Ron Viejo de Caldas renueva su imagen para seguir siendo el preferido de los colombianos

Consolidado como el ron líder del mercado y el preferido por los colombianos por su extraordinaria calidad premiada en múltiples ocasiones a nivel internacional, Ron Viejo de Caldas estrena nueva imagen para sus referencias: Gran Reserva Especial, Carta de Oro, Juan de la Cruz, Tradicional, Roble Blanco y Esencial.

“Ron Viejo de Caldas es el número 1 del país porque de cada 100 botellas de ron que se venden 70 son nuestras, entonces al ser los líderes de la categoría estamos obligados a impulsarla, a generar innovación, no solamente con el lanzamiento de nuevos productos en los últimos años, sino también renovando nuestra marca”, aseguró Andrés Elías Borrero Manrique, gerente general de la Industria Licorera de Caldas (ILC).

El directivo agregó que se trata además de un homenaje a todos los colombianos que prefieren a Ron Viejo de Caldas, el ron de los que saben, como acompañante para sus mejores momentos.

“Tenemos un compromiso muy grande con los consumidores ya que gracias a ellos tenemos la marca de ron más vendida en el país, con unos excelentes resultados en los últimos años como el récord de comercializar 30,2 millones de botellas en 2022, y pasar de tener el 34% del mercado del ron en 2015 a cerca del 70% en la actualidad”, expresó Borrero Manrique.

Adicionalmente, al ser Ron Viejo de Caldas el producto que más exporta la Industria Licorera de Caldas, su renovada imagen servirá como carta de presentación a los nuevos mercados a los que aspira llegar la compañía, de acuerdo con su plan de internacionalización.

“Estuvimos presentes en Bar Convent en Berlín (Alemania), la feria de bebidas espirituosas más importante del mundo y aprovechamos esa gran oportunidad para dar a conocer a más de 12 mil visitantes de 88 países el cambio de imagen de Ron Viejo de Caldas, teniendo en cuenta que los rones están en tendencia creciente en el mercado europeo y mundial”, manifestó el gerente general de la ILC.

Los secretos del Ron Viejo de Caldas

La nueva presentación de Ron Viejo de Caldas incluye cambios en las etiquetas y tapas de los productos y resalta cada uno de los secretos para su elaboración, que marcan la diferencia frente a sus competidores.

“Nos inspiramos en los secretos que nos han llevado a ser lo que somos hoy en día, como el añejamiento a más de 2.200 metros sobre el nivel del mar, utilizar aguas puras manantiales y ser los únicos en el mundo en añejar en barriles de roble blanco colombiano”, comentó Mauricio Vélez Maldonado, gerente de Mercadeo y Ventas de la ILC.
Adicionalmente, se hace referencia a la extraordinaria riqueza y biodiversidad de la reserva natural de la Industria Licorera de Caldas.

“Quisimos recrear en las etiquetas esa avifauna que tenemos en nuestro bosque de niebla, añadiendo unas texturas especiales y colores que permitan que el producto tenga muchísima más fuerza y resalten más en cada uno de los puntos de venta de los diferentes canales”, indicó Vélez Maldonado.

La campaña de nueva imagen de Ron Viejo de Caldas tendrá como slogan “Todos tenemos secretos que nos hacen poderosos”, con difusión en los más importantes medios de comunicación del país y de la región, redes sociales y publicidad física en vallas, paraderos, supermercados, tiendas, grandes superficies, etc.

“Actualmente estamos en un proceso de llenado de canales entonces todavía se verán botellas con la imagen anterior pero esperamos que a finales de este año ya tengamos todas las referencias disponibles en cada uno de los departamentos”, concluyó Vélez Maldonado.

EL EXCESO DE ALCOHOL ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD (LEY 30 DE 1986).
PROHIBIDO EL EXPENDIO DE BEBIDAS EMBRIAGANTES A MENORES DE EDAD (LEY 124 DE 1994)

Leer el teatro

Leer el teatro nos permite navegar en las incógnitas de la cultura universal, y aunque los griegos documentaron el origen, mucho antes las culturas ancestrales se comunicaban con los Dioses a través de los rituales: la danza mimética, la música, la palabra, el fuego y la transfiguración. El teatro nace en el ritual, el “Arte Total”, donde se combinan todas las potencias naturales y humanas; en un principio no hay espectadores, hasta que el Dios es representado y entonces los seres humanos protagonizan el drama de la vida y la muerte. Mantener la connotación mágica del teatro es agenciada por el Circo y las otras formas asociadas del arte, pues el exceso de realismo nos predispone frente a un espejo y su ramplona imagen.

El Arte no cambia el mundo, cambia las personas que lo construyen, dicen algunos románticos optimistas. El Teatro nos permite ser otro, otra, incluso el espectador vive la ilusión travestida, se pone en la ropa de los personajes, en una galería de conductas morales que asume sin el penoso remordimiento. A partir del intérprete teatral la naturaleza juega consigo misma, el drama humano siempre nos conmociona, pues allí aparece el misterio de la vida y nunca termina de resolverse; y cuando el escenario es revelador, auténtica creación teatral, entonces la catarsis individual o colectiva cumple su cometido y valió la pena ir al teatro a vivir su promesa: La fascinación.

El arte se lee de la misma manera que se lee un libro, dicen los semiólogos, obvio que los códigos son otros y que las referencias, las formas, las motivaciones son otras; los sentidos entran en juego directa o indirectamente y esto condiciona sus niveles de respuesta. Siempre estamos leyendo: percibimos por los sentidos, nos emocionamos,
razonamos, enjuiciamos. Podemos quedar fuertemente impresionados y ser marcados para toda la vida o pasar de largo, pues a veces lo que se llama arte es una tecnología que reproduce lugares comunes y no aporta valor estético.

Ni el arte, ni los libros, ni la ilustración generan “mejores personas”, quizá aportan Consciencia sobre el sí mismo y sobre el mundo, pero no hay una garantía plena sobre esta afirmación. Sin embargo el Arte y particularmente el Teatro nos ponen un espejo sobre el escenario para ver el absurdo cómico o la tragedia desgarradora en la que el mundo està desde siempre. Reímos a rabiar con el tierno payaso o lloramos lágrimas de sangre con el Fulano que da la orden… para luego volver al mundo cotidiano donde se reproduce el arquetipo y la amnesia es protagonista.

* Crítico teatral.

La memoria que albergan los muros

El festival Narrativas Urbanas, celebrado en Manizales durante la primera semana de octubre, celebró en esta edición diez años de lucha contra el olvido.

Entrando a Manizales por la avenida Centenario, puede verse el resultado final del trabajo que durante este año realizó el festival Narrativas Urbanas en el proceso de construcción de memoria mediante la recopilación de historias de la ciudad y el uso de estas como material para inspirar murales de artistas locales, nacionales e internacionales en los que permanece su eco. El grupo, conformado por Mate Echeverry (@matecheverry), Ramsteko (@Ramsteko), Tomaz Major (@tomazmajor), Greñas (@grenasdibujante), Ximena Jiménez (@jimenezlettering), Sepc (@sepc_), Gavilán (@gavilanseis), Teck 24 (@teck24horas), Mr_Vez (@mr_vez), Whatha? (@whatha_art), Zok (@20k.06) y Eva Bracamontes (@evabracamontes01) se reunió a pintar alrededor del tema de este año: “Diez años acumulando olvidos”, conmemorando la décima entrega del festival y su gestión.

“Decimos que Manizales es el mejor vividero de este país, que es la ciudad donde nunca pasa nada, que no hay asesinatos ni violencia, pero lo cierto es que sí pasa”, afirma Diana Lorena Gómez Giraldo, directora del festival. Según ella Manizales es una ciudad con muchos dolores, pero sofocados, como si en la ciudad se hubiera desarrollado una cultura de la negación y el olvido. Esto es lo que ha movido al festival a proseguir. Entre sus diversos propósitos uno clave es el de rescatar estas historias de la ciudad, tragedias recientes o de hace años enterradas en el silencio y el muro es el espacio en el que estas narrativas y estos dolores toman cuerpo y voz. Re-sucitar el dolor, no con la intención sádica de causar dolor por placer, sino la terapéutica de mover la articulación para que no se dañe, de permitirse hablar de las dolencias para poder procesarlas. Posteriormente, como valor agregado, sí parece haber un regocijo en la incomodidad que causan los murales en las poblaciones intolerantes o negacionistas.

La gestión de la corporación Emergiendo, encargada del festival, comienza en enero con la elección del tema y posteriormente viene la recopilación de las historias mediante la búsqueda de testimonios, que se organizan y editan para crear una pieza audiovisual que se presenta a los artistas y sirve como referencia e inspiración para su obra.

Según lo expresado en el foro realizado por la corporación el 4 de octubre en la Universidad Católica de Manizales, estas lógicas de trabajo en el arte urbano son peculiares por la gran libertad que se le da a los artistas y el celo con el que protegen sus bocetos. Lo normal, parece ser, que sin aprobar ningún borrador del mural se ejecute la obra, cosa emparentada, quizás, con el espíritu en el que surge el graffiti, en medio de lo clandestino y lo ilegal, sin el consentimiento de los dueños de los espacios o del municipio. Teck 24, invitado al festival este año, ante el cuestionamiento por esta libertad  afirma “cada artista tiene unas narrativas propias, con el festival se busca un punto de encuentro, algo significativo para ambos. Al conocer y escoger seguro que la línea se marca, pero la narrativa que nos dan es muy amplia también.” Con respecto a la pregunta sobre las dificultades de relacionarse con la memoria manizaleña siendo él bogotano considera que no es difícil. “En nuestras narrativas colombianas estamos muy alineados. La calle y las generaciones son muy similares”. Y aunque en las declaraciones de unidad siempre hay algo aleccionante, no podemos esconder que también en la respuesta del artista hay implícito un reconocimiento de los numerosos dolores y olvidos a lo largo del territorio nacional y, considerando también la presencia de tres artistas mexicanos (Ramsteko, Tomaz Major y Eva Bracamontes), por qué no extender esa presencia y esa necesidad de denunciar los olvidos a todo el territorio continental.

Ante las críticas que cuestionan a la directora por el beneficio que le representa el festival Narrativas Urbanas, su respuesta es “gano mucho”. Lorena enumera entre algunas de estas virtudes que han generado un espacio seguro de escucha donde víctimas de violencia en la ciudad se han podido sentir acogidas, que también es un espacio de creación y construcción del conocimiento hacia el que incluso la academia se ha volcado para estudiar conceptos como el de construcción de memoria, que también han generado un método valioso de recolección de datos para las ciencias sociales que deja conocimientos y sentires valiosos en las comunidades con quien trabajan, que le ha dado impulso a individuos y comunidades a que inicien o continúen el desarrollo de sus propias búsquedas artísticas y, finalmente, que incluso ha llegado a salvar vidas.

A pesar de las bondades del festival, de los beneficios que ha traído a las comunidades locales y de los esfuerzos de la corporación Emergiendo por generar tejido social y mantener la memoria viva mediante la creación de los “recorridos de la memoria”, donde visitan los murales hechos a lo largo de los años y rescatan las historias tras estos, así como el mapa interactivo con las fotografías, narrativas y lugares asociado, esos “10 años acumulando olvidos” del festival han venido desgastándolo. Por un lado, confirma Lorena, se puede leer que en esa oración hay una denuncia y un alegato ante la indiferencia, lo poco que políticamente ha podido lograrse. “Legalmente vamos hasta donde podemos, para ir más allá necesitaríamos un equipo grande de abogados y no contamos con los recursos”, dice y con un tono fatídico declara, “la idea de este año es seguir diciendo que no pasa nada, hay un montón de historias, pero no solo de la ciudad. Hoy tienen reconocimiento esas víctimas, hoy sabemos que hay personas que han abusado y ¿qué pasa con eso? ¿Quién va a hacer la denuncia? ¿Quién va a acompañar el proceso?, esto es como una mochila que va cargando y va cargando historias, pero yo creo que va a llegar un momento en el que se va a reventar por su propio peso mientras no haya nadie que siga tejiendo para reforzarla”.

Vea aquí el mapa interactivo de Narrativas Urbanas:

https://storymaps.arcgis.com/stories/9aa0627c25c3476f8aa026225517cf99

Vea aquí el canal de la corporación Emergiendo, con los audiovisuales de sus entregas anteriores:

https://www.youtube.com/@corporacionemergiendomaniz616

*Escritor. Realizador de cine.

Exposición Diálogos Yo Diseñador, Tú Vestido, reconocida en Salón Bienal de Investigación-Creación

La Universidad Autónoma de Manizales celebra un logro sin precedentes, con la exposición “Diálogos: Yo Diseñador, Tú Vestido” galardonada como obra de investigación – creación destacada del SID 14 y SABIC 2023. El reconocimiento fue otorgado por la Universidad de Nariño y la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, en reconocimiento a los docentes Margarita María Ríos Montoya y Diego Alexander Escobar Correa del Grupo de Investigación Diseño y Complejidad.

Este reconocimiento de orden internacional se basa en su destacada participación en el 14º Seminario Internacional de Investigación en Diseño – SID 14 y sus eventos afines: el 12° Encuentro de Semilleros de Investigación en Diseño ENSID 12, el 3° Salón Bienal de Investigación + Creación SABIC 2023, y el 5° Foro Académico de Investigación en Diseño.

El evento se llevó a cabo del 4 al 6 de octubre de 2023 en las instalaciones de la Universidad de Nariño.

El seminario anual, de carácter itinerante, se enfoca en reflexionar sobre las contribuciones del diseño hacia la mejora de la calidad de vida humana y la sociedad en general. La exposición “Diálogos: Yo Diseñador, Tú Vestido” es el resultado del proyecto de investigación-creación “El vestido como texto: significado de las propuestas de moda de los diseñadores colombianos”, el cual fue financiado por el Patrimonio Autónomo Fondo Nacional de Financiamiento para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación Francisco José de Caldas, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación.

Este logro no solo enaltece a los autores del proyecto, sino que también representa una validación a la investigación-creación en el ámbito institucional y un reconocimiento a las perspectivas de investigación en diseño de modas a nivel nacional.

Los docentes expresaron su gratitud afirmando que “este reconocimiento no solo es importante para los autores del proyecto, sino que también es un reconocimiento para el diseño de modas y para el diseño nacional. Es una validación a la investigación-creación que cada vez se fortalece más en nuestro país y toma un lugar relevante dentro del mundo de la investigación. Estar aquí en este evento también permite darle lugar a los procesos académicos que estamos llevando a cabo en la Universidad Autónoma de Manizales. Es una ventana que se abre frente a los académicos y a los pares de diseño de modas en nuestro país, colocando nuestros procesos en el mismo horizonte que los de nuestros pares”.

La exposición “Diálogos: Yo Diseñador, Tú Vestido” no solo es una muestra de creatividad, sino también una contribución significativa a la epistemología del diseño de modas y a las narrativas del diseño de moda en Colombia, que hasta ahora habían sido poco estudiadas, por lo que este reconocimiento marca un hito importante en la trayectoria de la Universidad Autónoma de Manizales y en el ámbito de la investigación-creación en diseño de modas a nivel nacional

CC Banco de la República Manizales: mis visiones y experiencias

Recuerdo haber visitado en varias ocasiones el Banco de la República cuando era niño, acompañaba a mi madre a la biblioteca, incluso paseábamos por el edificio y visitábamos la exposición del Museo del Oro permanente del lugar o la sala de música; era un lugar mágico, en el cual te recibían efigies de San Agustín, esculturas de piedra que le daban al lugar un toque misterioso y singular.

Recordar el antiguo edificio produce un poco de nostalgia, me trae recuerdos de una infancia bastante agradable y tranquila, rodeada de cultura, literatura, música y arte. Me encantaba caminar en medio de las estanterías mientras mi mamá se sentaba en una de las mesas de estudio para consultar algún libro, veía aquellas estanterías enormes con libros y todos me llamaban la atención, quería saber que había dentro de cada uno de ellos.

Recuerdo que mi madre me llevaba después de realizar sus consultas a la sala infantil, vienen a mí memorias agradables de un libro de Superman; y los dos primeros libros que terminé y que me llevaron a un estilo literario que me ha atraído mucho, la fantasía, esos dos libros fueron Harry Potter y La Piedra Filosofal y Las Crónicas de Spiderwick. Igualmente rememoro con nostalgia la lectura de El Principito, historia que desde pequeño me hacía sentir muy sentimental y aún más cuando veía sus ilustraciones.

Para mí, este lugar siempre fue un espacio maravilloso, una edificación bella e imponente, recuerdo el mármol de los pisos y las paredes, recuerdo el aura misteriosa de la sala de exposición donde se encontraban las obras Quimbayas. Viene a mí ese silencio y respeto que había en cada uno de sus espacios, la solemnidad con la que se consultaban los libros y el cuidado que tenían con ellos.

Ahora, como si del destino se tratase o por la bendita casualidad, trabajo en este lugar. Como todo en el mundo, ha cambiado, el edificio es nuevo, no es lo que era anteriormente, pero conserva esa esencia mágica, el Centro Cultural es ese lugar en el que puedes disfrutar de la paz y el encanto de la literatura, es un lugar donde encuentras espacios para la reflexión y la creación.

Miras a tu alrededor y ves a personas variopintas, te encuentras en un lugar en el cual no te discriminan y te sientes cómodo, te sientes seguro. El Centro Cultural es un hogar, en el cual encontrarás personas amables que estarán dispuestas a guiarte en lo que necesites y si interactúas con sus usuarios también encontraras personas que te enseñarán algo y con las cuales tener gratas conversaciones.

El Centro Cultural del Banco de la República es un lugar de encuentro intergeneracional, en el cual los jóvenes y mayores comparten sus visiones del mundo, sus opiniones y sentires. Es un lugar en el que todos hallarán un espacio en el cual ser escuchados y escuchar a los demás.

El Centro Cultural es un hogar fraterno en el cual suceden cosas mágicas y está abierto a todo el mundo. Lo que más deseo es que aquellos que entren a este maravilloso sitio puedan sentir lo mismo que yo sentía cuando era chico y vuelvan frecuentemente a transitar por los pisos y pasillos de tan maravilloso lugar.

Me veo en cada uno de los usuarios que frecuentan el edificio, me veo en los pequeños que visitan la sala infantil con sus madres y padres, me veo en las y los jóvenes que vienen a consultar un libro para el colegio y me veo en los mayores que recuerdan el pasado del Centro Cultural, esa edificación que la gente valoró tanto en su momento y que ahora ha evolucionado para seguir ofreciéndole a los manizaleños y a todo visitante un lugar en el cual sentirse bien y pasar un buen rato rodeados de cultura.

* Empleado Banco de la República

El arte de la crítica…

Una habilidad o talento que debe desarrollar la crítica de arte es “detener la mirada”, tener la capacidad de contemplar la obra en su propio tiempo, el arrojo de dejarse embargar por ella, bucear en sus enigmas y con la misma intuición que el artista la crea, el crítico debe acercarse a ella, no para corregir al artista o cambiar la obra (petulancia de algunos insulsos); el crítico es un espectador o lector intensivo que propone lecturas de la obra, que sabe que su mirada es solo una “percepción estética” particular, pero que no es la única, y menos aún, la verdadera.

Se espera por lo tanto que la crítica provenga de personas que vienen del mundo del arte, no de espectadores ocasionales, sin formación o conocimiento y que por lo tanto den “palos de ciego” al referirse a la obra. Oscar Wilde habla de “Críticos Artistas”, que tienen una profunda sensibilidad, que incluso pueden manejar las herramientas del arte y que por lo tanto, el lenguaje y sus argumentaciones competen directamente al acontecimiento y no se pierden en nimiedades. La mirada de un artista sobre otro artista generalmente es muy sugestiva y rica, aunque por la humana competencia a veces los creadores son pésimos observadores de sus congéneres. Me quedo con la crítica que crea empatía con la obra y no con desvaríos que se pierden en la nebulosa.

La crítica en cualquiera de las formas del arte, requiere de una actitud honesta, con humildad y talvez como refiere Octavio Paz, debe ser amorosa, como una ofrenda que nace de un bello sentimiento del espíritu y no de una disquisición formal que pretenda revelar más la importancia del que escribe que del autor propio de la obra. Sin embargo es imposible la objetividad en una crítica y por el contrario está más impulsada por la subjetividad, pues el arte se recibe a través de la emoción y posteriormente se elabora el juicio. La crítica se hace desde posturas e intereses personales.

La crítica introduce lecturas muy importantes, pues, según Patricia Cardona cuando el crítico habla de una obra habla de sí mismo, de su propia biografía. La obra toma sentidos y es percibida desde el propio mundo simbólico del espectador o lector, es surtidora infinita de significados y nadie tiene el monopolio sobre lo que dice. Las obras clásicas siguen generando sentidos diversos en la actualidad, porque ellas expresan el misterio de la belleza, de la vida. La sorpresa y la fascinación son la característica esencial por la cual seguimos leyendo libros, asistiendo a museos, a salas de teatro y danza. Seguiremos absortos frente al gran arte universal.

* Crítico de Teatro.

«Necesitamos un amor sororo»

Conversación con Daniela López

«Apenas estamos comenzando la gira de la película por el país. La idea es que pueda circular por los municipios porque estos temas son aún más evidentes en los contextos rurales», nos dijo la directora y productora de cine Daniela López, que estuvo visitando la ciudad el 29 de agosto con su película Amando a Martha, presentada en el Teatro Los Fundadores en medio de la celebración de la entrega número 14 de FICMA. La película, comentada en este enlace, cuenta la historia del trabajo que hace Martha por desligarse de la historia de violencia intrafamiliar que lleva viviendo muchos años.

Vale la pena mencionar que uno de los recursos más relevantes es la reproducción de unas grabaciones hechas por la propia Martha como evidencia del maltrato del que era víctima por parte de su esposo y que estuvieron muy presentes en medio de la conversación que mantuvimos con Daniela sobre la película. Aunque esto pueda resultar difícil para cierto público, de esta idea parte ella para hacer la película: de la necesidad de romper el silencio sobre la violencia intrafamiliar e invitar a la discusión sobre esta problemática en la esfera pública.

Amando a Martha podría considerarse una película de amor, pero una que nos invita a repensar el amor ¿Cuál es ese amor con el que se hace la película y que se vive en el proceso de hacerla?

Amando a Martha es una carta de amor para mi abuela. Ella me entrega una carta en la que me advierte que debo romper la cadena de maltrato generacional que ha afectado a todas las mujeres de la familia y yo respondo con esta película. Es una historia que explora el amor desde la sororidad entre nieta y abuela, pero también es la historia de una mujer que se libera.

Si seguimos explorando subgéneros podemos afirmar también que es una película de terror. ¿Cómo termina el terror dentro de una película que parte de una carta de amor?

Eso tiene que ver con los cassettes. Mi abuela los grababa en momentos así: había oscuridad, tensión en el ambiente y llegaba mi abuelo en estado de embriaguez a amenazarla de muerte o a amedrentarla con un cuchillo. Era terror lo que se vivía en esos momentos y desde el diseño sonoro quisimos agregar algunos efectos para generar anticipación alrededor de eso.

En Amando a Martha también hay una tensión entre lo que se dice y lo que se quiere esconder. Nuestra tradición audiovisual evolucionó hasta poder ubicar la violencia al margen y mostrar sus consecuencias. ¿Tus influencias al momento de representar esta violencia vienen de nuestra tradición narrativa o audiovisual?

El documental El pacto de Adriana es un referente fundamental. Ahí la violencia está presente, pero no es explícita. Yo quería que en Amando a Martha la violencia se sintiera desde el fuera de campo, aunque hay momentos en lo que sí se ve el ejercicio de la violencia, en los cassettes. Y eso tiene que ver con la forma como mi abuelo Amando trataba a mi abuela, no era un maltrato físico, sino sobre todo psicológico, una violencia ejercida desde la manipulación, de hacer que el otro te tenga miedo.

Con respecto al contenido de los cassettes, la película los va construyendo desde el testimonio de los personajes que lo escuchan, pero ¿por qué tomas la decisión de mostrarlos?

 Otro referente mío es Grizzly Man, en el que hay una cinta que queda como testimonio de la muerte de un hombre atacado por unos osos con los que vivía. Herzog juega con esos cassettes, le describe al espectador el contenido pero nunca los escuchamos. Poner o no los míos era una pregunta constante “¿vas a poner esos cassettes que vas a tener que escuchar en la película el resto de tu vida?”. Mediante las conversaciones que sostuve con mi abuela y con unas psicólogas que me acompañaron concluímos que no ponerlos era revictimizarla: hicimos la película para romper el silencio y no ponerlos era hacer parte de esta familia que invisibiliza la problemática y trata de esconderla por temor a ser juzgada.

En la película había una decisión ética, estética y política que debía tomarse con respecto a los cassettes, ella los quería mostrar. “Esa es mi historia”, decía, y por eso no me sentía con el derecho a ocultarla. Estas grabaciones son duras, son dolorosas y ponen el dedo en la llaga de mi familia, pero también son parte de la historia de mi abuela y del trabajo que hizo para poder liberarse.

Considerando que la exhibición de lo íntimo en contextos públicos se considera vulgar ¿qué te lleva a romper con ese tabú y cómo es el proceso de desprenderse del archivo familiar para exhibirlo en salas?

Parto de la idea de que lo personal y lo íntimo son también políticos. Existe la falsa creencia de que la violencia contra la mujer debe mantenerse dentro de los hogares. La verdad es que debe ser abordada en la esfera pública para ser discutida y eliminada. La decisión política, ética y estética de exhibir este archivo que puede ser muy íntimo —las cartas de mi abuela, las fotografías y las grabaciones familiares— responde a mi intención de generar debate alrededor de esto. Si la seguimos escondiendo y pensando que debe quedarse en los hogares, vamos a ser cómplices de ese pacto patriarcal que tanto daño nos ha hecho.

Amando a Martha pone en primer plano la violencia contra la mujer, pero también está el tema de la violencia intrafamiliar y otras formas de violencia ¿Estos temas los encontraste en el camino o siempre se quiso tratar “las violencias”?

Hay un acto muy violento en normalizar lo que mi abuela vivió. En la indiferencia hay una violencia y hay revictimización en esa actitud. Mi familia entra a la película cuando se opone a su realización. Ahí entiendo que ellos hacen parte de la historia también y que ahí hay un conflicto narrativo que puede nutrir la historia. Mi abuela y yo veníamos con el deseo de hacer una película y nada nos detenía hasta que la familia muestra su desacuerdo que tienen y eso los convierte en personajes también.

¿Cómo el silencio, el no hacer y el dejar pasar se convierten en formas de la violencia también?

La indiferencia y el silencio hacen posible la violencia, yo no culpo a mis padres ni a mis tías. Mi abuela sufrió “violencia vicaria”, que es violentar a los hijos para afectar a la madre: ellos estuvieron ahí y su silencio es producto de 39 años de violencia hacia ellos también. Pero es diferente la actitud de mis primos, que afirman conocer la historia, haberla escuchado y aún así tienen una postura normalizadora.

Y al romper el silencio para romper el círculo de violencia familiar cabe la posibilidad de mirar a Martha como una heroína. ¿Podemos leer Amando a Martha como una película épica?

Cuando le pasé el material al editor fue él el que me dijo “esta es la historia de una mujer que se libera” y eso me cambió la perspectiva que tenía de la película. Hasta ese momento no veía la liberación porque ella todavía tenía que convivir con mi abuelo, pero ese comentario me permitió ver que en lo que había hecho sí había una hazaña y una acción inspiradora en separarse del hombre maltratador. Quiero llevarle esperanza a las mujeres que han sido víctimas de la violencia por parte de sus parejas o de los miembros de su familia a través de las imágenes de mi abuela, hay esperanza cuando la vemos construir su casa y cuando renueva su jardín.

Esta película nos muestra una visión obsoleta del amor en la que el sujeto que ama se cree con derecho a imponer su voluntad sobre lo amado y de los estragos que puede causar eso. ¿Cuál es esa visión del amor que se opone a esta más perniciosa y qué nos puede ayudar a sanar, a reparar y a prevenir las violencias?

Necesitamos un amor sororo que escuche, que no juzgue y que respete los procesos y las decisiones de cada persona. Un amor que surja desde la paciencia y el deseo de acompañar al otro sin presionarlo. Un amor que no sea posesivo, que respete el espacio del otro y de la otra. Ese es el amor que necesitan las familias y que necesita el país.

* Escritor. Realizador de cine.

«El arte nos puede llevar a perdonar lo imperdonable»

Conversación con Santiago Urrea del festival Narrativas Urbanas

 El 27 de agosto Los días de la ballena, una película sobre la juventud, el arte urbano y la intolerancia de los bienpensantes hacia las formas alternativas de habitar el mundo, inició el programa del tercer día de FICMA. Santiago Urrea, miembro del comité organizador del festival de Narrativas Urbanas y la corporación Emergiendo, al final de la función extendió una invitación al festival que este año celebra su décima entrega. A modo de Corolario de FICMA 14 y como puente para el evento cultural de esta semana, presentamos la conversación que mantuvo con nosotros sobre arte callejero.

¿Cuál es el vínculo que tiene Narrativas Urbanas con Los días de la ballena?

La película viene circulando desde el 2019 y la hemos presentado en otros espacios.  Nos gusta cómo muestra desde el cine todo lo que involucra hacer arte callejero en una ciudad. Vinimos invitados por Federico Zapata, director de FICMA, porque él consideró que era un buen espacio para que conversáramos sobre la ciudad, el arte, la estética y lo comunitario desde el cine.

Relacionado con el tema de FICMA este año, “pedagogías de la libertad”. ¿Cómo se establece la relación entre arte urbano y la escuela, la adolescencia y el proceso de formación personal?

Desde nuestro festival nos conectamos muy profundamente con estos espacios no formales de educación, ahí vemos es una educación para el espíritu, para poder expresar nuestra visión del mundo y de la vida. Uno no solo lee libros, uno lo lee todo. Por ejemplo, podemos mirar a la calle y ver cómo el que los carros circulen por el carril derecho habla de nuestra organización social y de nuestras leyes. Ahora, con los muros es mucho más interesante.

La educación formal no debe absorber lo informal, hay contextos y lugares de encuentro diferentes como FICMA o como nuestro festival en los que buscamos armonizarlas, expandir el mundo a través del arte.

¿Narrativas Urbanas trabaja exclusivamente con muros?

Decir que son solo muros sería reducir el festival a pintar alrededor de un tema. Nosotros pensamos que el arte necesita de un proceso previo. Gestionamos espacios de diálogo entre los habitantes y los artistas y en el muro queda plasmada la experiencia, el producto de la interacción y de la reflexión.

En el Teatro Los Fundadores en este momento está la exhibición Esos que saben, en la que vemos un ambiente marginal lleno de violencia y a la agrupación Free Convict, que surge en una cárcel y que se dedica al rap y al arte urbano. Y toda la exposición está alrededor de la escultura de una bailarina de ballet. ¿Qué lectura surge de esta imagen y, de manera más amplia, cómo ve el diálogo que establecen las bellas artes y las artes urbanas?

Los espacios convencionales son importantes también. El Teatro Los Fundadores es un lugar con mucha historia y tradición en esta ciudad y FICMA ha contribuido a recuperarlo como una sala de exhibición de cine, eso ya se había perdido. Esa relación entre las diferentes expresiones, las bellas artes y lo urbano, como una mezcla entre lo sagrado y lo profano, es importante que exista para que entendamos que pertenecemos a un ecosistema complejo.

Desde Narrativas Urbanas, consideramos que los productos de nuestra gestión no caben dentro de un museo, si lo entendemos desde el concepto canónico, sin embargo podemos ver la ciudad y sus muros como un museo a cielo abierto. Además, con las posibilidades técnicas que tenemos ahora estamos creando un museo digital. Nuestros murales del 2014 ya no existen, pero ahí queda el archivo. Vamos a estar en Bestiario haciendo una exhibición con fotografías de los murales y de sus procesos, vamos a hacer una exhibición convencional, en una galería y con la ayuda de una curadora. El arte urbano está en museos porque estas obras también expresan el mundo en el que vivimos. Pero el escenario natural es la calle, sin calle no hay Narrativas Urbanas.

Esa comparación entre “sagrado y profano” tiene otras parejas que nos enseñan en el colegio, en la casa y en la iglesia: “bien y mal”, “bonito y feo”, legal e ilegal” ¿Esa dualidad pone al arte callejero con el de la ilegalidad? ¿Qué tanto hay en un artista de criminal?

Si uno categoriza todo como bueno y malo se va a dar cuenta de que también ha hecho daño a parejas, a amigos, a la familia, y que uno también está dañado por ese mundo, somos una mezcla de ambas cosas.

Yo creo que las artes no están del lado de los criminales, sino que permiten suspender las barreras morales, que nos permiten ver lo bello más allá de la dualidad y que generan un espacio de reconciliación entre las diferentes formas como el mundo nos define.

Como comentario al margen ¿cómo lee la presencia del arte urbano en las campañas políticas que estamos viviendo? Me viene a la cabeza la del candidato que extendió un vinipel para que lo grafitearan, ¿cómo podemos leer esos “murales en el aire”?

Nosotros tenemos una relación con los espacios temporales diferente, porque los murales se quedan un tiempo ahí, el suficiente para generar una reflexión. Este otro tipo de murales me parece que son producción de basura,  algo para sentirnos bien un rato e irnos. Los debates que se han generado sobre el arte urbano están muy presentes ahora y van hacia “rayones feos no, pero murales bonitos sí porque son buenos para el turismo” y no entienden que sin los rayones, sin tags no hay arte urbano, no hay artistas que de la noche a la mañana se vuelvan muralistas gigantes. Esas son unas soluciones que anulan la diferencia, hacen que lo que me hace ruido se acomode a mis formas.

¿Ve un sobretono totalitario en ese gesto?

Yo creo que se quiere limitar lo que las demás personas quieren ser, como diciendo: “usted sea hasta donde yo lo deje”. Parafraseando esta idea liberal de que mi libertad llega hasta donde empieza la del otro, nos están diciendo: “su libertad llega hasta donde a mí me molesta”. Si no reconocemos que hay un conflicto ahí y no lo gestionamos de formas alternativas y no violentas, va a ser muy limitada la forma como vamos a poder gestionar nuestros conflictos más grandes como sociedad.

Retomando la idea de los valores de bien y mal, y que nosotros somos seres dañados y que han dañado, ¿considera que en el arte hay forma de generar esa sanación y esa reparación de los daños?

Muchas veces pensamos que la justicia es solo lo punitivo y que solo se hace justicia cuando alguien va a prisión, pero la justicia admite otro tipo de registros. Uno puede empezar a reconciliarse con el mundo con un gesto, una palabra, un abrazo.

Andrea Salazar, una mujer que nos acompañó en un foro sobre impunidad, tratando el tema de violencia sexual, nos contaba que pudo empezar a sanar porque lo habló, pero también porque lo empezó a ver en un muro, que era una denuncia pública: esto pasa en Manizales, en nuestros trabajos, en nuestros hogares.

El informe de la Comisión de la Verdad habla de “nombrar lo innombrable” y el arte nos puede llevar a perdonar lo imperdonable, porque lo saca del cuerpo, lo vuelve físico, pasa por otros lados del cuerpo y por otros cuerpos, por las manos de artistas, por las voces, por nuestros ojos y los de la ciudadanía. La sanación tiene un componente individual, pero también uno colectivo. Andrea contaba que otras mujeres hablaron, vieron los murales, contaron sus historias y se tejió un sentimiento colectivo poderoso.

Todos somos vulnerables por igual porque todos somos mortales, pero luego nos precarizan y nos hacen más vulnerables mediante las violencias. Esa vulnerabilidad se alivia con la hospitalidad pero no la de atender visita, sino la que acoge, brinda cariño y escucha, y eso además nos da la potencia artística para crear. El arte no me permite entender más las cosas, me ayuda a sentirlas mejor, nos permite disponernos corporal y estéticamente para recibir a las otredades.

Escritor. Realizador de cine.

Destacan desempeño de bandas de Caldas

Luego de culminarse la cuadragésima versión del Festival Departamental de Bandas Estudiantiles de Música, los jurados de los encuentros en las seis subregiones de Caldas resaltaron el desempeño de 24 agrupaciones de todo el departamento.

El último encuentro de esta versión se llevó a cabo en Victoria, donde el mejor director fue Manuel Alejandro Ramírez, de la banda de la Institución Educativa Guarinocito, de La Dorada, y el premio a la banda Simpatía se lo llevó la agrupación de la Institución Educativa Cañaveral, de Victoria.

Ramírez expresó que no se esperaba este reconocimiento. “Esperamos el próximo año lograr que la banda sea más grande, estamos tratando de conseguir más instrumentos para esto. Gracias a mis estudiantes, a mi esposa, a mi hija, a mi familia y a todos los que me han ayudado y me han seguido siempre”, dijo.

Por su parte, el director de la banda de la Institución Educativa Cañaveral, Jhonny Fernando Giraldo, destacó que el premio es el fruto de un fuerte trabajo en la institución. “Espero disfrutar este triunfo con toda la comunidad educativa. El reto es seguir avanzando en la formación de los estudiantes, sobre todo para que sean buenas personas”, manifestó Giraldo.

Otros premios de la subregión Magdalena caldense:

Premio Cristian Morales Flautista, clase de ocho horas: flautista y piccolista de la IE San Agustín, Juan Andrés Yepes García.

Bono 250 mil pesos en reparación con Tuto Percu Luthier: banda IE San Gerardo María Mayela, de Norcasia.

Reconocimiento por su aporte a la música para Juan David Hoyos.

Arreglo de música popular de Juan David Hoyos Saavedra para la banda de Guarinocito (La Dorada).

Banda Simpatía: IE Cañaveral, de Victoria.

Mejor instrumentista de cuerdas frotadas: contrabajista de la banda de la IE San Agustín, de Samaná, Juan Esteban González.

Mejor instrumentista de percusión: timbales y batería de la banda de la IE San Agustín, Pablo Sebastián Cañón.

Mejor instrumentista de maderas: flauta traversa de la banda de la IE Berlín, de Samaná, Nicol Valeria Cardona.

Mejor instrumentista de bronces: tubista de la banda de la IE Cañaveral, María José López.

Bandas destacadas por los jurados de las seis subregiones:
Aguadas: IE Marino Gómez Estrada
Anserma: IE Occidente
Aranzazu: IE Pío XI
Belalcázar: IE Cristo Rey
Chinchiná: IE San Francisco de Paula
La Dorada: IE Técnico Alfonso López, IE Guarinocito.
Manizales: IE San Juan Bautista de la Salle
Manzanares: IE Manzanares, IE Gregorio Gutiérrez.
Marulanda: IE Montebonito
Pácora: IE Mariscal Robledo, IE Marco Fidel Suárez.
Palestina: IE La Sagrada Familia
Pensilvania: IE Escuela Normal Superior de La Presentación
Riosucio: IE Escuela Normal Superior Sagrado Corazón, IE Riosucio, IE San Jerónimo
Risaralda: IE María Inmaculada
Salamina: IE Pío XII
Samaná: IE San Agustín, IE Berlín
Supía: IE Supía
Villamaría: IE Gerardo Arias Ramírez

Al borde del infierno

En El Espectador del 3 de septiembre del 2023, leemos: “El miércoles, el huracán Idalia tocó las costas de Florida, provocando marejadas ciclónicas de más de cuatro metros y vientos de más de 200 km/h. Ha sido el huracán más fuerte en azotar la llamada región del Big Bend en este estado en más de un siglo. Mientras tanto, casi 100.000 hectáreas de Grecia fueron arrasadas por el megaincendio más grande registrado en la Unión Europea, que obligó a la mayor operación de extinción desde que se fundó la comunidad.”

“En las labores de apoyo a Grecia participaron los gobiernos de Francia e Italia, que a la vez debieron responder a las inundaciones por intensas lluvias en el sur y el norte de sus países, respectivamente. Asia no estuvo a salvo: el tifón Saola pasó por Filipinas y encendió los máximos niveles de alerta en Taiwán y China. Todo eso fue esta semana, por mencionar solo un par de casos.”

Igualmente, en el medio digital The Conversation, con rigor académico y talento periodístico, Víctor Resco de Dios, Profesor de ingeniería forestal y cambio global, de la Universitat de Lleida, publicó el quince de agosto del 2023, en su artículo Piroceno: nos adentramos en la Edad del Fuego.

Los incendios de ahora no son como los de antes. Se han vuelto más agresivos y están alterando profundamente el planeta, dejándonos al albor de lo que podríamos llamar el Piroceno. Un mundo donde los incendios están sustituyendo al hombre en su papel de escultor de paisajes.”

“La combustión de paisajes fósiles alteró la atmósfera, y empezamos a calentar el clima. El abandono de los montes cambió la fisionomía de la tierra, y ahora la biomasa se está acumulando. Más calor y más combustible: más leña para los incendios.”

“Y los incendios de ahora se nos escapan. Ya no los podemos controlar. Llevábamos décadas manteniendo las llamas a raya. La superficie quemada en los bosques había disminuido gracias al desarrollo de nuevas estrategias en la extinción, a mejoras en la formación, y también al aumento desproporcionado en el gasto en medios de extinción. Pero eso ahora se ha truncado.”

“El dominio del fuego hizo posible el Antropoceno, la Edad del Hombre. Y la pérdida de su control nos está llevando al Piroceno, la Edad del Fuego.”

Por su parte el 5 de septiembre El País de España en su editorial La era de la ebullición global, sostuvo:

“Nuevos datos confirman la aceleración de la crisis climática. Los meses de junio, julio y agosto de 2023 han sido los más cálidos desde que hay registros. Si se repasan las series históricas se comprueba, además, que los récords de temperatura se han ido acumulando a lo largo de la última década. En este contexto, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, afirmaba el pasado julio que “la era del calentamiento global ha terminado; ahora es el momento de la era de la ebullición global”.

Finalmente, el 20 de septiembre de 2023, se llevó a cabo la Cumbre sobre la Ambición Climática, en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, allí, Antonio Guterres,  secretario general de la ONU, criticó la falta de compromiso de los gobiernos en la lucha contra el cambio climático, advirtió que “la crisis climática causada por la actividad humana ha abierto las puertas del infierno”. A la reunión faltaron Estados Unidos y China, dos de los mayores contaminantes en el mundo. Agregó que “si no hay cambios nos dirigimos hacia “mundo peligroso e inestable”.

“El fuego tiene efectos terribles. Los agricultores ven con horror cómo las inundaciones se llevan sus cultivos. Las temperaturas sofocantes dan luz a enfermedades. Y miles huyen con miedo a medida que se extienden los incendios históricos”

Con las sequías, inundaciones, temperaturas sofocantes, incendios históricos, “la humanidad ha abierto las puertas del infierno”, como han demostrado “los horribles efectos del horrible calor”.

Todo lo anterior pareciera servir de motivación para alguien que como el recientemente fallecido, Cormac McCarthy se decidiera abordar un relato, como efectivamente lo hizo, pero en el 2006 con su novela La carretera, la cual fue llevada al cine, como muchas de sus libros, en el 2009. Definitivamente los grandes escritores vislumbran el futuro.

Cormac McCarthy (Rhode Island20 de julio de 1933Santa FeNuevo México13 de junio de 2023). Escritor ganador del Premio Pulitzer de ficción por La carretera (2006) y del National Book Award por Todos los hermosos caballos (1992). Cursó estudios de humanidades en la Universidad de Tennessee durante el período 1951-1952, sin graduarse. En 1953 ingresó en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. En 1957 regresó a la Universidad de Tennessee. Durante ese período, que se prolongó hasta 1959, publicó dos historias (A Drowning Incident y Wake for Susan) en The Phoenix, revista literaria de la universidad, obteniendo el galardón Ingram-Merril para la creación literaria en 1959 y 1960.

En una semblanza para El Tiempo, Hugo Chaparro Valderrama sostenía: “Lo único que le interesaba era escribir y tratar de comprender los misterios que respiran en el corazón del ser humano. Sin demasiado optimismo: estaba convencido de la obsesión que tenemos por la destrucción, superando incluso a los desastres biológicos. “Nosotros lo haremos primero”, decía.”

Fue invitado para el afamado programa televisivo, The Oprah Winfrey Show del 5 de junio de 2007, allí se escogió su novela La carretera para ser incluida en su tradicional Book Club. Cuando se le preguntó por qué no le había interesado nunca que lo entrevistaran en televisión, respondió con una definición de su credo: “No creo que sea bueno para tu cabeza: si pasas mucho tiempo pensando en cómo escribir un libro, sería mejor no estar hablando de eso, es mucho mejor hacerlo”. En el programa habló de no conocer demasiados escritores y preferir la compañía de científicos, también mencionó las limitaciones económicas en su oficio de escritor, de igual manera se refirió a sus paternidad a edad avanzada y de cómo la inspiración para su libro le vino de la compañía de su hijo de ocho años.

En una famosa entrevista de Richard B. Woodward realizada el 19 de abril de 1992, para The New York Times, titulada La ficción venenosa de Cormac McCarthy, aparecen afirmaciones que perfilan claramente a este solitario y enigmático escritor:

Sería difícil pensar en un escritor estadounidense importante que haya participado menos en la vida literaria. Nunca ha enseñado ni escrito periodismo, ni dado lecturas, ni desdibujado un libro, ni concedido una entrevista.

“McCarthy, un escritor que describe las acciones brutales de los hombres con un detalle insoportable, y rara vez aplica la anestesia de la psicología, preferiría hablar que confiar.”

“El estilo de McCarthy le debe mucho al de Faulkner (en su recóndito vocabulario, puntuación, retórica portentosa, uso del dialecto y sentido concreto del mundo), una deuda que McCarthy no discute. “Lo feo es que los libros están hechos de libros“, dice. “La novela depende para su vida de las novelas que se han escrito.” Su lista de aquellos a quienes llama “buenos escritores” (Melville, Dostoievski, Faulkner) excluye a cualquiera que no “se ocupe de cuestiones de vida o muerte”. Proust y Henry James no pasan el corte. “No los entiendo”, dice. “Para mí, eso no es literatura. Muchos escritores que son considerados buenos los considero extraños”.

Veamos sus premoniciones, plasmadas en su novela La carretera. Estar felizmente casado, un hijo pequeño consolidando esa unión, una cómoda vivienda y un presente lleno de satisfacciones, con un futuro promisorio, todo abruptamente trastocado, que inició con una fulgurante llamarada que generó no un incendio, sino una total devastación de la tierra, con arboles consumidos por las incontrolables llamas, los ríos desbordados, los cultivos devastados, las ciudades arrasadas, los animales desaparecidos, destrucción total.

Pasar a poseer solamente lo que se lleva puesto y lo que se ha podido ir recogiendo en un carro de supermercado a manera de transporte, pues no queda otra opción, lo único que se tenía era el uno al otro, el padre y el niño, ya que con la catástrofe se desató una serie de suicidios familiares colectivos y muchos más individuales, evitando de esa manera ser presa de los demás cuando se desató el canibalismo como alternativa de supervivencia. Era perentorio huir de los otros. Aquí se produjo no solo una crisis ecológica mundial, sino otra migratoria pero con rumbo incierto. Había que caminar constantemente hacia el sur, para no ser presa fácil de los otros depredadores de humanos.

Al despertar en el bosque en medio del frío y la oscuridad nocturnos había alargado la mano para tocar al niño que dormía a su lado. Noches más tenebrosas que las tinieblas y cada uno de los días más gris que el día anterior. Como el primer síntoma de un glaucoma frío empañando el mundo. Su mano subía y bajaba al compás de la preciada respiración. Retiró la lona de plástico y se puso de pie envuelto en aquellas prendas y  mantas pestilentes y buscó algún atisbo de luz en el este pero no lo había.  

El niño fue asimilando la nueva situación y tuvo que ir aceptando, aunque no comprendiendo, la ausencia de la madre quien no aguantó y sin despedirse siquiera, tomó su destino en sus propias manos. (Ella se marchó y la frialdad de la partida fue su regalo final. Lo haría con una hojuela de obsidiana. Él mismo le había enseñado cómo. Más afilada que el acero.) La consagración de su padre lo conmovía, pero temía y de hecho, enfermó no solo de fatiga, sino de física hambre, pero en el peor momento, algo encontraban, les mitigaba las penas y les calmaba el hambre. El hombre llevaba consigo como talismán la foto de su esposa y como prevención un revolver con dos balas que le decía servirían para el momento final y en más de una ocasión le indicó como introducir el revólver en la boca y dispararse, le pedía que tuviera valor, pues se requeriría en ese momento, antes de ser violado por los antropófagos. No era por asustarlo, era una certeza. Lo vieron en un paraje, recién abandonado.

Entraron al pequeño calvero, el chico aferrado a su mano. Se lo habían llevado todo excepto aquella cosa negra ensartada sobre los rescoldos. Estaba examinando el   perímetro del claro cuando el chico se dio la vuelta y sepultó la cara en su cuerpo. El hombre giró rápidamente para ver qué había pasado. ¿Qué?, dijo. ¿Qué pasa? El chico meneó la cabeza. Oh, papá, dijo. Se volvió para mirar otra vez. Lo que el chico había     visto era un bebé carbonizado ennegreciéndose en el espetón, sin cabeza y destripado. Cogió al chico en brazos y regresó a la carretera estrechándolo con fuerza. Lo siento, susurró. Lo siento.

El padre aprovechaba toda ocasión para irlo formando en valores y haciéndole entender la maldad de los demás. Siempre resonaron las palabras que se iban convirtiendo en un decálogo ético, tal vez pensando ilusamente en un futuro posible, o más bien aceptando su ausencia pues se sentía enfermo con una tos persistente y sangrados eventuales al expectorar.

Decía que los sueños correctos para un hombre en peligro eran sueños de peligro y que lo demás era solo la llamada de la languidez y de la muerte… Si no cumples una promesa pequeña tampoco cumplirás una grande… No hay después. El después es esto. Todas las cosas bellas y armónicas que uno conserva en su corazón tienen una procedencia común en el dolor. El hecho de nacer en la aflicción y la ceniza. Bueno, susurró para el chico que dormía. Yo te tengo a ti… Sí. Todo irá bien. / Y no nos va a pasar nada malo. / Desde luego que no. Porque nosotros llevamos el fuego… Esto es lo que hacen los buenos. Seguir intentándolo. Jamás se rinden… Cuando sueñes con un mundo que nunca existió o con un mundo que no existirá y estés contento otra vez entonces te habrás rendido. ¿Lo entiendes? Y no puedes rendirte. Yo no lo permitiré.

Muchas penurias en la travesía, acechanzas constantes, amenaza de degollar el niño por un desadaptado que la pagó muy caro con la puntería del padre y la decisión de salvar el niño, a riesgo de que el sonido del disparo, como ocurrió, alertara a sus compinches, lo cual produjo una huida veloz para salvarse. En otra ocasión intempestivamente desde una vivienda que parecía deshabitada… En una ventana superior de la casa pudo ver a un hombre tensando un arco y  agachó la cabeza del chico e intentó cubrirlo con su cuerpo. Oyó el chasquido seco de la cuerda del arco y al momento sintió un dolor atroz en la pierna. Cobró esa afrenta con un disparo de una pistola de luces de bengala que atravesó el cuerpo del agresor. Era siempre una lucha a muerte.

Cuando mas parecía desfallecer el padre, sin que lo percibiera su hijo, al mirarlo le volvía el ánimo para continuar: Observó la cara del chico a la luz naranja de la lumbre. Sus mejillas hundidas y tiznadas de negro. Tuvo que contener la rabia. Era inútil. No creía que el chico pudiera continuar mucho más. Aunque dejara de nevar la carretera estaría casi impracticable… El chico estaba muy flaco. Lo observó mientras él dormía. La cara chupada y los ojos hundidos. Una extraña belleza.

 La desesperanza buscaba anidar en sus seres, pero después de tanto desasosiego y tras un largo recorrido, encontraron un sótano repleto de enlatados, comieron hasta la saciedad. Permanecieron algunos días allí, pero sabían que debían continuar. Luego pensarían que hubiera sido mejor no haber encontrado algo que no podían conservar. Esa es la realidad.

El chico se alivió, pero su padre estaba empeorando. Su hijo temía lo inevitable… Escupió una saliva sanguinolenta. Tenía que parar a descansar cada vez más a menudo. El chico le observaba. En algún otro mundo el niño habría ya empezado a echarlo de su vida. Pero no tenía otra vida. Sabía que el chico estaba despierto por las noches, escuchando para ver si todavía respiraba.

Tragedia tras tragedia hacen resaltar lo mejor y lo peor de los seres humanos, pero como le repetía el padre y lo aprendió el hijo, los buenos siempre lo serán, a pesar de las adversidades, porque tienen el fuego interno que no es devastador como el otro, sino que ilumina el espíritu, alienta a la acción y potencia la bondad de quienes la poseen y la proyectan sobre los demás. Su hijo supo además, que cuando él no estuviera podría seguirle hablando y le contestaría, para algo serviría seguir siendo de los buenos. Si el libro es conmovedor, la película es desgarradora.

* Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas.