Una continua improvisación de personajes en un mundo del absurdo

55 FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO DE MANIZALES

Obra: Una Banda Sonora (Caricatura de la guerra)
Grupo: Teatro Petra

Es realmente impactante la primera impresión que se tiene de la escenografía puesta sobre el escenario, es una gran promesa que pronto se derrumba, cuando aparecen los personajes absolutamente silenciados por la música, las explosiones y otros efectos sonoros. Estos s eres medio absurdos son prisioneros de la decoración, bella imagen poco funcional en un ambiente post apocalíptico permanente, anquilosado, detenido, que no se resuelve en ningún sentido.

Es una banda sonora y una banda visual que alude a la guerra y unos personajes en el conflicto no resuelto de quedarse o irse de la casa. Se alude a personas desaparecidas y otras tragedias comunes en la realidad social colombiana. La palabra como estructura de dialogo y pensamiento no aparece, es el riesgo dramatúrgico que corre un autor cuya fortaleza es la palabra y al parecer fracasa en el intento o por lo menos se queda a mitad de camino.

Un espectador va a teatro con el interés de saber que pasa en el escenario. En la visual se observa un carro Renault 4, un bebe que llora, una mujer que no quiere abandonar su casa, polvo que cae del techo, animales mitológicos y cabezas que pretender psicologìzar la escena, sin un objetivo muy claro. Se escuchan explosiones cada tanto y muchos llamados al desalojo. Un personaje que llega del exterior, da órdenes, pero tampoco resuelve ni desencadena nada. Cada acción que se agrega no influye en la situación general, parece una continua improvisación de personajes en un mundo del absurdo.

Una Banda Sonora tiene énfasis en el Teatro Físico, en la dramaturgia del cuerpo, en la simultaneidad de los signos. Generalmente el teatro que prescinde de la palabra tiene otros elementos narrativos, que permiten una lectura elemental y básica, pero hay guías para el espectador, para atraparlo, seducirlo y que no pierda la expectativa sobre la historia que está tratando de poner sobre la escena. (Los jóvenes ven el celular, los mayores se duermen).

Desde el punto de vista de la acción no pasa nada en la obra, hay mucha actividad, es cierto, movimiento de los personajes, pero no hay un antecedente y un consecuente, un principio y un final que permita que una historia coherente o una fábula se desarrollen en el sentido convencional del teatro dramático. Obvio que lo que sucede es intencional, Rubiano no es un dramaturgo ingenuo, él sabe lo que está haciendo, (eso creemos) ¡¡Un experimento interesante!! un poco aburrido, pero sigue siendo nuestro héroe.

En esta Banda no hay una línea de pensamiento o una línea narrativa que le permita al espectador entender cuál es el dilema moral al que se enfrentan, si son personajes conscientes o marionetas en situación de alienación, si tienen una posición política, religiosa, o no les importa lo que les pasa. Así sea ficción el teatro convoca personas que tienen un interés como espectadores, que van al teatro esperando percibir, sentir, pensar; esta obra lo logra, porque tal vez lo que no pasa allí tampoco pasa en la realidad.

En una banda sonora podría haber suspenso, pero en esta no, no hay expectativa por lo que pueda pasar, porque el protagonismo está en los efectos y estos no tienen historia; el futuro no importa, puede ser o no ser, es irrelevante y una próxima explosión hace parte de la rutina diaria. Una Banda Sonora es muy explosiva, visualmente es bonita, hay efectos dramáticos instantáneos que se diluyen en el próximo segundo. Es ese el gran problema del efectismo en el teatro, que capta por momentos la atención, pero a la larga se pierde la partida.

Los Petra son unos magos para la tecnología, gran formato, muchos especialistas en todas las ramas. Vaya para ellos el reconocimiento como el grupo tal vez más desarrollado en Colombia en ese aspecto. Ellos se dan el lujo de experimentar en todos los campos de la escena y hacerlo muy bien, corren riesgos y hasta pueden inaugurar festivales con el estreno de una obra, es decir, terminar de montarla en la presentación, ese también es un lujo que pocos se pueden dar en Colombia. Felicitaciones, nunca cambien.

* Crítico teatral

Fotografías Andrés C. Valencia

El ruido de la guerra

Para la inauguración de la versión 55 del Festival Internacional de Teatro de Manizales, el grupo de Teatro Petra y su director Fabio Rubiano trajeron su obra Una banda sonora la cual nos deja además de inquietudes, demasiados interrogantes, pues nos toca empezar por admitir que aquellas guerras que creíamos eran en otros países o aun en el propio, eran exclusivas de las áreas rurales y eso, en las más lejanas, pero la realidad es otra.

Es que los conflictos forman parte del ser humano y sus relaciones con sus semejantes, primero son los desacuerdos, luego las escaramuzas y eso va escalando a niveles insospechados, partiendo de que los conflictos inician con nosotros mismos y si no somos capaces de resolverlos, buscamos a quien echarle culpas para poder pelear. Esto no es solo a nivel personal, también institucional y peor, no solo entre vecinos, sino entre hermanos de historia común, de parentesco y de sangre, etc.

La escenografía que nos muestra la obra es impactante, un apartamento casi destruido, al mejor estilo de la Franja de Gaza, ventanales destrozados, paredes derruidas, techos desprendiéndose, amenazando ruina, polvo por todas partes, ruidos atronadores como de combate, cortes de luz, etc. y una familia sobrecogida por el espanto de una guerra muy cercana, que los afecta directamente. El diálogo entre sus miembros es incomprensible y solo se escucha con nitidez la orden externa de desalojar perentoriamente, so pena de no responder por su seguridad.

Lo único claro es lo que suena afuera de la vivienda, una marcha marcial como de desfile de tropas listas para el combate. El fragor es tan terrible, que como dicen “hay tanto ruido que no deja escuchar”. La orden de desalojo es general y repetitiva, pero esta familia y otros inquilinos se resisten a abandonar lo único que tienen, quedan así, autosecuestrados. Los diálogos internos son incomprensibles, como otras tantas cosas, y será solo la música, la gestualidad y los ademanes, la que permita comprender por parte del espectador, ese drama. No todos soportan de igual manera las tensiones y eso queda reflejado en el errátil comportamiento de esos habitantes abandonados a su suerte.

Como en todas las circunstancias, el ser humano busca adaptarse para poder así sobrevivir a todas esas penurias, primero les cortan la luz, luego les quitarán el agua, vienen los racionamientos, pero el mundo debe continuar. Los conflictos al interior de la familia se acentúan y cada uno debe también resolver sus propias dudas, obviamente de eso se trata la vida tanto en la ficción, como en la realidad, tanto en el teatro, como en los escenarios de la vida. Por eso la ficción va siempre de la mano de la realidad y viceversa.

Papel protagónico juega quien hace las veces de mensajero, es el cartero con sus buenas y malas noticias, con sus peticiones y rechazos, es quien satisface algunas de las demandas de las víctimas o anuncia los requerimientos de los victimarios, en un ir y venir que presagia lo más ominoso. La simulación juega un papel protagónico, bien sea cuando nos muestra un lisiado que nos llama a conmiseración, una manta doblada que simula el bebé raptado, al cual se arrulla como si fuera real, y se cree oírlo llorar de hambre, los sonidos del acto sexual que en su clímax parecen gritos de sufrimiento, cuando son es de pasión, y así se nos va la vida entre simulaciones y realidades, deseos y frustraciones, pero debemos saber distinguir para no caer cada vez más hondo. La razón del rechazo a abandonar la ciudad por parte de esa familia unida, es clara: uno es de donde están sus muertos.

Como afirma su director, Fabio Rubiano: Si uno se basa en la realidad para construir la ficción, a nosotros casi que nos toca hacer un trabajo al contrario, porque nuestra realidad a veces tan ficcional, a veces tan absurdas las realidades de América Latina, que uno podría contar cosas que parecen increíbles.

El teatro definitivamente nos cuestiona, nos interroga y obviamente, nos hace reflexionar, no es una diversión, es más bien una inmersión sicológica, sociológica, política y ante todo muy personal, esa era una de las finalidades de la tragedia griega, que mostraba lo peor de la humanidad, para lograr sacar de nuestro interior lo mejor del ser humano. De lo colectivo a lo personal, de lo externo a lo más intimo de nosotros.

* Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas.

Fotografías Andrés C. Valencia.

 

 

Leer el teatro

Leer el teatro nos permite navegar en las incógnitas de la cultura universal, y aunque los griegos documentaron el origen, mucho antes las culturas ancestrales se comunicaban con los Dioses a través de los rituales: la danza mimética, la música, la palabra, el fuego y la transfiguración. El teatro nace en el ritual, el “Arte Total”, donde se combinan todas las potencias naturales y humanas; en un principio no hay espectadores, hasta que el Dios es representado y entonces los seres humanos protagonizan el drama de la vida y la muerte. Mantener la connotación mágica del teatro es agenciada por el Circo y las otras formas asociadas del arte, pues el exceso de realismo nos predispone frente a un espejo y su ramplona imagen.

El Arte no cambia el mundo, cambia las personas que lo construyen, dicen algunos románticos optimistas. El Teatro nos permite ser otro, otra, incluso el espectador vive la ilusión travestida, se pone en la ropa de los personajes, en una galería de conductas morales que asume sin el penoso remordimiento. A partir del intérprete teatral la naturaleza juega consigo misma, el drama humano siempre nos conmociona, pues allí aparece el misterio de la vida y nunca termina de resolverse; y cuando el escenario es revelador, auténtica creación teatral, entonces la catarsis individual o colectiva cumple su cometido y valió la pena ir al teatro a vivir su promesa: La fascinación.

El arte se lee de la misma manera que se lee un libro, dicen los semiólogos, obvio que los códigos son otros y que las referencias, las formas, las motivaciones son otras; los sentidos entran en juego directa o indirectamente y esto condiciona sus niveles de respuesta. Siempre estamos leyendo: percibimos por los sentidos, nos emocionamos,
razonamos, enjuiciamos. Podemos quedar fuertemente impresionados y ser marcados para toda la vida o pasar de largo, pues a veces lo que se llama arte es una tecnología que reproduce lugares comunes y no aporta valor estético.

Ni el arte, ni los libros, ni la ilustración generan “mejores personas”, quizá aportan Consciencia sobre el sí mismo y sobre el mundo, pero no hay una garantía plena sobre esta afirmación. Sin embargo el Arte y particularmente el Teatro nos ponen un espejo sobre el escenario para ver el absurdo cómico o la tragedia desgarradora en la que el mundo està desde siempre. Reímos a rabiar con el tierno payaso o lloramos lágrimas de sangre con el Fulano que da la orden… para luego volver al mundo cotidiano donde se reproduce el arquetipo y la amnesia es protagonista.

* Crítico teatral.

El arte de la crítica…

Una habilidad o talento que debe desarrollar la crítica de arte es “detener la mirada”, tener la capacidad de contemplar la obra en su propio tiempo, el arrojo de dejarse embargar por ella, bucear en sus enigmas y con la misma intuición que el artista la crea, el crítico debe acercarse a ella, no para corregir al artista o cambiar la obra (petulancia de algunos insulsos); el crítico es un espectador o lector intensivo que propone lecturas de la obra, que sabe que su mirada es solo una “percepción estética” particular, pero que no es la única, y menos aún, la verdadera.

Se espera por lo tanto que la crítica provenga de personas que vienen del mundo del arte, no de espectadores ocasionales, sin formación o conocimiento y que por lo tanto den “palos de ciego” al referirse a la obra. Oscar Wilde habla de “Críticos Artistas”, que tienen una profunda sensibilidad, que incluso pueden manejar las herramientas del arte y que por lo tanto, el lenguaje y sus argumentaciones competen directamente al acontecimiento y no se pierden en nimiedades. La mirada de un artista sobre otro artista generalmente es muy sugestiva y rica, aunque por la humana competencia a veces los creadores son pésimos observadores de sus congéneres. Me quedo con la crítica que crea empatía con la obra y no con desvaríos que se pierden en la nebulosa.

La crítica en cualquiera de las formas del arte, requiere de una actitud honesta, con humildad y talvez como refiere Octavio Paz, debe ser amorosa, como una ofrenda que nace de un bello sentimiento del espíritu y no de una disquisición formal que pretenda revelar más la importancia del que escribe que del autor propio de la obra. Sin embargo es imposible la objetividad en una crítica y por el contrario está más impulsada por la subjetividad, pues el arte se recibe a través de la emoción y posteriormente se elabora el juicio. La crítica se hace desde posturas e intereses personales.

La crítica introduce lecturas muy importantes, pues, según Patricia Cardona cuando el crítico habla de una obra habla de sí mismo, de su propia biografía. La obra toma sentidos y es percibida desde el propio mundo simbólico del espectador o lector, es surtidora infinita de significados y nadie tiene el monopolio sobre lo que dice. Las obras clásicas siguen generando sentidos diversos en la actualidad, porque ellas expresan el misterio de la belleza, de la vida. La sorpresa y la fascinación son la característica esencial por la cual seguimos leyendo libros, asistiendo a museos, a salas de teatro y danza. Seguiremos absortos frente al gran arte universal.

* Crítico de Teatro.

“Gracias teatro por tanto, gracias público por tanto”

Una exaltación a la poesía de Patricia Ariza Flórez y manifiestos por parte de artistas del mundo, congregaron a representantes de 10 grupos de teatro que hacen parte de la Ruta del Teatro de Manizales para celebrar su día internacional el pasado 27 de marzo de 2023.

A Patricia Ariza la conoce el mundo como una mujer de teatro, cofundadora con Santiago García del grupo La Candelaria y de la Corporación Colombiana de Teatro, como actriz, como directora, como dramaturga, como gestora y como difusora de grandes procesos comunitarios en torno al teatro, pero pocos sabíamos de su actividad en la poesía, de tal manera que fue una sorpresa cuando en el año 2007 apareció su libro Hojas de papel volando (https://www.ellibrototal.com/ltotal/?t=1&d=149), manifestó el escritor Uriel Giraldo Álvarez, quien describe la producción poética de Ariza Flórez en el siguiente audio:

 

Durante el acto, que se realizó en la Sala de Teatro El Escondite, se leyeron algunos poemas de la artista por parte de Yolanda Arias, Liliana Díaz, Augusto Muñoz y Uriel Giraldo, directores de las salas de teatro El Escondite, Actores en Escena y Punto de Partida.

Así mismo, Piedad Jurado, Directora de la Sala TICH, leyó el manifiesto de la dramaturga egipcia Samiha Ayoub, a quien se le encargó este año 2023 para reconocer el Día Mundial del Teatro, que en alguno de los apartes dice: “El teatro en su esencia original es un acto puramente humano basado en la verdadera esencia de la humanidad, que es la vida. En palabras del gran pionero Konstantin Stanislavsky, «Nunca vengas al teatro con barro en los pies. Deja el polvo y la suciedad fuera. Revisa tus pequeñas preocupaciones, todas las cosas que arruinan tu vida y desvían tu atención del arte y te distraen de tu arte». Cuando subimos al escenario, lo hacemos con una sola vida dentro de nosotros para un solo ser humano, pero esta vida tiene una gran capacidad para dividir y reproducirse, para convertirse en muchas vidas que emitimos en este mundo para que cobre vida florezca y difunda su fragancia a los demás”. https://www.eitb.eus/es/cultura/detalle/9152703/el-dia-mundial-del-teatro-reivindica-arte-con-capacidad-de-difundir-vida/

Y Patricia Ariza, a través de un video hizo su propio manifiesto, mientras se caracteriza para la escena, el cual inicia así: “El teatro es como todas las artes, un ejercicio de la libertad. Es la posibilidad de expresarse poéticamente frente a las injusticias, pero también la posibilidad de hacernos vivir el éxtasis y la fiesta. El teatro se hace desde los cuerpos de actores y actrices que se preparan minuciosamente todos los días para ser los narradores de los acontecimientos reales o imaginados ante el público. Ellos y ellas son capaces de enseñarnos lo que no sabemos de nosotros y de nosotras”. https://vimeo.com/812074206

El director del Grupo Punto de Partida, Augusto Muñoz, por su parte, improvisó una declaración acerca de cómo ven, sienten, viven y resisten los hombres y mujeres de teatro su oficio y su arte, “todos los actores y actrices del mundo estamos celebrando nuestro Día Internacional del Teatro, con plata o sin plata, aquí estamos presentes quienes brindamos a los manizaleños nuestro teatro, nuestro arte, no desde ayer sino desde hace muchos años”. Sus palabras quedaron registradas en el siguiente audio:

 

Escritos sobre Teatro

Marzo es un buen mes para pensar y escribir sobre teatro, no solo como el acto representativo sobre un escenario, sino en la mímesis en que se constituye de los seres humanos, de la naturaleza y del cosmos mismo. Así como los animales cambian de aspecto para no ser depredados o cumplir su ciclo alimenticio, así como el cosmos mismo muta de manera inteligente para cumplir su enigmático destino, las personas buscan reproducir sus modelos inconscientes en todo lo que hacen y particularmente en el teatro.

Claro que el teatro es un espejo, es una manera de desentrañar el misterio de la vida y cada momento histórico produce una escena que corresponde con sus afanes, ideales, avatares e incomprensiones. El teatro muestra lo mejor, lo peor y lo que está en medio, por eso fascina a los sentidos, porque además permite darle forma a lo invisible, sentir los ambientes, oler la tragedia y empalagarse con la comedia. Hay verdades que solo podríamos soportar en el teatro, en cualquier otro lugar saldríamos huyendo despavoridos.

El teatro y el arte no hace mejores personas, pero tal vez si más complejas, más conscientes de si y del mundo. Buenas personas se encuentran de pronto en las iglesias, aunque tampoco hay garantía de ello, pero lo que si nos enseña el teatro es a observar el mundo que nos rodea y a penetrar en el universo intangible. Me refiero a un teatro como tradición de la humanidad que plantea asuntos vibrantes, conflictos no resueltos, aspectos de interés colectivo.

La fuerza del teatro está en su paradoja simbólica, ¿para qué el naturalismo ramplón en el teatro?, para eso está el cine o la televisión (para que las cámaras capten todo y luego el arte, si es que lo hay, se diseñe en un estudio). El teatro es creación pura (sangre, nervio y musculo), allí todo hay que inventarlo y entre la escena y el público sucede el milagro. Aunque hay teatros y personajes que se acomodan a los sistemas, que andan tras el márquetin del éxito.

Algunos grupos y obras son inofensivas, sin propuesta estética, sobreviven cumpliendo estándares para los presupuestos locales o del Ministerio de Cultura.. La historia del teatro universal y particularmente en Manizales nos volvió exigentes como espectadores, por lo menos para quienes lo hemos sido de manera intensiva y por muchos años. Si la actuación no es un arte, ni la obra expresa talento, entonces se reproducen modelos, fórmulas que quizá funcionaron en otras épocas, pero que en la actualidad no dinamizan ni conmocionan a nadie.

Los Maestros del teatro colombiano nos enseñaron una escena profundamente reflexiva, contenidos políticos, antropológicos, filosóficos y de complejas proyecciones estéticas y casi siempre confrontando la realidad. Me da la impresión que cuando el teatro entra en cierta “zona de confort” pierde todo el sentido para los espectadores. Uno no va al teatro a consumir como lo hace en un centro comercial, obvio hay espectadores para todo, pero nuestra tradición nos enseñó otra cosa. Yo voy al teatro a ver arte, pero puede no ser, una cosa no supone la otra. El teatro también puede tomarse como una tecnología y reproducirse con técnicas básicamente aprendidas, esto quiere decir que el teatro no supone sorpresa, fascinación, novedad o encanto, por el contrario, puede llevarnos a constatar lo obvio, lo ya sabido, la narrativa del entretenimiento consuetudinario.

*Crítico de Teatro.

Los escenarios de Caldas, espacios de creación

El olor a pinos contrasta con un aire fresco que baja de las montañas y le da a Pensilvania una especial condición y atmósfera que sus habitantes describen con una sonrisa, mientras abrazan una taza de café humeante para el frío. En este municipio de Caldas de difícil acceso se realizó el XXV Festival Departamental de Teatro y Circo, que para el año veintidós contó con la participación de catorce colectivos provenientes de diferentes regiones de Caldas, una cita fundamental y urgente con el quehacer escénico, que, después de sortear múltiples inconvenientes, tuvo un público inquieto y acostumbrado al convivio, al ritual único y mágico entre una producción escénica y una mirada contemplativa y pasiva que le da sentido a la tarea del arte de generar reflexiones que nos motiven a pensarnos socialmente de otra manera, como seres vivos parte de un todo y conscientes de una multiplicidad de sensaciones que de igual manera nos dan una identidad.

El Festival Departamental de Teatro tiene una larga y bella historia. Ha sido sin duda cuna de agrupaciones fundamentales en la dinámica del arte escénico regional, en su época dorada acompañado por el Consejo Departamental de Teatro y liderado en diferentes periodos por Wilfredo Garcés, Gilberto Leiton y Augusto Muñoz, animando procesos como los de las agrupaciones Eureka de La Dorada, Teatro Guiar de Supía, Teatro Popular Riosucio, Exosto Teatro de Pensilvania, Canta Rana de Neira, entre otros.

Gracias al Consejo Departamental de Teatro, en aquellos tiempos contó con dos publicaciones, la primera la revista ¨No me nombres teatro¨, y con cuatro ediciones la revista “Acto público”. Tenían como objetivo publicar diferentes artículos sobre el acontecer dramático del departamento y consignar en sus páginas reflexiones de los maestros nacionales e internacionales.

Desde el consejo se puntualizó la importancia de la creación del programa de la Licenciatura en Artes Escénicas de la Universidad de Caldas y en armonía constructiva con el Festival Internacional de Teatro de Manizales, se coordinaron mesas de trabajo que le dieron génesis a un proyecto de región que hoy se fortalece.

Por esos días se respiraba en el Festival Departamental de Teatro una ansiedad por descubrir el teatro a pesar de las carencias y dificultades, pero su importancia también radicaba en lo que significa para cada grupo la participación en el evento, la posibilidad del encuentro y la natural conversación sobre la dinámica misma, así como el espacio académico y de formación que logró el acercamiento entre la región. Todos recordamos con una bonita nostalgia los talleres y conversaciones con los maestros Henry Díaz, Alonso Mejía, Oscar Jurado, Cristóbal Peláez, Anselmo Parra y Farley Velázquez. Los cafés y tertuliaderos de los pueblos de Caldas fueron testigos de la pasión y emoción de los creadores escénicos de estas tierras que, en palabras del maestro Diaz, descubrieron en el teatro una manera de ver la vida con los ojos del alma. Quizás en esos festivales del ayer reconocimos el territorio, aprendimos de las diferencias y del paisaje y hoy sabemos que es fundamental recuperar un tejido que desde el teatro nos permite tener una conciencia del espacio tiempo, del entorno.

En uno de los años más difíciles para la cultura escénica del país, pero donde la reflexión sobre la tarea y el papel del estado en ese vital proceso de construcción ciudadana se hace latente enfrentarnos a disyuntivas que susurran respuestas a esas preguntas urgentes sobre el futuro del arte escénico nacional, donde al parecer se respiran nuevos aires y, sobre todo, después del Congreso Nacional del Teatro de La Tebaida (Quindío), donde se plantean encuentros decisivos para el diseño de una política pública que permita el verdadero desarrollo del arte escénico en las regiones, en los lugares más apartados, con estrategias de creación y formación de públicos. Quizás es el momento de pensar en el teatro popular pero desde la óptica de los protagonistas y no del gobierno central, para muchos el momento que vivimos es políticamente coyuntural y esperanzador, con o sin estallido, es una respuesta al trabajo de agremiación y encuentros de tejidos durante dos décadas, la motivación general es la verdadera unidad del gremio teatral nacional en una apuesta que beneficie todos los aspectos del quehacer escénico.

Para Juan Diego Gaspar esa lucha era prioritaria, su visión contemplaba el análisis minucioso de las necesidades regionales para priorizar las tareas de fortalecimiento de nuevos públicos y garantías laborales para los trabajadores escénicos, en un compromiso que asumió con la profesionalización de dos camadas de luchadores, veteranos y dedicados artistas de las tablas del eje cafetero. Gaspar insistió en la descentralización de los procesos culturales en el país, analizó desde muy temprano los tópicos de esa Colombia rural y profunda, llena de matices teatrales, donde, afirmaba, hay otra manera de ver la cultura más allá del folclore, la antropología y la sociología cultural. Puntualizó en repetidas ocasiones que el panorama teatral del eje cafetero no debía ser señalado, pontificado o definido desde la lupa antioqueña, pues son otros los caminos que nos depara el futuro.

El Festival Departamental de Teatro en Pensilvania demostró la necesidad de fortalecer los procesos de capacitación, recuperar los espacios que antaño se denominaron semilleros teatrales y escuelas de formación escénica para Caldas, donde se brindaron talleres de actuación, dirección, puesta en escena, y un conjunto del A, B, C del teatro y así mismo se realizaron diplomados, en asocio con la Universidad de Caldas y el Ministerio de Cultura. Vale la pena recordar que esos espacios generaron una amalgama de posibilidades escénicas que repercutieron favorablemente en las agrupaciones y colectivos,  así que es necesario y urgente, analizando el panorama actual, brindar espacios de aprendizaje formal que alimenten el deseo de los jóvenes, de los docentes de escuelas y colegios de la provincia de mejorar sus productos escénicos para que con herramientas adecuadas descubran las bondades del teatro, el desarrollo de la intuición y la creación artística de la mano de su espíritu.

Diecinueve propuestas se inscribieron al Festival de Teatro y Circo en Pensilvania y catorce fueron escogidas por un jurado calificador que señaló la importancia del evento desde la diversidad de temáticas. El ejercicio de producción se realizó priorizando las necesidades técnicas de los colectivos y una convocatoria al público con diferentes estrategias, público que respondió a la cita con entusiasmo y sentido crítico. La apertura la realizo el colectivo Eureka de la Dorada con una hermosa pieza interpretada por su director, Diego Armando Rojas Rubiano, un hombre formado en las tablas con tesón y conciencia del trabajo escénico desde las poéticas del entorno, “Un tal Pascual” sobresale como una propuesta llena de matices y realidades sociales. Caza Retazos con su propuesta “La madriguera cercenada”, develó al espectador un trabajo que se preocupa por la construcción de personajes y logra una gran interpretación. Caña Brava de Pensilvania nos sumergió en historias míticas con una puesta en escena obvia, entretenida que de seguro está en una búsqueda de nuevos matices. La agrupación manizaleña Resonantes nos compartió su creación “Bio-Cruses”, una exploración del ritual para el teatro de calle o espacios no convencionales, resalta sus cualidades plásticas que van en desarrollo en razón de su proceso, para muchos de los espectadores aún falta ajustar la partitura corporal, la voz y la interpretación actoral, la pieza está desde luego en un proceso de construcción, los jóvenes actores-músicos en sus búsquedas particulares, una grata sorpresa, el encontrarse con esta nueva energía para nuestro arte callejero. Punto de Partida compartió con el público una pieza inspirada en los recuerdos de sus protagonistas, “La casa de guadua”, un viaje de sus vidas y sus pasiones dentro y fuera del escenario, una mustia reflexión desde el oficio, una dramaturgia en tejidos emocionales que en la puesta en escena desarrolla imágenes nostálgicas pero que el ritmo poco a poco se ira encontrando tras las funciones. La Luciérnaga participó con la obra “Sin cargos de conciencia”, pieza de creación en dramaturgia cercana al grupo que en su puesta en escena plantea interesantes espacios dramáticos en un tinte de narco realidades, dilemas de relaciones de pareja en tratamientos psicosociales. Ópalo Teatro viene trabajando su propuesta desde el payaso para espacios no convencionales, la pieza “Nadie sabe para quien trabaja” brindó una entretenida jornada de diversión que el público de Pensilvania valoró con calurosos aplausos. La cuota de circo contemporáneo representada por Circo de Asfalto, nos confirmó que aún hay un largo camino por recorrer en la tarea de afinar las propuestas de este género que poco a poco se define y consolida en la escena del espectáculo de la región. Es evidente la necesidad de estructura que tienen los espectáculos de circo en nuestra geografía, que defina una distribución dramática y así el espectáculo tenga algo que narrar y los números de circo se concreten en un acontecer dramático, un hilo conductor que perfile intereses narrativos. El movimiento del circo lleno de juventud y energía es un aliciente para construirnos desde la diversidad.

De Risaralda consideramos urgente mencionar la obra de teatro del grupo Caos, “La gruta de los pecados”, una ingenua partitura escénica que plantea un teatro costumbrista picaresco, insípido y desafortunado. Quizás es el momento de plantear nuevas preguntas sobre las necesidades de nuestro público rural, inteligente, perspicaz, preguntar sobre lo que ofrecemos en nuestros discursos sociales y políticos, porque con esta obra en particular nos asalta la duda sobre si aún es necesario recurrir al chiste flojo como salida, olvidando los maravillosos entrelazados posibles en la comedia, sobre todo la exhortación es en este caso la permanente formulación de preguntas,  la palabra y sus poéticas jamás nos dejarán solos.

La agrupación Viraje Compañía en su proceso ha demostrado la pasión y profesionalismo con la que asume la danza-teatro poco investigada en el territorio, su contribución ha sido fundamental en la exploración de nuevas formas para traducir, desde el cuerpo, imaginarios de ciudad, imaginarios individuales del ser en relación con los paisajes humanos compartidos. La obra “Murmullos” del municipio de Chinchiná, un ejercicio de taller escolar realizado con la fórmula comprobada Caicediana, nada nuevo en sus imágenes, reiteradas en montajes de otros grupos, aún con el mismo director. Esperamos en el futuro más riesgo en su papel de director de este talentoso actor.

El festival cierra el telón con la participación de Chicos del Jardín y su pieza la “Letra con sangre entra”, una bella factura y un cuidadoso equilibrio escénico. La obra juvenil nos recuerda los buenos y no tan buenos momentos de la escuela, la infancia, los primeros anhelos, y nos pasea en el recuerdo de manera gratificante. El grupo realiza una profunda reflexión sobre el sistema de educación de nuestro país, evoca el tema tratado en la exitosa pieza El florido pensil, de Ttanttaka Teatro de Guiillen Jordi, sin duda una de las joyas del teatro contemporáneo español. La puesta en escena de Chicos del Jardín es una refrescante muestra de las posibilidades de nutrir nuestra escena desde el espejo conceptual.

Proyectar el festival como un espacio de posibles aprendizajes y encuentro vital de sus hacedores, nos invita ineluctablemente a la reflexión sobre el quehacer de cada escenario posible desde la periferia, la ruralidad y las particularidades de cada agrupación. Los esfuerzos en esta tarea han sido arduos y a pesar de sus frutos, es urgente consolidar un verdadero proceso de capacitación y otros espectros que alimenten las acciones de los festivales asociativos como los organizados por instituciones educativas y casas de la cultura. Teatro Caos de Risaralda coordinado por su director, realiza el encuentro Teatro Ventiao que poco a poco se consolida al igual que el festival de Anserma fundado por la agrupación Tean, un evento que tiene una especial acogida y participación de agrupaciones del entorno. PAZCO, el Festival Internacional de Teatro para la Paz y la Convivencia en Riosucio, itinerante en su programación de calle, se perfila como un escenario para compartir las nuevas propuestas y las agrupaciones emergentes. Supía por más de quince años ha realizado el Festival Internacional de Teatro en una dinámica de intercambio y circulación con el occidente antioqueño. El Festival Internacional de Teatro de Títeres Manuelucho se perfila como una escuela para nuevos colectivos y artistas de la manipulación de muñecos y objetos.

Quizás venciendo la indiferencia del estado y recuperando el aliento, el teatro en cada municipio logre articularse, libre de envidias sinónimo de inseguridades, y la venda en los ojos impuesta por la idea errónea que por ser artistas somos seres especiales, extraordinarios y por eso merecemos lo que no hemos trabajado o no hemos ganado a pulso, a lo mejor siendo conscientes de la importancia de realizar un trabajo honesto y juicioso, materializando una verdadera conexión de gremio, con nuevas alianzas y estrategias para ofrecer diversidad y respeto desde las bondades del arte escénico a un público que nos espera y nos reconoce. Los años nos dan la experiencia para afrontar el camino, pero la actualización de las herramientas es fundamental, afinar las voces y recurrir a las poéticas vivenciales sin romanticismod anacrónicos, reconociéndonos en la diferencia, superando la alcahuetería de salas dotadas con cacharos de iluminación que atentan contra los espectáculos y su público, estudiando y asimilando para derrotar la dramaturgia del corta y pegue, enajenados con mentiras que solo nos engañan a nosotros mismos, siendo consecuentes con solidos discursos en tejidos definidos,  pensando el arte y definiéndolo desde nuestro aliento,  respirando más allá con la mirada más allá del rio, creando conciencia no solo cuando tenemos en la boca la tetica del estado y sus programas a medio cocer.

Estas palabras no tienen una pretensión de crítico de arte, tarea hasta el momento abandonada, después de palmaditas en el hombro para no quedar mal con nadie. Hace falta ese renglón en la dinámica del trabajo conceptual de nuestra escena, pero la verdad es que muchos de los que se consideran intelectuales en las esferas de la comarca, ni siquiera frecuentan las salas y descalifican y descartan lo de aquí por sustracción de materias.

Este oficio solitario y testarudo se ha venido desprendiendo de las amarras generacionales, muchos niños y niñas iniciados en el arte creen que han descubierto el mundo, y la verdad, ya casi todo está explorado, la innovación es quizás otro aliento, otro respiro, el llamado es a la concepción de un teatro más consciente de su pasado y presente, una verdadera integración de saberes, un decoroso ofrecimiento en la producción de esas ideas con matices noveles.

Estos párrafos no son críticas teatrales, solo son el resultado de conversaciones con amigos y colegas en un café de Pensilvania, mirando de reojo de vez en cuando las montañas, en el frio de los minutos tras un sorbo de café.

*Dramaturgo. Enero 2023.

Fotos: Juan Guillermo Loaiza.

20 años Licenciatura en Artes Escénica UdeC

La Licenciatura tuvo sus albores lejanos en 1955 cuando llegó un profesor de cerámica a Bellas Artes, Antonio Madero, creó el primer grupo de teatro y fomentó institucionalmente el interés por las artes escénicas; posteriormente Ernesto Gutiérrez Arango, rector de la Universidad de Caldas en el año 1965, es convencido para que construya el tradicional “Galpón”, el cual inicia actividades en 1968.

En 1985, la Universidad de Caldas decide promover las Artes Escénicas a través de la creación de un Laboratorio Teatral, idea impulsada por Óscar Jurado. Luego en 1987, Octavio Arbeláez Tobón –decano de Bellas Artes de la época– invita a los profesionales Carlos Arturo Álzate, egresado de la ENAD y a Gerardo Quintero Castro egresado de la Universidad del Valle, para que formulen a la universidad un proyecto intermedio de estudios teatrales; posteriormente se integra al equipo Oscar Jurado y en 1988 con el visto bueno institucional se crea el
Departamento de Artes Escénicas e inician la preparación de estudiantes en modalidad informal.

En 1990 se realiza un Plan de Estudios para formalizar en la Universidad de Caldas la Escuela de Teatro y para perfeccionarlo pasan por Manizales personajes como Luis Miguel Climent, Ana María Orozco, e invitadas de la Universidad de Antioquia como Ana Cecilia Saldarriaga y Patricia Cardona, además de la participación activa
en su trayectoria final de Gilberto Leyton y profesores del área de Estudios Educativos de la Universidad de Caldas.

En agosto de 2000, el Consejo Superior de la Universidad de Caldas aprueba la creación de un programa de educación formal en Artes Escénicas denominado: Licenciatura en Artes Escénicas con Énfasis en Teatro, con la misión de impulsar el desarrollo de la investigación, la formación y la proyección de las artes escénicas en el departamento de Caldas y la región centro occidente del país. En junio de 2001, el Ministerio de Educación Nacional otorga la acreditación previa a la Licenciatura en Artes Escénicas, y en el primer semestre de 2002 se inicia el programa formal. En el año 2007 se gradúan los primeros Licenciados en Artes Escénicas.

Hasta el momento el programa ha tenido cuatro cambios en el pensum, en la búsqueda permanente por actualizarlo y ajustarlo a las necesidades de una cambiante realidad. En la actualidad hay más de 300 egresados, grupos de teatro, Docentes, animadores, promotores en diferentes medios e innumerables proyectos de creación artística, que, en ciernes, crecen y se proyectan a las comunidades con fuerza inusitada.

Semestralmente se producen ejercicios académicos que se proyectan dentro y fuera de la institución, proyectos en convenios internacionales con otras universidades, se publican libros, artículos en revistas, se participa en festivales
universitarios e independientes, se asiste a encuentros y seminarios artísticos y de investigación.

Existe en el departamento de Artes Escénicas el grupo de investigación “Teatro, Cultura y Sociedad”, creado en 2007 y clasificado en categoría “B”, grupo macro que coordina y dirige los más importantes proyectos que están en desarrollo. Cuenta con un Festival Internacional de Teatro Universitario, semilleros de investigación,
encuentros de danza e investigación, taller permanente de Dramaturgia. Tuvo la primera revista indexada de teatro en Colombia en categoría B. (2007-2019).

Como licenciatura, el programa tiene una doble posibilidad: formar creadores escénicos y docentes. Los campos artísticos son actuación, dirección, plásticas, danza, escritura y a nivel pedagógico. El departamento de Estudios Educativos ofrece componentes especializados, que preparan los estudiantes para cumplir una creativa función como maestros.

La Universidad de Caldas se ha propuesto a través del programa en Artes Escénicas ofrecer una alternativa única de carácter artística teatral, que llene las expectativas de una ciudad y un departamento con vocación para las artes escénicas, pues nos alimenta históricamente el Festival Internacional de Teatro de Manizales creado en 1968, el Intercolegiado de Teatro, además de eventos institucionales, comunitarios y municipales, que se mantienen a través del tiempo y sustentan un imaginario que nos permite crecer y cualificarnos para estar todos los días a la altura de las circunstancias.

El programa Licenciatura en Artes Escénicas cuenta con un grupo de profesores de la más alta calidad académica, formados en las principales universidades del país. A partir del momento en que hubo egresados fueron vinculados como profesores y en virtud de su excelente desempeño han contribuido a elevar los niveles de competitividad del programa. Entre los docentes actuales, 4 de ellos tienen estudios de doctorado, el resto con estudios de maestría y vinculados directamente con la creación artística, la investigación, la producción y en general en los diferentes niveles de la cadena de creación escénica.

El Departamento de Artes Escénicas se proyecta en un futuro inmediato con un programa de Danza, Maestría y doctorado, proyectos que suplan las necesidades del medio local, regional y nacional.

La licenciatura aporta a Manizales un importante trabajo de investigación propio de la academia y que no se le puede exigir al movimiento teatral independiente, pues los grupos tiene la misión de producir obras de teatro, en cambio la universidad tiene una responsabilidad social y cultural, expresada en investigaciones teóricas, producción artística, eventos de investigación, intercambios no solo de estudiantes sino de docentes.

Un importante número de egresados se han constituido hoy en la ciudad de Manizales en grupos de gran impulso en gestión y producción teatral, aportando innovación en contenidos y la capacidad de afrontar otros retos, pero también en el resto del país se desempeñan en trabajo docente y creativo en cine y televisión. Y para muestra un botón: al día de hoy los cargos administrativos representados en la dirección de programa y dirección de departamento en la Licenciatura están en manos de egresados del programa, quienes, con lujo de responsabilidad y capacidad profesional, trabajan para elevar niveles académicos y profesionales de la institución.

(Fuente oral consultada: Gerardo Quintero Castro).

*Licenciado en Artes Escénicas. Docente.

Teatro de Manizales se lució en El Galpón

Los grupos de teatro de Manizales que participaron en el 54 Festival Internacional de Teatro tuvieron el privilegio de presentarse en El Galpón de Bellas Artes, mítico escenario teatral de la ciudad donde han triunfado invitados nacionales e internacionales a lo largo de la historia del certamen anual.

Como es tradicional, las funciones tuvieron lugar a las 11:00 p.m. con masiva asistencia de espectadores, calurosos aplausos y la alegría de sus protagonistas, como lo expresan en los testimonios que recogimos:

 

TEATRO PORTÁTIL. Obra El encuentro. Jairo Gómez y Javier Humberto Arias:

 

“Ha sido una función muy bella. Excelente asistencia y aplausos plenos. La disposición escénica de la obra era para máximo 50 o 60 personas y había más de 60”.

LA ESFINGE TEATRO DE ILUSIONES. Obra: Nora: otro amor perverso. Liliana Hurtado:

“Para mí actuar en El Galpón es como si actuara en mi casa. Es un escenario emblemático no solo para la ciudad sino principalmente para todo el recorrido que he tenido en la academia. En El Galpón hemos visto crecer una carrera 20 años, hemos visto pasar a los estudiantes en su primer escenario confrontándose al público. Es hermoso El Galpón porque es un espacio que permite un proceso de aprendizaje significativo en estudiantes que ya han terminado, que se han proyectado. Para mí como actriz, como docente y como hacedora escénica siempre El Galpón representa un placer enorme, es un espacio que tiene una energía inigualable, es sentirme como si estuviera actuando en un lugar cargado de significado, es un aliado, es un amigo. Fue muy lindo participar y participar en el festival de Manizales siempre será una alegría, será un honor representar la ciudad y representar el trabajo escénico que desarrollamos dentro del movimiento teatral manizaleño”.

PUNTO DE PARTIDA. Obra: La casa de guadua. Augusto Muñoz y Gloria Nidia Giraldo:

“Para nosotros la participación en el marco del Festival Internacional de Teatro de Manizales en El Galpón de Bellas Artes nos parece un paso adelante que da el movimiento teatral manizaleño, obviamente un reconocimiento a nuestra labor incansable, a nuestra permanente búsqueda estética y poética del teatro. El Galpón de Bellas Artes es un espacio mítico en el marco del certamen y para nosotros hacedores de teatro en Manizales es motivo de orgullo presentarnos allí. Esperamos que el festival siga teniendo en cuenta al movimiento teatral de la ciudad el cual cada vez se fortalece más en la búsqueda de su estética con propuestas poéticas de sus espacios y de sus montajes teatrales.

Para Anselmo Parra Acevedo como dramaturgo y director de La casa de guadua también ha sido de vital importancia esta participación. Manizales vive teatro también con La ruta del teatro donde estamos en permanente contacto con nuestro público. Hemos participado no solo en el festival de Manizales sino en otros encuentros internacionales en Argentina, Méjico, Colombia. Ojalá este sea un punto de partida y una mirada diferente hacia el teatro manizaleño”.

ACTORES EN ESCENA. Obra: Insurrectas. Liliana Díaz:

“Para todas las personas y grupos que oficiamos teatro es muy importante lograr presentar nuestras obras en diversos festivales para tener la opinión y la visión de otros públicos y así acrecentar nuestras propuestas. En Actores en Escena consideramos muy importante la participación en el 54 Festival Internacional de Teatro de Manizales no solo para la proyección de nuestro trabajo sino para la proyección del trabajo local en un festival de esta magnitud, es importante y trascendental para la historia cultural de la ciudad.

Este año el teatro local estuvo ubicado en el emblemático El Galpón de Bellas Artes, un escenario antiquísimo de Manizales, donde nos sentimos muy bien tratados por un gran equipo técnico que nos acompañó todo el día, en el montaje, durante la función y en el desmontaje. El Galpón de Bellas Artes es un sitio muy noble para nosotros los teatreros de Manizales”.

 

 

El Niño y La Tormenta

Crítica Teatral…

Grupo: La Congregación. Teatro-Cortocinesis

Seguimos llorando sobre el escenario, pero en esta obra la metáfora se sobrepone sobre los lenguajes realistas o panfletarios. Una madre y un hijo buscan la invisibilidad, aparece una rata que lucha por sus crías y un inquilinato de esos que pululan en Bogotá y en el resto de país, porque lo que si compartimos con la capital es la miseria y la violencia. En esta puesta dialogan diferentes formas artísticas: danza contemporánea, artes plásticas y visuales, música y se combinan todas ellas para hacer un cuadro conmocionante de la realidad colombiana, de la pobreza y la desigualdad. Más allá de la fenomenología de la miseria, se presenta una poética desgarradora, dura y difícil de ver, pero en lo más profundo de su sentido hay una mirada reveladora, crítica, que expresa una profunda dignidad: la madre prefiere el Suicidio (con su hijo) antes que la degeneración de los cordones de miseria que deja como opción el capitalismo y la burguesía de este país.

Es la primera vez que observo toda una platea llorando por la muerte de una rata y además justificando que una madre se lance con su hijo de un barranco y sea una poética solución. Cómo exigirle a una madre que prefiera morirse de hambre con su hijo debajo de un puente a tener una muerte digna y refregárselo en la cara a una sociedad indolente y a una clase política incapaz de crear soluciones efectivas. Se refleja en esta pieza la realidad de una mujer abandonada por su marido y su familia, que siempre huye para no pagar el arriendo, que es obligada a convertirse en ladrona: es el espectro visto desde el otro lado, fuera de la ley (fuera del supuesto “Contrato social” que no cumple el estado), donde no hay protección y el desamparado es la constante.

“El niño y la tormenta” pone la lupa sobre la sociedad de manera distinta, parece descubrir un lado inédito donde no entra la razón, ni ninguna lógica social, para descubrir la fragilidad de millones de seres humanos, no solo en Bogotá, sino en toda Colombia, que padecen la desigualdad, la marginalidad, el acoso en todas sus formas y entonces, estas personas no pueden comportarse como la “gente de bien” que tienen sus necesidades básicas satisfechas; esa otra Colombia vive en situaciones límites: están forzados a vivir huyendo, escondidos, sobreviviendo como ratas en alcantarillas, obsedidos por las deudas; ellos son mayormente vulnerables y débiles ante las grandes dificultades que normalmente tiene la existencia humana.

En la obra hay un realismo estetizado, es una verdad social vista desde el arte, es la ingenuidad de un niño expresada desde la poesía, o la desesperación de una madre presentada desde simbolismos. La historia de los seres marginados de la sociedad que nadie quiere mirar, ni se preocupa por ellos, que son un estorbo para las clases altas y las medias, porque no tiene capacidad de pago (menudeo del que se alimenta el capitalismo): obreros, trabajadores informales o vagabundos que recorren las calles tratando de encontrar comida para vivir un día más.

(Realmente son mejores los divertimentos que mirar la cruda realidad).

Con esta obra regresó la poesía al teatro, y el aplauso cerrado al final fue unánime, ni un espectador se quedó sentado en un golpe de sensibilidad parecido al que ofició el mismo grupo el año pasado con una obra sobre Dylan Cruz. Se repite la exclusiva experiencia estética única y privilegiada en este festival. Todos los aplausos y reconocimientos para La Congregación Teatro Cortocinesis.

*Docente Universidad de Caldas

25 Cosas

Crítica Teatral

Grupo: Teatro Petra

¡El 70 % del teatro que vemos es aburrido según Peter Brook! ¡Vamos al teatro a divertirnos! ¡El teatro no debe ser moralizante! ¡El teatro pesado echa al público de las salas! Son muchas las expresiones que circulan en los bajos fondos que parecen darle una tarea al teatro, pero también hay otras funciones que le dan los jóvenes idealistas o los maestros comprometidos con el arte, con la sociedad y consigo mismos (Léase Barba, Grotowski, Brecht…). El teatro puede ser un comodín social que no incomoda, que olvida o niega los conflictos y los convierte en divertimentos. Y es muy posible que existan dramaturgos de esos que pueden jugar en todos los campos, es decir que pueden hacer divertimentos, juegos de malentendidos para pasar el rato, de donde se expulsa la ironía, la sátira y se busca una risa “fácil” (Sábados Felices, The Suso’s Show…), lugares comunes, como el pastel en la cara de los gringos. Pero hay otro tipo de humor “inteligente” que pone en cuestión los valores, que ridiculiza lo anómalo, la injusticia o los vicios de la sociedad (¿Por qué mataron a Jaime Garzón si era tan buen muchacho?). La comedia clásica nació de frente a los conflictos sociales; el entretenimiento se volvió arte en el norte.

Fabio Rubiano se identifica más con la comedia, es el género que más le gusta según sus propias palabras, y de verdad es lo que mejor hace y su estrategia dramatúrgica: el parafraseo, el ritmo de los parlamentos, el stop repentino, el suspenso, el enredo de la trama, los efectos sorpresivos, de verdad son los aspectos que más encantan a los espectadores, todos vamos a sus obras a esperar eso, ya sabemos lo que va a pasar, pero lo esperamos como si no lo supiéramos. Definitivamente el fuerte de Rubiano son las comedias, las tragedias sobre la violencia en Colombia le quedan un poco forzadas, pero, sin embargo, es bueno intercalar comedia-tragedia-comedia, así es la vida, entre tumbos y éxitos rotundos.

25 Cosas es una comedia muy original, eso de dejar las cosas para la memoria entre el público es genial, de entrada, ya provoca risa, sin empezar la obra los admiradores de Rubiano no pueden parar de reír y luego aparece Marcela con ese histrionismo característico, con esa capacidad explosiva y de contención que posibilita el desarrollo de escenas disparatadas. Además. el apoyo de otros actores famosos, no más el hecho de ver a Julián Román ahí frente a uno parece imposible (los actores de T.V. son de carne y hueso. Increíble), todos sentían maripositas en el estómago, parecía mentiras, la farándula en pleno furor. Sala llena, eso sí es teatro ¡Dios mío! aplauso cerrado. Lo que pasa es que todos son muy buenos, en la capital si saben hacer las cosas: el centralismo, “La economía naranja”, las co-producciones con teatros Afortunados; el artista es artista así sea en la miseria (atentamente Julio Mario Santo domingo). Tema para una comedia: Los marginados del teatro en Colombia.

Tal vez hacer comedia en Colombia en épocas tan convulsas, en momentos de búsqueda de la “Paz total” sea especialmente difícil, ¿De qué deberíamos reírnos ahora dónde el dolor se cierne sobre el país? Y tal vez hay un exceso de quejas en el teatro colombiano, todos lloran sobre el escenario, los muertos y la “comisión de la verdad” no es un chiste malo, es una realidad dolorosa, sin embargo, hay que reír para sanar el alma, se requiere la fiesta para que resucite el ánimo y para que el mito macondiano además de “pintoresquismo para el exterior” adquiera sentido para nuestra memoria e identidad.

*Docente Universidad de Caldas

La resurrección de los condenados

Crítica Teatral

Grupo: Teatro Tierra y Ensamblaje Teatro

Los grupos en mención y sus directores Juan Carlos Moyano y Misael Torres, son referentes obligados del Teatro en Colombia (Teatro con mayúscula), siempre han estado en la resistencia cultural a través del teatro: las posiciones revolucionarias, la historia, la tradición, la sospecha y en general actitudes contestarías, críticas y de un privilegiado desarrollo estético. Caso contrario de algunos grupos en Bogotá que se volvieron “revolucionarios” y hasta de izquierda, cuando hubo presupuestos para la paz, cuando la “Comisión de la verdad” financió el teatro, entonces la “Verdad” se volvió importante para ellos. (Para muestra un botón: El grupo “La candelaria” estuvo en déficit 50 años, por sus posiciones políticas, sin embargo, es el grupo más importante en Colombia y fuera. Ahora proliferan los grupos que ponen en escena “La verdad”: se volvió rentable, incluso para los festivales, que antes los programaban de manera marginal.

“La resurrección de los condenados” tiene como marco de referencia la obra “Cien años de soledad” y eso ya nos convoca en un origen mítico común, nacido de un imaginario macondiano poblado de personajes y tramas que subyacen en un “inconsciente colectivo”, tal vez dormido y subyacente, que el autor Gabo tuvo la magia de narrar como un universo pintoresco para el mundo. A partir del texto literario se crea la fabulación dramática en las que el equipo creativo intenta “exorcizar las secuelas de una guerra irregular”, investigada y referida ampliamente en el informe presentado por la “Comisión de la verdad”. Es entones esta puesta en escena un producto artístico ligado a dicho informe y por lo tanto los lugares comunes, las cifras, la temática propia y los derivados de una situación irracional de violencia en Colombia, vuelven a materializarse sobre el escenario en la misma virulencia y crueldad que ya lo hicieran en el pasado los grupos mencionados a través de bellos y literales “Panfletos”, que ayer prohibidos y perseguidos por el Régimen, hoy representan la oficialidad.

“La palabra resurrección alude a la no repetición de la violencia” en palabras de Juan Carlos y Misael y los condenados somos todos. Por ello en esta resurrección teatral aparece no solo la historia de la violencia en Colombia, sino la historia del teatro que ha resistido por décadas: aparece la vaca que en otrora desfilara por el escenario en “Guadalupe años sin cuenta”, los coros, las filas en los laterales, la iluminación y una gramática muy propia de la llamada “Dramaturgia del actor”, estrategia creativa definitiva en la estética preponderante de la “Creación colectiva”. “Tierra” y “Ensamblaje” son dos términos de gran potencia simbólica para contar nuestra trágica y primaveral historia; ellos son voces autorizadas y comprometidas desde siempre con este perturbado devenir.

Hay un afán de decir muchas cosas, (porque ahora se pueden decir) y tal vez eso no les permite tener la claridad para organizar el discurso. Así la obra a veces aparece caótica, bombardeada por una simultaneidad de signos que puede llegar a apabullar a un espectador y no aparece la idea poética, o el mensaje, que pueda estar detrás del entramado escénico.

Muy seguramente el Teatro Los Fundadores (un estadio) no contribuye a la comunicación de ciertos espectáculos que requieren intimidad, cercanía; el gran espectáculo visual es propicio allí,

la atención que requiere la palabra, el gesto mínimo puede perderse, escabullirse en la lejanía. Sin embargo, en “Resurrección…” están Moyano y Torres con sus equipos creativos, con la estética que los representa, haciendo la historia hoy sobre el escenario, como la han hecho desde tiempos aquellos…

(Especialista consultado sobre la historia del teatro en Colombia: Calos Julio Jaime)

*Docente Universidad de Caldas.

Las agrupaciones manizaleñas Caza Retazos y X2 Teatro en el espacio público de la ciudad

El viernes 7 de octubre, en las horas de la tarde, las personas que acudimos a la programación de Teatro de Calle, propuesta en el marco del 54 Festival Internacional de Teatro de Manizales en la Plaza de Bolívar a las 3 p.m. y en  el Parque Ernesto Gutiérrez, a las 4 p.m.,  también conocida como La Plaza Andina,  tuvimos la oportunidad de vivir gratamente dos obras inspiradas en la conciencia planetaria que por estos tiempos de Cambio, sobre todo de cambio climático, es el relato que circunda en el espacio de las realidades micro y macro existenciales de la humanidad en su conjunto como especie dominante del planeta.

Seguramente, quienes acudimos como público convocado o bien los transeúntes a esas horas por estos espacios públicos de Manizales, quedamos atrapados en una tarde que se llenó de colores y energías circulares que emergían desde las puestas en escena, en el primer caso, Bio-Cruces del Grupo Caza Retazos y en el segundo momento con la puesta en escena El Rey de Los Pájaros del grupo X2 Teatro.

En la obra Bio-Cruces, escenificada en la Plaza de Bolívar, se sintió transcurrir un ambiente  de energía trazado plásticamente en  fuego mandálico amarillo y rojo que invitó a vivir el movimiento, la contradicción, las  torres del poder de los humanos como especie , llámense política, económica o social, pero que en todo caso resultan  débiles frente a las fuerzas impajaritables de un planeta que soporta los desórdenes ocasionados por los humanos desde las territorialidades: el  cuerpo humano ,el cuerpo social  o el cuerpo universal . Una Especie humana que paradójicamente, con toda su racionalidad, pareciera haber olvidado el cuidado de lo simple de la Vida, la armonía de los cuatro elementos: el agua, el fuego, la tierra y el aire.  Y es precisamente el Bio-Cruces del mundo actual, el del consumismo capitalista, sus guerras y destrucciones con las consecuencias fatales para todo lo que represente la vida. Esto constituye el tema denunciado artísticamente en esta obra, en la que también se dieron pinceladas referenciales a las realidades del conflicto colombiano y sus motores de corrupción y prácticas de intolerancia frente al reconocimiento de la diversidad como relato hacia la Paz. Los códigos teatrales de sus músicas, vestuarios, personajes de la juglaría y la escatología, hicieron denuncias, premoniciones del desastre, pero siempre contando a los espectadores con el colorido y alegría de la esperanza de la Vida misma. Una escena en particular, resultó conmovedora. El momento de la regresión humana hacia sus orígenes simiescos, en donde la lucha de la manada es por el reparto de un trozo de banano. Como vivencia incluyente del Arte, el teatro callejero me permitió ver llegar a varios habitantes de calle a divertirse por unos momentos y aplaudir como espectadores al finalizar la obra.

Ya a las 4 de la tarde en el parque Ernesto Gutiérrez o también Plaza Andina, detrás del gran telón Negro ubicado en el centro del parque, se ven los artistas preparando sus gigantes muñecos de varillas que representan las aves emblemáticas de la región cafetera: los búhos, barranqueros y colibríes.

Una vez dispuestos todos los elementos, se inicia la obra EL Rey de Los Pájaros, con una bella canción hacia la Paz como necesidad apremiante por un nuevo país que ame y viva la tolerancia, el respeto, la diversidad cultural y la armonía y cuidado de la naturaleza.

El personaje tierno de una niña que con su canto invita a la paz, es el preámbulo de la aparición de otro personaje: se trata del Rey de los Pájaros, una especie de narrador que utiliza la técnica de clown para atrapar al público, con su recurso de compartirles naranjas y bananos, los que son lanzados con gracia y cuidado y refiriéndose a cada espectador con su propio nombre, dando una sensación de amistad y ambiente familiar, que evoca los momentos circenses en que se da apertura al gran espectáculo en la Pista. Transcurre la obra con un bello didactismo y enseñanzas del Personaje Rey de los Pájaros, hacia el respeto por la naturaleza y cuidado de todos los seres vivos. El Rey de los Pájaros, hace la presentación de las aves emblemáticas de nuestra región cafetera como El Búho, El Colibrí y el Barranquero o Barranquillo, esta última, el ave símbolo asociado a la protección de las fuentes hídricas y los bosques andinos.

Es de destacar el nivel de elaboración de los recursos artísticos y escénicos propios del arte del teatro de calle: los Muñecos gigantes que representaron las aves emblemáticas de la región, los maquillajes y vestuarios, la concepción de los personajes, la niña que canta La Paz, el Rey de los Pájaros y el personaje gritón y bribón del Espantapájaros que evoca la necesidad del corazón humano para amar y respetar sus sueños y la armonía con la naturaleza.

De manera coincidente, en las horas del mediodía, en la clausura del cuarto congreso Iberoamericano de Teatro, tuve la oportunidad de escuchar en sesión virtual, al director y filósofo teatral Argentino Jorge Dubatti, quien precisamente hizo referencia a la relación dialéctica entre el pensar y el hacer hoy en el teatro.  Y entonces al final de las dos obras motivo de estas notas, en el primer caso, dialogué con uno de los integrantes de la agrupación Caza Retazos y luego vía Whatsapp con Geovanny Largo Director de X2 Teatro y me dijeron que ambos trabajos son de Creación Colectiva.

Quedé muy reconfortado pues constaté con lo expresado por el Profesor argentino Dubatti, que el gran aporte del teatro colombiano a la historia de la dramaturgia mundial ha sido precisamente la relación de la creación artística con la técnica y la ética. Estas dos obras de teatro: Bio-Cruces y El Rey de los Pájaros lo evidencian de manera ejemplar.

Y esta relación permanente entre la práctica y su reflexión, es decir, entre el Pensar y Hacer el Teatro, es el fundamento de lo que sigue dando vigencia a la Creación Colectiva, el gran movimiento teatral por el que trabajaron los grandes Maestros Enrique Buenaventura y Santiago García. Y es que estos dos grandes maestros del teatro colombiano siempre nos insistieron, así como el profesor Dubatti lo expresó al final del Congreso en sesión virtual, que el Artista Profesional del Teatro se hace Profesional porque hace bien lo que hace y no por el dinero o la fama, es decir, que la técnica libera el Talento y este llega a los que más ensayan, los que más trabajan la Técnica y la Ética.

Viendo estas dos obras que he comentado, se tiene la sensación de unos grandes trabajos que logran conjugar Técnica y Ética, se perciben muchos ensayos que traen el talento porque se ve la técnica y su profesionalismo. En hora buena para ellos como artistas y para la evolución del teatro manizaleño y su proyección nacional e internacional.

*Director, escritor, actor. Teatro Portátil.

 

 

La caminata de los elefantes

Crítica teatral.

Grupo: Formiga Atómica. Portugal

El misterio de la muerte, del fin, es el tema sobre el que reflexiona esta obra de teatro de objetos, en la cual un actor narrador a veces cómico otras trágico ha creado sobre el escenario varios nichos con figuras muy pequeñas y proyectadas a trasluz. Se divierte hablando de la muerte y como un artífice maneja pequeños mundos agrandándolos como por arte de magia a través de pases medio ilusorios, medio realistas. Entre sus objetos el animador transporta animalillos de repisa o de juguete hacia una isla o país pequeño rodeado por una cerca eléctrica. Finalmente, su interés se concentra en una manada de elefantes y a partir de la manera como estos viven, establece una analogía con la existencia humana. Al morir el hombre que los protegía y era considerado parte del grupo, ellos hacen una caminata hasta su casa para despedirlo, en una especie de ritual que dura dos días.

“La caminata de los elefantes” es el producto de una extensa investigación en la que participan 200 niños y se refleja en este trabajo la delicadeza y asombro infantil, la capacidad de juego con las formas: las sombras y los juguetes pequeños que se vuelven grandes y reales en virtud de la verosimilitud escénica. La animación de objetos y la narración se convierte en una velada mágica que seduce la percepción de los curiosos espectadores por cada pequeño universo que aparece, por ello es necesaria la cercanía, para atraparlos como en una red y tenerlos atentos a cada movimiento… la mirada lela paralela siempre está fija… Realmente hay un gran virtuosismo en este niño grande que juega con objetos: niño de manos de seda y hombre de pasos de roca, que ficciona con dobles, con miniaturas, que proyecta paisajes y se desplaza por geografías inventadas, generando suspenso, risas y nebulosas sobre el misterio de la existencia humana.

*Docente Universidad de Caldas.

Salida al sol, camino a la paz

Crítica teatral.

Grupo: Corporación Colombiana de Teatro

Esta obra de teatro tradicional es un homenaje a las víctimas de la violencia en Colombia, con dramaturgia y dirección de Patricia Ariza, quien ahora oficia como Ministra de Cultura.

La obra aborda temáticas muy fuertes en términos del conflicto social y armado en nuestro país. En términos temáticos es una denuncia con nombre propio de todas las catástrofes sufridas, es un Panfleto musical y coreográfico, con todos los ingredientes propios aportados por la sociología, en términos de la “Comisión de la verdad”, apoyado en diversas formas del arte como la danza, el canto, la poesía y por supuesto la interpretación.

El formato de la puesta no es dramático en sentido convencional, son fragmentos, cuadros cortos e incluso con la participación de actrices naturales, dolientes en carne propia de la violencia.

La obra nos dice cantando lo que ya sabemos y se repite por todos los medios, sin embargo, hay un intento por estetizar la información y, si es verdad que hay momentos de lucida poesía, en general, el montaje es realizado en un lenguaje directo, que pareciera corroborar cifras, recalcar un informe gritado a muchas voces no solo en el país, sino a nivel internacional. Pero es comprensible que el objetivo de la obra es mostrar el horror de la guerra y poner la “verdad” en la boca y cuerpo de las víctimas, aquí el arte escénico se convierte en un instrumento, en función de una causa política y social. La versión teatral es una especie de “Puesta en escena de la comisión de la verdad” y el hecho de que sus creadores tengan claro esta función, que sea intencional y con un objetivo específico en términos políticos, hace muy valedera la propuesta y muy efectiva, pues Colombia va en el sentido indicado. Incluso uno de los personajes exclama victorioso: ¡Por eso ganamos! (El mérito de la obra es haber sido hecha en un gobierno anterior. Hoy tiene pleno sentido).

*Docente Universidad de Caldas.

 

La producción del FIT de Manizales se convirtió en parte de la vida de Julián Arbeláez

A solo tres de cumplir cuarenta años al frente de la producción del Festival Internacional de Teatro de Manizales (FIT), Julián Arbeláez Tobón ha puesto en funcionamiento, tras escena, la parafernalia que garantiza año tras año el éxito del evento teatral más antiguo y más histórico de Latinoamérica.

“Yo creo que la gente no se entera de las dimensiones tan importantes que tiene este certamen anual, el más grande de Manizales después de la Feria de Manizales y también el más grande de artes escénicas en Colombia, después del Iberoamericano de Bogotá. El nuestro convoca normalmente 50 agrupaciones de diferentes partes del mundo. Este año, por problemas económicos es más pequeño, llegaron 30 grupos integrados por 300 artistas”.

El Director Artístico del FIT, Octavio Arbeláez Tobón, diseña y hace la curaduría del evento, Julián, se encarga de que las ideas propuestas por su hermano ocurran en los escenarios.

Cuando el festival se reinició en 1984, vino Diego Montoya, un productor experto que trabajaba con el TEC, y Julián le colaboró. “Ese año el festival fue muy raro, participaron muchísimos grupos, fue un corre corre grandísimo. En 1985 le dije a Octavio, eso lo puedo hacer yo, y desde entonces asumí el liderazgo de la producción, responsabilidad que se ha convertido en parte de mi vida”.

Julián estudió teatro en la Escuela Nacional de Arte Dramático de Bogotá. Como productor se ha desempeñado no solo en Colombia, con el internacional de Manizales, el iberoamericano de Bogotá y distintos proyectos con el Ministerio de Cultura, sino también en Brasil, España y Argentina.

“Para mí es un placer, me gusta porque es lo que sé hacer, es lo que he hecho toda la vida. Yo no vivía en Manizales, venía con anticipación a planearlo profesionalmente, que es lo que nos importa, porque se requiere de un trabajo previo, de investigación y conocimiento, muy juicioso acerca de los grupos invitados”,

Sobre la relación laboral con su hermano, el Director Artístico del FIT de Manizales, Octavio Arbeláez Tobón, con quien ha compartido durante estos casi 40 años la realización del evento cultural emblema de la ciudad, afirma que ha sido muy armónica. “Primero porque Octavio y yo parecemos mejores amigos que hermanos, y esto ha sido fundamental, trabajamos muy bien juntos, crecimos juntos, nos hicimos juntos en muchas cosas, cada uno desde sus espacios particulares. Esta relación significa que sea más fácil hacer el festival. Yo sé lo que él necesita, que él se sueña y quiere, y yo me encargo de poner lo que tiene en la cabeza y en el papel sobre el escenario. Mi trabajo consiste en que las ideas de Octavio, un hombre muy inteligente, muy organizado, muy serio, con un liderazgo impresionante, se traduzcan en algo inolvidable para los espectadores.

A Julián Arbeláez lo acompaña este año un equipo de 85 personas, ha llegado a tener 120, equipo muy calificado con el que atiende, cada día y cada noche de la semana del festival, los requerimientos de las obras programadas: escenografía, carpintería, soldadura, pintura, utilería, transporte, recepción en aeropuertos, en fin, reitera, “nadie alcanza a vislumbrar la cantidad de trabajo que hay en el taller de producción para poner el certamen a tono con la eficiencia y la estética que demanda su trayectoria”.

La mayor parte de este personal es de Manizales, varios han permanecido con el productor en el tiempo, excepto los técnicos para la puesta en escena a quienes hay que traer de los teatros Colón y Mayor Julio Mario Santodomingo de Bogotá, porque en Manizales no hay. “Es uno de los esfuerzos económicos más importantes que debe hacer el festival”.

Es así como en estas casi 4 décadas, los manizaleños e invitados de otras latitudes hemos disfrutado de un Festival Internacional de Teatro muy bien curado y muy bien producido, motivo de mucha satisfacción  para Julián Arbeláez pues ha logrado cumplir en todo este tiempo la línea del director artístico, y cumplirle a Manizales. “Puede que ocurra cualquier cosa desde la parte organizativa, pero no desde la calidad, que es indiscutible”, concluye con la cordialidad que siempre lo ha caracterizado.

Lenguaje del amor

Una obra con titulo en francés Amour, de un grupo español y en la cual no hay ningún parlamento, nos sugiere que el amor tiene su propio lenguaje y que, para comprenderlo, igual que a la obra, se requiere atención y concentración, pues, además, aparece en los personajes la simbología de las máscaras.

La obra está protagonizada por Ana Martínez, Jokin Oregi, Ana Meabe, Javier Renobales y Anduriña Zurutuza, es de Marie De Jongh, cuenta con la dirección y dramaturgia de Jokin Oregi. Diseñada para un público infantil pero que disfrutamos los que aun tenemos nuestro niño interior. Presenta, inicialmente, a dos parejas de niños jugando inocentemente y con sus exploraciones y descubrimientos. Al comienzo solo las niñas con sus travesuras e inventos de distracción, luego aparecen los niños que complementan sus juegos y comienza la atracción y las curiosidades propias de esa edad.

Juegan con tizas haciendo o creando mundos imaginarios, usan cuerdas para saltar o hacer trencito, una pelota servirá para simular el embarazo y luego será una carita feliz de quitar y poner según el ánimo. Con los niños interactuando aparecen asomos del amor, luego los celos, pero todo más bien por imitación, como lo es tantas veces la formación. Las peleas entre ellas, por nimiedades, escalan hasta borrar los dibujos de la otra o peor ignorarla y qué decir cuando en estas rencillas intervienen los niños.

Siempre el trasfondo es una música que matiza los momentos según el carácter de los mismos, a veces suave, a veces alegre, que aprovechan las parejas para bailar, otras veces perturbadora para acrecentar o enfatizar los sentimientos. La música acompaña sus vidas. La infancia les servirá para aprender a manejar sus frustraciones y aceptar al otro, las reconciliaciones serán tan espontaneas como lo fueron los desencuentros, no han aprendido a odiar y menos a no perdonar.

De la infancia se pasa a la senectud, con toda la carga de negativismo y limitaciones con que la vida los ha cargado. Se han convertido en dos parejas que se entienden y complementan. Cohabitan como buenos vecinos, se colaboran y se divierten juntos, hasta que surgen los problemas inesperados y las dolencias propias de la edad. Por nimiedades se enemistan, se aíslan y se evitan, hasta tal punto que se diluye la cohabitación vecinal.

Al final será el interés mutuo, los remordimientos, los bellos recuerdos o la nostalgia lo que los aproxime en sus causas comunes y los lleve a rescatar ese amor que se tuvo, ese respeto por el otro y esa sana relación. El amor subsana todo mal.

*Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas.

Amour

Crítica teatral.

Grupo: Marie de Jongh.

Este grupo español nos trae una buena muestra de teatro físico, todo el argumento está en el campo visual y la acción se enfoca en los cuerpos de los intérpretes y su relación con la escena. Son 4 personajes, en una primera infancia de juegos, amiguismos, peleas y separaciones: se aman y se odian. En la segunda infancia o sea en la vejez: juegos,
amiguismos, peleas y separaciones: se aman y se odian. Las relaciones humanas se repiten “ad infinitum” y siempre patinamos sobre la misma pista, sin embargo, Amour nos regala una mirada optimista y termina en final feliz; “Ellos” son tan comprensivos que permiten que “Ellas” sean como quieren ser y llega la paz idílica o el paraíso, por lo menos a la escena.

Este es un tipo de teatro en que las máscaras (llamadas de Carácter por Lecoq en su pedagogía) ocupan un lugar central, pues imprimen una narrativa y una gestualidad especial y determinada; las acciones físicas tienen otro ritmo, obligan a concentrar la atención del espectador en otro tiempo, pues aunque las historias son sencillas, se enfocan en poéticas y en simbolismos muy precisos. La intención es la univocidad. Con una tiza se dibuja la escenografía y con unos elementos mínimos sobre el escenario se crean grandes estructuras arquitectónicas o se llenan espacios de ficción.

Este es un tipo de teatro que fascina en Manizales, y seguramente en muchas regiones del mundo, por la precisión (semiótica definida), sin embargo, es altamente provocador; tiene predilección por la lentitud (contrario al mundo contemporáneo), apela directamente a las emociones y es realizado a partir de una exquisita sensibilidad esencialmente humana.

En general, el espectador es atrapado en esa red de pequeñas cosas que lo conectan y lo van llevando a través de una trama sin complejos; de manera sutil lo predispone a la observación como en una especie de: hipnotismo, trance o estado meditativo.

Es un espectáculo de fácil comunicación con los espectadores así sean niños o adultos, pues el discurrir escénico es imperturbable. Las escenas crean una atmosfera de proximidad, a veces pareciera estarse frente a una película muda por la música ambiental, en otros momentos también pareciera un exceso de ilustración, llegando casi a la gestualidad del mimo; incluso hay acciones, pocas, que no se comprenden muy bien dentro de una gramática que generalmente es precisa y no se presta a la polisemia (a esa estricta univocidad nos ha enseñado el grupo Kulunka, también español). Excelente teatro de la acción y el silencio.

*Docente Universidad de Caldas.

II Concierto

Crítica teatral.

Grupo: Circoqoshka. Chile

Afortunada inauguración del 54 Festival Internacional de Teatro de Manizales con el II Concerto, obra que además nos lleva a recordar los momentos inspirados de la música Barroca. La fábula representada se reduce a un argumento sencillo y fluido, de fácil comunicación con todo tipo de público: una Marquesa que sufre el mal del insomnio crónico envía un barco a Italia a traer dos músicos con la esperanza de que mágicamente la curen de tan catastrófica enfermedad. Con tal pretensión llegan los flamantes músicos con diversos y fallidos instrumentos, los cuales prueban y reconstruyen de escandalosa manera, hasta que al final, y casi por casualidad, encuentra la mujer la melodía básica del golpeteo del corazón, la percusión original que es lo que necesita para conciliar el preciado estado somnífero.

Este encantador Concerto nos reconcilia con el teatro como espectáculo en todas sus formas y nos permite apreciar la versatilidad de cuerpos estilizados; conserva una estructura casi de un cuento para niños (se hubieran esperado más niños y jóvenes en la sala). La Música es el eje central de la pieza, texto y subtexto de los sucesivos malentendidos que alimentan el tono festivo y la atmósfera cómica que reviste las situaciones de los personajes, a veces atrapados en gags sumamente divertidos, donde lo importante es la forma, lo disparatado de la situación.

Hay una muestra permanente de habilidades en actores y actrices que denotan su preparación técnica: son acróbatas, equilibristas y estructuran sus acciones lúdicas en un concepto amplio de Circo contemporáneo y, por supuesto, son maestros en la técnica clown. II Concerto es un espectáculo privilegiado de interés general, pues la gracia interpretativa y los malentendidos provocan a cada momento la explosión de risa de los espectadores que bien urgidos estamos de buen humor y escapar al menos por un momento de los afanes bélicos internacionales y las reiteradas noticias que nos apalean cada día.

Sin embargo, tal vez el Fundadores, se convierte en un estadio, en un escenario demasiado grande para esta obra chilena, donde la representación corría el peligro de perderse en la lejanía, pues el humor a veces requiere espacios más íntimos, más cercanos que permitan disfrutar la proximidad, la gracia, la poesía y el carisma de estos bellos personajes. Es de anotar que, a pesar de la distancia y un sonido defectuoso, la obra llegó de muy buena manera, contando con un público colaborador con excelentes niveles de atención.

La inauguración se vistió de gala, abriendo la puerta a una semana de teatro con un buen augurio de colores, fantasía, música y la Comedia, tan necesaria en todas las épocas de crisis en las que suele vivir nuestra frágil humanidad.

*Docente Universidad de Caldas

 

Entrañable y extraña relación

Nuevamente tenemos la oportunidad de disfrutar nuestro Festival Internacional de Teatro de Manizales, que en este año celebra su versión 54. Esto se ha logrado gracias a la tenacidad, persistencia y casi ciega obstinación de nuestro capitán Octavio Arbeláez y su grupo de colaboradores que han sabido conducir ese barco a través de tanto infortunio, no solo económico sino el hecho de sobrevivir a la pandemia.

Las sorpresas inician desde la forma de elaboración del tradicional afiche promocional que esta vez surgió de un collage de diferentes carteles de espectáculos y anuncios comerciales, una creativa superposición como lo son a veces las obras que siendo palimpsestos traen su propio mensaje críptico, pero valioso. Por ello el eje temático será la diversidad en su más amplio significado y su eslogan “seamos todos”. Esta simbología, si miramos atentamente, la encontramos en el afiche.

En esta dirección aparece la obra que nos trae el grupo de México Compañía de Artes Escénicas, El Mirador, Flores negras del destino nos apartan, con la dirección de Belén Aguilar, con el elenco de Lorena Glinz y José Juan Sánchez, basada en la novela de Julián Herbert, Canción de tumba publicada en el 2011 en México.

Para empezar, la prostitución, actividad que ejerce la protagonista, los personajes que la rodean, camellos, homosexuales de toda índole, hijos todos de padres diferentes, vividores de todos los pelambres, son una muestra de la diversidad. Igualmente la relación madre-hijo, desde niño, hasta ahora adulto, está enmarcada no solo en momentos diferentes, sino en problemas con diversa complejidad, afrontados y superados no se sabe cómo.

Con una escenografía mínima, silla, mesa, ventanal y luego unas matas y algo más, son suficientes para que José Juan Sánchez con toda su fuerza actoral, su prodigiosa memoria y su histrionismo a flor de piel, o de flores negras, logre cautivar el auditorio durante setenta minutos que tienen diferentes ritmos según la narración y la conmiseración del actor. Además de su extenso monólogo, aparece varias veces la imagen en video de su madre, unas en el cuarto del hospital en donde agoniza de leucemia mielítica aguda, en otras, parte de su interminable trasegar buscando una casa o un amante o un empleo o una felicidad que en este Suave Patria no existieron nunca…

De todos los hijos que tuvo, casi siempre los llevaba en su nómada vida y los otros los dejaba al cuidado o descuidado de alguien a quien luego le pagaría, así, desde pequeño conoció las privaciones, humillaciones, desengaños y algunas pocas alegrías, por eso y por el cuidado de su madre hacia él, fue que consideró, casi como un apostolado y no una obligación, cuidar de ella ahora en su lecho de muerte, además porque pudo comprobar ante la ausencia y el desinterés de sus otros hermanos, que el socorrido y pregonado concepto de familia, solo tiene una verdadera acepción, como la familia siciliana: La única Familia bien avenida del país radica en Michoacán, es un clan del narcotráfico y sus miembros se dedican a cercenar cabezas..

La obra nos lleva en un torbellino de extremos que nos conmueven profundamente, desde el odio hasta el amor, de la nostalgia a la dulzura, de la salud a la enfermedad, del goce al dolor y así como en un tobogán, como en realidad es la vida. El hijo en el lecho de enferma de Guadalupe Chávez, su madre, experimenta tal confusión, que solo logra aclararla recurriendo a la memoria de aquellos recuerdos tanto gloriosos como dolorosos y así podrá tratar no solo de entender a su madre, sino de entenderse a sí mismo, doloroso, pero catártico y por ende necesario.

Desde niña le gustaron los boleros, sin saber que eran trozos de la vida misma, unos románticos, otros tristes, unos sobre desengaños, otros sobre amores apasionados, pero imposibles; todo esto la llevó a idealizar la vida y a tener un anhelo profundo por una de las cunas del bolero, La Habana y tal vez por eso quiso lanzar su grito adolorido y desgarrador desde el puerto de Progreso, en Yucatán, pretendiendo que la oyeran de donde supuestamente se veían sus luces en la lejanía.

Prefiero imaginar a mamá frente a las falsas luces de La Habana, borracha y mocosa cantando, que verla así como la tengo ante mí: calva, callada, amarilla, respirando con más dificultad que un polluelo sorteado en la kermés de una misa.

Este balance entre amor de madre y sentimiento compasivo del hijo, quien además está signado de verdadero arrepentimiento así no logre precisar de qué, esa magnífica interpretación que hace que el espectador logre lo sentido por el lector, esa traslación de palabras escritas a emociones representadas que conmueven al público, logran que pensemos en hacer una introspección para hacer los ajustes oportunos.

*Profesional en Filosofía y Letras Universidad de Caldas.