemporáneas relativas al fútbol. Además, si bien de vez en cuando era posible ver obras sobre balompié en una que otra muestra de la ciudad, estas terminaban siendo casos aislados sin mayor relevancia dentro de sus curadurías.

No era extraño pensar, entonces, que quizás ese miércoles ningún fanático del fútbol, más allá de Mr Serranoski, habría ido a apreciar “Balones Rotos”, y que, quizás, ninguno la visitaría durante su mes y medio de estadía. Que, posiblemente, nadie conectaría con la experiencia, compartida por Pegatina Criolla, de haber aprendido la “filosofía de vida futbolera” de la mano de un ser querido; que, a lo mejor, nadie se identificaría con Mr Serranoski en el hecho de haber asociado las penas de amor con las tristezas producidas por un partido de balompié; que, tal vez, nadie propondría para las fotografías de archivo alguna pose diferente a la adquirida por los jugadores de fútbol en el campo cuando, antes de empezar un partido, se realizan los retratos protocolarios.

Previo a mi salida de La Jaus, mientras les daba una última ojeada general a las obras de la pared, un señor de gabardina arribaba y cruzaba la sala, ignorando las obras de arte, para hablar con Mr Serranoski. Hola tío, le dijo el artista al hombre que, luego de un saludarle y desearle feliz cumpleaños (porque ese 13 de julio Mr Serranoski también celebraba el aniversario de su nacimiento), le preguntó por el estado del partido del Once Caldas y le mencionó el penalti a favor de La Equidad. Pero lo botaron, dijo el señor, para luego, con la misma rapidez con la que entró, irse del lugar. Al final, aunque corto, el paso del tío de Mr Serranoski por la exhibición saldaría un par de preguntas de este texto, pero, a su vez, haría surgir una, quizás, mucho más importante: ¿qué tipo de pose hubiese adoptado para el archivo de “Balones Rotos” de haberle pedido su fotografía?

REFERENCIAS:

*Estudiante Artes Plásticas. Universidad de Caldas.

ESCRITURA(S) tema central del FIAC

El Festival Internacional de Arte Contemporáneo se realizará en Manizales del 20 al 23 de septiembre de 2022 y ESCRITURA(S) es el tema central:

La escritura es rastro, huella y testimonio -casi siempre trágico- del transitar humano por la tierra. Dibujar líneas sobre una superficie produce vértigo porque cada trazo se enfrenta a la muerte, fija lo pasajero y evita que el aliento se pierda en el aire.

Se trata de una operación compleja, la vida busca perpetuarse por otros medios, invade piedras, papiros, pieles, paredes y pixeles. Las grafías son fragmentos cuidadosamente seleccionados de memoria que viajan por el tiempo y llegan a nosotros como ecos del pasado y resonancias de futuros inciertos, correspondencias, envíos que -probablemente- no tendrán respuesta.

Ahora bien, la escritura no es una simple traducción del habla, existen lenguas que se han garabateado con alfabetos misteriosos, inexactos, encriptados, imágenes que se alejan de los sonidos que torpemente pronunciamos. En la antigüedad, las palabras se confundían con la esencia de las cosas, eran consideradas portadoras de cifras, indicios o conjuros secretos, obsesionaron a lingüistas, filólogos, criptólogos, cabalistas, religiosos, poetas y hechiceros.

El mundo parecía disponerse como un libro a su lectura, sin embargo, en el presente hay quienes piensan que cada signo conduce a otro, una palabra a otra, una letra a otra, una marca a otra, una imagen a otra, como si el significado no pudiera ser fijado, siempre diferido en el laberinto del lenguaje humano.

El arte contemporáneo se relaciona con la escritura de muchas formas, ha comprendido que las letras -antes que otra cosa- son dibujos, diagramas, códigos, garabatos, material visual y plástico. Por esta razón, los invitamos a producir textos, intervenirlos, rescatarlos, reutilizarlos, distribuirlos, reproducirlos, editarlos, citarlos, tacharlos, traducirlos, codificarlos, decodificarlos, transmitirlos, transcribirlos, encriptarlos, instalarlos, ensamblarlos.

LÍNEAS CURATORIALES

Notaciones y caligrafías
En esta línea se esperan propuestas que trabajen la relación entre arte y escritura, escritura creativa, poesía visual, libro de artista, video-ensayo, experimentación caligráfica, graffiti, etc.

Traducciones y encriptaciones
En esta línea se esperan propuestas que trabajen interviniendo textos precedentes, apropiaciones, palimpsestos, redistribuciones, montajes, etc.

Trazos y Tachaduras
En esta línea nos preguntamos por lo que está al margen de la escritura, por lo que no ha sido escrito o se ha contado por otros medios, instalación, dibujo expandido, cartografía, etc.

El festival tendrá como sedes el Centro Cultural Rogelio Salmona, Centro Cultural Banco de la República, Centro Colombo Americano, Centro de Museos y Alianza Francesa.

Astrología

Casting

En estos días se generó una polémica por la supuesta equivocación que tuvo la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, en una intervención en el Planetario de Bogotá, ante el grupo de niños y niñas que viajarán a la Nasa para una visita especial a sus instalaciones. Ella dijo que este tipo de actividades permitirán que en el futuro se conviertan en “astrólogos”, en vez de decir “astrónomos”.

Yo creo que no es una equivocación, sino más bien una propuesta, pues la astrología, que es la precursora de la astronomía, tiene, para mí, más profundidad humana. Desde la etimología, la astronomía proviene de dos palabras del griego: astro (estrella) y nomía (regla, norma, ley). Astrología, también contiene la palabra astro, y logía (palabra), o sea, el lenguaje de los astros. Por lo tanto la astronomía es una derivación fría y cartesiana de la astrología, la cual sí contiene elementos que se nutren de la magia, la poesía y lo más profundo de nosotros y del cosmos.

Por algo se dice que somos polvo de estrellas, que si asumimos una actitud contemplativa del universo podremos escuchar sus sinfonías, que si nos atrevemos a viajar en las noches por las constelaciones, nuestra bitácora estará escrita con el verbo de lo innombrable. Estas disquisiciones caben en la astrología, no en la astronomía.

Francia Márquez no se equivocó, más bien hizo una propuesta encriptada para quien tuviera oídos, no para los sordos. Que volvamos a la fascinación del mundo desde la magia, que es sabrosura, que no es aburridora, que es viva, que surge de los corazones de pueblos, como el indígena y el negro, que conservan esa relación con la naturaleza de corazón a corazón.

Dejemos la astronomía para los gringos, para la Nasa, para la ciencia racional y fría del mundo occidental, y asumamos de nuevo la astrología como un tratado del alma de las cosas, de los astros, que son esos corazones que palpitan en el firmamento haciéndonos guiños permanentemente para que volvamos a enamorarnos en noches estrelladas, camino al infinito.

* Poeta, anacronista y pintor; editor de «ojo con la gota de TiNta (una editorial pequeña e independiente)».

Los colores del despojo

Mas tarde, un día apareció ese maldito Mohammed Abdalla, nos cogió a mi hermana y a mí y nos trajo aquí. Nos retendrían como rehenes hasta que nuestro padre pudiese pagar la deuda.
Abdulrazak Gurnah

El África, ese gigantesco continente con montañas, colinas rocosas, valles, volcanes, desiertos, lagos, ríos, cataratas, mares, vegetación exuberante, fauna fantástica; con infinidad de lenguas, variedad de climas, pueblos aguerridos y muchos pacíficos, casi sumisos; con invasiones permanentes, conflictos locales e internacionales de diferente índole, constituye un crisol en donde lenguas, religiones, razas, nativos y foráneos, compiten los unos, por sobrevivir y los otros por usurpar y explotar a los demás.

Su larga historia esta signada por el llamado Reparto de África o eufemísticamente, Conquista de África, con ella, la invasión, ocupación, división y colonización de la mayor parte de África por parte de algunas de las potencias europeas durante el breve periodo conocido por los historiadores como el Nuevo Imperialismo (entre 1881 y 1914). El 10 % de África que estaba bajo control europeo formal en 1870, aumentó a casi el 90 % en 1914. Lo correspondiente a Bélgica y su explotación del Congo, ha sido magistralmente narrado por Joseph Conrad en El corazón de las tinieblas. En una entrevista realizada al premio nobel africano, Abdulrazak Gurnah, mencionó al respecto: La metáfora del «corazón de las tinieblas» que usó para el título no es un invento suyo. Era una imagen que utilizaba Europa para representar a África, para decir que, cuanto más se adentraba alguien en el centro del continente, más salvaje se volvía la realidad.

Otra visión sobre su continente es la que nos ofrece Abdulrazak Gurnah, nacido en 1948 en Zanzíbar, una isla de Tanzania, entonces protectorado británico, la isla cuenta con una cultura históricamente diversificada, desde la trata de esclavos hasta las diversas formas de opresión bajo diferentes potencias coloniales (portuguesas, indias, alemanas, árabes y británicas) que mantenían relaciones comerciales con gran parte del mundo; de ahí que mucho antes de la denominada globalización, Zanzíbar era una sociedad cosmopolita. Gurnah abandonó su archipiélago cuando tenía 18 años y se refugió en Inglaterra huyendo del clima de violencia que estalló inmediatamente después de la independencia y de la llamada Revolución de Zanzíbar. Una hostilidad dirigida en particular contra las minorías asiáticas y árabes.  En Inglaterra ejerció la docencia hasta su reciente jubilación en la Universidad de Kent, en Canterbury, como profesor de Literatura Inglesa y Poscolonial, con un foco especial en la diáspora.

Este escritor, a la manera de un arqueólogo social, se propuso escudriñar el pasado colonial de su extenso territorio y para ello, en solitario, realizó un largo viaje a través del continente; así captó no solo paisajes sino pasajes, relatos, mitos, religiones y sus dioses, indígenas, nativos, usurpadores, regímenes políticos, relaciones sociales, costumbres y todo lo que forma las diversas sociedades existentes, su forma de regirse, comportarse y permanecer.

Será su novela Paraíso la que nos permitirá descubrir ese maravilloso mundo, a su vez horrendo, por las descripciones casi cinematográficas que a veces nos ofrece:

Al amanecer unos gritos y unos quejidos desesperados despertaron al campamento, y descubrieron que las hienas habían atacado a uno de los porteadores mientras dormía y le habían arrancado buena parte del rostro. De la herida manaba sangre y un repugnante liquido viscoso. El hombre, completamente fuera de sí, se debatía en el suelo   presa de dolores inimaginables.

Yasuf será informado por sus padres que al partir su tio AZiz, el comerciante, quien estaba de visita en su correría, se irá acompañándolo para que, desde sus doce años recién cumplidos, aprendiera a trabajar en un negocio tan promisorio. Pensó que al menos ya no tendría que alimentarse con la sopa con huesos que preparaba su mamá en la que solo echaba trozos de médula esponjosa y en otros casos había guisado de quingombó, que por hambre que tuviera era incapaz de tragarse esa salsa viscosa. La despedida fue muy seca, no se sabe si por no hacerla más difícil o por dignidad.

Al terminar el viaje en tren, en cuyo recorrido pudo disfrutar de todo tipo de paisajes al cruzar territorios muy disimiles, arribaron a la casa del tío Aziz, y de la tienda de al lado de la vivienda salió Khalil, un joven de diecisiete o dieciocho años, quien la atendía, quien de inmediato lo acogió como a su hermano y así lo presentaba a los clientes. Desde ese encuentro se empezaron las aclaraciones y decepciones. Khalil, le puntualizó que Aziz, no era su tío, que Yasuf, al igual que él, estaban allí porque sus padres le debían dinero al comerciante y esa era la moneda de cambio.

Cada vez iba sabiendo más de las actividades de Aziz, al preguntarle a Khalil adonde iban en las correrías, éste lo enteró: –A comerciar con los salvajes—Esta es la vida del seyyib. Para esto está aquí. Va en busca de los salvajes, les vende todas estas mercancías, luego compra lo que ellos tengan para ofrecerle. Le aclaró que la expedición era organizada por el mnyapara, Mohammed Abdalla, quien se encargaba de asuntos complejos. Más bien debía ser algo vergonzoso, como organizar contrabando, zanjar un ajuste de cuentas, amañar un trapicheo o alguna cosa por el estilo. Aquel hombre siempre estaba metido en asuntos turbios.

Hasta que llegó el día en que le comunicó Mohammed Abdalla. Vendrás, comerciarás con nosotros y aprenderás la diferencia entre las costumbres de la civilización y las costumbres de los salvajes. Es hora de que madures y veas como es el mundo… en lugar de jugar en tiendas sucias. Además le explicó en qué consistía esa profesión:

Vamos a los desiertos mas áridos y a las selvas más oscuras, y nos da igual comerciar con un rey o con un salvaje, o si vivimos o morimos. En algunos lugares por los que      pasamos verás que el comercio aún no ha entrado en la vida de sus gentes, que viven como insectos paralizados. No hay personas más listas, por no decir más nobles, que los comerciantes.

La organización de la expedición, pues en eso consistía fundamentalmente esas correrías, demandaba mucho preparativo, no solo la selección de los participantes, la negociación de su remuneración y otro tipo de recompensas, la búsqueda de financiación adecuada, su forma de pago posterior, la mercancía a negociar, el mismo recorrido como tal y toda la parafernalia que acompañaría a la caravana como si fuera un circo rodante o más bien un espectáculo itinerante, con tambores, danzas y otros instrumentos musicales de animación, toda una fiesta. Mas la que hacían por la noche algunos cargueros seleccionados por  Mohammed Abdalla, sodomita conocido, por sus gustos.

El cargamento  estaba constituido por herramientas de hierro, tales como azadas y hachas de India, navajas americanas y candados alemanes, así como por telas de diferentes clases: percal, kaniki, algodón blanco, bafta, muselina, kikoi. También botones, abalorios, espejos y otras bagatelas que se usarían como obsequios.

Las excursiones no estaban exentas de peligros, amenazas y riesgos por la propia vida, como el caso que les ocurrió frente al impredecible Chatu, a quienes previamente una avanzada le había ofrecido regalos que rechazó, pues ya había manifestado No os hemos pedido que vinierais y no sois bien recibidos. Vuestras intenciones no son generosas, y vuestra visita solo nos ha traído desgracia y calamidad. Habéis venido para hacernos daño. Cuando estuvo frente a ellos, furibundo, agregó:

 ¿Creéis que somos unas bestias que deberíamos seguir aceptando que nos traten así? Todos esos artículos que traéis con vosotros nos pertenecen, porque todo lo que produce la tierra es  nuestro, por eso vamos a quitároslo.

A lo que Aziz. osadamente, respondió: todo lo que traemos es nuestro con justicia y hemos venido a trocar estos artículos por marfil, oro y cualquier cosa de valor. Chatu antes de expulsarlos manifestó el interés de enseñar modales a uno de los integrantes de la caravana y escogió a Mohammed Abdala, a quien dos hombres sujetaron y otros empezaron a apalearlo, casi hasta el desfallecimiento, y con la sangre que manaba más se enardecían en la enseñanza. Cuando pararon, su cuerpo se sacudía espasmódicamente.

Estaban en una encrucijada, si se quedaban en el pueblo, morirían de hambre, igual si se iban sin sus pertenencias, o podían ser recapturados. El destino les sonrió el día en que a media mañana, una columna de hombres entró en el pueblo. Al mando de los recién llegados iba un europeo, que los condujo directamente al claro que había delante de la residencia de Chatu.

Las ricas descripciones de todo tipo de situaciones nos permiten casi que conocer ese ignoto territorio, sus diferentes comidas, costumbres, tipos de pobladores, sus mitos, leyendas, supersticiones, creencias, formas de expresión, tipos de familias, etc. Su lectura es como participar varios meses en dicha caravana y soportar inclemencias, sufrir desprecios, castigos, humillaciones, pero también disfrutar instantes inolvidables que marcaron a sus protagonistas.

Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas*