Rezagos de infancia

Seres desgraciados que arrastran infancias infelices y que al mismo tiempo y seguramente sin quererlo han desgraciado a otros, o con su carácter o con sus actuaciones, podría decirse que es lo que nos presenta en su último libro la española Rosa Montero quien, con su maestría y capacidad de hacernos reflexionar, nos ofrece en La buena suerte, un caleidoscopio de la naturaleza humana que se balancea entre el bien y el mal.

Rosa Montero (Madrid3 de enero de 1951), es una escritora y periodista quien ingresó en 1969 a la Universidad Complutense de Madrid en donde inició estudios universitarios en la Facultad de Filosofía y Letras con la intención de estudiar psicología y posteriormente periodismo. En 1970 comenzó a trabajar como periodista en diversos medios informativos, finalmente dejó los estudios de psicología, y luego obtuvo su título de Periodismo en la Escuela Superior de Periodismo de Madrid. En la misma época universitaria colaboró con grupos de teatro independiente. Desde 1976 trabaja de manera exclusiva para el diario El País.

Entre sus novelas podemos citar: Crónica del desamor (1979), Te trataré como a una reina (1973), La hija del caníbal (1997), El corazón del tártaro (2001), La loca de la casa (2003), La ridícula idea de no volver a verte (2013), El peso del corazón (2015), y ahora La buena suerte (2020). Sobre periodismo tiene un libro de antología El arte de la entrevista. 40 años de preguntas y respuestas (2019). Se trata de veintiocho entrevistas a personajes tan diversos como: Doris Lessing, Luis Miguel Dominguín, Santiago Carrillo, Julio Cortázar, Paul McCartney, Claudia Schiffer, Margaret Thatcher, Harrison Ford, etc. De este libro ella misma afirma:

Y el caso es que la lectura de estas conversaciones mantenidas a lo largo del tiempo no    solo dejan entrever las diversas épocas que hemos vivido en los últimos cuarenta años, sino que además me refleja a mí en un segundo plano, como una sombra en un espejo empañado. Ahí estoy, al fondo, envejeciendo.

En su último libro, La buena suerte, nuestro personaje central Pablo Hernando Berrocal, es un prestigioso arquitecto de cincuenta y cuatro años, descrito como el arquitecto de la intensidad, con reconocidos premios internacionales por sus obras en los cinco continentes, y por la exigencia consigo mismo y el perfeccionismo que lo caracteriza, prefiere ser muy selectivo para sus realizaciones, las cuales ejecuta a través de un pequeño gabinete, con otros socios. Su lema de la arquitectura como orfebrería, lo ha ganado porque: Posee un estilo único, depurado, a medio camino entre la vanguardia y el clasicismo, con influencias nórdicas y con un toque siempre sorprendente, conmovedor, inquietante. 

Lo que nadie sabía de ese brillante profesional era la tragedia que tuvo que soportar desde niño, a causa de un padre borracho a quien tenía que recoger y llevarlo a rastras desde un bar de mala muerte y el continuo castigo al que era sometido por su progenitor con una correa con hebilla que le dejaba señales infames (de las cuales alguna explicación buscaba dar a sus compañeros en el colegio), y que luego se aferraba a su cuello y le pedía perdón. Esto incubó en él una furia, una humillación y frustración por no poder matar a su padre. De otro lado, el recuerdo de su madre, también lo lacera: Pablo comprende que vivir con su padre debió de ser muy duro. Seguro que le pegaba. Seguro que la maltrataba. Pablo entiende perfectamente que se fuera, pero no que le dejara a él, con cinco años en manos de ese animal.

En cuanto a su matrimonio con Clara, una colega de la oficina, todo se fue en propósitos de una vida feliz, que no fue capaz de concretar, tal vez, por no saber expresar los sentimientos, ésta, se fue agotando:

 Con los años las parejas se van llenando de pequeñas desilusiones, de divergencias del    proyecto amoroso que creyeron antever en la primera pasión, de fallos propios y ajenos, rendiciones, aceptación acomodaticia de sus egoísmos y su cobardía. Con los años, el otro o la otra cada vez está más cerca en las rutinas pero más lejos en lo esencial… No hay nada que envejezca tan deprisa como el amor mal amado.

Entre encuentros y desencuentros, conflictos y soluciones, competencia e imposición, fue trascurriendo una relación que pudo ser un oasis, pero que convirtieron en un infierno, aunque a los ojos de los demás no traslucía, pues parecían la pareja ideal. Ahora se da cuenta que no supo aprovechar las ocasiones para hablar con ella; tuvo oportunidad de amar y la desperdició. Siempre pensó que tendría tiempo, que el futuro era promisorio y que habría oportunidad de encontrar el rumbo, pero la desgracia los acechaba.

 Pero, al enviudar, el mundo se desmoronó y se marchitó. No sólo había perdido a la mujer más importante de su vida, sino que además había desperdiciado el tiempo sin aprender a amarla. Se sintió viejo, mutilado, fracasado, culpable. Creyó que la muerte de Clara sería el mayor dolor que podría experimentar en toda su existencia. Y también en eso se equivocó.

Y en cuanto a su hijo, (tenía doce cuando Clara falleció) ahora con veinte años, de alguna manera él se fue con ella, pues también lo perdió. Nunca pudo relacionarse con él. Creció bastante solo, acompañado de psiquiatras, tutores, profesores de apoyo y todo lo que pudo proporcionarle, menos su presencia y su necesaria compañía, se dedicó a su trabajo y sus viajes, mientras su hijo se comenzó a relacionar muy mal. Comenzó a los quince años, con un grupo de fanáticos futboleros que agredían a los del otro equipo; en una gresca a uno de ellos lo cosieron a puñaladas y a otro lo dejaron en una silla de ruedas. A los dieciocho años le mostró una solicitud para cambio de apellido y así empezó a usar el de su mamá. Como líder de un grupo neonazi, Despertares, quemaron vivos a dos mendigos. A los tres meses de detenido logró fugarse en un traslado de juzgados. En esa misma época fue la última vez que lo vio, ya se había ido de la casa y una noche entró a sacarse un cuadro; al verlo, desconcertado, no midió el alcance de ese acto.

Cuando Marcos le golpeó duro en la cara y el estomago, Pablo se dejó pegar sin hacer    nada, pero no por elección, sino porque no había sido capaz de resolver el conflicto de  sus emociones antes de que su hijo lo atizara. No consiguió si decidirse entre besar a su hijo o darle un puñetazo.

En medio de todo ese raudal de emociones, Pablo decide abandonar su vida y buscar una nueva, como si solo se tratara de cambiar de camiseta, pero resulta que esos cambios no son tan simples. Se puede cambiar de ciudad, de oficio, de relacionados, etc., pero el pasado es algo que siempre llevaremos a cuestas, no solo nuestra formación, gustos, manías, fobias, temores, y todos los otros sentimientos que han configurado nuestro ser.

Pretendiendo sobre todo alejarse de su hijo y todo lo que esto representaba, se instaló en un asqueroso apartamento, al lado de la estación del tren, en Pozo-negro un pueblo que cuando era minero tuvo nueve mil seiscientos habitantes y ahora solamente quedaban unos mil trescientos, en un entorno mugriento y con un ruido infernal, que produce el paso del tren diecisiete veces diarias, de las 7:45 de la mañana a las 23:40 de la noche. ¡Qué patetismo! A él que le gustaba cierta imperfección: El vibrante atractivo de lo inesperado. El desasosiego de lo que no respeta la simetría… siempre y cuando ese desasosiego resulte hermoso… El amor por la imperfección es su punto de fuga, su rescate. Hasta que comienza a reaccionar, pero ¿ya, no será tarde?

Al tratar de adaptarse a su nueva vida, comienza a darse cuenta de que vivir en esas condiciones lo lleva rápidamente al desorden, al abandono, a la suciedad y lo peor a acostumbrarse a ello, una persona tan pulcra y delicada en sus maneras. Creemos lo salvara una vecina de treinta y nueve años, Reluca, quien es todo un personaje, con un pasado muy triste pues fue abandonada desde que era un bebe, recogida y criada en un orfanato, a los dieciocho lanzada de nuevo a la calle, luego tuvo un episodio en una clínica mental, y con el tiempo conoció a un drogata, que en una de sus trabas, conduciendo alocadamente, se accidentaron y ella perdió un ojo. A pesar de todo, afirmó: ¡Qué suerte! Yo es que siempre he tenido muy buena suerte, ¿sabes? Y menos mal que soy así de afortunada, porque, si no, con la vida que he tenido, no sé que hubiera sido de mí. 

Pablo ha logrado alejarse de su medio, escondiéndose en esa pocilga, estableciendo nuevas relaciones y evitando contactos con su otro mundo, pero los remordimientos, los complejos de culpa y los temores que le suscitan la sombra de su hijo, lo siguen persiguiendo. ¿Encontrará  refugio en Reluca?

* Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas

 

La zozobra instaurada

En marzo del 2007 empezó a circular el libro Los ejércitos, obra de Evelio Rosero (Bogotá 1958) ganadora del II Premio Tusquets Editores de Novela, con el cual se hizo conocer internacionalmente a través de las traducciones a siete idiomas; igualmente en 2009, en el Reino Unido, alcanzó el reconocido Independent Foreign Fiction Prize. La mayor parte de su infancia estuvo en Pasto y ya adolescente regresó a Bogotá a continuar sus estudios de primaria y secundaria en colegios católicos y en la Universidad Externado de Colombia su carrera de Comunicación Social y Periodismo.

En su libro narra descarnadamente la suerte de los habitantes de un pueblo al sur del país, San José, aunque el nombre pude ser genérico, ya que la situación es similar en muchos de ellos. Allí en medio de una pretendida calma bucólica, habitan Ismael Pasos de setenta años y Otilia del Sagrario Aldana de sesenta, ambos educadores, quienes a los veinte años se casaron y tuvieron una hija María, casada y quien vive en Popayán. También están Hortensia Galindo y Marcos Saldarriaga, gamonal del pueblo y quien tiene como amante pública a Gloria Dorado. Vecinos de Ismael viven Eusebio Almeida, el brasilero, su exuberante mujer Geraldina, quien se broncea desnuda en su patio y mantiene al pobre vecino excitado cada vez que, pretendiendo coger naranjas, se sube al árbol que linda con ambas casas.

Completan el relato el padre Albornoz, Chepe el tendero, el médico Orduz, el alcalde, los policías, y otros tenebrosos personajes que conforman los ejércitos que han ido arrasando el pueblo, desplazando las familias, o acabando con ellas por medio de los secuestros, los asaltos y las emboscadas.

La gente trata de vivir en calma en medio de tanta zozobra, algunas veces negando lo evidente, otras engañándose a sí mismos, de que eso les pasa es a los demás y por alguna desconocida razón, tratando de justificar lo inadmisible de la situación. Ismael recuerda que cuando tenía veinte años soñaba con habitar una de las casas rurales, pero ahora…

Nadie las habita, hoy, son muy pocas las habitadas; no hace más de dos años había cerca de noventa familias, y con la presencia de la guerra –el narcotráfico y el ejército, guerrilla y paramilitares—solo permanecen unas dieciséis. Muchos murieron, los más debieron marcharse por fuerza: de aquí en adelante quien sabe cuántas familias irán a quedar, ¿quedaremos nosotros?, aparto mis ojos del paisaje, porque por primera vez no lo soporto, ha cambiado todo, hoy –pero no como se debe–, digo yo, maldita sea.  

Las envidias, los comentarios desobligantes, las intrigas entre los lugareños propiciaron la instauración de la violencia, pues unos creían que los otros eran informantes y a su vez los demás creían que había no solo simpatizantes, sino auxiliadores de esas oscuras fuerzas. Como tantas veces ha ocurrido, la guerrilla les deja a los campesinos propaganda para repartir y a ellos les toca recibirla y luego enterrarla, pues si la queman despiertan sospechas. Y así cada cual tiene su relato.

Hace dos años hubo un atentado en el cual dinamitaron la iglesia con feligreses y todo, además de otros destrozos en el pueblo. Hace cuatro se llevaron a Marcos Saldarriaga, quien creyó blindarse con su simpatía con los ejércitos y su displicencia con sus coterráneos, además de que se rumoraba que el había sido artífice de la muerte de Adelaida López candidata a la alcaldía, mujer emprendedora y diáfana, a quien fuerzas extrañas sacaron de su casa con su marido y a garrote la asesinaron,  mientras su esposo en el piso era encañonado; también mataron a su hija de trece años.

Todos estos hechos hicieron de Marcos Saldarriaga el hombre invulnerable de San José, porque parecía entenderse con la guerrilla, los paramilitares, los militares, los     narcotraficantes. Eso explicaba el origen de su dinero, que debía tener múltiples orígenes: colaboró con grandes sumas en las actividades humanitarias del padre Albornoz, entregó millones al alcalde, para obras de beneficencia…

Ahora han vuelto, se llevaron al brasilero, su hijo de doce años y la niña de igual edad, quien les colaboraba en los servicios domésticos y a quien hace dos años le mataron a sus padres. Están pidiendo un rescate exorbitante y la pobre Geraldina está desesperada. Está desaparecida Otilia la esposa de Ismael y nadie da razón de ella, este la busca infructuosamente. La gente está huyendo despavorida, pero él se queda porque sabe que si se va, cuando aparezca su mujer, no sabrá en donde encontrarlo.

Apenas hasta ahora descubrimos que las calles van siendo invadidas por lentas figuras    silenciosas, que emergen borrosas del último horizonte de las esquinas, asoman aquí, allá, casi indolentes, se esfuman a veces y reaparecen, numerosas, desde las orillas del acantilado.

Andan con lista en mano indagando por nombres que les han insinuado, o han escuchado, aunque otros saben que la lista es solo un papel en blanco que van llenando con los que van cogiendo y sin fórmula de juicio ejecutando, esa es la consigna. Las violaciones también forman parte del botín y se ensañan en las mujeres bellas como Geraldina que les sirve aun muerta, a un pelotón de desadaptados.

Lo más irónico es que por la lejanía del pueblo y por lo miserable de su población, su suerte no parece interesar a las autoridades centrales, que desconocen o pretenden ignorar la situación, tal vez para no despertar zozobra, y lo triste es que los mismos pobladores se enteran de ello y sufren su indolencia por la incapacidad de defenderse.

Si vemos menos soldados, de eso no se nos informa de manera oficial; la única declaración de las autoridades es que todo está bajo control; lo oímos en los noticieros – en las pequeñas radios de pila, porque seguimos sin electricidad–, lo leemos en los periódicos atrasados, el presidente afirma que aquí no pasa nada, ni aquí ni en el país hay guerra: según él Otilia no ha desaparecido, y Mauricio Rey, el médico Orduz, Sultana y Fanny la portera y tantos otros de este pueblo murieron de viejos, y vuelvo a reír…

Se puede apreciar cómo la complicidad de unos, la complacencia de otros, la indiferencia de muchos y la falta de presencia efectiva del Estado y su autoridad, propician el caos que empieza poco a poco a envolver en su torbellino de maldad a ese territorio de paz como lo denominan sus habitantes, territorio que puede ser cualquier parte urbana o rural del país, en donde el desplazamiento pareciera ser la única salida, lo cual además despeja el terreno para la consolidación del mal.

La terquedad de algunos que tienen la esperanza de que la situación puede revertirse, constituirá a no dudarlo en su decisión de no abandonar lo suyo, que tanto trabajo les ha costado, su perdición, pues lo que los otros buscan es no tener ningún tipo de oposición a su saqueo sistemático, ellos necesitan apoyarse en los débiles y les estorban las voces disonantes.

Vale la pena al respecto, tener en cuenta lo afirmado por Bertolt Brecht:

Primero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó.
Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó.
Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero, tampoco me importó.
Mas tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó.
Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó.
Ahora vienen por mí, pero es demasiado tarde.

Tal vez lo que encontramos en la narración es lo que creemos que ocurre, o sea, situaciones conflictivas, pero llevaderas, pues aun no han tocado a nuestras puertas para requerirnos, o en el mejor de los casos, que es algo excepcional, pero la realidad en este caso, la violencia desatada, supera con creces la ficción. Es tan duro contemplar a veces la realidad que preferimos creer que ésta es ficción.

*Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas

 

 

 

Secretaría de Cultura de Caldas muestra su casa restaurada

 

Con la reciente restauración de la sede de la Secretaría de Cultura de Caldas, realizada con una inversión de 210 millones de pesos, se reactivaron una serie de proyectos que el jefe de esa cartera, Lindon Alberto Chavarriaga Montoya, tenía en el tintero.

Con la adecuación del sótano se logró instalar un estudio de grabación, con equipos nuevos, el cual estará al servicio de los artistas populares, y adicional se acondicionó un “ensayadero” con instrumentos, para el uso de los músicos que lo requieran. Se compraron también equipos de grabación audiovisual que estarán destinados a la producción de  documentales.

Con estas herramientas, dijo el funcionario, se optimiza el ciclo previsto en los planes de la secretaría, ya que serán complemento fundamental para: el taller de luthería que funciona en la Casa de la Cultura de Villamaría; las 27 escuelas de música, una en cada municipio del departamento donde se están formando, con excelentes profesores, alrededor de 3.700 niños, y la estudiantina Caldas, recién creada, y de la que hacen parte los mejores estudiantes de la región.

La Secretaría de Cultura de Caldas tiene su sede en una casa centenaria declarada patrimonio cultural del departamento, herencia de la colonización antioqueña y de la cultura cafetera con influencia andaluz, construida en el año 1875 en armazón de bahareque, paredes apisonadas y empañetadas en modalidad liviana o estilo “temblorero”, con vigas, puertas, pisos y columnas de madera fina de las haciendas Sorrento y Alhambra, tejas de barro, amplio alero. Con un portalón, zaguán y contra portón; dos patios, el principal con pileta y el segundo, hoy auditorio, en cuyos corredores aún se halla un aljibe. También cuenta con el camellón o callejón de los animales, que conduce al solar.

“Hablar de ella es hablar de la casa de los abuelos, la única que existe en el centro de Manizales con estas características, por eso la consentimos mucho. Se afecta con frecuencia debido a las construcciones de los alrededores y es por ello que cuando sufre algún agrietamiento debemos ser muy diligentes en su recuperación”, recalcó Chavarriaga Montoya.

Un café con «Frida»

El Paisaje Cultural Cafetero se está convirtiendo en un gran proyecto de iniciativas culturales por parte de sus habitantes. Pequeños emprendimientos artísticos, gastronómicos, artesanales, musicales, etc., surgen en los diferentes pueblos y ciudades que integran este territorio avalado por la Unesco como patrimonio de la humanidad.

En Manizales, vemos cómo en los barrios se establecen negocios que los enriquecen, pues sus propietarios les dan valores agregados en donde la memoria y las historias locales se articulan a lo global, para dar un sentido pleno y creativo que está impulsando de una manera positiva nuestro progreso desde la innovación.

Es el caso de un sitio nuevo que se ha inaugurado en el barrio La Carola; allí su propietaria Ángela María Corrales, desde el barismo y la gastronomía, ofrece una excelente alternativa para conocer este sector de la ciudad que siempre ha tenido una dinámica social, cultural y comercial interesante. Ángela, a quienes los vecinos llaman cariñosamente «Frida» es una persona cuya energía desborda optimismo y ganas de hacer cosas nuevas y creativas por su barrio. Por este motivo decidió abrir este espacio que lleva también el nombre de Frida y que tiene un eslogan bien distintivo:

«Científicos han descubierto una novedosa forma de chatear en directo a través de la voz y en 3D, lo llaman tomarse un café con Frida.»

Y es que ella se ha encargado de personalizar el espacio con murales y frases que incitan a una buena tertulia acompañada de cafés, cocteles y manjares tradicionales. El toque barístico impregna el ambiente, en donde no falta la hermosa greca con el águila en la cúspide, que proporciona los cafés a los cuales agregan bellos diseños y deliciosos aromas. A la entrada, un hermoso mural de la pintora mexicana Frida Kahlo, realizado por el grafitero David Daza Uribe, nos invita a ingresar, en la seguridad de que este refugio tiene ese ambiente latinoamericano y universal que alberga nuestros corazones y mentes alimentados por la diversidad multicultural.

Invito a que disfruten agradables veladas en el café-bar de «Frida», en donde tendrán, en compañía de Ángela María Corrales, un momento de bienestar, buena conversación y creatividad.

Está ubicado en la carrera 11, N°. 55C-16, avenida principal La Carola, frente a Sol y Sombra.

 

 

 

 

Orlando Mejía ganador de la I Convocatoria nacional de minificción

“Mi fascinación por la minificción no es ocasional, sino la estoy creando a fondo desde hace tres décadas y este libro con el que gané el premio tuvo una gestación y elaboración de más de 10 años. Está repleto de humor, de parodias textuales y es un homenaje al espíritu lúdico de la vida. Espero que sus lectores se diviertan leyéndolo, así como yo me divertí escribiéndolo. Sin embargo, como decía la misma Ana Shua, las mejores minificciones muerden al lector, porque el humor sacude las solemnidades y desnuda a las falsas verdades”.

Son las palabras del escritor y médico, profesor de la Universidad de Caldas, Orlando Mejía Rivera, ganador, por unanimidad, de la I Convocatoria nacional de minificción hecha por Cuadernos Negros Editorial, El Magazín Cultural de El Espectador y la Secretaría de Cultura del Quindío, con el libro Diccionario del amnésico, presentado bajo el seudónimo Alois Alzheimer.

Según lo informó el diario El Espectador, a esta convocatoria, con la cual Cuadernos Negros Editorial celebró sus 15 años y un catálogo de más de 100 publicados, se presentaron 39 obras, de 10 ciudades (Manizales, Cali, Bogotá, Fusagasugá, Buga, Santa Marta, Armenia, Medellín, Nemocón) y 7 departamentos (Caldas, Valle, Cundinamarca, Magdalena, Quindío, Antioquia).

El jurado estuvo conformado por escritores e investigadores de amplia trayectoria en el género: Harold Kremer y Guillermo Bustamante Zamudio, especializados en esta forma narrativa, pioneros en Colombia y Latinoamérica en la difusión, escritura e investigación del minicuento; Susana Henao Montoya, narradora y académica, con una obra consolidada a nivel literario e investigativo.

Diccionario del amnésico, es el tercero en el género de las minificciones o microrrelatos de Orlando Mejía Rivera. El primero fue Manicomio de dioses (2010) y el segundo El extraño animal de los gitanos (2019).

Explica el autor: Este libro nuevo que se publicará  y cuyo título es Diccionario del amnésico, es el tercero en el género de las minificciones o microrrelatos. El primero fue Manicomio de dioses (2010) y el segundo El extraño animal de los gitanos (2019). Este es un auténtico nuevo género literario, que el crítico argentino David Lagmanovich denominó “el cuarto género” narrativo, recordando que el primero es la novela, el segundo la nouvelle y el tercero el cuento. Se ha desarrollado tanto en la creación como en su estructura teórica durante el siglo XX y este siglo XXI. Sus características son diferentes al cuento y no solo es un asunto de que sean más breves. En general son intertextuales y parodian con humor textos clásicos, que incluyen los libros religiosos (Biblia, Corán, Tora), los clásicos literarios (El Quijote, Las mil y una noches, etcétera), los mitos griegos o romanos, los cuentos de hadas. De otro lado, son muy breves, pero deben tener una unidad temática y contar una historia, con personajes y situaciones en muy pocas líneas. De alguna manera es un género que ha recogido la  propuesta de Italo Calvino en Seis propuestas para el milenio y que el crítico mexicano Lauro Zavala ha adaptado así: “brevedad, diversidad, complicidad, fractalidad, fugacidad y virtualidad”. También abarca los bestiarios postmodernos y las fábulas, pero con los códigos de la ironía y la sátira. Los mejores escritores en este género son hispanoamericanos y están, entre otros, los precursores (Torri, Arreola, Cortázar, Denevi, Monterroso) hasta maestros contemporáneos del género como el español Javier Tomeo y las argentinas Luisa Valenzuela y Ana María Shua, quién es para mí la mejor escritora de minificciones en el mundo. En Colombia el precursor fue el poeta Luis Vidales y los escritores Harold Kremer y Guillermo Bustamante son los grandes referentes del género.

Orlando Mejía Rivera es Historiador de la medicina, Periodista cultural. Profesor titular de Humanidades Médicas y Medicina Interna en el Programa de Medicina de la Universidad de Caldas. Prolífico escritor, sus libros publicados incluyen también ensayos, novelas, cuentos, investigaciones periodísticas e históricas.

Ganador del Premio Nacional de Novela del Ministerio de Cultura (1998) con Pensamientos de Guerra. Ganador del Premio Nacional de ensayo literario ciudad de Bogotá (1999) con De clones, ciborgs y sirenas. Tercer puesto del Segundo Concurso Nacional de minicuento Luis Vidales, versión 2011. Finalista del Premio Nacional de Novela publicada del Ministerio de cultura (2020) con El médico de Pérgamo. Su libro La medicina Antigua. De Homero a la peste negra, fue seleccionado como uno de los mejores diez libros académicos publicados en Colombia, en el año 2017, de acuerdo con el periódico El Espectador. Textos suyos han sido traducidos al alemán, italiano, francés, húngaro y bengalí.

 

 

Un tejido para la armonía de la vida

Ingruma, Pasmí, Portachuelo, Alto Imurrá, Bonafont, Tizamar, Los Chancos… son los nombres que bautizan gran parte de una geografía y un mundo desconocido para la mayoría, un territorio rico en paisajes, en corrientes de agua, clima cálido y uno de los pocos en los que conviven de manera armónica indígenas, afros y mestizos desde el respeto por la cultura y la diversidad, lugares que están a dos horas de Manizales, la capital de Caldas.

El municipio de Riosucio es el albergue donde estas comunidades indígenas de los Resguardos Cañamomo y Lomaprieta, Escopetera y Pirza, Nuestra Señora Candelaría de la Montaña y El Territorio Ancestral San Lorenzo, permiten llegar a sus corazones, en el que tradiciones como la gastronomía, bailes, vestuario, artesanías y lenguas, hacen de este un lugar que suma a los tejidos de redes humanas y co-crea nuevas maneras de habitar los territorios.

En este espacio de encuentro estas comunidades reciben formación para mejorar sus habilidades comunicativas, lo que les facilita resonar con su identidad cultural, sintonizarse con saberes ancestrales y difundir en los territorios sus palabras, sus sonidos y sus imágenes.

Sembrar la semilla

El proyecto Comunicación para el desarrollo, convenio entre la Universidad de Manizales y Chec Grupo EPM, avanza en el proceso de generar una relación comunicacional en el campo de los resguardos indígenas de Riosucio, y su interacción interna como comunidad, así como su producción de saberes y su forma de narrarse, para sí mismos y para los otros.

En estos grupos de estudio participan niños, jóvenes, mujeres, excombatientes, docentes y líderes, quienes adquieren herramientas para fortalecer su identidad y unir las comunidades con mensajes de paz y reconciliación. La perspectiva acerca de las formas narrativas y la vida cotidiana, revela cómo estas configuran sus relatos ciudadanos, discursos en los que se evidencia la construcción colectiva de territorio.

La evolución desde la propuesta de habilidades comunicativas, posibilita a las comunidades presentar sus realidades sin que necesariamente estos discursos riñan entre sí o sean sometidos a un estricto lineamiento. Por el contrario, son múltiples los cruces y las oportunidades que impactan en los beneficios de las comunidades y territorios.

El ejercicio es un escenario desafiante, novedoso y especialmente diverso. Los vínculos desarrollados desde diferentes vértices han enriquecido no solo la narrativa, sino la estética misma, dado que, en la necesidad de evidenciar la estructura identitaria, las comunidades se narran como articuladoras sociales de un proyecto que exige su espacio en un escenario aún más amplio.

En el marco del convenio se profundiza en los contenidos para transmitir los saberes y fortalecer la unión de las comunidades. Este fortalecimiento se hace partiendo del Modelo de Relacionamiento con Grupos de Interés, que, desde el 2018 trabaja la Chec en los municipios de Caldas y Risaralda, proceso al que se han ido sumando los resguardos que habitan el territorio año tras año.

Finalmente, los vértices se traducen de forma concreta en un espacio a través del cual se hace un especial énfasis en la construcción de un discurso; y no se deja de lado la mirada inquieta desde la academia y los diferentes campos y ciencias sociales, así como no se niega la mirada distraída de quien asume el papel de espectador.

“La comunicación indígena es un tejido vivo en movimiento, la unidad del tiempo y el espacio que vive en la palabra, que enseña, aprende y cuenta; es un proceso colectivo espiritual y social que mantiene la armonía entre toda la vida y la naturaleza”. II CUMBRE CONTINENTAL DE COMUNICACIÓN INDÍGENA.

Propiciar el encuentro

El primer punto para trabajar es el abordaje del escenario denominado territorio, pues es este el espacio en el que se configuran las cosmogonías que dan sentido al ser. Lo comunicacional de escenario y su comprensión es una oportunidad para repensar y reapropiar la riqueza de la mediación de saberes.

El segundo, hace referencia a la autonomía, en el que se determina un ejercicio de ciudadanía basado en la importancia del reconocimiento, el respeto y la valoración por las formas de gobierno indígenas, así como por su mirada crítica frente al sentido de desarrollo que desde la perspectiva occidental se ha determinado.

El tercero, la palabra, como escenario fundamental para la articulación de los saberes ancestrales, en este, la comunicación como proceso que permite la comprensión y apropiación de estructuras cosmogónicas de los pueblos indígenas.

Este proyecto se gesta en el territorio y brinda a sus participantes la posibilidad comunicacional de significar-apropiar para dar continuidad a la reapropiación misma como oportunidad de construcción de sentido, la necesidad de integrar el sentido intercultural de los pueblos indígenas a una narrativa en la que prime el reconocimiento y la formalización del reconocimiento.

Generar confianza

Su importancia radica en los procesos de relacionamiento construidos a través del discurso, en el que se hace una fuerte alusión a la postura en términos de generar una narración de inclusión y reconocimiento, evidenciando la comunicación como experiencia transformadora de los propios proyectos de vida y de los comunitarios.

La construcción discursiva de las piezas se logra por medio de la exposición de un conjunto de lugares, producciones culturales y símbolos comunes, solo y estrictamente con el objetivo de presentarlos como de unión y de, en términos comunicacionales, provocar una reapropiación homogénea de un sentido identitario nacional.

Desde esta perspectiva, el sentir y el verse reconocidos pasa entonces por un proceso de desdibujamiento del sentido real y complejo de una realidad identitaria, cuya elaboración es el producto de una construcción de memoria colectiva en la que se ha gestado la apropiación y reapropiación de la realidad, y no un conjunto de estrategias de comunicación masiva, en las que impera el sentido de homogeneización occidental.

Esta independencia narrada desde la autonomía y el reconocimiento de un conjunto de saberes que les son propios, y a los cuales han incorporado los aprendizajes característicos de los cambios generacionales, donde ven necesario poblar el panorama con el reconocimiento de los seres, de las culturas, de las lenguas.

Hoy, estas comunidades cuentan con mayores herramientas de comunicación para interactuar con su entorno, para visibilizar sus riquezas, potenciar su cultura e incorporarse a las dinámicas contemporáneas que demanda la sociedad. La posibilidad de expresarse de nuevas maneras les permite a estas comunidades ancestrales ampliar su campo de interacción sociopolítica y de paso, abrir nuevas rutas de expansión de sus saberes milenarios.

Durante la implementación del Proyecto Comunicación para el Desarrollo, se continúa desarrollando un proceso de aprendizaje en técnicas de comunicación, escritura y expresión creativa, producción y realización de radio, fotografía y video, con miras a desarrollar capacidades en los resguardos y territorios étnicos, para la producción de contenidos en las comunidades ancestrales indígenas, y contribuir así con el desarrollo de territorios sostenibles.

Fotos Juan Manuel Castro***

*Comunicador Social y Periodista, especialista en gerencia de mercadeo, tallerista del proyecto.

**Comunicador Social y Periodista, profesor de la Escuela de Comunicación de la Universidad de Manizales, coordinador del proyecto.

***Comunicador Social y Periodista, especialista en Comunicación Organizacional y tallerista del proyecto.

 

X2 Teatro: “La pandemia nos fortaleció como grupo…”

El grupo X2 Teatro de Manizales ha aprovechado la época de pandemia para reflexionar acerca de los desafíos que impone el teatro de autor, su especialidad, replantear su trabajo creativo y fortalecerse como equipo, escenarios que han acompañado el reinicio de la programación permanente, desde el mes de julio pasado, con público presencial en su sede El Torreón.

Según lo anuncia el director de X2 Teatro, también dramaturgo y actor, Giovanny Largo, el entusiasmo por la reactivación les alcanzará este año para tres estrenos: “Cuando el delirio nos amenaza”, obra cuyo preestreno tuvo lugar en Salamina y el estreno en Manizales; el segundo será “Los ojos del amor envueltos en un pañuelo”, una propuesta futurista completamente diferente a su habitual producción, con la cual harán temporada en su sede; para final de año presentarán una obra vampírica inspirada en Manizales.

X2 Teatro hace también giras por los municipios de Caldas, por las principales ciudades de Colombia y cuando las condiciones lo permiten, por el extranjero, además de perseverar con un semillero. “Esa es la energía con la que nos levantamos de la pandemia porque queremos apostarle al teatro en esta ciudad, que no es fácil pero que sabemos vale la pena”, afirma Giovanny Largo, entre otras consideraciones expuestas en el siguiente video:

Mano al planeta

Miguel Jaramillo Ángel, Comunicador Social y Periodista de la Universidad de Manizales, está al frente del proyecto Mano al Planeta, un programa del canal de Televisión Regional de Santander y Oriente de Colombiano (TRO), que tiene como propósito mostrar el estado actual de los ecosistemas de Santander y Norte de Santander.

Su producción se basa en conocimientos técnicos, ambientales y ancestrales para identificar la biodiversidad de la región, las prácticas que contribuyen al mejoramiento de su medioambiente y las que impactan negativamente en la vida de los ecosistemas.

“Es muy gratificante hacer parte de este equipo de trabajo que está constituido por grandes profesionales. La serie tiene 120 capítulos y vamos a la mitad del camino”, señala Jaramillo Ángel, quien agrega que en Colombia hay una deuda histórica con los temas medioambientales y que dirigir un programa que tenga esa estructura como temática central sienta un precedente en su carrera profesional.

Miguel se ha desempeñado en el ámbito laboral tanto en el sector público como en el privado. “He tenido la oportunidad de ejercer el periodismo en medios como El Tiempo y El Espectador. También de trabajar en organizaciones y empresas como el ICFES, la Autoridad Nacional de Televisión y el Ministerio de Minas y Energía. Todo este bagaje me ha dado las herramientas para llegar a donde hoy estoy y hacerlo de la mejor manera”.

Esto también se lo atribuye a la educación integral en todos los campos de la comunicación, que recibió en la Umanizales. “Mis maestros me ofrecieron enseñanzas que han aportado no solo a mi crecimiento profesional, sino también al personal”.

La serie documental Mano al Planeta se transmite de lunes a viernes a las 4:00 p.m. por el canal TRO.

 

Relatos de paz y sostenibilidad

La Universidad de Manizales, en sus 49 años de creación, invita a conocer los Relatos de Paz y Sostenibilidad 2021. seis historias que dan cuenta del aporte que le ha hecho la institución a la sociedad en medio de la pandemia.

El covid-19 irrumpió en nuestra cotidianidad a partir de marzo de 2020 y puso a prueba nuestra capacidad de diseñar nuevas formas de encuentro, de proponer rutas alternativas de acompañamiento y de seguir produciendo conocimiento pertinente que conduzca a la sostenibilidad institucional y social.

En este enlace conozca los seis relatos:http://relatosdepaz.umanizales.edu.co/

 

El conflicto y la paz, la franja principal

La 12 Feria del Libro de Manizales se realizará del 26 al 31 de julio de 2021, como el año anterior de modo virtual, de nuevo por efectos de la pandemia del Covid 19. Con la participación de intelectuales en diversas áreas del conocimiento, su desarrollo girará alrededor del tema “Lecturas para la nueva Colombia”. Algunos detalles de la programación y producción los anuncia su director, el escritor y profesor de la Universidad de Caldas, Octavio Escobar Giraldo:

¿Cuál será la estructura y a qué retos se enfrenta la Feria del Libro este año?

En esta versión de la Feria del Libro de Manizales volveremos a trabajar de modo virtual, y ese es un gran reto porque la mayoría de las personas ya están un poco cansadas de las pantallas. Por eso optamos por una programación menos extensa que la del 2020 y vamos a implementar una especie de estudio televisivo en el Centro Cultural Rogelio Salmona, con la idea de que le dé mayor dinámica a los eventos y las presentaciones. Esperamos que los amantes de los libros nos acompañen a pesar de que ya todos queremos volver a la presencialidad.

¿Alrededor de qué actividades y contenidos se desarrollará el lema de este año “Lecturas para la Nueva Colombia”?

Este 2021 ha sido muy particular, y creo que todos estamos inquietos por los rumbos que puede tomar el país. Por eso la franja principal de nuestra programación va a enfocarse en los temas del conflicto y la paz, con invitados tan conocidos como Humberto de la Calle Lombana y Jesús Abad Colorado, pero también con personajes que han vivido estos años desde otros puntos de vista: la crónica, la vicisitud personal, la reinserción, el contacto con los niños que son víctimas de las diversas violencias que nos aquejan. Es una franja que esperamos motive la reflexión, el diálogo y una visión de futuro. Casi que como complemento de este abordaje, la Universidad de Caldas y la Feria del Libro le van a rendir un homenaje al diario La Patria en sus 100 años. Creemos que esa centuria de ejercicio periodístico también tiene mucho que decir sobre lo que somos como colombianos y lo que somos como habitantes de esta región. En un ámbito más de la universidad, pero con alcances universales, vamos a rendir un homenaje a la profesora Paula Andrea Valencia, reciente víctima del covid, con cinco de las charlas virtuales que ella y su esposo, el profesor Orlando Londoño, realizaron con destacadas personalidades de la literatura y la filosofía. Es un material valiosísimo que, gracias a la Feria del Libro tendrá una mayor audiencia. Por supuesto, habrá actividad para niños y jóvenes y, como es natural, las presentaciones de libros que son plato principal de cualquier feria del libro.

¿Qué invitados y propuestas alternativas destaca?

Además de las que ya he mencionado, quiero destacar nuestra inauguración, en la que Adriana Villegas dialogará con Pilar Quintana, la más reciente ganadora del Premio Alfaguara de Novela, sobre su novela Los Abismos y sobre su carrera literaria. Es para nosotros muy placentero comenzar la Feria con dos de las más importantes escritoras colombianas del momento. Así mismo quiero invitar a nuestro homenaje a Dante Alighieri, una de las cumbres de la cultura universal, en el centenario de su nacimiento. A través de la conversación entre dos verdaderos eruditos, pero eruditos que saben comunicar, que les gusta hacer comprensibles para todos conceptos que parecen muy especializados, el profesor y escritor Orlando Mejía Rivera, y el profesor de la Universidad de Milán Danilo Manera, también poeta y editor, queremos que nuestra audiencia se acerque a la Divina Comedia, una de las obras fundamentales de la historia de la humanidad.

¿Cómo estará conformada la participación local?

La mayor parte de la producción editorial de la región se origina en la Universidad de Caldas, y varios de nuestros autores van a presentar sus más recientes publicaciones. Pero también se darán a conocer otros libros, y en todas las franjas de la programación participan personas de Manizales.

Gracias por hacer posible este encuentro incluyente

Culminó el Festival Internacional de la Imagen, cuya edición 20 se realizó de manera digital por segunda vez consecutiva.

El equipo de producción del evento invirtió toda su energía en desarrollar plataformas interactivas para garantizar que el mayor evento de diseño, arte, ciencia y tecnología de la región se llevara a cabo. A pesar de la distancia, la cercanía, el contacto y la comunicación entre los invitados y los asistentes estuvieron presentes en todas las jornadas.

Este año, el Festival contó con alrededor de 200 invitadas e invitados de países como Colombia, Francia, Estados Unidos, Chile, Brasil, entre otros. Además, hubo más de 1.080 personas inscritas, una cifra importante para un evento que se desarrolla de manera completamente virtual.

En total entre seminarios, conferencias, exhibiciones, muestras, talleres y conversatorios, se desarrollaron alrededor de 140 actividades durante los 5 días del evento.

Desde la organización y el equipo de producción del XX Festival Internacional de la Imagen, queremos extenderle un enorme agradecimiento a asistentes, invitados, colaboradores, aliados y medios de comunicación, por haber hecho posible este encuentro global entre el arte, la cultura digital, la educación y la tecnología.

Gracias a la Alcaldía de Manizales, Alianza Francesa Manizales, Centro Colombo Americano Manizales, Centro Cultural Banco de la República Manizales, CHEC-Grupo EPM, Clusterlab, Departamento de Diseño Universidad de Caldas, Instituto Francés en Colombia, Embajada de Francia, Embajada de Canadá, Embajada de Estados Unidos, Goethe, Embajada de Alemania, Parque Explora, Facultad de Artes y Humanidades Universidad de Caldas, Fundación Instituto de Investigaciones de la Imagen, Hubs Cloud, Instituto de Cultura y Turismo de Manizales, Revista Kepes, Ministerio de Cultura, Mozilla, Museo de Arte de Caldas, Nauj Project, Newrona, Participatory Design Conference, RENATA Colombia, Retina Latina, Radio Nacional de Colombia, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Universidad de Caldas, Vivelab Manizales, El Tiempo, El Espectador, RCN Radio, La Patria, RCN Televisión, Colprensa, Revista Alternativa, Quehacer Cultural.

Les agradecemos por asumir esta conexión virtual como un abrazo colectivo y como un diálogo sin fronteras. Gracias también por acompañarnos en el camino de la adaptación y por haber soportado con paciencia y buen ánimo los impases propios de la virtualidad.

Hoy podemos decir que, a pesar de las dificultades y los cambios constantes, ¡sí fue posible!

Los esperamos a todos en la XXI edición del Festival.

Nos vemos en el 2022.

¡Gracias por ser parte de INTER/ESPECIES!

 

Editar es comunicar: MESAS DE EDICIÓN 2021

El Festival de la Imagen se ha caracterizado por tocar el tema del ecosistema tecnológico y creativo alrededor del diseño, así como las formas en que la ciudadanía se articula para propiciar espacios de encuentro, especialmente alrededor de la imagen. Estos han sido realizados desde diferentes frentes como lo transmedia, tecnológico, sonoro, escenográfico, económico, etc., líneas dentro de las cuales desarrolla programas como el mercado de diseño, el encuentro de laboratorios, los ciclos de conversación, foros estudiantiles, entre otros momentos de debate y trabajo.  Hoy nos centraremos en una entrevista realizada a Santiago Escobar-Jaramillo, cabeza de Raya Editorial, y Ana María Lagos, creadora-investigadora, quienes nos contarán algunos datos sobre MESAS DE EDICIÓN evento llevado a cabo en el Centro Cultural Rogelio Salmona.

Afiche oficial MESAS DE EDICIÓN 2021.

Vivimos en un momento de sobreproducción y saturación visual que se ha salido de nuestras manos, y en donde se sitúan muchas de nuestras interacciones, incluyendo las prácticas artísticas.  Dentro de este caos de datos e información, ha tomado una nueva potencia el rol del editor, del curador y de otros quehaceres que se dedican a darle forma a este exceso, a clasificarlo y, más importante aún, a resignificar su lectura. Al respecto, Santiago nos cuenta cómo nace este evento:

“Nace de la necesidad de comunicar, editar es comunicar, es la posibilidad que tenemos de contar los proyectos fotográficos en conversación con un lector, con una audiencia, con un público; y digamos que no hay un evento específico que defina lo que es la edición, nos preparamos como editores, muchas veces como una consecuencia de otras cosas pero no como un principio (…) La idea de MESAS DE EDICIÓN es juntar editores para pensar la fotografía en su relación específica con la idea de narrar, de conectarnos con otros públicos, de pensar distintos aspectos que enmarcan los proyectos. Y por eso el interés de juntarnos personas que estamos trabajando la edición desde los fotolibros, los medios, los periódicos, inclusive la curaduría, las redes sociales…”

Ahora bien, los encuentros de este evento se realizaron en un espacio físico especialmente diseñado para este fin, manteniendo además transmisión en vivo de sesiones en donde editores y fotógrafos conversaban las posibilidades del trabajo visual, como menciona Santiago:

“MESAS DE EDICIÓN es una estructura dual, dinámica, que está en constante cambio y movimiento. La estructura de guadua diseñada en conjunto con Estudio Dussan, lo que buscaba era crear un pequeño templo, una pequeña Maloka, un espacio que nos albergara y que a la vez pudiera soportar las cámaras de vídeo que iban a transmitir en vivo.  Estamos en una situación que ha cambiado la manera de encontrarnos y de comunicarnos que es el mundo virtual. Pero, de alguna forma, sabemos que el mundo virtual cansa, aleja, silencia. Y el hecho de podernos encontrar como personas, como humanos, como especie (por eso también el tema INTER/ESPECIES del festival), abrió esa posibilidad de encontrarnos un grupo pequeño, hacer unos ejercicios y que se estuvieran viendo en vivo al otro lado de la pantalla, no sólo en Manizales, sino en Colombia, en Latinoamérica. Que queden esos videos y esas transmisiones como memoria de lo que ocurrió.”

Fotografía cortesía de Santiago Escobar-Jaramillo. Estructura diseño colaborativo con Estudio Dussan. Festival de la Imagen 2021.

A esta necesidad de contacto humano simultánea con las exigencias de la virtualidad, también se refiere Ana María Lagos, editora invitada a participar, cuyo trabajo está incluido en la colección AÑZ, Fotografía Expandida de Latinoamérica:

“Yo creo que de todo lo que se construyó durante esta semana (las mesas de edición, la publicación del paro y el compartir de cada autor / autora) tiene unas líneas de trabajo y estas a su vez tienen una importancia, un valor. Una de ellas es la posibilidad de converger tantas miradas, formas de trabajo y recorridos profesionales, pero también subjetividades, corporalidades y afectos tan diversos; porque el hecho de habernos encontrado después de todo este tiempo de aislamiento y pandemia nos ha hecho reafirmar el valor del encuentro (…)  Este espacio es super valioso porque nos ha permitido juntar muchas perspectivas de vida en un contexto de pandemia en el que la virtualidad ha atrapado todo, el relato y la forma de trabajo actual. Y que, aunque sí que tuvo su elemento virtual, siento que es potente la intersección entre varios espacios: al final las MESAS DE EDICIÓN se plantearon desde la biblioteca, pero era un espacio arquitectónico y allí estábamos nosotros como grupo conectados con un montón de personas que pueden estar viéndonos desde muchos lugares.”

Por otro lado, también es importante resaltar las personas involucradas dentro del evento como editoras y fotógrafas invitadas, quienes aportaron pluralidad, profesionalidad y expansión a este proceso. Santiago nos cuenta el porqué de esta selección:

“Todos son tremendos fotógrafos. Con Matiz taller editorial y Raya Editorial, hemos creado la colección AñZ, fotografía expandida en Latinoamérica, en dónde pensamos la imagen al límite del lenguaje documental. Una fotografía que tiene que ver con la tecnología, con los actos participativos, comunales, con el archivo, con la pesquisa, con lo sensorial, la hibridación, la fragmentación en el plano estético y simbólico. Fotografía que tiene relación con lo transmedial, las redes sociales, la nube… Todos estos fotógrafos-editores no solo hacen fotografía expandida sino que además sus procesos y métodos también son expandidos: algunos de ellos tienen editoriales, escuelas,  procesos de gestión, colectivos de trabajos, escriben, exponen… multiplicidad de saberes y formas de hacer (…) Creo que en esos distintos mundos encontramos un aprendizaje y una experiencia, invitados no solo colombianos que se destacan su área sino también internacionales para crear nuevos vínculos, construir procesos, extender estas vivencias personales y fomentar un trabajo colectivo y en equipo.”

Esta es una temática a la que da mucha importancia también Ana María como partícipe de este espacio de trabajo y construcción colectiva: “Somos muchas miradas, de muchos lugares geográficos y también formas de hacer; por ejemplo mi trabajo es mucho más desde fotografía del arte, hay quienes trabajan desde la fotografía documental como Oscar que estaba registrando en calle todo el tema del paro, Musuk que acaba de trabajar una publicación sobre el conflicto sociopolítico en Perú… siento que es una perspectiva muy global.”

Fotograma extraído de sesión MESAS DE EDICIÓN. Festival de la Imagen 2021.

Por otro lado, con Ana María estuvimos conversando sobre la importancia de que esto suceda justamente en la ciudad de Manizales, porque vale la pena resaltar que es uno de los eventos donde se articulan diversas iniciativas locales como editoriales, gestiones culturales y grandes instituciones, por ejemplo, taller editorial Matiz, Raya Editorial, Universidad de Caldas, Banco de la República, La Jaus, Estudio Dussan, entre otras:

“Es importante que estos encuentros se ejecuten y se desarrollen en espacios como Manizales o como Pereira, que son ciudades intermedias porque aportan a la narrativa y la reflexión de los temas que nosotros estuvimos trabajando (…) Aunque venimos todos de lugares tan diferentes (como Argentina, Perú, Ecuador…) creo que hay un vínculo y una reflexión fuerte por el territorio. El solo hecho de habernos reunido y poder habitar en esta geografía, su clima, su olor, todo lo que implica estar en un espacio, ha hecho que la reflexión, las preguntas y lo que estamos compartiendo tenga un sentido muy diferente (…) El marco general es el paro, pero al final se geolocaliza en la medida en que estamos aquí. Me parece linda también la reflexión, como una metáfora, porque hay una relación local y global: está aquí en el sitio, un poco más grande en donde nos estamos quedando, en Manizales, en el eje cafetero, en Colombia y esta última es un espacio que interactúa con Latinoamérica. Una cosa de ida y vuelta, y siento que es la misma metáfora de lo físico y lo virtual, un mismo ir y venir. 

Por último, retomando un tema nombrado anteriormente, dentro de MESAS DE EDICIÓN se tuvieron dos convocatorias públicas previas, una sobre el conflicto armado y otra que se relaciona con la actual situación que atraviesa el país. Le preguntamos a Santiago por qué vincularse con estos acontecimientos, a lo que nos responde:

“Creo que tiene que ver con la empatía. Que todos nosotros, los editores invitados, las instituciones que acogen, las editoriales que publican, hacemos parte de un mismo ecosistema y somos sensibles a la situación que atraviesa el país. De alguna manera tenemos el derecho a protestar y esta es nuestra manera de hacerlo: desde el diálogo, desde la colaboración, desde la conexión con las personas que están en la calle, que se están enfrentando, que están gritando a viva voz lo que piensan y sienten. Entonces por eso uno de los productos de MESAS DE EDICIÓN es esta publicación colectiva del paro nacional y la protesta social en Colombia 2021, en donde todos esos editores están reflexionando sobre el acontecer a partir de fotos que enviaron de más de 170 personas y que dan cuenta de la realidad nacional, del último mes, de los últimos 28 días.”

Fotograma extraído de sesión MESAS DE EDICIÓN. Festival de la Imagen 2021.

Por último, espero que quien haya llegado hasta aquí siga su día con la idea de que Manizales tiene iniciativas constantes y activas dentro del campo cultural que es necesario estar atentos y participar de estos espacios de diálogo, exposición y creación para poder articular mejor un ecosistema de movimiento, profesionalidad y apoyo mutuo, y por qué no, para generar nuevas alternativas con diferentes discursos que hagan de esta región un lugar de diálogos, disensos y convergencias alrededor de las prácticas artísticas y creativas.

*Artista Visual y Gestora Cultural y Comunicativa.

Todo es político

Nos encontramos cumpliendo un mes de uno de los paros nacionales más fuertes que ha pasado el país. Y era inevitable tocar este tema, precisamente porque no sería ético seguir con los ojos cerrados; como muchos han ya dicho por estos días, la neutralidad en este tipo de casos implica tomar el bando del poder que ya está instaurado.

Así que, con mucha pasión, con la rabia de ver nuestros derechos humanos pisoteados y con la consciencia de un país que ha vivido en el conflicto y la injusticia por décadas, escribo estas palabras. Afortunadamente me encuentro con un Festival de la Imagen que no está exento de voces que resaltan estas situaciones, en gran número colombianas (cosa que me alegra) y que nos hacen continuar despiertos en un país donde existen seres humanos para los cuales matar al otro es un oficio, al mismo tiempo que personas que no conocen otra realidad se han cansado de soportar un caos (de miseria y corrupción) que se ha vuelto orden.

Sólo con leer el programa me encontré con la grata sorpresa de una reinterpretación de la obra de Zoe Leonard “I want a president” en donde la artista menciona su candidato ideal: alguien que haya vivido las exclusiones, censuras y dificultades que acarrea la injusticia social en todo el mundo como una mujer, una persona negra, alguien de la comunidad LGTBI+, un ciudadano de bajos recursos, alguien viviendo con VIH… muchas de nosotras, a decir verdad.

A partir de esta obra la artista Xuanxi Ge (China) escribe con pasta la primera frase, “quiero una lesbiana de presidenta” y permite que sea alimento para el moho, mientras poco a poco desaparecerá llenándose de nuevos habitantes, bacterias inesperadas, que intentarán ganar ese espacio. Una pregunta abierta por la política y la forma en que chocan las comunidades entre sí, especialmente las minorías contra las mayorías. La obra representa una lucha por representación y poder, hace un guiño a la afectación durante la pandemia, principalmente en grupos marginalizados y, además, pone en duda el poder político humano ante otras especies, abriendo puertas a nuevas formas de convivencia.

Vista de la muestra I want a dyke for president de Xuanxi Ge, Festival de la Imagen 2021.

Sin duda lo social aquí es biológico. El arte, una vez más, nos recuerda que es altamente político. Las palabras y las imágenes están allí para ser utilizadas, para volverlas a traer a una vigencia que sigue siendo la misma y hoy leemos con un lente contextual que nos atraviesa como colectivo. Los conflictos, entonces, se expanden y las teorías se resignifican en el puente sonoro de Ivar Rocha (Brasil) e Ivonne Villamil (Colombia) en donde narran simultáneamente en portugués y español la primera parte del texto “Doctrina Anarquista al Alcance de Todos” de José Oiticica: hablan de la energía universal traducida en la naturaleza, la cual es leída por el cuerpo y cuyas fuentes favorables pueden ser aprovechadas en un contexto político, justo basado en la disminución del sufrimiento y el malestar humano. Estos últimos son causados por fenómenos naturales y por la mala organización social a partir de la propiedad.

Por otro lado, algunas estancias específicas asociaron directamente los sucesos actuales del país y el apoyo desde otros activismos internacionales. Una de las más impactantes fue el inicio del diálogo de OV (Francia), directora de SCUM MUTATION, un corto que habla sobre el tejido social, el estrés postraumático en casos de represión y la identidad de una generación que en múltiples latitudes ha sido violentada por su condición social, su cuerpo, su procedencia, su raza, entre otros. La artista menciona que la superación colectiva es “la única bandera posible” ante el autoritarismo, también retoma la paradoja sobre la creación artística contrastada con la acción directa (a veces mucho más necesaria) y envía explícitamente fuerza a los manifestantes colombianos.

Fotograma extraído del foro Cine y Digital, Identidades Virtuales, Festival de la Imagen 2021.

El ciclo de Cine y Digital remite en múltiples ocasiones a la violencia como base de nuestra construcción identitaria: En el corto Las Fauces, dirigido por Mauricio Maldonado, nos acercamos al conflicto urbano y la soledad de las montañas de Medellín; en 84 de Daniel Santiago Cortés, nos situamos en el acuerdo de paz firmado ese año y el asesinato de un sacerdote católico indígena, defensor de los derechos humanos. Sin duda nos hace pensar que la historia es cíclica, donde la muerte se sigue paseando entre lo rural y lo urbano, los líderes asesinados en las montañas del Cauca y la violencia urbana entre la ficción y la realidad. Recurriendo a lo poético, el video Fu (María Rojas y Andrés Jurado) afronta metafóricamente que todo nuestro país es un cementerio indígena basado en una memoria fantasiosa y popular. Por otro lado, Project Politique de Daniel Nicolás Aguilera (Chile) se sitúa en el desarraigo, la desacralización de las instituciones políticas, la censura y el descontento con el ritmo de la ciudad misma, entre la imposibilidad de pertenecer y la búsqueda de identidad colectiva e individual.

Fotograma extraído del video arte Projecte Politique de Daniel Nicolás Aguilera, Retina Latina y Festival de la Imagen 2021.

Entre un panorama tan sombrío, cabe decir que estamos al fin en una generación que se ha cansado de estos abusos reiterativos, la falta de oportunidades y los largos silencios de la desaparición. Esto lo respalda Lucía Gonzales, Comisionada para el Esclarecimiento de la Verdad, la convivencia y la no repetición, en su intervención Nombrar lo Innombrable. Ella menciona cómo el arte es una práctica para hablar de eso que no hemos querido abordar y hacer visible lo invisible. El arte, según Juan Manuel Echavarría, es como el escudo de Perseo, que nos protege de mirar directamente lo que no seríamos capaces de afrontar. También menciona Lucía, que hay una emergencia de la palabra, una necesidad de expresión siempre desde el respeto, la seriedad y la profundidad necesaria para encarar el dolor.

Lucía recuerda el alto grado de abandono estatal de las regiones, ciudadanías y naciones plurales dentro del territorio nacional, quienes han sufrido una sociedad clasista y racista. Justo mientras la comisionada hablaba sobre el mural que fue censurado en Medellín, en nuestras calles sucedía la misma acción, una muestra de la criminalización de la protesta que se mantiene como una constante por más de 60 años y que persiste de heridas coloniales aún hoy abiertas. Esta conversación deja una invitación clara: mantener la fuerza vital de estos movimientos de insurrección hasta lograr un cambio importante, en una exigencia justa por la dignidad ante hechos insoportables de desprecios sostenidos.

Fotograma extraído de la conferencia Nombrar lo Innombrable de Lucía Gonzales.

Ahora bien, sin duda, hay una gran paradoja (y diferencia) entre visibilizar otras voces desde el acto poético, sensible y político, y acaparar el protagonismo de un momento que no nos pertenece como individuos; afortunadamente en el Festival no vi directamente este segundo ámbito. Espero que en futuras ediciones de este tipo de eventos sea recurrente la presencia de programas continuados que en realidad incluyan estas perspectivas diversas, y todos estos sonidos que aún nos siguen faltando, especialmente los creadores de dichas comunidades, los que están hoy en las calles. A pesar de ello reitero que, aunque sin apoyarlo, prefiero el oportunismo de algunos al silencio de muchos.

Los monumentos caídos que reescriben la historia y algunas prácticas artísticas que hoy explotan y se manifiestan, son un recordatorio de todo lo que no nos contó la escuela y de las comunidades que han sido silenciadas. Por último, Sebastián Muñoz, egresado de la Universidad de Caldas, da un cierre perfecto a esta nota con la video danza experimental 6402 en la que la situación actual del país atraviesa directamente el cuerpo.

Concluyo con algunas palabras que resumen varias ideas escuchadas esta semana dentro de los espacios del Festival: Necesitamos reconocer mejor a Colombia, entablar diferentes diálogos para lograr cruzarnos entre sí, para mantener esta capacidad de indignarnos que nos hace humanos y nos lleva a exigir, esperamos que, de forma constante, la dignidad y la memoria. Creo que generar nuevos imaginarios tiene más lógica hoy que en cualquier otro momento y que las prácticas artísticas pueden ser ventana para conocer lo externo, constructoras de realidad e incitadoras del cambio, teniendo en cuenta que cuando se trata sobre estos temas, nunca es suficiente.

Fotograma extraído del video Danza experimental 6042 de Sebastián Muñoz.

*Artista Visual y Gestora Cultural y Comunicativa.

 

Ni tan automáticas, ni tan metálicas, ni tan distópicas

 Fue justo en un Festival de la Imagen, hace muchos años, que escuché por primera vez una frase que recordaré por el resto de mi vida: Podemos cerrar los ojos o la boca, pero nunca los oídos. Siempre me ha parecido que la escucha es un sentido infravalorado al que a veces se le niega su naturaleza de ser un requisito vital de la percepción del mundo. Por esta razón, en las propuestas artísticas ha sido un foco de exploración constante y en lo social un requisito indispensable.

Una de las áreas más fuertes de este Festival es sin duda el escenario sonoro, el cual, aunque suele estar concentrado en los puentes y paisajes (que lo han caracterizado por años), también se expande en las demás áreas.  Este año se podían navegar muchas obras que mezclan el sonido natural con el proveniente de la inteligencia artificial (mientras sólo se respaldan con la producción visual) pero hubo una en especial que me llamó la atención: el corto Tremendous Cream de MCai (Rusia) que se asemeja a un video de rap ambientado en los noventa cuya letra y música es seleccionada por medio de la inteligencia artificial, pensado como el perfecto artista contemporáneo al hacernos dudar de qué es lo que conforma lo que llamamos creación.

Entre estos ruidos electrónicos pienso una vez más que los nuevos medios hace mucho que son viejos. Hoy para algunos creadores la inteligencia artificial es parte de un ecosistema de convivencia, es una forma de co-creación más que una herramienta, mientras para otras personas del común es apenas una distopía digna de película de ciencia ficción. Esta contradicción es esperable cuando vivimos en una generación que abruptamente ha vivido desde el disquete hasta la nube, convirtiéndonos en parte de una evolución acelerada de todo un nuevo universo digital como nos recuerda el vídeo de Sebastián Sagot que mezcla imágenes y sonidos relacionados con este tipo de narrativa visual.

Sumándole a esto, llevamos dos años procurando acostumbrarnos a micrófonos, cámaras y bots que, aunque ya eran usuales en varios contextos, están cada vez más fundidos con nuestra casa y nuestro cuerpo, tema del que obviamente debía dar luces esta edición 2021. Por ejemplo, Antibodies es una instalación interactiva de TBD, que presenta una interminable reunión virtual donde podrías encontrarte con personas de cualquier parte del mundo y en la cual tus gestos tienen una respuesta a partir de patrones y sonidos. Otra obra que contrapone esta virtualización acelerada de nuestras actividades en estos tiempos de pandemia y cuarentenas, es la Agencia internacional de teletransportación de Martin Groisman que contrasta el aislamiento social desde un performance para simular viajes en realidades paralelas.

Vista del proyecto Agencia Internacional de Teletransportación de Martin Groisman

Desde la edición 2020 el Festival de la Imagen tuvo que enfrentarse al reto de ofrecer una programación online, con sus obstáculos y posibilidades. En este caso casi podríamos hablar de virtualizar lo digital, y aunque ha sido complejo en muchos sentidos, no dejan de asombrarme hechos tan sencillos como que en el foro de cine y digital podamos tener directoras que se presentan con su identidad virtual o la simultaneidad de plataformas a las que nos lleva un click.

Pero, además de todas estas infinitas posibilidades sensibles e investigativas de lo tecnológico, también estos ecosistemas compartidos con las máquinas y los códigos nos han llevado a interpelar su función, su alcance y lo que nos hace humanos. Nos han creado una verdadera relación más allá del simple uso.

Sin duda el acercamiento más interesante que he tenido hasta ahora con este tema ha sido la conferencia de Lasse Scherffig de Alemania, quien hablaba de la tecnología invisible. Él abarca aquel juego en que diseñamos para confundir a los códigos a partir de los cuales las máquinas logran leer el mundo. En muchos aspectos el diseño está pensado para el sistema y sus ambientes, incluso cuando se hace específicamente para ser invisibles hacia ellos. Poco a poco todo el contexto se modifica para dar más espacio a estos seres ya no tan automáticos ni tan metálicos como nos vienen a la mente. Desde las señales de tráfico que restringen la presencia de humanos, gafas para confundir el reconocimiento facial, espacios de trabajo pensados para robots, entre muchos otros inventos, hacemos intentos constantes de entender la máquina como humano y el humano como máquina, de hablar lenguajes similares que faciliten comprender un ambiente y una ecología digital (y, por tanto, no sólo humana).

Ahora bien, estas obras que piensan ciertos planteamientos de lo tecnológico más allá de siempre ser afirmativas, han llegado a plantearse problemáticas muy profundas desde la misma interactividad y las herramientas de lo mecánico, como pueden ser la obsolescencia programada, la privacidad, la energía que utilizamos y la forma en que todo esto nos utiliza a nosotros. Es urgente que, cómo muestran estas obras, dejemos de centrar nuestra atención y de medir la calidad del arte y el diseño según una innovación tecnológica, que a veces sólo busca impactar con más pantallas, cables y movimientos estridentes. Estos proyectos que en realidad logran reflexionar sobre los campos más avanzados, no sólo asombran en la utilización de herramientas, sino que dialogan necesariamente con los conceptos, contextos, historias y procesos humanos que hay detrás. Abandonan una carrera que se vuelve producción industrial extrema en lugar de crítica y sensibilidad.

Pensar y comprender la tecnología ha llevado a múltiples artistas a interpelar lo que consideramos mecánico y lo que no, y con ello, a reconsiderar en las acciones más cotidianas cómo son nuestras relaciones con los objetos y territorios. En el video de Paulina Martínez titulado Paseos Dentro, el cuerpo adopta la experiencia de una aspiradora robot preguntándonos ¿cómo convivimos con lo automatizado? ¿hasta dónde somos cyborgs permanentes? Por otro lado, la obra de Lasse Scherffig, Hill Climbing, persigue las pendientes de Manizales de forma autónoma y matemática con una relación visual y casi una burla en su planteamiento: ¿Cómo vivimos el territorio desde la inteligencia artificial? ¿Qué tiene lógica y qué no para estas nuevas formas de pensamiento que componen nuestro mundo? ¿Quién y cómo nos muestran la ciudad en internet?

Fotograma extraído de Paseos Dentro de Paulina Martínez, Media Art Festival de la Imagen 2021

Fotograma extraído de Hill Climbing, exposición virtual de Lasse Scherffig Festival de la Imagen 2021

El Festival de la Imagen es literalmente un mar de información en donde la mezcla entre tecnología, inteligencia artificial y arte nos ha hecho escuchar el sonido de nuestra cara, del vacío, del mundo sin humanos, de las bacterias y de tantas otras cosas; cuesta imaginar alguna imposibilidad en este mundo tan lleno de máquinas y de creatividad.

Ha sido toda una sorpresa encontrarme con estas propuestas que hackean el sistema desde adentro y desestabilizan las formas en que asumimos el progreso o el desarrollo, para darnos cuenta de que hace mucho estamos situados en un contexto que nos desborda, y que convive de cerca con todos nuestros hábitos. También con aquellas que no buscan que la virtualidad sea una traducción de la presencialidad, sino que realmente exploran hasta el último rincón de sus posibilidades (como No Exit Oasis de Kurt Hentschlager), para comprender que no somos el centro de estos lenguajes ni tenemos porqué serlo.

*Artista Visual y Gestora Cultural y Comunicativa.

Actividades

Alrededor del tema INTER / ESPECIES se desarrollará del 24 al 28 de mayo de 2021 el XX Festival Internacional de la Imagen, un encuentro de cultura digital que en sus 19 ediciones ha logrado establecer una red internacional de instituciones, investigadores y creadores que cada año intercambian experiencias y conocimientos, por lo cual se ha posicionado como un evento de vanguardia con relevancia internacional y referencia académica en el diseño, el arte, la ciencia y la tecnología.

El Festival es organizado por la Universidad de Caldas y la Universidad Jorge Tadeo Lozano y se realizará íntegramente por plataformas digitales.

INTER / ESPECIES, busca indagar en perspectivas críticas el papel que tiene el ser humano en el mundo, con el propósito de observar esas fuerzas vitales que se interconectan con otros seres vivos no humanos, e incluso, con la supervivencia y la habitabilidad en el planeta.

En la presente edición participarán 79 invitados de 15 países, con 500 obras y proyectos distribuidos en las siguientes actividades, la mayoría gratuitas, a las cuales se puede ingresar a través de la página web http://festivaldelaimagen.com/es/

  • Seminario Internacional
  • Puentes Sonoros
  • Paisajes Sonoros
  • Media Art y Exhibiciones
  • Cine y Digital: 30 años Diseño Visual Universidad de Caldas
  • Foro Académico
  • Posters
  • Encuentro de Animación
  • Encuentro de Labs
  • Panel de Mujeres
  • Mesas de Edición
  • Encuentro de Festivales
  • VIII Mercado

Felipe César Londoño, director del Festival, expresó que el evento aportará gran cantidad de tópicos respecto a la perspectiva reflexiva sobre lo que sucede actualmente en el país y el mundo. “El Festival no es ajeno a lo que hoy sucede, por lo que la temática central del mismo propicia el dialogo, el conocimiento, el contexto a través de espacios reflexivos en perspectivas críticas, sobre la actualidad del mundo en torno al papel como seres humanos en los territorios y las relaciones de convivencia”.

HOMENAJE AL MAESTRO FABIO FUENTES

La Orquesta Sinfónica de Caldas y el Ensamble de Música Contemporánea EMCUC de la Universidad de Caldas, el viernes 28 de mayo a las 7:00 p.m. y en el marco de la programación del XX Festival Internacional de la Imagen, ofrecerán un homenaje al Maestro Fabio Fuentes, compositor de música contemporánea fallecido el 1 de mayo de este año, con el lanzamiento de una de las obras más importantes de su carrera, Shihkakubi (2013) para orquesta de cámara e instrumentos indígenas.

Así mismo se realizará una charla para hablar de las características de esta composición,  a cargo del profesor Pedro Rojas, quien participó en la escritura de la tesis doctoral del Maestro Fuentes y de Atila Karlovich, poeta, filósofo, escritor colombo-holandés residente en Buenos Aires (Argentina). Será moderada por el Maestro Yovanny Betancur Director de EMCUC.

Participan en la interpretación de Shihkakubi:

Flautas: Yovanny Betancur, Alejandra Buitrago

Clarinetes: Deivys Betancourth, Alexander Rodríguez

Percusión: Uriel Andrés Marín, Humberto Valencia, Norma Julieth Bernal

Piano: Daniel Pinzón

Soprano: Jenny Moreno

Violines: Juan Sebastián Serrano, Ricardo Kichi, Diana Carolina Medina, Vanessa Restrepo

Violas: Julián Ocampo, Laura Vanessa Sánchez

Violoncellos: Daniel Sebastián Castrillón, Piedad Constanza Botero

Director: Maestro Leonardo Marulanda

 

https://festivaldelaimagen.com

App para controlar Coronavirus

Dennis Arango Arango, estudiante de séptimo semestre de Ingeniería de Sistemas de la Facultad de Ciencias e Ingeniería de la Universidad de Manizales, se encuentra trabajando en una app para la Agencia Federal para el manejo de Emergencias de Estados Unidos que tiene como objetivo ayudar al gobierno de ese país en el control del Coronavirus.

Tener datos exactos de vacunados, agendamiento de citas para pruebas cóvid, generación de códigos QR para que quienes ya están vacunados accedan a ciertos lugares públicos, un apartado especial para el personal de salud con el fin de que este genere el menor número de contagios posible, indicaciones de las fechas en que los infectados deben hacerse la segunda prueba para validar si están en condiciones de retomar sus labores, entre otras funciones, estarán disponibles en el aplicativo que desarrolla el estudiante tras su vinculación a Moxehub una empresa de desarrollo de software que tiene patentada una metodología de descubrimiento para desafiar el pensamiento tradicional.

Dennis Arango plantea que desde hace dos años se vinculó a un boot camp de aprendizaje, y además ingresó a una aceleradora de talento, con lo que ha podido potenciar sus aprendizajes, trabajar en proyectos personales y focalizar su área de desempeño que decidió es la programación.

“La universidad me dio bases de ingeniería que me ayudaron mucho”, afirma el estudiante de 21 años que trabaja para una empresa en Boston desde su casa en Manizales.

La paz como objetivo final

La paz como objetivo final, hace parte del ciclo Conversación con Científicos, una estrategia de la Vicerrectoría de Proyección Universitaria de la Universidad de Caldas a través de su Centro de Ciencia Francisco José de Caldas.

En esta oportunidad la periodista Juan Valentina Bustos entrevista a Mario Hernán López Becerra, investigador, profesor de la Universidad de Caldas, doctor en Paz, Conflictos y Democracia.

López Becerra plantea como antecedente más inmediato de las protestas sociales actuales en nuestro país, las manifestaciones que en el año 2019 se dieron en Colombia, en América Latina y en otros países del mundo, las cuales se caracterizaron por la inusitada participación de la juventud. Afirma que es esta la gran perdedora en el modelo actual de desarrollo. “Todo lo que ha ocurrido con las transformaciones tecnológicas, que ha aumentado la productividad de manera alucinante, le ha pasado una cuenta de cobro enorme a un sector de la sociedad muy particular que son los y las jóvenes”.

Al abogar por la ampliación de la democracia, está convencido de que la Universidad tiene una tarea de largo aliento hoy, mañana y siempre en cuanto a la educación política de estudiantes y profesores, para cumplir con su responsabilidad de aportar a la construcción de paz. En este sentido considera que estas instituciones deben convertirse en territorio de paces con compromiso regional, lo mismo que asumir deberes claros en el impulso y acatamiento de los acuerdos de paz.

En el video la conversación completa.

 

 

500 obras y proyectos de 15 países en el XX Festival de la Imagen

Del 24 al 28 de mayo de 2021 se realizará el XX Festival Internacional de la Imagen, en esta oportunidad bajo la temática Inter/especies y sus relaciones con el diseño, el arte, la ciencia y la tecnología. Se desarrollará, como el año anterior, utilizando espacios inmersivos y plataformas digitales diversas. Es organizado por la Universidad de Caldas de Manizales y la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá, bajo la dirección del arquitecto Felipe César Londoño, quien nos ofrece un panorama de las características y singularidades del acontecimiento.

El Festival de la Imagen del año pasado fue el primer evento que a raíz de la pandemia por el Covid 19 se realizó enteramente virtual, un experimento con desventajas por la necesidad vital del encuentro presencial, pero también bondades como por ejemplo, al no estar circunscrito a un solo lugar, llegar a más personas. Se logró por primera vez un número de 1500 inscritos de 34 diferentes países del mundo y por tanto Manizales y Colombia fueron centros del pensamiento contemporáneo.  ¿De qué manera la organización del Festival se relaciona con las nuevas audiencias?

En general, podemos decir que en sus 24 años de existencia, el Festival ha tejido una red importante con creadores y públicos en diferentes lugares del mundo. Sin embargo, fue desde la edición 2020 cuando, desde las plataformas digitales, tuvimos un Festival Internacional de la Imagen abierto 24 horas del día, para el acceso a personas desde cualquier lugar del mundo. Gracias a ello, a cualquier hora de la noche veíamos visitantes a las exposiciones virtuales desde Japón o Australia, con quienes podíamos dialogar en tiempo real. Si bien es cierto el confinamiento, producto de la emergencia sanitaria, ha ocasionado graves daños en los sectores sociales y económicos, también lo es que ha abierto la posibilidad de una intercomunicación que antes no la habíamos previsto. Y ello nos impone varios retos, como el de mantener la plataforma digital siempre activa, con contenidos nuevos. festivaldelaimagen.com es ahora un sitio que alberga la memoria de los eventos anteriores, que es posible consultar en cualquier momento, desde cualquier lugar del mundo, y ello nos abre una posibilidad inmensa con las nuevas audiencias.

 

El Festival de la Imagen es referente mundial por sus especiales aproximaciones al mundo del diseño, el arte, la ciencia y la tecnología ¿Considera que los retos intempestivos que la producción del evento ha asumido en la virtualidad proporcionan un nuevo esplendor al proyecto?

Considero que la virtualidad abre muy buenas posibilidades al Festival de la Imagen para establecer diálogos con comunidades académicas, artísticas y científicas de diferentes lugares del mundo, pero también nos obliga a planear, de una manera muy rigurosa, las temáticas de cada una de las ediciones, sus convocatorias nacionales e internacionales y la selección de invitados y contenidos que se presentarán cada año. También nos exige tener un Comité Curatorial muy organizado y de alto nivel, de tal manera que las obras que se presenten al Festival sean producto de exigentes procesos de creación e investigación. Este año, por ejemplo, tuvimos un Comité Curatorial conformado por Soliman López (España), Ricardo Dal Farra (Canadá-Argentina), Cleomar Rocha (Brasil), Asher Remy Toledo (USA), y de Colombia a Fito Segrera, Olga Lucía Hurtado, María Victoria Vélez, Paula López y yo, quienes realizamos la selección de cerca de 500 obras y proyectos que enviaron artistas, diseñadores e investigadores de 15 países.

Por otra parte, este año el Festival de la Imagen fue invitado especial a dos grandes eventos europeos: La Biennale Chroniques en Francia, que organiza dos festivales: Seconde Nature en Aix-en-Provence (http://www.secondenature.org/) y ZINC en Marseille (http://www.zinclafriche.org/); y la Videonale (https://v18.videonale.org/en), un evento realizado en Alemania que este año llevó a cabo su edición número 18. Con los dos eventos pudimos compartir buenas prácticas e intercambiar información de artistas de los países, y con ello abrimos nuevas posibilitamos de circulación de las obras.

 

Este año el tema del Festival girará alrededor de las relaciones del ser humano con las demás especies vivas que ocupan nuestro planeta ¿Qué resultados esperan de la participación diversa de pensadores en una época de tantas incertidumbres, pero también esperanzadora?

Desde la Universidad de Caldas (Facultad de Artes y Diseño y Departamento de Diseño Visual), y la Universidad Jorge Tadeo Lozano (Facultad de Artes y Diseño), invitamos a investigadores, diseñadores y artistas para que nos dieran visiones particulares sobre lo que consideramos vital para la supervivencia del planeta: esa relación armónica entre los seres vivos, humanos y no humanos, sobre todo en momentos como el actual que nos obliga a desarrollar acciones que le aporten a mejorar muchas de las problemáticas que tiene nuestro mundo. Inter/especies explora las relaciones profundas, significativas y creativas entre el diseño, el arte y la ciencia, para lo cual se propone examinar su intercomunicación a través de prácticas interdisciplinarias. La relación entre diseño, arte y ciencia amplía los límites del entendimiento y la invención y propone nuevos desafíos en la manera de observar el mundo. Las visiones creativas de los diseñadores, artistas y científicos que se presentarán en esta edición del Festival, son una muestra de las posibilidades de desarrollar nuevas formas de comunicar y comprender la naturaleza y la sociedad.

 

A partir de la experiencia del Festival del año 2020 ¿cómo han concebido el de este año, qué innovaciones, invitados y actividades puede resaltar?

El XX Festival Internacional de la Imagen indagará en modalidades híbridas para sus presentaciones y exhibiciones. Con ello mencionamos que, a pesar de la pandemia, grandes espacios culturales de la ciudad estarán activos para su visita, con todos los protocolos de seguridad requeridos. En sitios emblemáticos como el Museo de Arte de Caldas y el Centro Cultural Universitario Rogelio Salmona se tendrán exposiciones y actividades como las de Ceci Arango (EntreLazada) o las Mesas de Edición de Santiago Escobar. Por otra parte, y a través de plataformas virtuales, podremos ver las obras de artistas tan importantes como Miwa Matreyek, cineasta estadounidense que en el 2020 ganó el premio Golden Nica del Ars Electrónica de Linz, Austria. De la misma forma, tendremos exhibido el computador prehispánico diseñado por la artistas chilena Constanza Piña, también reconocida en el Ars Electrónica de Linz. El músico y filósofo David Rothenberg, también de USA, presentará un concierto que establece un diálogo entre su clarinete, los pájaros y las ballenas, en donde indaga sobre la comunicación entre las especies. Rocío Berenguer, artista y coreógrafa catalana radicada en Francia, nos presentará una obra que sobre las interespecies viene desarrollando desde hace ya varios años, en la que propone un primer tratado de derechos inter-especies. Rocío, premiada en la Bienal Internacional Bains Numériques 2014 por su creación Corps/non-lieu, inaugurará la edición número XX del Festival Internacional de la Imagen, este 24 de mayo, a las 18 horas, a través de http://festivaldelaimagen.com

 

 

 

 

 

Festival de la Imagen 2021: Perspectivas críticas del papel que tiene el ser humano en el mundo

El Festival Internacional de la Imagen 2021 tendrá lugar del 20 al 24 de mayo del 2021, organizado por la Universidad de Caldas y la Universidad Jorge Tadeo Lozano. De nuevo utilizará numerosas y novedosas plataformas virtuales mediante una producción que trabajará desde distintas ciudades del mundo. En sus 20 años de realización indagará sobre temas relacionados con las Inter/especies, es decir, esas perspectivas críticas del papel que tiene el ser humano en el mundo.

El Festival nació en el año 1997 en el Departamento de Diseño Visual de la Universidad de Caldas, en Manizales, Colombia. Desde sus inicios, y a lo largo de sus 19 ediciones, se ha enfocado en temas de diseño, arte y cultura digital, estableciendo diferentes alianzas internacionales con instituciones, creadores e investigadores que se vinculan al evento para intercambiar experiencias y conocimientos en torno a problemáticas sociales y ambientales desde las perspectivas de las artes electrónicas, el diseño, la ciencia y la tecnología.

Sobre la trayectoria del evento, sus procesos y expectativas para la versión número 20,  exponen los organizadores bajo la dirección del Arquitecto Felipe César Londoño:

¿Qué pueden esperar los asistentes en esta vigésima edición?
Estamos muy complacidos de ser escenario de encuentro y debate en torno a las tendencias contemporáneas de la imagen. En los inicios del Festival, las temáticas se concentraban en temas relacionados con televisión, videocreación, imagen fija, ilustración; ahora, el tema deriva hacia tópicos que tienen que ver con el diseño, las artes electrónicas, la creación digital, la ciencia y la tecnología, y hacia cuestionar el papel de los medios y la comunicación en un mundo como el de hoy, que sufre grandes problemas como pandemias, migraciones y conflictos medio ambientales.

Lo que buscamos ahora es motivar la participación, la acción a través del trabajo colaborativo, desde perspectivas que integren el diseño con las artes, las tecnologías, la ciencia y la sociedad. Nos hemos vinculado con el Gobierno Nacional a través de sus políticas de economías creativas, hemos trabajado con el Ministerio de Industria y Turismo en temas que tienen que ver con las industrias creativas y mercados culturales, hemos propiciado espacios de encuentro dinámicos entre creadores, gestores de política pública, colectivos y comunidades para hacer una reflexión que consideramos necesaria tanto para Colombia como para el mundo.

Lo que se espera para esta edición es que tengamos asistentes de diferentes lugares de Latinoamérica y el mundo, que piensen el papel que en este momento tienen la imagen y los procesos de comunicación, como manera de proponer soluciones a estas problemáticas globales.

¿Por qué el Festival resulta pertinente en la situación actual?
La versión número veinte se concentra en indagar temas relacionados con las Inter/especies, es decir, esas perspectivas críticas del papel que tiene el ser humano en el mundo, con el propósito de observar esas fuerzas vitales que se interconectan con otros seres vivos no humanos, e incluso, con la supervivencia y la habitabilidad en el planeta.

Proponemos vincularnos con las teorías contemporáneas que van más allá del antropocentrismo para indagar sobre procesos de arte, comunicación y experimentación científica que observan esas relaciones vitales y emergentes; hablamos entonces de una capacidad generativa en este continuo naturaleza-cultura, como un gesto de afirmación de las relaciones, de la proximidad espacio-temporal, para plantear otras miradas y motivarnos a la acción a partir del trabajo con la memoria, la sostenibilidad, el paisaje y la biocreación.

Los temas que vamos a tratar son el biodiseño, el poshumanismo, los paisajes deconstruidos, la interacción planetaria y las memorias habitadas, tópicos que, si bien hacen parte de ese gran tema de Inter/especie, no son lo únicos que se trabajarán en el Festival. Hacemos la invitación para que los artistas, diseñadores y científicos indaguen sobre las interacciones emergentes entre diseño, arte y ciencia que hacen posible el pensar en miradas alternativas sobre el mundo contemporáneo.

¿Cuáles consideran han sido los beneficios de realizar el evento de manera virtual?
Si bien es importante la interacción física en los espacios de las ciudades, las plataformas digitales nos propician otra serie de beneficios, entre ellos, crear la memoria del evento y poderlo prolongar, más allá de las fechas establecidas, en este caso, del 24 al 28 de mayo. Como en el 2020, proponemos crear un repositorio con toda la documentación, los debates, foros, ponencias, conferencias y papers que se presenten, con la intención de que puedan convertirse en material de consulta.

También es cierto que en plataformas digitales podemos tener una serie de expresiones artísticas que nos han propuesto desde diferentes partes del mundo, sin necesidad de hacer desplazamientos complejos. Los artistas, gracias al apoyo técnico del equipo de producción del Festival, pueden hacer sus montajes a través de los espacios virtuales que ya se están diseñando. A pesar del confinamiento, las distancias y la pandemia, los beneficios de las plataformas virtuales son amplias.

¿Cuáles fueron las enseñanzas que quedaron del Festival del año pasado?
La versión diecinueve, que tuvo como eje central las “Participaciones Otras”, fue una oportunidad increíble para reunir académicos, asistentes, presentadores, artistas, creadores y teóricos de todo el mundo que hablaron sobre esas otras maneras de entender la participación. Fue muy importante el haber escuchado a Arturo Escobar, quien es reconocido en el mundo por su trabajo teórico alrededor de la visión del Sur y del diseño en otras perspectivas, el poder trabajar con Gladyz Tzul, una indígena guatemalteca que ha trabajado con las mujeres y las comunidades indígenas, reivindicando el papel de lo ancestral en el contexto contemporáneo, el haber compartido con Michela Pelusio, una invitada italiana que hizo el show de cierre, y con Dylan Cote, quien inauguró el Festival presentando un show desde París, entre muchos otros. Fueron grandes los aprendizajes al poder conocer esas nuevas perspectivas, las expresiones audiovisuales que indagan sobre lo inmersivo, sobre lo transmedial y que abren un camino interesantísimo para los jóvenes creadores, estudiantes y egresados de nuestras universidades.

 

 

Sobre museos y otros mitos

Acercamientos desde las artes visuales a la idea local de museo.**

Hagamos un ejercicio: Pregúntales a varias personas lejanas al sistema artístico y cultural por cuántos museos y centros culturales conocen en la ciudad. Si la respuesta no es un no rotundo, continúa indagando ¿Qué saben más allá del sustantivo? ¿Qué se hace allí?

Manizales es una ciudad con instituciones en torno a las artes plásticas que han tenido un difícil proceso de consolidación y que aún no logran posicionarse del todo en el imaginario cultural de la ciudadanía, como si conociéramos el sustantivo, pero no los verbos que lo implican. En este caso me posiciono pensando en los museos – pero seguro que puede extenderse a otras figuras que pasan por situaciones similares – y me veo rodeada de una constante dificultad para pensar el sistema del arte más allá de la mercantilización que fuertemente reflejan escenas como Bogotá; espejismos que han tenido un elemento recurrente expuesto ante los estudiantes de artes como un único horizonte posible: el circuito de ferias de arte. Por otro lado, en ocasiones (no muy constantes) se mencionan las convocatorias públicas, de difícil acceso, alta competencia y procesos de gestión complejos que muchas veces se escapan al manejo del artista emergente.

Ante eso, hemos creado una especie de respuesta que en silencio aceptamos como bases de un sistema útil para dicha meta: Primero, exposiciones que se concentran únicamente en la inauguración, quedando inactivas el resto de su calendario, desmontadas en tiempos muy cortos (que ni siquiera merecen el dinero invertido) y sin actividades adicionales que realmente hagan una reactivación de contenidos. Segundo, un registro que intente ser prolijo, no como buena práctica profesional sino como excusa que reduce las experiencias de las artes visuales a un uso posterior, en los casos más básicos para el docente, en los medianos, para las redes, en los más avanzados para el portafolio. Y por último, y lo más importante, han cambiado nuestra producción visual con un falso pensamiento de que entre más portable mejor y que la calidad se mide en el cuadro de 2x2m que permiten estos eventos.

Y dentro de estos solemos cometer el error de asumir un público implícito inexistente, que son los estudiantes de artes y humanidades. En la mayoría de las ocasiones, el no ver un abanico de posibilidades más allá de las mencionadas, hacen que se pierda el interés por asistir, aprender y ampliar otro tipo de redes y gestiones que proponen desde lo expositivo. Las personas que deberían estar interesadas en el área en los contextos locales no son necesariamente un público asiduo de sus eventos, comúnmente incluso se siente excluido.

No tengo ninguna respuesta y soy consciente de que cada iniciativa de la ciudad ha pasado por dificultades muy complejas, intentando mantenerse activos en un lugar que parece expulsarnos. Pero considero que realmente es necesario comenzar a proponer nuestra participación en las escenas locales, como Manizales, desde un flujo diferente y unos roles establecidos que distan de los contextos hegemónicos. No solamente es la necesidad de pensar mejor nuestras prácticas expositivas, sino empezar a tener en cuenta los aspectos que las circundan como el archivo, la financiación, las comunidades y la legislación.

Desde estos es posible repensar la institucionalidad, y con ello, la mediación, la gestión y los públicos. Pero para ello en necesario primero replantearnos ¿cómo aporta el trabajo del artista visual dentro de espacios como los museos y los centros culturales, más allá de la exposición o la colección? Cuando exploro las relaciones entre procesos específicos desarrollados dentro del pregrado de artes plásticas en la Universidad de Caldas, en investigación/creación, y la forma en que han sido vinculantes para el trabajo en otras áreas como la museología, la curaduría y la mediación, me doy cuenta de que el aporte del artista, mucho más allá de lo técnico y de los resultados de un proceso de obra, va en una forma de comprender el mundo, de leer los códigos y de establecer intercambios fluidos de saberes. Una exploración que va desde los formatos hasta los conceptos y permite una verdadera diversificación de los puntos de vista desde los que leemos la realidad y la forma sensorial de asumirla.

Instalación participativa Copyright #1 por Andrea Ospina Santamaría, exposición CTRL-C / CTRL-V, Calle Bohemia, Armenia, 2016.

Estos ángulos, tanto desde la virtualidad como en otros territorios, son puente de lenguajes específicos que permiten acercamientos a diferentes comunidades y proyectos interdisciplinares o nociones difíciles de explorar desde el lenguaje académico tradicional como la ausencia, la memoria y lo popular.  El artista local como una paradoja reta al sistema – tanto como se reta a si mismo -, y a su vez, lo construye.

Carla Pinochet, antropóloga chilena, propone en su texto Derivas críticas del museo en América Latina la siguiente pregunta: ¿Cómo indagar en la especificidad del museo latinoamericano sin reducirlo a aquello que le falta? (2016, pág.28) precisamente cuestionando la costumbre de remitirse siempre a lo local como algo incompleto frente a lo hegemónico, algo desfasado o que aún no ha logrado ser. Como respuesta, entre muchas otras, propone rastrear los nuevos usos y sentidos que lo museal adquiere en estos contextos y su contante cambio.

Desplazo esta pregunta a comparaciones como Manizales frente a circuitos como Bogotá; creo que en este tipo de ciudades sin grandes centros característicos, una clave está en fortalecer ese ecosistema que permite a los museos ser lo que son: más allá de las instituciones que conocemos como tales, otros procesos más híbridos, experimentales y autogestionados refuerzan y acercan a los públicos y estudiantes a las funciones que comúnmente tiene el museo o el centro cultural, como son las formas de hacer archivo, reflexionar la institucionalidad, entender el ejercicio expositivo y la necesidad de hacer memoria, así como la educación y la mediación cultural.

Ejercicio participativo de Las Profesionales (Andrea Zuñiga y Aixa Echeverry), en la exposición Pa’ Gozar: relatos visuales en torno al carnaval (Alianza Francesa, 2018). Fotografía Manuela Jaramillo.

Dejo entonces como una alerta la cantidad de ocasiones en donde nuestros eventos, gestiones y procesos culturales, tal como fantasmas, desaparecen en el tiempo sin dejar rastro, se posicionan solo momentáneamente o los dejamos consumir en un mar de supuestos en donde, entre mucha publicidad hay poca acción. Un llamado a hacer archivo, a buscar comunicaciones más eficientes y a valorar los procesos que con tanto esfuerzo hemos llevado a cabo sin medirlos con la regla de las grandes escenas de arte.

Creo que necesitamos comprender lo museológico (más allá del museo) dentro de su capacidad instituyente, discursiva y situada, en donde debe dialogar con su territorio y claro, sus creadores. Un llamado a pensar procesos museológicos capaces de actuar sin resguardo, que generan campo en lugar de soportes físicos, en donde fortalecer el museo es vitalizar su desenvolvimiento, las líneas que lo transversalizan y la necesidad de su existencia (o revisión).

Laboratorio de Curaduría y museografía de La Caja Producciones, 2018. Orientado por Laura Puerta, Andrea Ospina y Juliana Ceballos.

*Artista Plástica – Gestora Cultural y Comunicativa.

**En la foto de la entrada Conferencia con David Pupiales, performer de la comunidad Quillasinga en la exposición Pa’ Gozar: relatos visuales en torno al carnaval (Alianza Francesa, 2018), con invitados principalmente del cabildo indígena universitario de Manizales.